Andy Montañez: Obrero de la Música
Fuente: Primera Hora, Puerto Rico. Por: Amary Santiago Torres
A él se le conoce como “el Niño de Trastalleres”, pero últimamente lo llaman “el Gato de la Salsa” porque aquello de que ha salido vivo de varios accidentes.
Con buen humor y muy agradecido del cariño del público, el cantante Andy Montañez compartió con los participantes del videochat de www.primerahora.com, moderado por la periodista Frances Tirado.
El artista admitió que sabía que era un querendón del pueblo, pero nunca imaginó las innumerables muestras de cariño que recibió mientras se recuperaba de un accidente automovilístico en Colombia.
“Me di cuenta que era más de lo que creía. Fueron muchas las llamadas, visitas, notas, oraciones. Me di cuenta cuánto me quieren en Puerto Rico y en otras partes del mundo”, dijo el salsero.
El intérprete se mostró agradecido de esta oportunidad de vida, la cual no ha sido la única. “Ahora me dicen, ‘el Gato de la Salsa’. Me caí en un elevador, me rompí un brazo, me caí del techo de la casa y limpié la carretera. Sé que voy a durar un poco más”, bromeó sobre las situaciones en que ha estado en riesgo.
El vocalista dijo que tiene como asignaturas pendientes grabar con el salsero Gilberto Santa Rosa, a quien admira, y con El Gran Combo de Puerto Rico para recordar sus inicios en la música.
Montañez celebrará sus 50 años de trayectoria este sábado en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey.
Agradecido, feliz y reflexivo tras accidente
¿Cuál ha sido su mayor inspiración en lo artístico y en lo personal?
En lo artístico, Ismael Rivera; siempre me gustó. En lo personal, mi hija, Andrea, que me tiene loco, porque es sandunguera.
¿Qué reflexión hace del Puerto Rico de hoy?
Que le hace falta tolerancia. En mis tiempos, ponía en una balanza entre lo que haría gozar o sufrir a mi mamá y, luego, tomaba una decisión.
¿Cómo hace para ser tan carismático?
Soy así, sin pretenderlo. Me gusta abrazar, besar y dar cariño, independientemente de que sea recíproco.
¿Tuvo miedo de morir cuando ocurrió el accidente?
Tenía miedo de morir o de quedar parapléjico. Y, cuando vine aquí, tuve miedo de que me amputaran la pierna. Pero, Papá Dios es mi pana.
¿Qué consejo le daría Andy Montañez a la nueva cepa?
Que hagan un trabajo digno. Que respeten la tarima como si fuera su casa, que tengan fe y tengan un derrotero.
Fuente: El Nuevo Día, Puerto Rico. Por: Damaris Hernández
Con 50 años consecutivos de trayectoria artística, Andy Montañez puede hacer alarde de ser uno de los querendones de la música y del pueblo.
Prueba de ello fue la preocupación que generó en Puerto Rico y en varios países de Latinoamérica la noticia de su accidente el pasado 30 de abril en Colombia. El cantante estuvo al borde de la muerte tras salir expulsado de la guagua en que viajaba junto a su hijo Harold y los músicos Pedro de Jesús (pianista) y Carlos Martínez (bajista).
Una foto del salsero con laceraciones y heridas en el rostro y el cuerpo circuló por las redes sociales y los medios de comunicación. Esta imagen despertó la empatía de muchos de sus admiradores, según los comentarios publicados en distintos medios. Los buenos deseos para una recuperación total y los mensajes de afecto no faltaron.
Esa misma compasión es la que el “Niño de Trastalleres” ha sentido por los menos afortunados a lo largo de sus 70 años. Nacido y criado en la comunidad santurcina que le da su apodo, Andy conoce a la perfección las vicisitudes de vivir con escasos recursos económicos. En su humildad, sensibilidad y su don de gente se traducen las calles de Trastalleres.
Basta con recordar una anécdota con un deambulante en Santurce para que el intérprete irrumpa en llanto: “Una vez, saliendo de la farmacia, me encontré con un deambulante y me dio una cosa... y lo abracé bien duro. Me dijo que hacía tiempo que no recibía un abrazo”, logra decir justo antes de que se quiebre su voz. Sus ojos se inundan, se quita los espejuelos y comienza a llorar. Entonces respira, toma un segundo aire y añade: “Después lo vi rehabilitado y me dio las gracias”.
Vivencias como esta, asegura el cantante, son las que atesora como las grandes satisfacciones de su vida.
Eres un hombre de pueblo. ¿A eso le atribuyes el cariño de la gente?
Sí. Creo que eso es lo que hace que la gente me estime y me tenga cariño. No me siento un artista; soy un obrero de la música. No creo en el glamour que los artistas usan, pero tampoco lo critico. Recuerdo que tenía una limusina para mí y una camioneta para los músicos y los envié a ellos a la limusina. No soy de estar en los sitios con guardaespaldas. Si mi hija se enferma voy a la farmacia a buscar medicinas... y voy al supermercado. Me gusta dar la mano y abrazar a la gente, escucharlos.
A dos meses del accidente en el que se podría decir que volviste a nacer, ¿cómo te sientes?
Me siento bien y voy en una recuperación rápida. Si pienso en hace dos semanas, lo que tenía era un dolor que no se podía soportar. Cuando estuve en el hospital habían depresiones cuando me veía postrado en la cama, pero ya me siento contento. Puedo caminar y el bastón lo uso poco.
¿Qué te dicen los médicos sobre cuándo debes alcanzar una recuperación total, después de cuatro operaciones en el pie?
La piel está perfecta ahora, es cuestión de par de meses. Acá me pusieron un implante de piel de cochino y a mí lo que me gusta es comérmela (ríe). Luego hicieron el implante con piel del muslo y ya recuperó muy bien.
¿Qué aprendiste de esta vivencia?
Que la vida es un hilo. Que estás bien chévere y en un momento te cambia todo, pude estar paralítico o muerto. Y sobre todo pensar que hay un Dios y que todos los que estuvimos en el accidente sufrimos, pero creo que el más golpeado fui yo porque salí expulsado de la camioneta y creo que con el pie rompí el cristal. No recuerdo nada.
¿Estabas dormido al momento del accidente? ¿Es por eso que no recuerdas?
Sí, todo esto me lo contó mi hijo. Tampoco recuerdo todas las cosas de mi hospitalización en Colombia, porque siempre estuve sedado con medicamentos. Me cuentan que lo único que repetía era “el concierto va” y no lo recuerdo.
¿Qué ha pasado con la investigación del accidente?
Están en eso. El chofer alega que fue una goma que se vació y todo indica que se quedó dormido. Él había manejado casi por tres horas y la impresión por como quedó la guagua fue que se quedó dormido.
¿Tienes comunicación con las autoridades colombianas?
Hay una investigación en curso, pero el chofer no aparece.
Si hubieses fallecido en el accidente, ¿hubieses estado satisfecho con la vida que elegiste vivir?
No me quiero ir todavía. Pero he bregado bien con mi familia, mi madre, mi compañera, con la gente que me quiere, con gente que quiero... con mis hijos.
¿Te incomodó que en medio del accidente se ventilaran asuntos personales de índole sentimental?
Eso me lo contaron después, pero no le di importancia. Lo más importante fue la salud mía. Una persona que de verdad es amigo tuyo se interesa más por tu salud que por esos comentarios. Me preocupé más por el bienestar de mi familia y mi madre que por cualquier otro comentario.
¿Cómo se resumen cinco décadas sobre los escenarios?
Las divido en tres épocas: La primera con El Gran Combo, en la que adquirí una experiencia maravillosa de la mano de Rafael Ithier. Luego viene la oferta de sustituir a Oscar de León (en la orquesta venezolana Dimensión Latina) y estuve tres años y medio. En ese intervalo grabé con la Puerto Rican All Star. Luego recuerdo que viviendo en Luquillo, Don Perignon llega a mi casa y me dice: ‘voy a ser el director de tu orquesta’ y comenzamos a montar la orquesta. Después empieza conmigo en la orquesta mi hijo Andicito y luego se unen Harold y Liza. Entonces fue papá con los tres hijos.
Con El Gran Combo te destacaste como bolerista junto a Pellín Rodríguez. ¿Ese es el género que más te apasiona?
Sí. Cuando tenía ocho años canté un bolero en el programa “Tribuna del arte” de Quiñones Vidal. Me gustaban porque mi papá cantaba boleros y tango. Llegué a estar en un trío cuando era adolescente. Luego vino la parte de El Gran Combo, y Pellín y yo nos convertimos en uno de los dúos que la gente más recuerda.
El Gran Combo fue tu escuela musical, ¿qué aprendiste?
De esa primera etapa de El Gran Combo agradezco todo lo que Rafael Ithier me enseñó... de lo que es la música. Respetar una tarima, al público. La música que hago es tan digna como la que hacía Luciano Pavarotti.
Del momento en que abandonas a los Mulatos para irte a Dimensión Latina siempre se comentó que hubo resentimiento entre Ithier y tú. ¿Fue real?
Creo que cuando me fui lo que había era un dolor similar al de cuando un hijo se te va y hay rabia, pero no es una rabia de odio, sino porque te fuiste. Creo que fue más tristeza, porque a Rafa le dolió mucho. Pero hoy día lo que hay es amor y una admiración a Rafa. Haría cualquier cosa por volver a grabar con El Gran Combo.
¿Llegaste a dudar de la decisión de abandonar al Combo?
Sí, pero era un reto y a mí los retos me gustan. No fue fácil, incluso porque iba a Venezuela, que son muy regionalistas y tuve la gran suerte de que me aceptaron.
¿De tu carera como solista qué saboreas del éxito?
Definitivo, el cariño de mi público y la satisfacción de grabar con mis tres hijos mayores. De Tite Curet Alonso grabé ‘Genio y figura’ con Andicito y luego se integró Harold y con Liza también.
No todos los artistas asumen posturas ideológicas y las expresan. En tu caso lo has hecho. ¿Crees que esto te ha afectado entre el público?
No. Tengo amistades en todos los partidos. Al contrario, pienso que me lo agradecen porque saben lo que pienso. Siempre he creído en la independencia de Puerto Rico.
¿Crees en los mecanismos propuestos, como el plebiscito de noviembre, para definir el estatus de Puerto Rico?
Es una perdida de tiempo y de dinero.
¿Vas a votar?
En las elecciones generales sí.
¿Qué es lo más que te preocupa del Puerto Rico que vivimos?
La verdad es que sufro mucho cuando veo lo que está pasando en el País. Tengo a mis hijos de 21 años, los gemelos Alfredo y Andrea, que están estudiando en la universidad y a esa edad les gustas salir. Uno no duerme porque se queda pensando que les puede suceder algo. Uno de los problemas es que no existe la tolerancia entre las personas. El crimen te paraliza. Además, me molesta las injusticias que ves... ¿Cómo es que aparece dinero para algunas cosas y ves que hay hospitales padeciendo? No estoy hablando de gobierno, sino de toda la maquinaria.
¿Qué debe hacer la sociedad para ver ese cambio si el Gobierno solo no puede?
Como sociedad tenemos que enseñar a nuestros hijos a tener tolerancia y respeto a la vida.
¿Sientes miedo a la hora de presentarte en alguna tarima?
La verdad es que no. En ese momento todos vamos enfocado en la música. Hemos estado en tarima y hemos escuchado detonaciones, pero no voy con ese miedo.
A nivel musical, ¿qué te falta por cumplir?
Hacer algo con Gilberto (Santa Rosa) y volver a hacer teatro.
¿Crees que realmente habrá un relevo de exponentes salseros?
Siempre y cuando los medios de comunicación los respalden va a existir. Sin embargo, el género no va a morir.
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