27 jul 2018 0 comentarios

Concord Music es nueva propietaria de Fania



La disquera Concord Music anunció hoy, viernes 27 de julio, que ha adquirido Fania Records & Publishing, operación que incluyó la venta de 19,000 grabaciones maestras y 8,000 composiciones.

El anterior propietario de Fania era la firma Codigo Entertainment, que a su vez la había adquirido de Emusica.

La famosa compañía de música latina fue responsable de poner en el mapa mundial géneros populares como la Salsa, el boogaloo, el jazz afrocubano y el R & B latinos y de hacer conocidas las carreras de muchos artistas emblemáticos, como Celia Cruz, Willie Colón, Héctor Lavoe y Rubén Blades.

El catálogo de Fania incluye clásicos como "Periódico de Ayer" y "Aguanile" de Hector Lavoe, así como "I Like It Like That" de Pete Rodriguez, que la cantante Cardi B relanzó medio siglo después en su sencillo "I Like It", al lado de J Balvin y Bad Bunny.

Fania también cuenta con tres grabaciones que aparecen en el Registro Nacional de Grabación de la Biblioteca de los Estados Unidos: Celia & Johnny de Celia Cruz y Johnny Pacheco, Azucar Pa 'Ti de Eddie Palmieri y Live at Yankee Stadium de Fania All-Stars.

"Concord ha adquirido un compromiso muy importante con la compra y administración de Fania" dijo Steven Salm, Director de Desarrollo Comercial de Concord Music. "Tener la oportunidad de obtener una joya de la corona de la música latina como Fania, con su increíble lista de artistas y compositores, nos entusiasma a todos en Concord".

La compañía de música independiente con sede en California y distribución mundial a través de Universal Music Group admite que son "grandes admiradores de Fania y su extraordinario legado".

El consejero delegado de Concord, Scott Pascucci, dijo: "Como inversionistas, la adquisición tiene mucho sentido debido al crecimiento del streaming y los cambios de hábitos de consumo musicales. Concord quiere estar a la vanguardia al respecto pero, lo que es más importante, amamos la música y no podíamos dejar pasar la oportunidad de llevar esta música a las generaciones futuras en todo el mundo"

Concord, en su división Picante, ha sido la disquera donde grabaron figuras latinas como Tito Puente, Eddie Palmieri, Tania María, Mongo Santamaría, Ray Barretto, Pete Escovedo, Tania María, Caribbean Jazz Project y, principalmente, Poncho Sánchez.
24 jul 2018 0 comentarios

"Yo No Me Llamo Rubén Blades" en el Festival de Cine de Lima



"Yo No Me Llamo Rubén Blades", el documental realizado por Abner Benaim que relata la carrera artística del gran cantautor panameño, inaugurará el 22 Festival de Cine de Lima, organizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú.

El film tendrá tres exhibiciones para el público:
Sábado 4 Agosto a las 22:15 horas en Cineplanet Alcázar 6
Domingo 5 Agosto a las 20:00 horas en Cineplanet Primavera
Sábado 11 Agosto a las 21:30 horas en la Sala Azul del Centro Cultural de la PUCP

La venta de entradas comenzará este viernes 27 de julio y los precios varían según las salas de exhibición del Festival (Cineplanet, Salas Azul y Roja del Centro Cultural de la PUCP y Sala Armando Robles Godoy del Ministerio de Cultura) y según los horarios de exhibición (matinée y estelar)




SINOPSIS
YO NO ME LLAMO RUBÉN BLADES es un documental que acompaña a uno de los músicos más importantes de Latinoamérica en un recorrido a través de su carrera de 50 años, en el momento que decide hacer sus últimos años de giras. En un tono íntimo, la película propone una oportunidad única de conocer al artista, su música y las historias detrás de ella. A través de sus propios testimonios y los de protagonistas de su mundo, conoceremos la obra de este polifacético artista y sus razones para querer dejarlo todo y comenzar de nuevo.

PREMIOS Y FESTIVALES
SXSW, USA 2018 (Premio de la Audiencia, 24 beats per second)
Guadalajara IFF, México 2018
Documental Ambulante, México 2018
IFF Panamá – 2018
BAFICI – Argentina, 2018

DIRECTOR(A): ABNER BENAIM
Abner Benaim nació en Panamá en 1971. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad de Pennsylvania (EEUU) y Cine en Cámera Obscura, Tel-Aviv (Israel). En el 2004 fundó en Panamá la productora audiovisual Apertura Films, con la cual realizó obras documentales y de ficción que han sido estrenadas con éxito en salas de cine de la región y en la televisión internacional. Sus films han sido seleccionados y recibido premios en prestigiosos festivales del mundo. INVASION (2014) fue la representante de Panamá para los premios Oscar en la categoría de habla no inglesa. CHANCE (2009) fue el primer film panameño en casi 50 años y fue visto en cines por más de 500,000 espectadores en la región. La película fue vendida a HBO USA y a IBERMEDIA TV y se han vendido los derechos de remake en India y Brasil. Abner ha trabajado en producciones de Argentina, EEUU, Francia, UK, Israel y Panamá. Sus proyectos han sido parte de talleres como EAVE, SUNDANCE PRODUCERS LAB, MORELIA LAB, DOCS BUENOS AIRES, DOCSBARCELONA, y han sido apoyados por fondos de cine tales como IDFA Fund, New Israeli TV and Cinema Foundation, Programa Ibermedia, DICINE (Panamá) INCAA (Argentina), DOHA FILM INSTITUTE, Cinergia, entre otros.

FILMOGRAFÍA:
Largometrajes: Chance (2009)
Documentales: Good vibes (2004), Empleadas y patrones (2010), Invasión (2014), Yo No Me Llamo
Rubén Blades (2018)

FICHA TÉCNICA:
DCP – COLOR – 2018 – 84 min
Idioma original: español
Fotografía: Gaston Girod, Mauro Colombo
Edición: Felipe Guerrero
Sonido: Lena Esquenazi
Música: Ruben Blades
Intérpretes: Paul Simon, Sting, Residente, Gilberto Santa Rosa
Producción ejecutiva: Gema Juárez Allen, Abner Benaim
Producción: Apertura Films, Gema Films, Ciudad Lunar
0 comentarios

Fallece "El Rey del Chekeré" Pancho Terry



Fuentes: Varias

El percusionista cubano Pancho Terry falleció en la madrugada de hoy víctima de una insuficiencia renal aguda, informaron autoridades culturales de la isla en un comunicado.

Terry, de 78 años de edad, cursó estudios de flauta y violín, pero la percusión fue la manifestación que marcó su carrera artística, notoria con su participación en la orquesta Maravillas de Florida a finales de la década de 1950, en cuya nómina permaneció por espacio de tres décadas.

Luego pasó por las orquestas Sinfónica de Camagüey y Sensación, en esta ultima fungió como director en el decenio de 1990, recuerda el comunicado del Instituto Cubano de la Música.

De la música popular bailable Terry tomó las herramientas indispensables para incursionar con éxito en el Latin Jazz, transformando al chekeré de instrumento percutivo acompañante en eje central de la creación jazzística, muy recordado por sus espectaculares 'solos' en reiteradas presentaciones dentro y fuera de Cuba.

Terry lució sus cualidades creativas e interpretativas en importantes festivales de jazz de todo el mundo, siempre con la aprobación de la crítica especializada; también impartió talleres de percusión en prestigiosas academias de música y universidades.

A lo largo de su carrera el percusionista dejó su huella en importantes grabaciones como los discos La Rumba Soy Yo y Lágrimas Negras, ambos galardonados con el premio Grammy Latino.


BIOGRAFIA. Fuente: Ecured, Cuba

Eladio Severino Terry González más conocido por Pancho Terry nació en Florida, Camagüey un 8 de enero de 1940. Nació siendo Don Pancho, quizás fue una premonición de sus padres que vieron en él al músico que es hoy. Él no supo su verdadero nombre hasta los doce años, cuando entró por vez primera a una escuela pública, aunque ya con quinto grado, le dijeron que Don Pancho no era un nombre.

Aunque es raro combinar la labor de constructor y músico, Pancho Ferry siempre está cantando o silbando alguna tonada conocida, o la que está por componer, desde muy joven comenzó a trabajar la albañilería. Él cuenta que un día estaba azulejeando con un amigo flautista de la orquesta de Camagüey, que lo oyó silbar y le preguntó si conocía algo de música, a lo que Terry respondió que no. No le creyó e incitó a que estudiara música, y así fue como comenzó a estudiar en la Academia de Música de Camagüey. Luego estudió violín en el Conservatorio Alejandro García Caturla, entonces dirigido por Juan Elósegui, y fue fundador de la Orquesta Maravillas de Florida, con la cual permaneció durante veintinueve años.

Posteriormente dirigió la Orquesta Tínima, formó parte de la Orquesta Sinfónica de Camagüey, más tarde pasó a la Orquesta Ritmo Oriental. En el Lincoln Center, de Nueva York, actuó, como ejecutante del chekeré, junto al trompetista norteamericano Wynton Marsalis, y en el Teatro Karl Marx con el cantante puertorriqueño Danny Rivera. Ha grabado con agrupaciones como: Van Van, la Orquesta Sinfónica de Matanzas, Manolito Simonet y su trabuco, en el CD de Sergio Vitier, Salmo de las Américas, en los discos "La rumba soy yo", y "Lágrimas negras", ambos Grammys Latinos.

También hizo junto a su familia el CD Los Terry, que ocupó los primeros lugares de los hit parades en varias ciudades de Estados Unidos. Del chékere dice Don Pancho Terry:

“Es un instrumento muy llamativo, de origen vegetal, de una variedad que le dicen güira amarga. Lleva por fuera una malla con cuentas o con semillas que al golpear sobre la corteza dura produce un singular sonido. Cuentan que durante la esclavitud, a veces los amos les prohibían las fiestas a los esclavos con el propósito de que rindieran más en el trabajo. Entonces ellos sustituían el tambor por el chekeré porque percutía menos, al final hacían la fiesta y más lucida. La mayoría de los que lo tocan lo aprenden en el marco folklórico. Es un instrumento con amplias posibilidades rítmicas. El día que los músicos conozcan y comprendan todas esas posibilidades se usará más.”

Pancho Terry al lado de Bobby Carcassés


Hace dos años se estrenó un documental dedicado a su labor musical, el mismo que fue realizado por Alberto Padrón. La noticia de aquel momento:

Rey del chekeré
Estrenan documental dedicado a Pancho Terry
Fuente: UNEAC, Cuba Por: Roberto Bello

Don Pancho Terry reconocido como el Rey del Chekeré tiene un documental que avala su reinado en el instrumento. En la mañana de este miércoles fue estrenado por su realizador Alberto Padrón en la sala Caracol de la UNEAC ante un público de músicos, familiares, amigos y periodistas entre los que se encontraba la poetisa Nancy Morejón actual presidenta de la Academia de la Lengua con su traductor ghanés. Todos pudimos apreciar a lo largo de los cincuenta minutos que dura el material, una buena parte de los elementos fundamentales de la vida y quehacer artístico de este maestro del chekeré.

Un documental necesario para preservar la memoria de los músicos y la música cubana según el decir de su realizador Padrón que también ha realizado documentales sobre otros artistas cubanos. Eladio Severino Terry González nació en Florida, Camagüey el 8 de enero de 1940, y confesó sentirse emocionado por estar en la tercera edad a la espera de sus ochenta en 1920. Vive orgulloso de sus conocimientos de albañilería y de la música estudiada en la Academia de Música de Camagüey y en el Conservatorio Alejandro García Caturla de La Habana.

Fundador de la orquesta Maravilla de Florida, estuvo 29 años compartiendo su maestría en el violín, en el baile y en lo que llamó ritmo güiro. Después dirigió la orquesta Tínima en su provincia natal, y transitó por otras orquestas habaneras como la Sensación, Ritmo Oriental y actualmente en la Charanga de Oro del maestro Loyola. Este magisterio con el chekeré lo ha compartido con orquestas Sinfónicas como la de Camagüey y Matanzas, y además con artistas internacionales como Dany Rivera y Winston Marsalis.

Su afinidad con Bobby Carcassés le ha hecho invitado frecuente de todos los grupos de jazz nacionales. Don Pancho siempre tiene el chekeré a mano para contribuir a enriquecer el ritmo de cualquier grupo musical y en su jubilación saca tiempo para visitar a sus amigos en La Habana Vieja y descargar a cualquier hora. Muchas giras internacionales le han permitido conocer y disfrutar de la cultura musical de esos países e integrarse con facilidad a la ejecución de su instrumento para aportar brillantez al ritmo de cualquier composición musical.

Su familia ha sido sostén y estímulo a su carrera. El disco Los Terry ocupó lugares en el hit parade de varias ciudades de Estados Unidos. Tuvo participación en los discos La Rumba soy yo y Lágrimas Negras, ganadores del Grammy Latino. Ha participado en numerosas grabaciones de Los Van Van, Manolito Simonet, Sergio Vitier, Ernán López Nussa y Havana Report como percusionista, cantante y declamador.

Don Pancho imparte clases magistrales de su instrumento por dondequiera que va, pero le interesa trasmitir todos sus conocimientos en las escuelas de arte para que las futuras generaciones sigan haciendo uso de este vistoso y singular instrumento de raíz africana. En el curso de la programación de verano será trasmitido este documental por el canal Clave.
22 jul 2018 0 comentarios

Chano Pozo hablaba tambor



Fuente: OnCubaMagazine.com Por: Javier Roque Martínez

“Dicen que los dioses mueren jóvenes. Pues bien, Chano Pozo murió a la edad de Cristo, a los 33. Vivió tan intensamente como para dejar una historia cinematográfica. Su vida tuvo de todo: aventura, thriller, romances y mucho más. Sin embargo, lo mejor de todo fue cómo creó su propio personaje y además un cambio dentro del jazz en los Estados Unidos, eso en poco tiempo y sin él mismo darse cuenta”.

Así me presenta Rosa Marquetti a Luciano Pozo González, el llamado Tambor de Cuba, uno de los músicos más sensacionales y todavía desconocidos que haya dado la Isla. Esto, poco después de presentar su nuevo volumen, Chano Pozo. La vida (1915-1948), donde recoge la historia de este personaje tan singular.

“Para mí, Chano es absolutamente apasionante, lo suficiente como para que cualquiera decidiese lanzarse tras sus pasos”, dice. “Sin embargo, su figura se ha tratado siempre como un mito. Por eso yo sentía que merecía un estudio más sedimentado, un poco alejado del folklorismo y el anecdotario”.

Durante poco más de dos años Marquetti, autora también del blog Desmemoriados. Historia de la música cubana, se sumergió por completo en archivos viejos, tanto de dentro como de fuera de Cuba. Allá donde Chano fue noticia, atrás fue la investigadora a atar cabos sueltos.

“Decidí prescindir de testimonios de personas que no lo conocieron y enfocarme, en cambio, en fuentes primarias: la prensa de la época, que me dio mucho; archivos públicos y privados, memorias y entrevistas de músicos que en su momento lo conocieron y trabajaron con él”.

El resultado es un libro milimétrico y apasionante, la ventana a una vida corta pero diametralmente intensa, marcada por una genialidad desbordante.

Miguelito Valdés con Chano Pozo

“Chano fue un iletrado musical, pero eso no le impidió nada. Su grandeza no descansa únicamente en su manera de tocar el tambor, sino también en la forma de abordar la composición. Chano componía con el tambor, lo basaba todo en el ritmo. Más allá de un gran percusionista y bailador, fue un compositor con un sentido tremendo, alguien capaz de atrapar lo popular, lo que emanaba naturalmente del pueblo, y convertirlo en un éxito”.

Las páginas del libro, publicado por Editorial Oriente, repasan su vida en detalle: la infancia de Chano en los solares de Centro Habana, los años que pasó recluido en el reformatorio de menores, sus comienzos artísticos como bailarín y tamborero de comparsas habaneras, los primeros pasos dentro de la radioemisora RHC Cadena Azul, su relación con grandes artistas de la época como Miguelito Valdés o Rita Montaner, el vínculo con hechos de sangre, su personalidad simpática y marginal, su vertiginoso ascenso dentro del ámbito musical cubano, el salto definitivo a Estados Unidos y Europa, su muerte a balazos en un bar de Nueva York por un enfrentamiento con un portorriqueño.

“Sobre todo tenía mucho interés en seguir su segundo viaje a los Estados Unidos”, recalca Rosa Marquetti. “En ese entonces, Chano tuvo sentido de la oportunidad y lo aprovechó. Se unió a la formación de Dizzy Gillespie justo en el momento en que este estaba cambiando la sonoridad del jazz dentro de los Estados Unidos.

“Dizzy estaba interesado en incorporar las percusiones afrocubanas al jazz cuando se encontró con Chano. De entrada no se entendían, porque ni Dizzy hablaba español ni Chano inglés, pero aprendieron a comunicarse mediante el tambor. Los esclavos hablaban con el tambor. De esa unión surgieron clásicos como ‘Manteca’, probablemente el primer gran éxito del Latin Jazz, incólume todavía, y eso gracias a la interpretación de Chano más que nada”.

Chano Pozo con Rita Montaner

Además del recuento de su recorrido musical por los grandes escenarios del mundo jazzístico, incluido el Carnegie Hall, donde se bautizó en la inmortalidad con un presentación histórica, Chano Pozo. La vida… incluye la única entrevista realizada a Chano en Cuba de la que se tenga noticia, olvidada en una vieja revista de época y rescatada por Marquetti para la posteridad.

Se trata, en fin, de un libro oportuno, de rescate, el retrato fiel de un genio cuya marca en la música cubana puede medirse desde el dolor de Benny Moré cuando cantaba: “Oh, oh Chano, murió Chano Pozo / Sin Chano yo no quiero bailar”.

“Los aportes de Chano a la música  son inmensos. Primero, el hecho de haber incorporado la tumbadora al formato de jazz, otorgándole una reminiscencia sonera. Segundo, el haber situado la percusión afrocubana a nivel internacional. Yo no encuentro otro momento en que la música cubana haya cambiado la música de los Estados Unidos, salvo en su época. Él no fue el único involucrado en ese proceso, pero sí quien definitivamente le dio el cierre de oro.

“Además, no puede dejar de mencionarse su relación con la vestimenta. Durante mucho tiempo busqué referentes cubanos que le hubiesen otorgado tanta importancia a la imagen y no encontré ninguno, salvo Chano. La representación del músico triunfador acá en Cuba está marcada por él. Le gustaba mucho impactar, cambiarse de ropa tres y cuatro veces al día para impresionar. Eso de lucir cadenas ostentosas, prendas y zapatos, que lo vemos hoy a diario con los salseros, reguetoneros y demás, en realidad viene de Chano, no hay otro antecedente. Su impacto en el imaginario popular es incuestionable”.


Disponible ya en la red de librerías de Cuba, Chano Pozo. La vida (1915-1948) será presentado nuevamente en septiembre próximo, en el Festival de Jazz de Barranquilla por la editorial La Iguana Ciega. A partir de entonces estará a la venta en Colombia, Venezuela, Perú, Ecuador y Panamá.
0 comentarios

A mí que, dice el Septeto Santiaguero



Fuente: Granma, Cuba. Por: Ricardo Alonso Venereo

«Sigan como van. El trabajo que ustedes vienen haciendo resulta original y de corazón, de una gran calidad, aunque en nuestro país hay agrupaciones que también son muy buenas», les dijo el premio nacional de Música César «Pupy» Pedroso a los integrantes del Septeto Santiaguero, durante la presentación de su más reciente disco A mí qué. Tributo a los Clásicos Cubanos. El Septeto Santiaguero and José Alberto «El Canario», publicado por la Egrem.

El volumen, de 12 temas más un bonus track, en el que intervienen como invitados el boricua Gilberto Santa Rosa, el cubano-mexicano Pancho Céspedes, Alexander Abreu, el cuatrista puertorriqueño Edwin Colón Zayas, Orlando Valle «Maraca» y el acordeonista Krency García «El Prodigio», entre otros, recoge géneros como el bolero, la rumba, el son, la  guaracha,  el changüí, la  trova y el merengue, interpretados con mucha sabrosura, con arreglos novísimos, dotados de una armonía que nos trae al presente nuestra música tradicional con la misma fuerza y pasión con que fuera concebida antaño.

Grabado en estudios de Cuba, específicamente en Santiago de Cuba y La Habana, y en otras naciones (República Dominicana, Puerto Rico, México y Estados Unidos), el disco fue mezclado en los Estudios Siboney de la Egrem de la ciudad santiaguera y masterizado en Miami. Aquí aparecen temas como Convergencia, de Bienvenido Julián Gutiérrez, en el que interviene Gilberto Santa Rosa; A mí qué, de José Bautista Guerra; Me tenían amarrao compé/Bilongo, de Ñico Saquito y Guillermo Rodríguez; Qué te hace pensar (Alma mía), de Ricardo Pérez; Demuestráme tú, de Joseíto Fernández, en el que participa Iván Antonio «El sonero de Cuba»; Santa Bárbara (Que viva Changó), de Reutilio Domínguez y Celina González, apoyados por el cuatro de Edwin Colón Zayas; y La guarapachanga, de Juan Rivera, con el trompetista Alexander Abreu, el cual, a manera también de regalo (bonus track), hace el Septeto acompañado por Rubén Bulnes, del grupo Osaín del Monte y Ángel «El Puro» Valerino.

Indudablemente en cada nueva entrega el Septeto Santiaguero nos muestra cuánto ha crecido en los últimos años. En A mí qué… lo podemos apreciar  con solo escuchar sus primeros temas, los cuales se disfrutan de una manera espectacular. La agrupación suena fuerte, pero no por ello se distancia de la raíz de su formato original.

Por supuesto que la época es otra. La modernidad nos exige adecuar y matizar las canciones que en otros tiempos hicieron memoria, tanto que se mantienen vivas hasta hoy. Y esas son las que el Septeto, junto con «El Canario», nos regala en este nuevo disco, que da continuidad al primero que hicieron juntos en el 2015: No quiero llanto. Tributo a Los Compadres, con el cual alcanzaron un Grammy Latino.

De su trabajo con los integrantes del Septeto y su reciente experiencia en Cuba habló «El Canario»: «Aquí me siento como en casa. Yo siempre he hecho música tradicional, Son, lo que ahora le llaman salsa, pero que todos sabemos que no es otra cosa que música cubana. De este trabajo conjunto con el Septeto y la Egrem solo puedo decir que lo voy a seguir apoyando. Siempre que sea para engrandecer la música cubana, sepan que pueden contar conmigo».

Sobre su colaboración con la Isla, «El Canario» anunció que habrá un tercer disco con el Septeto, porque aún quedan muchas figuras por reconocer. Y mencionó los nombres de Abelardo Barroso, Panchito Riset, Celina y Reutilio y el de la Sonora Matancera. De la distribución internacional del cd, como del primero que grabaron juntos, se encargarán su propia disquera Los Canarios Music, y la Egrem. Ambos van a trabajar juntos para seguir promocionando la música cubana en todo el mundo, incluso en Estados Unidos, país que en abril de este año tronchó la gira del Septeto Santiaguero en ese territorio para promocionar A mí qué...

Durante la presentación del disco se proyectó el clip musical del tema La guarapachanga, dirigido por David Hernández, primer audiovisual de esta entrega,  en el que participan los integrantes del grupo de rumba Osaín del Monte y Ángel «El Puro» Valerino.
21 jul 2018 1 comentarios

Pedro Bermúdez - Arrasando (2018)



El pianista, compositor y arreglista Pedro Bermúdez se ha dado el gusto de lanzar al mercado Arrasando (Luizama Music, 2018), un disco de Salsa Dura como él mismo se encarga de hacer notar desde la carátula y con el machete en la mano. “Se ha dado el gusto” y nos da “en el gusto” puesto que se trata de un excepcional trabajo musical donde, por mérito de los arreglos, no solo se lucen los cantantes sino también los músicos y solistas que conforman un “line up” estelar, arrasador.

No se trata del primer emprendimiento solista del pianista de Santurce. El año 2010 ya había sacado su primer disco propio, No Limits, pero en la onda del jazz latino. Arrasando es “otra cosa”, es Salsa de verdad.

Desde que empiezan a sonar las primeras notas de “Hablador” uno puede advertir que la cosa va en serio: esto es Salsa de “alto voltaje” con Rico Walker en la parte vocal, Nelson Jaime “Gazú” abriendo camino en la trompeta y William “Kachiro” Thompson en las congas.

Pedro ha sabido convocar a músicos con credenciales. Por eso “Las Rabietas de Marcela” tiene una sección de ritmo de lujo: Eddie Montalvo en las congas, José Mangual Jr. en el bongó y Ralph Irizarry en el timbal, con un plus de tambores batá que enmarcan el arreglo de big band donde Frankie Vásquez se siente como “pez en el agua”.



“Acere Guaribombó” nos transporta directamente a los 70s, a esas historias de esclavos como “Carimbó” o “Babaíla” tan llenos de sabor. No escribiré mucho más sobre este son montuno compuesto por Angel Santos; solo añadiré que en mi opinión es uno de los puntos altos del disco, junto a “Repartiendo Fuete”, descarga donde se lucen el propio Bermúdez al piano, Irizarry al timbal y Piro Rodríguez (uno de los protagonistas en todo el disco) en la trompeta. Por si fuera poco, Pedro presenta al Maestro Bobby Valentin, quien se luce con un solo de bajo y a Frankie Vásquez, que saca lustre a su título de “Sonero del Barrio”. ¡Para que más!



En “Te lo Dije Casera” regresa Rico Walker y el sabor boricua reluce nuevamente con Piro Rodríguez, Angel Segarra, Ivan Renta, Reynaldo Jorge, Elliut Cintron y Danny Fuentes. ¡El fogón está que quema!

Este es otro de los méritos principales de Pedro Bermúdez en Arrasando. Nos hace sentir que cuando canta Frankie nos vamos a New York y cuando lo hace Rico, volvemos a Borinquen en una travesía sabrosa.

Otros cantantes que participan en Arrasando son Pedro Brull (“Reunión”), Kayvan Vega (“Mentiras No Quiero”) Osvaldo Noel Muñoz (“Ya No Soy Gente”) y Joe González (“Vete de Aquí”). Cada uno pone lo suyo para redondear una producción de altísimo nivel, sin baches ni rellenos. Bermúdez cierra el disco con dos temas de Latin Jazz: “Mambo To My Friends” y “Groovin”, confirmando que se trata de un disco de concepto. En palabras del propio intérprete: “No pude estar en aquellos años 70 para hacer esta música pero aquí les brindo un poco de cómo sería esa salsa hoy en día si hubiésemos seguido esa tradición”.

No sabemos si Pedro Bermúdez tiene pensado tener una orquesta estable para tocar los temas de Arrasando. Lo que sí podemos asegurar es que cuando toque repasar lo más destacado del año (y de la década), este disco tendrá un lugar preferencial. Como dice el coro de uno de sus cortes: “esta es la reunión de los mejores rumberos”


Advertencia: todo lo escrito líneas arriba no es suficiente para describir con justicia la sabrosura y contundencia que Arrasando tiene. Por eso es un disco de escucha obligatoria y de goce asegurado.
0 comentarios

Willie y Rubén: cuando la Salsa alcanzó la madurez (Especial 70 Años)


Hace más de doce años se rumoreó que Rubén Blades llegaría para una actuación en el Callao y que los promotores intentaban presentarlo al lado de Willie Colon. Con tal motivo, escribimos un recuento acerca de la discografía de la dupla Willie Colon y Rubén Blades, una de las más importantes en la historia del género.

Cerrando esta serie en homenaje al cumpleaños 70 de Blades, compartimos esta nota del recuerdo



WILLIE COLON CON RUBEN BLADES: CUANDO LA SALSA ALCANZO LA MADUREZ

En las últimas semanas la Municipalidad Provincial del Callao ha anunciado su intención de celebrar los Carnavales del 2006 con la participación de artistas salseros. Al estilo de los nueve Festivales Chim Pun Callao que han festejado el aniversario del primer puerto peruano en los meses de Agosto, el próximo mes de Febrero puede también traernos a algunos de nuestros intérpretes favoritos.

Entre las posibilidades planteadas destaca sin duda la probable reunión en Perú de Willie Colon con Rubén Blades (o si lo prefieren Rubén Blades con Willie Colon). Gran reto para las autoridades chalacas ya que si bien Willie regularmente viene actuando en diversos escenarios (lo más reciente de su agenda ha incluído países como México, Ecuador  o Colombia) hay que tener en cuenta que Rubén es desde el 1 Setiembre 2004 Ministro de Turismo del gobierno del actual presidente panameño Martín Torrijos y no tenemos noticias suyas de carácter musical.

Ambos, por separado, han estado recientemente en nuestro patio, pero la probabilidad de tenerlos juntos en tarima despierta la inquietud de los salseros peruanos y también, es pretexto para repasar, en la siguiente nota, lo que representó esta significativa asociación con la cual, podemos decir, la Salsa alcanzó su “edad adulta” o su etapa de madurez.


ANTECEDENTES

Si formalmente el dúo empieza en 1977 con el disco Willie Colon Presents Ruben Blades Metiendo Mano (Fania SLP 00500), Rubén había conocido a Willie en 1969 durante la primera gira que éste realizó a Panamá, país natal del cantautor.

Para entonces Blades ya había grabado con el Conjunto Latino de Papi Arosamena y con Los Salvajes del Ritmo, lo mismo que había compuesto algunos temas para Bush y su Nuevo Sonido, el grupo del recordado Francisco “Bush” Buckley. Por su parte Colón era el líder de una de las orquestas más populares del momento y formaba la dupla más explosiva de la “naciente” SALSA al lado del sonero ponceño Héctor Lavoe. En aquella ocasión, Rubén se presentó como un admirador más de Willie y Héctor, tal vez sin sospechar que años más tarde alternaría con ellos como protagonista importantísimo en la historia del género.

Terminados sus estudios en Derecho, Blades viaja a New York, alentado entre otros por Bobby Cruz (a quien también había conocido en Panamá) y tiene su primera chance musical en dicha ciudad con el trompetista Pete Rodríguez como primera voz en el disco De Panamá a Nueva York (Alegre 8880, 1970).

El disco no tiene mucho suceso comercial y al no encontrar otras oportunidades, decide regresar a su país natal, aunque logra que Ricardo Ray y Bobby Cruz le graben su composición  “Guaguancó Triste” (en el disco El Bestial Sonido, Vaya 1, 1971).

Por el lado del trombonista “bronxeño”, la importancia y repercusión de la obra de Colon-Lavoe merece un artículo aparte y profundo, por lo que basta mencionar que ellos eran el símbolo musical de la juventud latina en New York y América Latina y, desde 1967, habían ofrecido al público salsero una buena cantidad de éxitos. Dicha banda, en la línea de La Perfecta del Eddie Palmieri de los 60s, patentó al trombón como el “instrumento de viento de la SALSA”, manteniendo el formato de dos ejecutantes que originaban un sonido agrio y retador.

Para 1973, tras haberse convertido en una de las bandas salseras más importantes del medio, Colon decide disolver su popular orquesta (que pasó a manos de Lavoe con la dirección musical de José Mangual Jr.), dándose un respiro para experimentar y perfeccionar sus conocimientos musicales; es contratado por la WNET-TV de San Juan, Puerto Rico, como Director Musical del espacio Realidades y le ronda la idea de ser cantante.

En 1974 Blades se gradúa en la Universidad Nacional de Panamá, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, y regresa a “La Gran Manzana” siempre atraído por la música. El panameño ofrece sus servicios en la poderosa disquera Fania, la cual no se había interesado en él cuando llegó por primera vez e inicia una peculiar línea de carrera empezando en labores administrativas, hasta que al poco tiempo recibe la oportunidad primero como compositor y luego, conocedores de su afición por el canto, los productores del sello le dan el chance de hacer coros en algunos discos del catálogo.

Entre 1974 y 1975, Rubén compone para Ismael Miranda, Andy Harlow, Tito Allen, Bobby Rodríguez y el Conjunto Candela y hace coro para el Grupo Folklórico y Experimental Newyorkino (fuera de Fania), Larry Harlow, Ismael Rivera y Héctor Lavoe en su LP La Voz (Fania SLP 472), producido y dirigido por Colón, produciéndose el reencuentro con aquella dupla a quienes conociera en aquella gira panameña de fines de los 60s.



RECUERDOS DEL SOLAR DE LOS ABURRIDOS

Willie Colon vuelve a los estudios de grabación para plasmar sus nuevas ideas musicales. En 1975 acompaña al legendario Mon Rivera en el disco There Goes the Neighborhood (Vaya 42) donde incluye nuevamente a Blades en los coros y lanza al mercado una singular placa titulada El Bueno, El Malo y el Feo (Fania SLP 484), primera nominación al Grammy de Colon.

El título jocosamente se refería, respectivamente, al guitarrista Yomo Toro, a Colón y a Lavoe, y es la primera donde Willie canta, la banda deja la exclusividad de los trombones (se dejan oír trompetas y saxofones en varios de los temas) y se incluye una guitarra eléctrica. Blades nuevamente hace coros y compone “El Cazangero” para la voz de Héctor, cuya versión no convence a Willie quien decide que nadie mejor que el propio compositor para hacer frente a la grabación como vocalista.

Al mismo tiempo, Ray Barretto incluye al cantautor, junto al vocalista boricua Tito Gómez, en su nueva banda, participando Rubén en el disco Barretto (Fania SLP 486) y en el concierto de dicha orquesta en el teatro Beacon, registrado en el disco doble Tomorrow de 1976, con el cual el conguero inició contrato con la disquera americana Atlantic.

Esa nueva relación contractual y la orientación de Ray hacia el crossover, intentando una fusión latin-jazz-rock instrumental que hacía prescindibles a los cantantes, truncó la permanencia de Blades, al fin y al cabo empleado de Fania, en la orquesta del “Manos Duras”. Ya Johnny Pacheco lo había incluído en el famoso All Stars del sello (Rubén canta “A los Muchachos de Belén” en el LP Tributo a Tito Rodríguez, Fania-SLP 493) y seguía componiendo y haciendo coro para otros intérpretes y grupos musicales.

Willie graba Only They Could Have Made This Album (Vaya 66, 1977) con otra legendaria voz caribeña, la cubana Celia Cruz y, también para la televisión produce el Baquiné de Angelitos Negros. Para ese año el productor y músico más vendedor de la disquera se asocia con el promisorio cantautor panameño, quien propone composiciones poco comunes para la época que son aceptadas por su nuevo director musical.

Es el prestigio de Willie el que logra que esta nueva propuesta, arriesgada comercialmente, sea respaldada por los mandamases de Fania; feliz coincidencia que demostraría una vez más que la Salsa era, además de música para “pasar un buen rato”, una expresión cultural que podía comunicar inquietudes y anhelos del latino.

La nueva propuesta tarda en pegar y sólo después de seis meses de lanzado, el LP Metiendo Mano capta la atención de las emisoras latinas. La crítica y el público empiezan a reconocer el estilo particular del nuevo binomio, que empieza a preparar un nuevo proyecto que ve la luz en 1978, aunque como antesala al mismo, Willie edita el LP El Baquiné de Angelitos Negros (Fania 506) y Rubén participa en La Raza Latina – A Salsa Suite (Fania 516) de Larry Harlow y graba “Juan Pachanga” en el Rhythm Machine (Columbia) del Fania All Stars y “Paula C” con Louie Ramírez y sus Amigos (Cotique 1096, 1978).


La segunda producción de la dupla se titula Siembra (Fania JM 537), con un sonido más depurado que el primer disco y con un impresionante respaldo no sólo del público sino de los medios que convirtieron al compositor panameño en la nueva figura estelar de toda la Salsa.

Willie y Rubén habían dado en el blanco: el sonido de la banda ya no era tan agresivo como en tiempos de Lavoe, pero se respetaba el protagonismo “histórico” del trombón y los arreglos eran de un nivel tal, que lograban reconocimiento tanto del oyente exigente como del bailador común, objetivo difícil de cumplir para muchos, excepto para el cerebral y siempre musicalmente acertado ex – “Malo”.

Por su parte, Rubén combinaba hábilmente letras de contenido socio-políticos (“Plástico” o “Siembra”) sin dejar de lado el corte tradicional (“Buscando Guayaba”) o la situación de la esquina (“Pedro Navaja”). En realidad, otros antes que él ya lo habían intentado, pero aquellos no habían contado con el soporte de Willie y la Fania, que mantenía aún la hegemonía en el comercio musical salsero. El resultado fue que el público masivo considerara a Rubén como el primer “cronista” de la Salsa y su nombre se volvió tan o más estelar que el del propio Willie, la disputa de siempre entre el cantante y la orquesta por la “primera mención” al momento de presentarse.

Ya son nombres estelares del movimiento y el 10 de febrero de 1979 Rubén y Willie toman parte, junto con Héctor Lavoe, Celia Cruz y Tito Puente, de uno de los conciertos más importantes organizados hasta entonces, conocido con el nombre de "La Combinación Perfecta", en el Radio City Music Hall de Nueva York.

Siembra fue por muchos años el disco de mayor venta en la historia de la Salsa y es un verdadero clásico de todos los tiempos. Su impacto fue tal que gracias a su éxito, el grupo empezó a viajar por toda América, llegando a Perú en Diciembre 1980, donde cumplió una recordada presentación en Panamericana Tv y otras en la Hacienda Villa de Chorrillos y en el Estadio Alianza Lima.


Aquellas noches de hace 25 años, la presentación estuvo a cargo del recordado músico nacional Ñiko Estrada, participando también de las mismas el animador Ricardo Belmont. Estrada precedió también a los invitados tocando con su orquesta, lo mismo que el también nacional Oscar “Pitín” Sánchez.

La banda estaba compuesta por Leopoldo Pineda, José Rodrigues y Lewis Kahn en los trombones, Salvador Cuevas en el bajo, José Torres en el piano, Milton Cardona en la conga, José Mangual Jr. en el bongó y Johnny Almendra en los timbales.

Ya para entonces Willie había cedido a una tentación que lo perseguía por años: grabar como cantante y ese año, el novel vocalista lanzó al mercado su disco Solo (Fania, JM 535). Por su parte Blades graba “Sin tu Cariño” (Spanish Fever, Columbia-1978) y “Prepara” (Crossover, Columbia-1979) con el All Stars.

Terminando la década del 70, Rubén da los últimos toques a su proyecto más ambicioso para ese entonces, un drama musicalizado que relataba la historia de dos generaciones de la familia Da Silva. Reuniendo composiciones de años anteriores y recientes y con la producción y dirección musical de Colon, se lanzan en 1980 los dos volúmenes de Maestra Vida (Fania JM 576-577), músico-drama de buen nivel y cuyo título fue inspiración en nuestro país para el programa radial conducido y producido por Luis Delgado Aparicio.



Mientras que el consagrado Blades continúa alternando en las giras del Fania All Stars (en 1980 graba “La Palabra Adios” en el Commitment, Fania JM 564), Willie y su orquesta graban con Ismael Miranda (Doble Energía, Fania 559-1980, donde Blades hace coros) y Celia Cruz (Celia y Willie, Vaya 93, 1981). También aparece su segundo disco entero como cantante solista, el Fantasmas (Fania JM 590, también con Rubén en los coros) de 1981, año en que aparece una nueva colaboración de la dupla, el sensacional disco Canciones del Solar de los Aburridos (Fania JM 597), placa que reafirma el plano estelar indiscutible de ambos en la Salsa de la nueva década.

Ambos son protagonistas del concierto “Una Sola Casa: Latinoamérica Unida”, realizado en Centro de Bellas Artes de San Juan, Puerto Rico y están en la cúspide de la fama, pero los nuevos tiempos no son propicios para la Fania, cuyo monopolio empieza a caer.


Al mismo tiempo, la “competencia de egos” entre Colon y Blades crece y la inquietud del panameño por una carrera como solista, lejos incluso del sello de Jerry Masucci, va tomando cuerpo. En ese contexto, la disquera decide probar suerte con la producción de una película dedicada al fallecido boxeador mexicano Salvador Sánchez, donde “la dupla de oro” del catálogo tendría los papeles principales.

Dicha película, donde aparecen brevemente varias de las Estrellas de Fania (entre ellos Johnny Pacheco y Héctor Lavoe) y que pudo verse en nuestro país unos años después en el canal 27 UHF, tuvo el mismo título que el quinto y último disco de la pareja: The Last Fight (La Ultima Pelea) (Fania, JM 616), el más pobre de todos los discos de Willie y Rubén. Era 1982 y, aunque la aventura fílmica no tuvo éxito, dicha obra queda como la primera de otras tantas experiencias en el cine que Colon y, sobre todo, Blades tendrían con el paso de los años.

Ya Rubén había anunciado que era su último año con la otrora hegemónica disquera y venía recibiendo propuestas de otros sellos musicales. Tras una última presentación en Berlín, Alemania, la por entonces dupla más importante de la Salsa se disuelve.

En su afán por diferenciarse de su época con Colon, Blades decide formar su propia orquesta con un formato que se olvidaba del clásico trombón y que recreaba el estilo del sexteto de Joe Cuba, uno de los grupos preferidos en su juventud. A Willie, la ruptura le sirvió para abocarse definitivamente a su carrera como cantante, aún con contrato en Fania.


Hay que mencionar que tras la ruptura de Blades con Fania, esta editó tres discos del panameño. Al menos el primero de ellos, El Que la Hace la Paga (Fania 624) parece haber sido también con la banda de Colón, aunque el mismo como los otros dos (Mucho Mejor y Doble Filo) no presentan créditos en las carátulas.

Por otra parte, mucho se comentó de la supuesta “tensión” en que terminó la relación personal entre ambos. Aparentemente aquella “competencia de egos” tomó dimensiones mayores que solo el paso de los años pudo atenuar. Cada uno por su lado, continuó ofreciendo su talento musical durante la década del 80 hasta que empezando la década del 90, coinciden sus carreras discográficas en la multinacional Sony.

Colón había firmado en 1990 para la CBS, absorbida por la Sony un año despúes, el mismo año en que Blades también firma con dicha disquera, tras una brillante etapa en Elektra (división de Warner). Por esos años era evidente que, además de la música, ambos compartían otra vocación: la política. En 1994 Willie había participado de las elecciones primarias demócratas para el Congreso de los Estados Unidos y Rubén fue candidato presidencial en Panamá, al frente de su propio partido Papá Egoró.

Entonces la Sony decidió “reunirlos” en la placa Tras la Tormenta (Sony, 1995), título que dejaba entrever que la “separación musical” de los años de la Fania, había estado acompañada de diferencias personales que ellos siempre trataron de desmentir.

Lo curioso de dicho disco es que, si bien Sony se preocupo de reunir a casi la totalidad de los músicos originales de aquella época, Colon y Blades nunca se juntaron en el estudio. Cada uno grabó sus temas separadamente y la tan mentada y esperada reunión fue sólo fruto de la tecnología de estos tiempos.



LOS RE-ENCUENTROS

En los últimos quince años han sido pocas las veces en que tenemos registrado que ambos gigantes de la Salsa se hallan re-encontrado. La primera vez ocurrió en Marzo 1992, cuando Willie apareció como invitado de Rubén y su banda de entonces, Son del Solar. De ahí el 18 Setiembre 1997 se reunieron en el estadio El Campín de Bogotá, Colombia, seguida por otra presentación en Los Angeles, California.

Para celebrar el 50 Aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, ambos se reunieron el 19 Julio 1998 en el “Concierto en la Base: La Música por tus Derechos”, realizado en la base aérea Francisco de Miranda en La Carlota, Caracas, Venezuela, mientras que el 8 Setiembre 2001 en el Madison Square Garden de New York ambos formaron parte del concierto que brindó la Fania All Stars.

El reencuentro más reciente ha sido el del 3 Mayo 2003 en el estadio Hiram Bithorn de San Juan, Puerto Rico, en el concierto "Siembra 25 Años Después" recordando el lanzamiento de su disco más exitoso.

Por separado, sus más recientes visitas a Perú han sido la de Rubén en Octubre 2003, promovida por su hermano Roberto, y la de Willie en Febrero 2004, cuando fue recibido en el Congreso de la República.

Mientras se vienen haciendo los primeros contactos con los representantes de Colón en New York, el Alcalde del Callao, Alex Kouri, está buscando contactar con el Embajador de Panamá en nuestro país, para que sea el intermediario con Blades, quien este 1 Noviembre recibirá un Doctorado Honorífico durante la celebración de la Cultura Latina de Berklee College of Music en Boston.

La expectativa está latente, ya que se trata de una de las duplas más importantes de la Salsa, no sólo del siglo que pasó, sino de todos los que vendrán; por lo que la simple mención de sus nombres siempre es noticia.



BREVE REPASO A LA DISCOGRAFIA

THE GOOD, THE BAD, THE UGLY (Fania 484, año 1975)

Temas:
Toma
Potpourri III
Cua Cua Ra, Cua Cua
Doña Toña
MC 2 (Theme Realidades)
El Cazangero
Guaracha
I Feel Campesino (Theme Realidades)
Que Bien Te Ves

Músicos:
Trombón: Willie Colon, Eric Matos
Tuba y Trombón: Tom Malone
Trompeta: Lou Soloff, Antonio Montagna
Saxo Barítono: Mario Rivera
Saxo Alto: Bob Porcelli
Bajo: Santi Gonzalez, Eddie Rivera
Piano: Joe Torres, Rogers Grant
Cuatro: Yomo Toro
Conga, Percusión Brasilera: Milton Cardona
Timbal: Louis Romero
Bongó, Percusión: Jose Mangual Jr,
Percusión Brasilera: Ray Armando
Trap Drums: José Cigno
Guitarra Eléctrica: Elliot Randall
Vocales: Willie Colón, Héctor Lavoe y Rubén Blades
Coro:  Ada Chabrier, Jose Mangual, Ruben Blades, Willie Colón y Ernie Agosto

Dejando atrás el sonido exclusivo de trombones que lo caracterizara por años, Willie presenta un disco lleno de matices típicos y experimentales, con una atractiva presentación del LP tipo álbum doble y una extensa nota de carátula.  Es la primera vez que Willie afronta el canto, dejándose escuchar en “Toma”, “Cua Cua Ra, Cua Cua” y “Guaracha” (sólo en este último acompañado por su clásico sonido de trombones); aunque es evidente que sólo el paso de los años le daría madurez y solvencia de vocalista.

En el caso de Blades, hace primera voz por primera vez con la banda del “ex – Malo” en “El Cazangero”. Su registro vocal es más bajo si lo comparamos con el de sus siguientes discos, incluso algunos lo “comparaban” con el ya consagrado José “Cheo” Feliciano.

Por su parte el gran Lavoe sólo interpreta “Potpourri III” y “Que Bien Te Ves” (donde imita a Chuíto El de Bayamón), donde la banda utiliza solamente los trombones en los vientos. Recordemos que ya la Fania le había editado a Héctor como solista el LP La Voz, por lo que es probable que dichos cortes pertenecieran a sesiones anteriores a las del resto de temas.

Por esos tiempos Colón era el director musical del programa de TV Realidades, del cual se incluyen dos temas instrumentales, aparte del danzón “Doña Toña”, dedicado a su abuela materna.

La placa le valió a Willie su primera postulación a los Premios Grammy y a Rubén la nominación de la revista Latin New York como Mejor Compositor del Año.


WILLIE COLON PRESENTS RUBEN BLADES METIENDO MANO (Fania 500, año 1977)

Temas:
Pablo Pueblo
Según El Color
La Maleta
Me Recordarás
Plantación Adentro
La Mora
Lluvia De Tu Cielo
Fue Varón
Pueblo

Músicos :
Trombón : Leopoldo Pineda, Papo Vásquez,, Lewis Kahn y Willie Colón
Bajo : Salvador Cuevas
Conga, clave, talking drum, quinto: Milton Cardona
Bongó, maracas, percusión: José Mangual Jr.
Timbales : Nicky Marrero
Piano : José Torres y Sonny Bravo (en dos primeros temas)
Tuba y sintetizador: Tom Malone
Cuatro y guitarra acústica: Yomo Toro
Vocalista y guitarra acústica: Rubén Blades

Tan “arriesgada” era la propuesta musical de la nueva dupla, que el primer tema del Metiendo Mano es “Pablo Pueblo”, relato desencantado del ciudadano que llega cansado de trabajar a su hogar, pensando en la pobreza de cual parece no saldrán nunca él y su familia, a pesar de las ya conocidas promesas politiqueras que no se borran de las paredes de su barrio. El arreglo de Luis Perico Ortiz recrea eficientemente la sombría y hasta depresiva reflexión del personaje, representada en el grave sonido de los cuatro trombones (Colon, Leopoldo Pineda, Lewis Khan y Papo Vásquez) y una tuba (Tom Malone), nuevo esquema de vientos que Willie ya había probado en discos anteriores con Mon Rivera y Celia Cruz.

Otros arreglos interesantes, son el de Colon en “La Mora”, un antiguo tema de Eliseo Grenet cantado con “aires gitanos” por Rubén y el del recordado Louie Ramírez para “Fue Varón”, la clásica narración del padre alegre por el nacimiento de su hijo, con breve solo de trombón del dominicano Pineda.

En Perú sonó mucho “Según el Color”, donde destaca la segunda voz de Willie, arreglista del tema, y se deja oír el cuatro jíbaro de Yomo Toro. La letra nos recuerda festivamente que para unos la vida es un sueño, mientras que para otros es una pesadilla y que todo es relativo, según el color del cristal con que se mire. En la misma onda festiva, “La Maleta” refleja lo agitado y peligroso que es New York para el latino que recuerda su tierra nativa, más cálida y tranquila, mientras que “Me recordarás” pone la cuota romántica a la producción.

Dos compositores boricuas de distintas generaciones aportan  sus letras en Metiendo Mano. El gran Tite Curet  compone “Plantación Adentro”, que empieza con Willie relatándonos que en 1745 en América Latina el indio trabajaba bajo el azote del mayoral, mientras que, más joven, Johnny Ortiz aporta “Lluvia de tu cielo”, con solos del propio Colon y del Profesor José Torres, principal pianista que usaría el dúo en toda su discografía, excepto en este primer disco donde Sonny Bravo participa en dos temas.

Los 51 minutos del Metiendo Mano (el disco más largo de la dupla y su primer Disco de Oro) terminan con un guaguancó dedicado al “Pueblo”, con la participación estelar de Milton Cardona en el quinto.

SIEMBRA (Fania JM 537, año 1978)

Temas :
Plástico
Buscando Guayaba
Pedro Navaja
María Lionza
Ojos
Dime
Siembra

Músicos :
Trombón : Leopoldo Pineda, José Rodríguez, Angel Papo Vásquez, Sam Burtis y Willie Colón
Piano – Fender Rhodes : José “Professor” Torres
Bajo : Salvador Cuevas, Eddie Rivera
Bongó – Maracas : José Mangual Jr.
Tumbadora : Eddie Montalvo
Timbal : Jimmy Delgado
Batería (en Plástico) : Bryan Brake
Maracas : Adalberto Saqntiago
Coros : Willie Colón, Rubén Blades, José Mangual Jr., Adalberto Santiago

El último clásico de la SALSA de los 70s, Siembra colocó definitivamente a sus intérpretes a la cabeza de movimiento musical afrocaribeño, representando el último hit mundial que lograra la disquera Fania.

Al poner el LP, lo primero que escuchamos es el sonido “plástico” de la “disco music”, preámbulo del relato de Rubén de la chica y el muchacho que más se preocupan por lo superficial, alerta a la audiencia latina para que no se dejen engañar por el aparente brillo del dichoso status. En “Plástico”, el panameño hace un llamado a la hermandad latinoamericana y a su gente, alude a Simón Bolívar y repasa toda la geografía de América hispana (incluida Nicaragua “sin Somoza”), terminando con el barrio y la esquina. Lo más rescatable, a juicio personal, del sensacional tema es que trata de una arenga socio-política que, increíblemente tuvo arraigo masivo. Las radios, que se resistieron a poner “Pablo Pueblo”, tema del anterior LP en la misma línea de “salsa-protesa”, difundían “Plástico”, a pesar de lo “denso” de su letra y de la duración más allá del estándar comercial de la época (más de siete minutos).

Por si fuera poco, esa no fue la única canción que causó revuelo general. Otra composición de Rubén correría la misma suerte, la de convertirse en clásico de todos los tiempos: “Pedro Navaja”. Esta era la historia del maleante de esquina que muere en su ley, asaltando; aunque, como rezaba el inolvidable coro  “La vida te da sorpresas” y  el mismo resucita sorpresivamente siete años después por obra y gracia de Rubén y su producción Escenas (Elektra, 1985) en el tema “Sorpresas”.

Aunque “Pedro Navaja” parece inspirado en el tema americano “Mack the Knife” (Knife significa en español cuchillo), el asaltante y Rubén fueron de la mano al tope de la fama, a pesar de la incredulidad de algunos dentro de la propia disquera, como el mismo Rubén mencionó años más tarde en el preámbulo de la nueva versión del tema, incluído en su disco Live (Elektra, 1989).

El personaje ha sido motivo de obras de teatro, de cine y actualmente se habla de un proyecto para llevarlo a la televisión. El tema es una de las canciones que mejor representa (en cualquier género musical) a la ciudad de New York.

No se vaya a creer que el mérito de “Plástico” y “Pedro Navaja” descansaba sólo en sus magistrales letras. Tras ellas habían arreglos de gran calidad que reforzaban el mensaje del cantautor (no hay músicos solistas que disputen protagonismo a Blades), supervisados por Willie y esa extraña cualidad del punto medio entre lo comercial y la vanguardia.

En otros dos surcos de Siembra también hay un mensaje al pueblo latino, “Ojos” del boricua  Johnny Ortiz y “Siembra” tema de Rubén de menor resultado frente a otros, lo mismo que podemos encontrar el tema del amor, ya sea con la tradicional metáfora caribeña (“Buscando Guayaba”) o el romanticismo que nunca se deja de lado (“Dime”), y la referencia a la creencia religioso-popular (“María Lionza”).

El año 2003, se cumplieron 25 años que Siembra (disco de Oro y Platino) vio la luz comercial y con tal motivo se lanzó en disco compacto una edición especial que trae la presentación completa, con los textos y fotos que incluía el álbum original en formato de LP, algo “excepcional” si tomamos como referencia la pobre presentación que el histórico catálogo Fania ha tenido en formato CD.

MAESTRA VIDA Vols. I y II (Fania JM 576 y 577, año 1980)

Maestra Vida - Primera Parte
Temas :
Prólogo
Manuela
Carmelo (parte I)
Como Tú – Carmelo (parte II)
Yo soy una Mujer
La Fiesta (instrumental)
El Nacimiento de Ramiro
Déjenme Reir (para no Llorar)

Maestra Vida – Segunda Parte
Temas :
Epílogo
Manuela, Después … (La Doña)
Carmelo, Después … (El Viejo Da Silva)
El Velorio (Instrumental)
El Entierro
Maestra Vida
Hay que Vivir

Músicos :
Trombón : Leopoldo Pineda, José Rodríguez, Lewis Khan, Reinaldo Jorge, Willie Colón
Piano : José Torres
Tumbadora, Quinto, Claves : Milton Cardona
Bongó : José Mangual Jr.
Timbal : Johnny Andrews
Vocales, Guitarra acústica, Maracas, Percusión : Rubén Blades
Cuerdas : Harold Kohon’s String Ensemble
Coros : Milton Cardona, José Mangual Jr., Willie Colón, Rubén Blades.
Invitada especial como Manuela : Anoland Díaz
Personajes en la cantina :
Guillermo Ledezma (voz de Rafael Da Silva)
Cesar Miguel Rondón (voz de Carlitos “Lito” Quiñones)
Rubén Blades (voz de Quique Quiñones)
Texto y Narración Principal : Cesar Miguel Rondón

Sin alcanzar los niveles de ventas de Siembra, los dos volúmenes de Maestra Vida tuvieron una buena acogida comercial, lo que siempre ocurre con un artista después de una “obra maestra” o un “mega-éxito”. Es probable que el público esperara un segundo “Pedro Navaja” y, aunque la temática es totalmente diferente, el disco-drama tiene ciertas conexiones con el relato del famoso malhechor.

Nuevamente el barrio es escenario de una historia, esta vez de largo aliento, la de la familia Da Silva. Somos testigos de la juventud de Carmelo y Manuela, quienes son presentados por Rubén como los más populares habitantes del “Solar de los Aburridos” epicentro del relato.  Ambos llegan a formar pareja, unión celebrada en “La Fiesta”, sensacional instrumental con bravos solos de trombón de Willie y del dominicano Pineda y meses después ocurre “El Nacimiento de Ramiro” (uno de nuestros temas favoritos del primer volumen), donde el orgulloso padre expresa las expectativas generadas por la llegada del primer hijo, el cual sería el único debido a la precaria situación económica que envuelve a la familia del sastre Carmelo, quien responsabiliza a políticos y militares en la irónica “Déjenme reír (para no llorar)”.

Los años pasan y Manuela envejece. Blades nos la vuelve a presentar madrugando rumbo a iglesia con el rosario en la mano en “Manuela después … (La Doña)”, que nos deja oír al comienzo ecos de la “Manuela” de la juventud. El tema, orquestado fenomenalmente por Marty Sheller, logra transmitir el pensamiento de la anciana, que le pide ayuda a la Virgen en sus últimos años. Confesión personal: son muchas las veces que he escuchado el tema sin dejar de estremecerme, pensando en lo dramático que puede resultar una vejez solitaria y presa de los fantasmas del pasado.

Igual de conmovedor resulta ser el final de “Carmelo, después … (El viejo Da Silva)”, quien no soporta las decepciones causadas por Ramiro, recién salido de prisión, ni la muerte de su compañera por cincuenta años y amanece muerto, sentado en su sillón y apretando el anillo del día del compromiso con Manuela.

El desenlace está a cargo de Ramiro, quien es incapaz de asistir al velorio de Carmelo y en “Maestra Vida” analiza su transcurrir y esa búsqueda de respuestas que nunca hallará, clamando por el padre muerto. No es una historia con final feliz, tal vez porque tal historia no termina con ellos, sino que persiste cerca nuestro, en los barrios pobres de América Latina, llenos de hambre y miseria, pero también de esperanza.

Aparte de la narración que guía los dos volúmenes, a cargo del venezolano Cesar Miguel Rondón (periodista que acababa de editar El Libro de la Salsa, texto de obligatoria lectura, donde catalogaba a Blades como líder del movimiento salsero contemporáneo), Rubén concatena los hechos con el desarrollo de un encuentro en una cantina de los descendientes de aquel solar, quienes recuerdan las peripecias de los protagonistas vía los temas musicales. Además, hay que mencionar la participación de la madre del panameño en el dúo de “Yo soy una mujer”.

Si bien la Fania editó los discos poniendo únicamente en los créditos estelares al cantautor, consideramos a Maestra Vida dentro de su discografía junto a Willie Colón, ya que el peso de la producción y la coordinación de las orquestaciones corrió por cuenta del bronxeño.

CANCIONES DEL SOLAR DE LOS ABURRIDOS (Fania JM 597, año 1981)

Temas :
Tiburón
Te están buscando
Madame Kalalú
El telefonito
Y deja
Ligia Elena
¿De qué?

Músicos:
Trombón : Sam Burtis, Willie Colón, Reynaldo Jorge, Lewis Khan, José Rodríguez
Piano : Joe Torres
Bajo : Salvador Cuevas, Joe Santiago, Andy González
Conga : Milton Cardona
Timbal : Johnny Andrews
Bongó : Jimmy Delgado
Violín : Lewis Khan
Vocales y guitarra : Rubén Blades

A nuestro juicio es el disco más maduro del binomio líder de la SALSA. Canciones del Solar de los Aburridos (el título hace referencia al epicentro de los acontecimientos de Maestra Vida) no tiene desperdicio y, como las placas predecesoras, se inicia y termina con el comentario socio-político de “Tiburón”, “dedicado” a la amenaza imperialista de las intervenciones en nuestros países, puntualmente refiriéndose a la situación de El Salvador, y “¿De qué?”, otro llamado de atención contra lo superficial.

En “Tiburón” escuchamos uno de los últimos solos de trombón de Willie, quien paralelamente a su asociación con Rubén, ya buscaba afianzar su carrera como cantante. Asimismo hay que mencionar que el tema continuó vigente al poco tiempo, cuando durante el conflicto de las islas Malvinas entre Argentina e Inglaterra, Blades y Colón se lo dedicaban al hermano país gaucho.

 “Te están buscando” es para nosotros el mejor son-montuno que la dupla haya grabado, con una sensacional segunda voz de Willie, Lewis Khan en el violín y la percusión estelar de Cardona; son los 70s en la SALSA de inicios de los 80s, al estilo de temas como “Calle Luna, Calle Sol”,

“Madame Kalalú” toca el tema de los supuestos adivinos, personajes que se aprovechan de la credulidad de sus clientes. El trato es festivo e irónico, ligeramente desbocado, pero la parodia es divertida.

Hay también ciertos toques cómicos en “El Telefonito”, uno de los primeros temas que trata la situación de quien espera en vano la llamada telefónica de la persona amada, mientras que el toque romántico es “Y deja”, de Piloto y Vera, arreglado con aires brasileños y un excepcional solo de violín de Kahn.

Así como “Pedro Navaja” fue la estrella de Siembra, el personaje de Canciones del Solar de los Aburridos es “Ligia Elena”, joven que causa un dolor de cabeza a sus padres al fugar de casa con un músico de una condición social más baja. En el relato, Rubén logra criticar el racismo, las apariencias y las diferencias sociales, sin llegar al proselitismo como en “Plástico". Lo mismo que en “Madame Kalalú” y “El Telefonito”, en “Ligia Elena” hay una voz “femenina” (esta vez es la abuela de la protagonista, recreada por el propio Rubén) quien da el toque cómico a la situación.

Canciones del Solar de los Aburridos representó un nuevo disco de Oro en el palmarés del binomio

THE LAST FIGHT (Fania JM 616, año 1982)

Temas :
Yo puedo vivir del amor
Andanza
Cimarrón
What happened?
Venganza
Y tu abuela

Músicos:
Johnny Andrews
Ruben Blades
Milton Cardona
Willie Colon
Jimmy Delgado
Lewis Kahn
Luis Lopez
Leopoldo Pineda
Eddie Resto
Joe Torres

Motivada en la película del mismo nombre que los tuvo a ambos de protagonistas, la placa es la menos lograda de Willie con Rubén. Sin mensajes socio-políticos en ninguno de los temas, The Last Fight contiene sólo seis canciones, siendo la primera el sensacional arreglo de “Yo puedo vivir del amor”, balada grabada previamente por el gran cantante borícua José Feliciano, que en Perú tuvo gran aceptación. Hay dos temas románticos que no destacan y del resto sobresale “What happened?”, composición bilingüe de Rubén grabada a mitad de los 70s por Bobby Rodríguez y La Compañía.

Llama la atención la limitada calidad de sonido en la mayoría del disco, que se nota principalmente en “Cimarrón” (también escrita por Rubén) e “Y tu abuela” (tema escrito por Jimmy Sabater que fue gran éxito en los 60s por el sexteto de Joe Cuba). Otro hecho llamativo es que, aparte de los temas autoría de Rubén, no se mencionan los créditos de los compositores.

En la película, puede verse a Rubén representando al boxeador Kid Clave, personaje que también se dedica al canto salsoso y que interpreta los seis temas del disco. Por su parte Willie es Joaquín Vargas, un mafioso empresario de boxeo que pretende manejar la carrera del bien intencionado Kid Clave, sin poder lograrlo. Durante el film, se puede ver a Colón y a Blades enfrentados, posición que guardaba cierta similitud con la realidad: ambos ya habían decidido su separación, interesados en continuar cada uno su carrera por su lado.

TRAS LA TORMENTA (Sony 81498, año1995)

Temas:
1. Homenaje A Héctor Lavoe. Canta: Willie
2. Como Un Huracán. Canta: Rubén
3. Caer En Gracia. Canta: Willie
4. Todo O Nada. Canta: Rubén
5. Dale Paso. Cantan: Willie y Rubén
6. Desahucio. Canta: Rubén
7. Doña Lele. Cantan: Willie y Rubén
8. Oye. Canta: Rubén
9. Talento De Televisión. Canta: Willie
10. Tras La Tormenta. Cantan: Rubén y Willie

Músicos:
Productor y Director Musical (en 2,4,6,8,10) y Piano (en 4): Oscar Hernández
Productores Musicales (en 1,3,5,7,9): Isidro Infante y Cucco Peña
Piano: Joe Torres
Bajo: Sal Cuevas
Trombón: Luis López, Louis Kahn y Leopoldo Pineda
Timbales y Percusión: Johnny Almendra
Congas: Milton Cardona
Bongos, Maracas y Guiro: José Mangual Jr.
Coros (en 2,4,6,8,10) : Néstor Sánchez, Eddie Ganz y Rubén Blades
Coros (en 1,5,7): Ozzie Meléndez y Néstor Sánchez
Coros (en 3,9): Willie Colon, Milton Cardona y José Mangual Jr.

Dedicado a Héctor Lavoe y Raúl Juliá, en 1995 la Sony lanzó al mercado este CD que marcó un aparente reencuentro de Colón y Blades, pero que en realidad fue solo una especie de recopilación de temas que se juntaron para producir la placa.

Los dos venían grabando para dicha disquera, aunque (hay que decirlo) sin el apoyo y promoción con que contaban otras figuras más jóvenes del mismo catálogo. Lo cierto es que la tan mentada reunión nunca se produjo en realidad en el estudio de grabación y sólo gracias a la magia de la tecnología, tuvimos en nuestras manos aquel “junte”.

Nadie más apropiado que Willie para rendir honores a “El Cantante de los Cantantes” en “Homenaje a Héctor Lavoe”, arreglo y composición de Cucco Peña (junto a Fernando Rosario) que abre la placa con un solo de trombón en recuerdo al sensacional sonero fallecido dos años antes. Se siente el reclamo de Willie cuando, en los soneos, dice a los que recuerdan a “El Cantante” en diversos homenajes: “que no te imiten /que te traten con respeto”. Definitivamente, este es mi disco favorito, cuando de tributos a Héctor se refiere.

En el CD se van alternando los temas interpretados por ambos, siendo Como un Huracán” (escrito y cantado por Blades) y el satírico “Talento de Televisión” (de Amílcar Boscán, arreglado e interpretado por Colón) los que más sonaron en nuestro medio.

Otro tema de Willie en sátira es “Caer en gracia”, con un mensaje contra las apariencias, mientras que “Todo o Nada” es el clásico mensaje de aliento al pueblo latino del cantautor panameño. Todos los temas que vocaliza Rubén son de su composición y arreglados por Marty Sheller, incluído el “Desahucio” (escrito junto al gran Tite Curet) y “Oye” que parece ser parte de su campaña a la Presidencia de Panamá.

En el disco, ambos “unen” sus voces en tres temas: “Dale Paso”, “Doña Lelé” y “Tras la Tormenta”. El primero pareciera haber sido elegido por los productores de la disquera ya que la letra (Janet Becerra) y el arreglo (Humberto Ramírez) le caerían muy bien a los “salseros románticos” que entonces reclutaba Sony Tropical.

El segundo se refiere a uno de esos personajes, entre reales e imaginarios, que la Salsa siempre ha sabido retratar, mientras que el último tema del CD es de los mejores logrados de toda la placa, escrito por el panameño quien, aunque comparte las líricas iniciales con Willie, se ocupa de todos los soneos.

En resumen, Tras la Tormenta (que les mereció una nominación al Grammy como Best Tropical Latin Performance) no es un disco que se pueda comparar al nivel de los que estos nombres grandes hicieron en los años anteriores pero, debo admitirlo, en el contexto de la Salsa de los 90s representa un trabajo muy bien logrado.


EDUARDO LIVIA DAZA
Arequipa, 21 Octubre 2005
0 comentarios

Eddie Palmieri lanza Full Circle con innovadora aplicación Palmieri Salsa Jam



Ayer viernes 20 salió oficialmente al mercado Full Circle, el nuevo disco del Maestro Eddie Palmieri bajo la licencia Uprising Music, que trae nuevas versiones de ocho de sus clásicos discográficos.

Tal como se anunció en las semanas previas, el lanzamiento de Full Circle viene acompañado de la presentación de la aplicación Palmieri Salsa Jams App, la primera que publica un artista de Salsa a nivel mundial.

Esta innovadora aplicación cuenta con un reproductor que permite acelerar o reducir la velocidad de seis de las canciones del disco, lo mismo que controlar, seleccionar, silenciar cualquiera de los instrumentos, coros o voces en dichos temas y viene con las partituras de las mismas para que los estudiantes de música y aficionados puedan personalizar el sonido a su gusto.


Ayer mismo pudimos probar la aplicación, la misma que permite la experiencia de escuchar los temas de Full Circle de una manera muy especial. Los invitamos a adquirirla y a gozar de la "experiencia Palmieri" desde una perspectiva muy original
19 jul 2018 0 comentarios

Rubén Blades: Más Cerca del Rock en Español (Especial 70 Años)


Continuando la serie de publicaciones con motivo del cumpleaños 70 de Rubén Blades, compartimos algunas de las entrevistas y notas a Blades realizadas por el periodista y melómano peruano Agustín Pérez Aldave y que datan de años atrás para el Diario Expreso. Maestra Vida Camará!




Rubén Blades: Más Cerca del Rock en Español
Por Agustín Pérez Aldave

PREMISA: EL TÉRMINO SALSA ENCASILLA Y ES MEZQUINO

Hay un discurso dominante en la música latina, convertido casi en verdad absoluta y que no corresponde con la generosa amplitud de estilos que hay. Sigue teniendo peso determinante la perspectiva de las pasadas décadas, en este caso la de los setentas, como pasó antes con la de los años cincuentas respecto a la música cubana y la misma salsa. Y, sin embargo, la música va por otro lado, libre y feliz.

El problema es entonces, el divorcio respecto a las opciones más creativas y/o de vanguardia. En conclusión: No hay una puesta al día del discurso de la música latina. En los mismos medios de comunicación reina un perfil específico de lo que es la salsa, sobre todo en las radios, y todo lo que escapa a esos códigos se ve condenado muchas veces a la no difusión.

Por ejemplo, hasta hoy buena parte del público salsero (y no salsero) sigue relacionando a Rubén Blades con Pedro Navaja y el sonido que lo acompañó hasta antes de empezar su ciclo con Seis del Solar ¡hace más de veinte años! Cuando escuchan su nombre dicen: ¡Ah, el salsero! Lo curioso es que el mismo panameño pocas veces se ha considerado salsero. Por eso mismo, insistimos en revisar con urgencia el término salsa en tanto encasilla y resulta mezquino.

FOLCLOR DE CIUDAD LATINA

Hay que recordar que Rubén llegó a denominar su propuesta como FOCILA (Folclor de Ciudad Latina) y, en este sentido, es uno de los primeros que da status de folclor a esos sonidos que circulan en las calles de nuestros barrios, cuando el término en cuestión estaba más asociado con el campo. Esta interesantísima operación coincide con el llamado post-boom de la literatura latinoamericana que se caracteriza fundamentalmente por el ingreso de temas más cotidianos y de la urbe popular y por el rescate de la coloquialidad, así como por la asunción de temas ligados a los medios masivos de comunicación, al melodrama y la canción y los ídolos populares. En este rubro tenemos como abanderado al cubano Guillermo Cabrera Infante y su emblemática novela Tres Tristes Tigres (en la que es fundamental la secuencia de Ella Cantaba Boleros, inspirada en la intérprete Fredesvinda García), así como a una fila de autores que van desde el extraordinario narrador boricua Luis Rafael Sánchez (el autor de La guaracha del Macho Camacho y La importancia de llamarse Daniel Santos), hasta los caleños Umberto Valverde (Celia Cruz: Reina Rumba) y Andrés Caicedo (Que viva la música), y el puertorriqueño Edgardo Rodríguez Juliá (el de la crónica novelada El entierro de Cortijo), sin dejar de lado al ensayista mexicano Carlos Monsiváis, el de los libros Amor perdido y Escenas de pudor y liviandad.

Primera conclusión: Asuntos considerados antes de poco gusto y no culturales pasan a tener relevancia en la misma industria cultural. Hay una revaloración de la música popular en tanto es fundamental en nuestra educación sentimental y formación de una identidad.




ENTRE EL SONGO Y GARCÍA MÁRQUEZ

La formación musical de Blades tuvo mucho que ver con el rock, la música brasileña y otros estilos no "salseros". Esto resulta determinante en el desarrollo de su carrera. Cuando debuta con Willie Colón ya exhibe aires brasileños en "El charanguero" y en "Plástico" lo que toca el bajo inicial lo dice todo. No sólo eso, sus letras plantean desde los albores de su propuesta situaciones bien lejanas del standard salsero, como la historia del guerrillero "Juan González" en su disco De Panamá a Nueva York, grabado con Pete Rodríguez en La Gran Manzana.

Su período "post-salsa" se inaugura de manera decidida con Seis del Solar. El pop y el reggae se encuentran de manera natural con las cadencias salseras y hay otras temáticas que, sin embargo, tienen puntos comunes con muchas de las letras que ya había ofrecido. Mejor dicho, tiene la obra de Blades vasos comunicantes que la presentan con una admirable coherencia y consistencia. ¿Acaso "Sicarios" no remite a "Te están buscando" y al cuento hablado "Gente despertando bajo dictaduras"?, o ¿cuando escuchamos "Hipocresía" no asoma "Pablo Pueblo" o "Prohibido olvidar"? ¿Y "Vida" de su álbum "Tiempos" no se encuadra directamente en su línea de interrogantes sobre el ser y la existencia que van de "Maestra vida" a "Agua de luna"?

Su espíritu inquieto lo lleva a seguir hurgando en otros planetas del sonido, como el songo que le llega vía Van Van de Cuba para el disco Escenas. Son los casos de "Muévete" y de esa joyita que es "Cuentas del alma". Pero, a su vez, demuestra sus dotes de gran baladista en "Silencios" que la canta junto a Linda Ronstadt. Y tiene en el disco que señalamos la colaboración del inglés Joe Jackson.

En el nunca bien apreciado álbum Agua de luna, donde hace su propia versión de cuentos de García Márquez, exhibe una paleta de sonidos que lo van a distanciar más aún de la salsa y acercar a las audiencias del rock y del jazz.

GRABA EN INGLES CON STING

Su lírica puede ser universal. Rubén entiende temprano que su barrio puede ser el planeta. Es el caso de su tampoco bien entendido disco Nothing but the truth que graba en inglés y con la colaboración de celebridades de la música universal, como Elvis Costello, Sting y Lou Reed. No hay en el empleo del inglés la pretensión a priori de ciertos personajes latinos de alcanzar "otros mercados" sino el afán de tender puentes a sensibilidades y mensajes afines. ¿Los temas de Nothing but the truth? Pleitos de barrio, sátira política, la verdad-autenticidad-justicia, y hasta el SIDA. ¿Es un Rubén diferente?




MAS CERCA DEL ROCK LATINO

Ya este Blades está bien lejos de los predios salseros. Pero es el momento en que forja una de sus aportaciones más importantes y que lo consolidan como un abanderado de la nueva ola de rock latino. Claro que en la música latina desde el boogaloo y personajes como Joe Cuba Sextet y Eddie Palmieri (en discos como Sentido, Lucumí macumba voodoo y Sueño) se dan estos "extravíos".

En discos como La rosa de los vientos y Tiempos, Blades es más un cantor actual de música latinoamericana, un trovador que, sin embargo, lleva tatuada la clave caribeña, porque es consecuente con sus raíces, así lleven sus canciones otros ropajes. En este período hay que resaltar la colaboración del trío costarricense Editus. Su ideología sigue siendo América Latina hasta las últimas consecuencias.

Por todo lo expuesto no es casual que el panameño tenga más puntos en común con el consistente y heterogéneo movimiento de rock latinoamericano, ese que incluye a Café Tacuba, Fito Páez, Juanes, Aterciopelados y Fabulosos Cadillacs (cuando uno escucha "Matador" tiene la certidumbre que bien pudo Rubén haberlo compuesto y cantado), en quienes es fundamental el trabajo con raíces de la música latinoamericana. Acerca de esta relación, Blades nos dijo hace un tiempo: "Muchos de los muchachos que están escuchando música de rock no solamente están escuchando rock de Estados Unidos sino también formas musicales a nivel mundial. Tienen un espíritu de exploración que los lleva a consultar textos que van más allá de lo usual. A la misma vez tienen, quizás por su educación, una identificación más clara sobre su posición como nacionales y como seres humanos frente al mundo. Los muchachos que están haciendo rock en español yo creo que están haciendo la mejor música en términos de la búsqueda que están realizando. Es una música que está incorporando elementos muy nacionales, muy culturales. Así que yo creo que el trabajo que yo estaba haciendo durante estos años, desde el 69, tiene que ver con la posición de Latinoamérica y una posición universalista y humanista de los temas (...) Creo que la referencia mía está completamente dentro de esos parámetros del rock en español y, por eso, no resulta extraña o antipática para estos muchachos".

OTRA GLOBALIZACION

Por eso tampoco es casual que el autor de Maestra vida colabore con figuras muy populares del pop y del rock, como Los Rabanes, Maná y Chayanne.

Ahora, su álbum Mundo nos trae una nueva perspectiva de la globalización, que nada tiene que ver con la que se asocia a la estandarización y que disuelve las particularidades. Rubén nos dice que es posible mantener la personalidad propia y ser ciudadanos del mundo al mismo tiempo, sin convertirnos en un híbrido sin alma.




Rubén Blades: “Los ‘salseros’ ortodoxos me declararon herético"
Por: Agustín Pérez Aldave

 I

--En una grabación para promocionar el disco Tiempos dices que “es un disco de reflexión pero si quieren pueden bailar”...

Claro. Uno no pretende tampoco solemnizar el asunto.

--¿Cómo has podido manejar tu carrera con tus propios criterios, al margen de los criterios comerciales?

Te digo y te confieso con la sinceridad de siempre que no tengo la menor idea de cómo he podido sobrevivir tanto tiempo bajo estas condiciones porque la realidad, y más todavía cuando uno revisa la trayectoria de otros compañeros artistas y de algunos de los que estaban trabajando cuando yo empezaba, es que es muy difícil mantenerse en el trabajo de música. Mantenerse vigente es sumamente difícil. Más aún apelando a un espíritu de tanta curiosidad como el mío que, en términos comerciales, es suicida. Yo, francamente, no entiendo. La única cosa que me atrevería a afirmar es el respeto que siempre he demostrado por mi trabajo al tratar de que sea  sincero y de calidad, y el no dejarme tampoco llevar por las modas. La sinceridad básica del trabajo es lo que creo que ha resultado indispensable para que mi trabajo haya durado tanto tiempo. Entonces, ahora mismo por ese afán mío tenemos canciones que se escribieron hace 25 años y, sin embargo, siguen manteniendo la misma frescura, la misma vigencia en términos del interés que tuvieron durante ese tiempo. Eso es lo que creo que me ha ayudado a mantenerme. Porque, en realidad, por mi temperamento, por el tipo de música que hago y por mi participación en términos de expresar mi opinión más allá de los parámetros que se consideran aceptables, no debiera tener la vigencia que todavía tengo.

--¿Esa aura de sentirse al margen te hace sentirte importante?

 Simplemente, creo que soy más efectivo como soy y tratando, premeditadamente, de no convertirme en un objeto de celebridad. No quiero participar de esas creaciones de imágenes que se las hacen tragar a los medios y a la gente. Yo prefiero ir poco a poco. Si bien es cierto, eso excluye la posibilidad de un súper estrellato, creo también que, a la misma vez, me mantiene honesto. El trabajo que realizo es más objetivo porque no va precedido de grandes fanfarrias.

--De todos modos, tu propuesta y tus reflexiones implican una critica respecto de la industria musical, no?

Es que otra cosa es tener una posición donde uno lo que está diciendo es producto de una convicción que reposa, a su vez, en experiencias reales repetidas.



--¿Escuchar música de todos lados es una preocupación tuya?

Sí. Ocurre que las condiciones han ido cambiando. Inicialmente, hice lo que pude dentro de los formatos que presentaban Ray Barretto y  Willie Colón. Cuando trabajo con Seis del Solar ya voy en un plano experimental un poco más difícil pero, a la vez, más fácil, de introducir nuevas ideas porque no estaba sometido al rigor del trombón y la dificultad que se plantea dentro del esquema de música afrocubana con vientos. Entonces, en Buscando América empezamos con una aproximación en Caminos verdes, por lo menos introduciendo la posibilidad de nuevas cosas. Desde hace muchos años estoy escuchando música de distintas latitudes.

--En tu prédica latinoamericanista siempre hubo mucho optimismo, sobre todo a la hora de los pregones. Me parece que en tus últimos discos hay mucho escepticismo, sobretodo en Tiempos. ¿A qué se debe?

Más que escepticismo lo que hay es el encuentro doloroso con realidades. Yo lo viví también cuando participé en el proceso político en Panamá. Sigo siendo el optimista de La rosa de los vientos, e incluso dentro de las decepciones que uno recibe siempre trato de dejar la puerta abierta, como en Encrucijada. Lo que no puedo hacer es caer en la cuestión del panfleto, Siempre traté de mantenerme lejos de esa noción del panfleto, de las imposiciones ideológicas y de las falsas promesas. Igual que he tratado de  mantenerme lejos de la presentación de falsas esperanzas.  Ahora, la indomable condición de un optimismo desaforado a los 25 o 27 años se ve templada por la realidad que uno aprecia, no como observador sino como protagonista, y la misma responsabilidad que me hace optimista también me hace ser honesto a la hora de hacer los balances, de que la cosa no va a ser tan fácil. Pero no hay que rendirse. Porque no hay que abandonar el barco.  Lo más importante es aceptar el grado de responsabilidad que tenemos con lo que está ocurriendo con la corrupción administrativa y política. No nos ha dado la gana a nosotros mismos de cambiar, ni de entender que la raíz de la corrupción que nosotros señalamos en función de las corrupciones administrativas, también tiene su origen, en gran parte, en la corrupción nuestra, en nuestra propia irresponsabilidad que va creando las condiciones para que se produzca la corrupción que nos paraliza en términos administrativos o políticos.  Eso se tiene que admitir y no seguir pintando la cosa desde un punto de vista falso. Es decir, hay que poner la cosa como es. Eso es quizá lo que te da la impresión que me mencionas y, en el caso de Tiempos,  la tremenda melancolía que tiene el álbum es resaltada, en cierta forma, por los arreglos y la instrumentación. El violín cuando arranca te sacude, es un instrumento que te llega al alma, y eso quizá da mayor sensación de dolor, de pérdida, de nostalgia, no?

ROCK EN ESPAÑOL,  ESPíRITU DE EXPLORACIÓN

--En la canción Hipocresía dices: "Ya no hay izquierdas ni derechas: sólo hay excusas y pretextos. Una retórica maltrecha, para un planeta de ambidiestros. No hay unión familiar ni justicia social”. ¿Estás desencantado de la política partidaria?

Ni tanto. Desencantado al punto de que no lo vaya a hacer otra vez, no. Los partidos son necesarios como medio de organización de expresión política a nivel nacional. Lo que me decepciona es la ausencia de aceptación de una responsabilidad de parte de los pueblos mismos. Hasta ahora hemos hablado de "pobre pueblo, es el pobre pueblo al que maltratan", pero nunca se ha hecho un análisis de los pueblos que contribuyen a los golpes con su propia irresponsabilidad. Estamos en una situación donde la gente va perdiendo el concepto de su propia responsabilidad en lo que está ocurriendo y comienza a aceptar que las culpas son, exclusivamente, de otros, o a transar y a aceptar la corrupción como un medio inevitable de hacer vida. Es decir, casi genéticamente se comienza a aceptar la razón de la corrupción. “Es que no podemos hacer más nada. Es que tú sabes cómo son las cosas. Es que somos así”. Cada vez que uno oye eso, es una entrega del argumento que te está dando una persona que, a su vez, se siente víctima del argumento. Cuando corrimos en la elección del 94, y acuérdate que el proceso de organización comenzó en el 90, hicimos a nivel nacional una consulta popular, no para averiguar cuáles eran los puntos que consideraba el pueblo que eran los puntos de mayor importancia para traerlos como argumento político que nos llevara a una presidencia. Mi deseo era crear una consulta popular que me diera una idea del nivel de conciencia que tenía el país de su propia responsabilidad en lo que estaba ocurriendo. Al punto en que, por primera vez en la historia política en Panamá, la consulta, que no era una encuesta, incluyó a niños entre las edades de siete a 12 años a los cuales les preguntábamos sobre situaciones en su casa y situaciones políticas también. Entonces, lo que surge a través del análisis de toda la información de la consulta reunida en de siete u ocho páginas, y que se hizo a más de 1600 sujetos a lo largo y ancho de Panamá, fue que la desintegración de la familia era el problema más serio que estábamos enfrentando a nivel nacional, que esa desintegración familiar se producía, no solamente por presiones de tipo económico, sino también por la manera en que hemos empezado a desarrollar espiritualmente nuestras posibilidades de cosas que iban desde los abusos a la mujer hasta los abusos a los niños. Es decir, que todo ese tipo de actitud y de actividad que va creando las condiciones para la desintegración de la célula familiar, se iban reflejando, más adelante, en una actitud que producía, precisamente, como resultado, no final pero en términos verticales más altos, el tipo de corrupción que teníamos nosotros a nivel administrativo.  



Entonces, cuando uno habla que ya no hay izquierdas ni derechas es porque los argumentos ahora mismo, en términos ideológicos, ceden ante otro tipo de condición.  Jorge Castañeda, es el único tipo de la izquierda intelectual en Latinoamérica, --al menos es la información que tengo--, que sacó su libro La utopía desarmada, para tratar de explicar que fue lo que pasó con la cuestión de la izquierda. Es que hubo un tiempo en que era muy popular ser de izquierda y, de pronto, después de la situación del desbarajuste ocurrido -y Rusia se cae por heridas autoinfligidas más que todo-, muy poca gente ha tenido la honestidad de salir y hacer una análisis: Oiga, ¿qué fue lo que pasó con el paraíso de los trabajadores, que no hubo ni siquiera un arañado tratando de defender esta vaina? Se fueron a dormir siendo un día comunistas y se despertaron, al día siguiente, con todo en llamas y la gente huyendo, y se acabó. Es decir, todo este tipo de falta de sinceridad es lo que estamos presentando porque no ha habido verdaderamente un argumento que sustituya las mentiras que nos han dado de todas partes, de un lado y del otro. Y, además, el asunto de la desunión y de la falta de solidaridad con el dolor del otro en términos generales, que ya no va dirigido como crítica a los elementos intelectuales o administrativos políticos sino al elemento social, también es algo que se tiene que tomar en cuenta cuando se analiza la condición general de una sociedad. Porque hasta ahora siempre la cuestión ha sido que la culpa la tienen los gringos o los comunistas, el señor presidente o el partido tal… En Hipocresía lo que estamos tratando de decir es: el problema es mucho más básico, somos nosotros mismos los que estamos creando esta condición.

--Eres una figura fundamental de la mal llamada música salsa. Sin embargo, tu influencia es mayor entre los rockeros latinoamericanos. Parece que los rockeros han asimilado mejor que los salseros tu propuesta. ¿A qué atribuyes esta situación?

Muchos de los muchachos que están escuchando música de rock no solamente están escuchando rock de Estados Unidos sino también formas musicales a nivel mundial. Tienen un espíritu de exploración y de búsqueda que los lleva a consultar textos que van más allá de lo usual, de lo cotidiano. A la misma vez tienen, quizá por su educación, una identificación más clara sobre su posición como nacionales y como seres humanos frente al mundo. Los muchachos que están haciendo rock en español, yo creo que están haciendo la mejor música en términos de la búsqueda que están realizando.

Y hay una diferencia muy interesante, si bien en un principio se pudo considerar que la música de rock era un vehículo de penetración cultural, cuando lo que había era, simplemente, un deseo de copiar descarada y totalmente no solamente música de otros lugares si no actitudes de otras artes. El rock en español  es una música que está incorporando elementos muy nacionales, muy culturales. Entonces, ha pasado de ser una copia como la que hubo al principio del rock del subdesarrollo, a finales del 59 o en los 60, a empezar a desarrollar un punto de vista que está muy cercano a lo que está ocurriendo en el centro urbano. Así que yo creo que el trabajo que yo estaba haciendo durante estos años, desde el 69, tiene que ver con la posición de Latinoamérica, no sólo en función de cada país sino en términos de Latinoamérica en conjunto y con una posición universalista y humanista de los temas. Eso ha llevado, creo, a que muchos de estos rockeros están ahora mismo refiriéndose a los textos como un punto de referencia.  A la misma vez, también hay que decir que el rock en español es una música que por no haber sido considerada comercial, pudo respirar y desarrollarse.Tampoco olvidemos que el rock siempre fue un vehículo de crítica social cuando surge en los Estados Unidos y, ahora, en las condiciones de América Latina, retoma nuevamente esa posición de crítica social que hacen jóvenes que están empezando a integrarse como adultos a la sociedad. Creo que la referencia mía está completamente dentro de esos parámetros del rock en español y, por eso, no resulta extraña, rara o  antipática para estos muchachos.



II

“LA CALIDAD Y LA HONESTIDAD NO TIENEN FECHA DE EXPIRACIÓN”

--En un artículo dedicado a tu persona que publiqué a principios del 2003 en la revista Latin Beat y que titulé Cuando el mundo es el barrio, planteaba la necesidad de replantear el concepto de lo que se entiende por “música latina”, por “salsa”, y la necesidad de desligarte del cliché salsero. Este cliché debido, en enorme medida, a los medios de comunicación, ¿te ha privado de una mayor comunicación con el público de América Latina y, por tanto, de una mejor difusión de tu obra?

Las etiquetas tienden a crear estereotipos. El mercado de la música, disqueras y programadores de radio, tienden a ser inflexibles en sus caracterizaciones de artistas, y estas son transmitidas y adoptadas por el público. Cuando escribí Siembra, más allá de considerar el género en el que se desarrolla rítmicamente, lo importante para mí fueron las letras de las canciones. Pero el trabajo se clasificó como "salsa" y por ende, a mí se me etiquetó como "salsero". El problema creado por esta práctica fue doble. La gente que no estaba interesada en la "salsa", por considerarla repetitiva y sin contenido, inmediatamente me pasó por alto. Los "salseros" ortodoxos me declararon herético, por no satisfacer sus expectativas de más "salsa". Los más moderados han apreciado mi trabajo, pero con sospecha. De nada vale para estos grupos que las canciones estén fundamentadas en la clave cubana. Mundo, por ejemplo, tiene a Primigenio y a Danny Boy en clave, pero no es considerado como "salsa" por los “entendidos”. Si la canción no tiene “vientos”, si no se apega a los patrones del esquema, si no les recuerda a los “clásicos”, entonces “no sirve”. Las estupideces y estrecheces de criterio perjudican a cualquier músico. En mi caso, lo extraño es que las canciones han sobrevivido por tres décadas y continúan siendo adoptadas por las nuevas generaciones, a pesar de no recibir difusión radial constante, y de no ajustarse a las exigencias estereotipadas del mercado del disco. Más desconcertante aún, los músicos cubanos respetan y aplauden mi trabajo, y es de Cuba de donde surge la base de la “salsa” neoyorquina, boricua, venezolana, colombiana, panameña o peruana.

--Siendo un personaje atípico en la industria musical, que sigue teniendo muchísimas actitudes suicidas, ¿Cómo explicas tu vigencia?

El mito institucionalizado por los que controlan el negocio del arte, y de la política valga decirlo, es que “el público es ignorante”. Nunca consideré eso como cierto y procuré hacer música inteligente. Sigo vigente como prueba de que la calidad y la honestidad de un trabajo no tienen fecha de expiración. La razón de la mediocridad de mucho de lo que hoy es “éxito comercial” es, precisamente, la fabricación, sin alma y sin expectativas de duración, del producto, disco e intérprete. A diferencia del pasado, cuando te venden algo hoy te lo entregan sabiendo que no va a durar. Así garantizan el venderte otro producto semejante, en un tiempo fríamente calculado, para así continuar sus ganancias. Hoy te venden a un artista y a su música como si fuera una refrigeradora, o un carro, a través de su infraestructura de medios y anunciantes. Han acostumbrado a la gente a escuchar con los ojos. Pero eso no implica que la gente no sepa la diferencia entre un chicle y un “lomito”, o entre un buen disco y un “paquete”. Eso sí, las ventas no serán iguales, porque es más difícil clonar a un original que a las copias, y la industria se nutre de copias y no de originalidad.



--¿Por qué tu propuesta ha calado más entre los chicos que están haciendo rock en español que entre los salseros?

Los rockeros, del país que sea, han demostrado estar más abiertos a ideas musicales de cualquier género que los “salseros”. Estos son inflexibles en sus gustos generalmente hablando. Los rockeros están continuamente experimentando, e incorporando incluso instrumentos nacionales, o sonoridades no tradicionales a sus producciones. Prestan más atención a las letras y creo que muchos han redescubierto sus raíces culturales y con eso también los valores de trabajos “salseros” de hace décadas, que incorporan luego a su repertorio. El grupo de rock en español actual no es copia de los modelos originales en inglés. Han ido encontrando una voz propia y desarrollándola, incorporando ideas y corrientes de otros géneros musicales y culturas. Como su postura es urbana y contestataria, encuentran en mi trabajo un antecedente común y, por eso, lo abrazan.

--Pablo Pueblo tiene más de 30 años. ¿Te molesta que siga vigente tu verso: “Votando en las elecciones pa’ después comerse un clavo”?

Claro que molesta, pero más aún el hecho de que en Latinoamérica los sistemas políticos, sustentados por la mediocridad de ideas y corrupción administrativa de corte tradicional, continúen frustrando las expectativas y esperanzas nacionales que claman por un Estado eficiente, justo y comprometido con el interés y el bienestar de nuestros países.

LA DIMENSIÓN UNIVERSAL DE TODOS VUELVEN

--El único tema que no es de tu autoría, pero siempre incluyes en tus conciertos es Todos Vuelven, del peruano César Miró. A  más de veinte años de haberlo grabado, ¿Qué sigues encontrando en esta canción para seguir dándole un lugar tan especial?

Una buena canción jamás pierde su frescura, ni su actualidad. Todos vuelven, por ejemplo, nos habla de memorias y sensaciones que nos resultan siempre familiares y queridas, en cualquier lugar del mundo, en cualquier idioma, en cualquier tiempo. Cuando la canto me acuerdo de todo lo que sentí y que nutre mi espíritu aún. Lo mismo ocurre con las audiencias.

--En la película Crossover Dreams hay imágenes tuyas interpretando el tema peruano Todos vuelven. Cuando lo grabaste por segunda vez, mencionaste al Alianza Lima y al Callao. ¿Todos vuelven es, acaso, la memoria por la que siempre has luchado para que no se pierda en nuestro continente?

Eso es, efectivamente. Y te digo una cosa, tuve el placer de conocer al señor César Miró cuando estuve en Perú. A mí me parece que cuando una cosa está bien escrita y cuando una posición es correcta y proyecta una dimensión espiritual y humana en forma sincera y muy rica en emoción, pues entonces uno debe dar apoyo a esa manifestación. Cada vez que me presento en cualquier escenario, yo toco Todos vuelven y siempre identifico y continuaré identificando a César Miró como el autor de la canción. Por supuesto, la presentación original era en forma de vals peruano y él lo escribe lleno del afecto, la nostalgia, el cariño y toda esta mezcla de emociones que tienen que ver con su formación como peruano y como ser humano. Y este espíritu es universal y va mucho más allá de las fronteras de los pueblos. Al fin y al cabo, la tierra no sabe dónde comienza un país y dónde termina el otro. La canción de Miró me tocó tan profundamente que cuando se la escuché al sonero cubano Virgilio Martí, la incluí en Buscando América, y fue la canción que no escribí.  Pero la presenté porque sentí que el aporte de Miró era un aporte que había que defender, por su sinceridad, por su emoción y por su calidad.  Así que donde quiera que voy siempre incluyo Todos vuelven. Esta es una de las canciones que se recibe siempre con el mayor cariño y el mayor afecto y no dejo de describir su procedencia porque es una forma, también, de incorporar a otros autores y a otros países al trabajo que estamos haciendo, que es, al fin y al cabo, de difusión, no solamente de mi trabajo personal (sino) de los que pensamos y soñamos con la idea de una sola comunidad. Esa canción es muy querida. 




--Además de la canción Todos vuelven, tu relación con el Perú es también con instrumentos, como el cajón, que está en tu disco Tiempos. ¿Cómo es esta relación?

No tengo conocimientos a fondo de la música afroperuana, lamento admitir. Había escuchado de “la rumba de cajón” cubana, nacida de la prohibición oficial de los tambores, en un período de la historia popular de ese país. Lo escuché también en la rumba flamenca. Pero fue cuando viajé a Lima con Willie Colón cuando pude experimentarlo desde el Perú. Me traje un cajón que todavía lo tengo. Gracias a Dios no me lo quebraron en la aerolínea Nos impactó a todos y, por eso, incluimos al cajón peruano en la canción De qué te vale, incluida en el disco Canciones del solar de los aburridos, donde vino Tiburón. Carlos Vargas “Tapao”, del Grupo Editus, lo utiliza permanentemente, él es un fanático y estudioso del instrumento.  El cajón formaba parte de Editus y una de las razones que me llevó a considerar la grabación con este grupo es que siento en ellos un gran respeto por las formas musicales que van de Centroamérica, Caribe y también las de Suramérica. A mí me interesa ir creando una música que sea más representativa de todo el continente. Esa es también una manera, me parece, de ir integrando la idea boliviariana, ¿no?

--Has tenido el bonito gesto de hacer dos menciones sobre el club de fútbol Alianza Lima, tanto en la versión en vivo de Todos vuelven como en Estampa. ¿Te identificas con el sentimiento popular del equipo peruano?

Alianza Lima, más que un simple equipo de fútbol, encarna memorias de triunfos y decepciones, elementos que conforman nuestras realidades sociales diarias. Es la representación de muchas esperanzas populares y por eso la tragedia que experimentó aún vive en la memoria de todos, sean o no peruanos. Su condición popular, nacida de la entraña misma del barrio, lo hizo inmortal en esos espacios especiales de nuestra intimidad. Eso lo recogí, visceralmente, y lo hice parte de mi interpretación de la canción.

NO A LA CANCIÓN DE FÓRMULA

“Vamos a continuar en la exploración porque las cosas no tienen que ser solamente guaguancó o canciones de fórmula como está ocurriendo ahora en la música de salsa o que toda la música tiene necesariamente que ser dirigida al escape o a las plantas de los pies”.