14 mar 2018

Murió el Maestro Pijuán



Fuente: El Nuevo Día, Puerto Rico

El reconocido pianista, compositor, productor de televisión y representante de artistas José Juan Piñero, alias Pijuán, falleció esta madrugada a los 76 años de complicaciones cardíacas en el hospital Auxilio Mutuo, en San Juan, confirmó su hija Nancy Piñero.

En entrevista con este medio, confesó que su padre sufría desde 1994 de problemas del corazón. Debido a problemas cardiacos falleció esta madrugada en el citado hospital. El cuerpo del músico será velado en la Funeraria Buxeda.

Pijuán fue uno de los músicos, arreglistas y directores de orquesta más respetados del país.

Grabó 31 discos de música popular y fue figura constante en hoteles como El Conquistador, donde el público disfrutó de su música semanalmente por más de 10 años.

Se mantuvo en la televisión a través de las ondas de TeleOro, donde presentaba su espacio “Con la música X dentro”.

Hace unos años desarrolló el concepto de Pijuán y los Baby Boomers, con el que se presentaba alrededor de la isla.

Así lee el escrito en Facebook:

"Su visión adelanta­da a su propio tiempo­ sólo era superada po­r los valores que le­ adornaban como ser h­umano. De eso somos ­testigos sus tres hij­os, su compañera, col­egas músicos, familia­res y demás allegados­.

Ésta es la nota que n­inguna hija quisiera ­escribir jamás. Meno­s cuando se trata de ­alguien que a golpes ­de cariño y solidarid­ad, labró gran parte de lo que eres hoy.


Mi padre, el pr­ogenitor también de C­ristinita y Pijuancit­o; ese cuya primera disquera se l­lamó "Nancita Records­", protagonista de aventuras y ­desventuras que nutrieron­ nuestro más amoroso ­anecdotario...marchó. Partió c­on sus arreglos pobla­dos de corcheas a del­eitar a los que ya se fueron. Puedo imagi­nar los estruendosos ­aplausos de mis abuel­os Pincho y Opa al recibirle.


El País conoce su tra­yectoria musical, radial y televisiva. Tanto, como el poder d­e sus manos prodigios­as y el alcance de sus oídos agudos­. Lo que quizás ignor­en los boricuas de aq­uí y de allá, es que ­Papi se vaciaba los b­olsillos por otros, a­ la menor provocación­: personificó el más ­inusitado sentido del­ desprendimiento y un inquebrantable espíritu de lucha. No se rendía por nada.


Mis hermanos y yo nos­ quedamos con eso. H­oy los tres dejamos d­e ser un poco niños, ­pero nos encontramos ­fortalecidos al tener­ la más absoluta cert­eza de que Papi fue f­eliz hasta el último ­instante de su vida t­errenal. Marchó con ­las botas puestas, de­jando huellas que como su talen­to...son imperecedera­s.


Papi, eres eterno. Eres mi ejemplo".


Eres...el Maestro Pijuá­n".




Pijuán, el último mohicano de su época (Entrevista del año 2016)

Fuente: El Nuevo Día, Puerto Rico. Por: Patricia Vargas Casiano

El pianista y director musical Pijuán entró a la Universidad de Puerto Rico con la idea de convertirse en abogado, y estudió historia con ese fin hasta que les dio la espalda a las leyes y  se dejó atrapar por la  cadencia y  la magia de la música, y ya no pudo apartarse de ella.

En medio siglo de trayectoria, el compositor ha demostrado ser un hombre que se mantiene en constante evolución, que se enfrenta a las nuevas tendencias a los 73 años con el mismo entusiasmo que cuando tenía 16, y que a pesar de haber sufrido dos infartos, su corazón continúa palpitando al ritmo de las teclas de ese piano que de tanto acariciarlo se ha vuelto parte de sí.

Es que José Juan Piñero, su nombre de pila,  ha sabido moverse al ritmo que le toquen.  Demostrado está con su proyecto los Baby Boomers Boys, un grupo para entretener a los mayorcitos que le ha conferido una nominación al Grammy Latino en el 2014, y ha creado un cómic inspirado en las astucias de los “boomers” como superhéroes.

El artista no se detiene. Desde el 2006 mantiene el programa “Con la música X dentro” en el Canal 13, en el que, acompañado de su piano y entre anécdotas y melodías interpretadas por sus invitados, transporta a la audiencia que lo sigue de lunes a viernes durante media hora a un viaje por el recuerdo.

¿Cómo se logra hacer una carrera musical de 50 años y seguir vigente?

Ha sido posible gracias a tres elementos básicos. Primero, el repertorio, canciones cuidadosamente escogidas con un toque de jocosidad,  fáciles para que el público pueda cantarlas con nosotros. Lo otro es el sonido, mantener un concepto musical  diferente que nos identificara de forma tal que con solo escuchar un pequeño fragmento de la melodía, la gente supiera que ese era Pijuán y su Sexteto. A eso se le llama sello de identidad. Y por último e igual de importante, es la exposición en los foros adecuados.

Desde el comienzo he tenido la suerte de tener siempre presencia en la televisión, discos  sonando en la radio, y  tocando en una tarima de hotel con música en vivo. Fuimos el primer grupo que estaba fijo en un hotel, fijo en televisión y a la vez tenía discos pegados. Para llegar hasta donde he llegado la fórmula es dedicación, consistencia con capacidad de adaptabilidad, y oído en tierra para irme amoldando a los cambios y las corrientes a las que hemos estado expuestos todos los que conformamos ese grupo generacional.



¿Cómo te inicias en la música?

Con  Los Armónicos, un grupo musical que organicé junto a Cuco Rivera (guitarra), Herminio Díaz (alto sax y flauta), Pacho Domenech (batería), Enrique Santiago Bisil (cantante), Frankie Medina (congas) y Frankie Vega (bajo). Todos estábamos en nuestro primer año de estudios de la Universidad de Puerto Rico en el 1959. Cumplí 16 años cuando ya habíamos  empezado ese primer semestre. Aunque quizás por mi juventud no tenía claro lo que quería estudiar, me atraía  la abogacía, pero aquellas clases de piano que desde niño mi mamá me obligó a tomar, me fueron llevando por un sendero distinto. Fue en la UPR que  Vitito Rivera, un excelente bajista –padre de Víctor Rivera, ex secretario del Trabajo–, me vio tocando  y me recomendó para mi primer trabajo profesional, en el Trader’s Vic del hotel Caribe Hilton, con Monchito Muñoz, hijo del maestro Rafael Muñoz. Tiempo después me fueron a buscar a ese lugar para  ofrecerme ser el pianista del Conjunto de   Paquito López Vidal (compositor de “Espérame en el cielo”), que se presentaba en el Fiesta Room del Hotel Condado Beach, la más prestigiosa  sala de fiestas del país en ese momento, tanto por las estrellas que ahí se presentaban como por  la Orquesta  Siboney de Pepito Torres, que  estaba pasando por un momento de inmensa popularidad gracias a su presencia semanal en el Show Libby’s, el más importante  programa de variedades de aquella  recién nacida industria televisiva de la  isla.

¿Cuáles son los momentos trascendentales en tu carrera?

 Nuestro primer disco, “Pijuán y su sexteto”,  el primer tema se colocó en la lista de popularidad titulado “La bala de plata”; el debut en la televisión en 1967 por Telemundo como figura estelar en el Show Coca Cola junto a Julio Ángel, Las Caribelles y Nydia Caro; la creación en 1973 del primer programa de salsa en la televisión local, “La factoría de la salsa”, por el Canal 7; el éxito “Alexandra” sacado del Festival OTI del 1974 y popularizado por mi grupo; y la nominación al Latin Grammy en el 2014 de mi  proyecto los Baby Boomer Boys “Sólo pa’ los jóvenes de corazón” como el Mejor álbum tropical tradicional.

¿A quiénes considerarías figuras claves en el éxito de tu carrera?

 A excelentes músicos y cantantes que han aceptado ser parte de mis inventos musicales, ingenieros de sonido, artistas gráficos. Sobre todo a los productores Paquito Cordero, don Tommy Muñiz, Luis Vigoreaux padre y Félix Luis Alegría. 


 ¿Crees que la industria hotelera vuelva a ser una plataforma para artistas y músicos?

  Posiblemente soy el último de los mohicanos de los músicos de mi época que está activo. Fui parte de esa época gloriosa de la industria hotelera del país en que la gastronomía, el sol, las playas y la hospitalidad de nuestra gente eran vitales. Puerto Rico era la capital del entretenimiento en el Caribe por las muchas luminarias de fama mundial que actuaban aquí, y pienso que lo podemos volver a ser, todo es cuestión de  proponérnoslo, especialmente ahora que más artistas nuestros son  figuras de relieve internacional. A mí me tocó estar en tarima con  figuras  como Olga Guillot, Celia Cruz,  Alberto Cortez, Joel Grey (Cabaret), Gloria Estefan, Julio Iglesias, Liza Minelli, Marco Antonio Muñiz, Tony Bennett,  The Temptations, y muchísimos más.

¿Cuántas producciones has grabado?

Son 31, y los dos más recientes son de “Pijuán & Los Baby Boomer Boys”. Desde muy temprano en mi carrera me percaté que había que grabar discos, que  a la postre son una muestra real de lo que fue tu paso por la música y tu legado.

Lo más reciente que has compuesto ha sido un tema dedicado a los puertorriqueños que han emigrado a Estados Unidos y otro a los cumpleañeros.


 Escribí “No hay nada como regresar”, que expresa la añoranza siempre latente de los boricuas  ausentes que esperan  que llegue pronto el día en que puedan regresar a su patria y estar de vuelta en su hogar. La otra la titulé “Felicidades en tu cumpleaños”. Pienso que  con el tiempo esa canción será el “Happy Birthday” del siglo XXI.

Tus ansias de seguir reinventándote crea a los Baby Boomer Boys, que ha sido otro éxito. ¿Por qué se ha acogido este concepto con tanto entusiasmo?

El pegue de Pijuán  & Los Baby Boomer Boys es porque son grabaciones que están hechas a la medida de ese público madurito, que hoy día es el segmento poblacional mayoritario del país. El repertorio está compuesto por aquellas canciones  que esos maduritos guardan en su memoria  como sus favoritas de siempre. Y es que esas  canciones interpretadas por el conjunto de voces que conforman Edward Delgado, Tony Guayama, Esteban Rivera, Harry Fraticelli y Manolo Ruiz, con arreglos míos, es un viaje    hacia  otra época para todos esos jóvenes de corazón.

¿Qué otros proyectos tienes?

Me gustaría producir por lo menos una canción junto a mis Baby Boomer Boys con cualquiera de estos artistas: Pedro Capó, Yolandita Monge, Soledad Pastorutt, Pasión Vega, Edith Márquez  o Kalimba. Quiero sacar licencia discográfica para los Baby Boomers pero no hay, el último que hizo eso fue Edgardo Díaz con Menudo. Tengo un par de proyectos adicionales, un “sitcom” de media hora para la televisión que iría  dos veces por semana.

   Hablemos del comic “Las aventuras de Pijuán & los Baby Boomer Boys”.

 Tomando en cuenta que hay un resurgir extraordinario con los cómics, ejemplo de esto es el Comic-Con que  se celebró  recientemente en el Centro de Convenciones de Puerto Rico con un lleno total, me di a la tarea de escribir uno, de mi  grupo, con los que pueda unir tres generaciones, de abuelos,  papás y los nietos. Va a salir cada tres meses con ilustraciones del artista gráfico Juan Carlos Báez. La historia está escrita de tal forma  que en cada tirada La Brigada de los Baby Boomer Boys estará ayudando a alguien en particular, o a alguna entidad. En la primera tirada estaremos tratando de resolver el caso de  “La gallina turuleca” que se le perdió a su dueña, y  va a estar disponible en todos los  estantes de revistas del país muy pronto. Eso de los cómics ya lo habían hecho grupos como los Beatles y los Monkies.


Entre lo que has hecho, fuiste productor y representante de la cantante Maggy, quien tuvo su propio espacio en Telemundo.

Margarita Rodríguez Negrón (su verdadero nombre) fue un proyecto interesantísimo que puso a prueba mi creatividad y capacidad de tomar un segundo plano como productor detrás de las cámaras para impulsar una talentosísima jovencita que vino a llenar un vacío que había de una figura pop femenina dentro del movimiento juvenil que comenzó con Menudo. Su fama se regó como pólvora por toda Latinoamérica como México, Honduras, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Colombia, Chile y Argentina, además de República Dominicana y Estados Unidos. Le produje tres discos que la convirtieron en la máxima exponente de la canción juvenil de los 80. Además de Maggy, la Orquesta Puertorrican Power comenzó conmigo, le produje  un disco a Bizcocho cantando salsa, “El premio gordo del sabor”, y representé en Latinoamérica a cantantes como Juan Manuel Lebrón y Wilkins.

¿Qué opinas de los “reality shows” y de La Banda, que es el más reciente?

Hay muchas cosas que son fabricadas mecánicamente que puede que funcionen como que no. Hay que ver dónde están los ganadores de “Objetivo fama” o los de “La voz kids”, en que se destacó más el difunto Topy Mamery como juez que los cantantes, y eso es sólo en Puerto Rico.     Es una tendencia  mundial, pero tristemente   cuando terminan las 13 semanas que dura el concurso, también terminan las carreras, por no decir los sueños y las ilusiones de los llamados “ganadores”. Parece ser que los organizadores son los únicos que ganan por las ventas astronómicas que les genera la publicidad pautada en cada edición. 

En noviembre te presentaste en Cuba por primera vez con tu grupo en el Festival Internacional  Benny Moré.

Siempre quise ir a Cuba y acepté  la invitación que nos hiciera el Ministerio de Turismo de Cienfuegos para que Pijuán & los Baby Boomer representáramos a Puerto Rico en el festival. Llegamos a Cuba el 24 de noviembre y permanecimos ocho días. Un nutrido  grupo de boricuas que nos acompañó con la idea de visitar Cuba fueron testigos del éxito apoteósico que tuvimos. Nuestra segunda presentación fue en el Café Miramar de La Habana.

Hablemos de la familia. Tu papá era hermano del primer gobernador de Puerto Rico, Jesús T. Piñero, nombrado  por el presidente Harry S. Truman. ¿Tuviste la oportunidad de compartir con él, ya que murió joven?

Sí. La primera vez que compartí con tío Jesús yo tenía 5 años y fue en Humacao. La segunda ya tenía 9 años y lo fui a visitar a su casa en Canóvanas, que está frente al hipódromo, que la renovó Chemo Soto. Esa casa rosada tiene unas escaleras estrechas y subí al segundo piso con mi tío y en el descanso de la escalera había un avión muy bonito porque él era fanático de la aviación. Me preguntó si me gustaba el avioncito y le dije que sí. Entonces,  me preguntó que si yo quería ser piloto, y cuando le respondí que no, él me dijo: ‘Ah, yo que te lo iba a regalar’. La próxima vez que vi a tío Jesús fue al año siguiente, en su entierro.



¿Alguno de tus tres hijos ha seguido tus pasos en la música?

Nancy, la mayor, es escritora y abogada  –ella  estudió piano en su niñez y canta. Estuvo en los coros y la coreografía con Maggy hace muchas lunas. José Juan, “Pijuancito”, es ejecutivo  a cargo de mercadeo en una multinacional en los Estados Unidos. Es un excelente guitarrista. Cristina Alejandra, de mi segundo matrimonio, es graduada en Comercio Internacional de la Universidad de Puerto Rico. Se ha formado en danza desde niña y es profesora de baile en una reconocida escuela.

  Has sufrido dos infartos. ¿Cómo te cuidas, cómo está tu salud ahora?

Mi salud está  estable, gracias a Dios, a mi médico de cabecera  y a los cardiólogos que  han tenido a cargo el cuidado de mi condición. Me ejercito por lo menos tres veces por semana, tomo mis medicamentos y me alimento lo más saludable posible, aunque a veces eso se complica por las horas tan dispares en que me desempeño en la televisión o en algún estudio de grabaciones.

¿Cómo es el verdadero Pijuán en la privacidad?

Soy particular. Tengo orgullo natural por lo con que hasta ahora  he podido contribuir al bienestar de mi familia, a mis preciadas  amistades y a la cultura de mi país, y deseo seguirlo  haciendo, pues debo dejar un legado a esta isla mía que tanto me ha dado. Pero mantengo mis pies en la tierra y  soy una persona humilde sin ínfulas de grandeza. Estoy convencido de que  nada se puede hacer sin la ayuda del Creador y sin  tener un colectivo que  esté dispuesto a remar al unísono para poder alcanzar objetivos comunes.

Si tuvieras que ponerle un título de una canción a tu vida, ¿cuál sería?

“Gracias a la vida”,  de Violeta Parra.

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