El centenario de Dizzy Gillespie
Fecha especial para la música: hoy 21 de Octubre (día en que también nació la Reina Celia Cruz) celebramos el centenario del nacimiento de Dizzy Gillespie, uno de las grandes glorias del jazz americano de todos los tiempos.
Genio innovador, John Birks Gillespie fue uno de los responsables de la revolución musical del be-bop, estilo que cambió los patrones del jazz en la década del 40. Por si fuera poco también fue responsable del desarrollo inicial del cubop, germen que ayudó al desarrollo del jazz afrocubano o latin jazz.
Nacido hace cien años en Cheraw, Carolina del Sur, fue el trombón su primer instrumento musical. Tenía catorce años cuando empezó su carrera musical y pronto, cumplidos los quince, cambió el trombón por la trompeta. Llegó a New York en 1937 y fue durante su estancia en la banda de Cab Calloway cuando conoció a Mario Bauzá, quien le presentó la música cubana. Fue “amor a primer sonido” que se volvió eterno cuando, a mediados de 1946, conoció a Luciano Pozo Gonzalez, con quien introdujo la conga al jazz grabando en 1947 “Manteca”, uno de los temas emblemáticos del latin jazz.
Quiso el destino que la combinación Dizzy Gillespie-Chano Pozo fuera breve ya que el conguero cubano fue asesinado el 2 Diciembre 1948. Tal fue la huella que Chano dejó en la vida de Dizzy que, aunque la silla de conguero en sus diferentes bandas fue ocupada por grandes nombres, él siempre aseguró que ninguno superó a Pozo.
En 1954, Dizzy Gillespie grabó el disco Afro, que incluyó la Manteca Suite arreglada por Chico O’Farrill. No solo eso, a través de toda su carrera, Gillespie siempre dio lugar preferente al toque cubano con temas como “Tin Tin Deo”, “Night in Tunisia”, “Con Alma”, entre otros. Esa inclinación musical hizo que se rodeara de músicos latinos como Sabú Martínez (el primero que reemplazó a Chano Pozo en la conga), Mongo Santamaría, Ubaldo Nieto, Antar Daly, Cándido Camero, Ray Concepción, Bobby Rodríguez, José Mangual, Julito Collazo y Ray Barretto.
En la década del 50 del siglo pasado Dizzy ya era toda una celebridad puesto que, junto a otros nombres grandes como Charlie Parker, Thelonious Monk, Bud Powell y Max Roach, había establecido el bebop, re-escribiendo las reglas del jazz con un estilo donde prevalecían notas rápidas e intrincadas combinaciones de acordes. A su virtuosismo como ejecutante le agregó un histrionismo especial, gran sentido del humor en sus presentaciones y su imagen artística empezó a trascender más allá de lo estrictamente musical.
Su trompeta cambió de forma, apuntando al cielo con una inclinación aproximada de 45° y sus cachetes se inflaban mientras tocaba su instrumento: imagen y sonidos únicos que se volvieron en su sello personal.
A mediados de 1963, en una decisión que para muchos parecía insólita, el famoso Dizzy Gillespie anunció su candidatura a la Presidencia de los Estados Unidos proponiendo a otros músicos como miembros de su probable gabinete: Miles Davis como director de la CIA, Louis Armstrong como ministro de Agricultura, Thelonious Monk como embajador plenipotenciario, Duke Ellington Secretario de Estado, Ray Charles a cargo de la Biblioteca del Congreso Charles Mingus como Ministro de Paz y ningún Ministro de Guerra porque según él mismo “no tendrían ninguna guerra”. A comienzos de 1964, año de las elecciones, Gillespie abandonó la candidatura y retomó al 100% la música.
En la década del 70, recordamos su disco Afro-Cuban Jazz Moods con Frank Grillo “Machito” y Chico O’Farrill y sus viajes a Cuba donde fue “venerado” no solo por el público cubano (que ya lo conocía desde sus épocas con Chano Pozo) sino también por los músicos de la isla. Dos de ellos, integrantes del Grupo Irakere, serían muy especiales en su vida: Arturo Sandoval y Paquito D’Rivera (en su última visita a Cuba en 1985 conocería al virtuoso pianista Gonzalo Rubalcaba).
Caso especial el de Sandoval pues gracias al apoyo de Gillespie pudo salir de Cuba y establecerse en los Estados Unidos, actuando y grabando juntos en más de una ocasión.
1978: Dizzy Gillespie y el saxofonista Stan Getz junto a Irakere y Los Papines en Cuba
Dizzy Gillespie estuvo una vez en Perú (en la primera mitad de los 80s) y se presentó en el recordado Satchmo de Miraflores. Recuerdo un saludo que le grabó a Roy Morris para su programa radial “Ritmos y Estilos” y que mi hermana Norma grabó en un cassete que espero encuentre en algún momento.
Hacía unos años que ya había abrazado la Fé de los Bahaí, quienes creen que todo el planeta debe considerarse una sola nación. Esa fue la inspiración para que, a finales de los 80s, creara la United Nation Orchestra, integrada por músicos de todo el continente: D’Rivera, Sandoval, Slide Hampton, James Moody, Airto Moreira, Flora Purimm, Ignacio Berroa, Ed Cherry, Giovanni Hidalgo, John Lee, Danilo Pérez, Mario Rivera, Claudio Roditi y Steve Turre, con quienes viajó alrededor del mundo y ganó su segundo y último Grammy en 1991.
A comienzos de 1992 le detectaron cáncer de páncreas, lo que afectó su condición física y redujo significativamente sus presentaciones artísticas. Cumplidos los 75 años de edad, su última aparición pública fue el 14 de Noviembre de ese años en el Tarrytown Music Hall.
El genio del jazz murió el 6 de Enero de 1993 mientras dormía en una silla del Englewood Hospital de New Jersey. Su influencia indeleble e infinita, cumplidos 100 años de su nacimiento, aún perdura en el jazz americano y el afrocubano.
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