Libro sobre Ray Barretto se presentará en Puerto Rico
El libro "Ray Barretto - Fuerza Gigante" llega a Puerto Rico.
Escrita por el periodista colombiano Robert Téllez Moreno, la obra literaria dedicada a reapsar la vida de "El Rey de las Manos Duras" se presentará el próximo viernes 17 de Marzo en un actividad a realizarse en el Museo de la Salsa que dirige el coleccionista Robert Padilla en la Isla del Encanto.
La presentación tendrá como protagonistas, además de Téllez y Padilla, a Hiram Guadalupe (quien actuará como moderador del evento), Elmer González (investigador musical que escribió el prólogo del libro), Julio Costoso (autor de la fotografía que figura en la portada del libro) y el gran pianista Ricky González, quien fuera integrante de la orquesta de Barretto en la década del 80.
“Esta no es un biografía, es un documento periodístico que articula de manera cronológica la trayectoria de Barretto, que imagino puede llegar a originar futuros estudios sobre su carrera”, afirma Téllez, fundador de la muy reconocida revista Sonfonía , actual conductor de "Conversando la Salsa" (que se emite en Radio Nacional de Colombia) y autor del libro que consta de ocho capítulos.
"Ray Barretto - Fuerza Gigante" ya fue presentado en diciembre pasado primero en Miami y luego en la Feria de Cali y ahora llegará a Puerto Rico en la previa al 34 Día Nacional de la Zalsa.
Gracias a la gentileza del autor, comparto con Ustedes el prólogo escrito por Elmer González y que sirve como "sabroso aperitivo" a la obra literaria de Robert Téllez Moreno.
Rober Téllez, autor de "Ray Barretto - Fuerza Gigante"
Prólogo para el libro “Ray Barretto – Fuerza Gigante”
El Caribe es tierra de tamboreros. Las Antillas Mayores y los países hispanos circundantes han sido la cuna de percusionistas extraordinarios que se desplazan a través del tiempo y el espacio marcando los ritmos asociados a está región geográfica entre las dos Américas.
Durante el siglo XX, los ritmos populares afrocubanos fueron los más influyentes en la región. La clave, el bongó y las tumbadoras, de origen cubano, se convirtieron en instrumentos emblemáticos para identificar la naturaleza rítmica de la música caribeña.
Quizás el tamborero más famoso hasta el día de hoy lo es el habanero Luciano "Chano” Pozo. Con una vida marcada por la violencia, un puñado de composiciones con letras y estribillos de poca monta y un estilo bien básico de ejecutar la tumbadora, Chano alcanzó el nivel de “leyenda del tambor” después de su asesinato en Nueva York el 2 de diciembre de 1948.
Su figura es el tema principal de varias composiciones del repertorio afrocaribeño. Sus composiciones se siguen grabando. Además, durante muchos años se consideraba como el sello distintivo entre el jazz afroamericano y su variante “latina” a partir de sus trabajos con el trompetista Dizzy Gillespie. Fue la combinación Gillespie-Pozo la que determinó el futuro de un recluta del
ejército norteamericano destacado en Alemania durante la segunda mitad de la década de 1940. Con menos de veinte años de edad Ray Barretto escuchó el tema “Manteca” en el que se juntaban los elementos del Be-Bop con los toques de la tumbadora.
Desde ese momento, Barretto descubrió que sus dos pasiones musicales como melómano podían estar juntas: el jazz y los ritmos afroantillanos. El resto es la historia, su historia. Una vida de aprendizaje continuo llena de logros, tropiezos y satisfacciones.
Con las tumbadoras como su instrumento, Barretto lideró desde Nueva York una de las bandas más apreciadas y de mejor sonido durante los mejores años del movimiento salsero.
Como miembro de las Estrellas de Fania en la década de 1970, el “Rey de las manos duras” se convirtió en el conguero oficial de la salsa. Aunque había buenos congueros para esa época en los Estados Unidos, ninguno tuvo el destaque de Barretto quien pareció romper con el monopolio de tamboreros cubanos como Mongo Santamaría, Julito Collazo, Cándido Camero, Patato Valdés y Francisco Aguabella, entre otros.
Tuvo mayor éxito comercial como salsero que como jazzista. Pero cabe preguntarse si fue un jazzista que tocaba salsa o un salsero que tocaba jazz. En la opinión del que suscribe estas líneas Barretto fue primordialmente un jazzista. El jazz fue su Alpha y Omega. Su principio y el fin de su carrera. Quizás su mundo entre esas dos corrientes musicales le permitió desarrollar un sonido netamente bailable con pinceladas de jazz y una banda progresiva de jazz con aroma a rumba y clave. Chano Pozo nunca se enteró de cuán importante fue en la formación musical de Barretto. Tampoco el gigante de la sonrisa de niño supo a cuantos jóvenes inspiró y motivó que hoy forman parte de la legión de tamboreros en el Caribe.
Barretto murió el 17 de febrero de 2006. Su cuerpo fue cremado y sus cenizas esparcidas en el mar frente a las murallas del Viejo San Juan en su querido Puerto Rico.
Fue maestro de maestros. Un ídolo musical para miles de entusiastas. Se dice que los “ídolos no mueren porque alcanzan niveles de deidades”. Pero si, podrían morir en la memoria colectiva si no se les recuerda y se mantiene su presencia en la sociedad. Chano Pozo sigue “vivo” porque varios músicos se han encargado de mantener su presencia en grabaciones y composiciones.
En esa dirección de perpetuar el recuerdo del autor de “Indestructible”, elinvestigador musical y radiodifusor colombiano Robert Téllez se dio a la tarea de conseguir valiosos testimonios de quienes conocieron a Barretto y registrar en estas páginas información biográfica del artista que tanto Téllez admira.
Las grabaciones son los documentos infalibles para conocer el alma musical de Barretto. Es por eso que parte de esta publicación recoge una discografía parcial del tamborero.
En Puerto Rico se dice que “Colombia es la memoria de la salsa”. Gracias Robert.
Elmer González
Productor de “Son del Caribe” y “Son de Cuba”
Radio Universidad de Puerto Rico
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