Puerto Rico y Cuba en un mismo sentimiento
Fuente: El Nuevo Día. Por: Damaris Hernández Mercado
Más allá de la afirmación de que Cuba y Puerto Rico son de un pájaro las dos alas, hay un hecho cultural que a través del tiempo valida esa aseveración: la música.
Los cubanos y los puertorriqueños sentimos lo mismo cuando suena una timba o un quinto. Estamos sincronizados musicalmente, como si no hubiese una distinción sonora para proyectar y sentir y vivir la música. Si de ritmo se trata esa condición antillana y caribeña similar entre ambas islas se apodera de nuestros pies, caderas, cintura y del corazón. Cubanos y puertorriqueños brincan del asiento al ritmo de un son montuno o del repique de un pandero.
Es por ello que por más de un siglo, Puerto Rico y Cuba, aún con condiciones socio-políticas muy distantes, han jugado roles importantes sobre la producción y exportación de talentos en la música latina. Hablar de la industria de la música latina y no mencionar exponentes puertorriqueños y cubanos sería pecar de omisión. Ambos países son cunas abundantes de talentos.
En ese contexto la obra de músicos, compositores y cantantes cubanos siempre ha llegado a nuestras costas. Esto a pesar del embargo impuesto a Cuba por parte de Estados Unidos, luego de la revolución cubana comandada por Fidel Castro a finales de la década del 50. El pueblo puertorriqueño ha sido receptivo a las corrientes musicales cubanas y viceversa.
Sincronía en los ritmos
La influencia de la música cubana está anclada en Puerto Rico a través de los géneros de salsa, nueva trova, bolero, canciones de nostalgia y el jazz latino, entre otros subgéneros.
“Entre Puerto Rico y Cuba hay una similitud y sincronismo gigante. Existe una fusión donde nosotros nos compenetramos con ellos y viceversa. Ese intercambio musical y cultural sigue presente aún con la revolución cubana, ya sea desde los cubanos del exilio o con los de la nación que viven allá. Nosotros nos hemos nutrido de muchas vertientes musicales de Cuba. Por ejemplo en el jazz, el ‘filin’ sale de Cuba, porque aunque Puerto Rico tiene ‘filin’ es a través de Cuba que llega. La voz nuestra fue Lucy Fabery quien adopta ese género al estar en Cuba en la década del 50 y se nutre de todas esas corrientes musicales”, explicó Javier Santiago, fundador y presidente de la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Intentar resumir en palabras más de 50 años del arraigo de la música cubana en la Isla, es una labor titánica para Santiago que atesora desde la fundación historias sobre la cultura popular, clásica y folclórica de Puerto Rico, y el mundo.
En ese línea argumenta que geográficamente Cuba es la antilla que aventaja al resto de las islas en el Caribe. Su tamaño y la proximidad a los Estados Unidos resultó ser un factor beneficioso para conocer esos primeros exponentes musicales y exportarlos al mundo.
“Cuba es un centro en el Caribe de todo lo que es cultura. Nosotros somos un punto y ellos son otro. Su condición geográfica y su tamaño es un gran beneficio.
El tener una proximidad a Estados Unidos le daba mucha exposición a sus talentos. De hecho tenía una vida nocturna muy activa, previo a la época de la revolución donde los norteamericanos bajaban con frecuencia a Cuba y conocieron de primera mano la música cubana. A esto se suma todo lo que podemos etiquetar como tropical y sus vertientes como el cha cha cha, guaguancó; salen de Cuba y es ahí cuando conocemos figuras como Benny Moré, La Sonora Matancera, todos figuras reconocidas como pilares en la música y que abrieron caminos”, sostiene Santiago, quien hace la distinción de que ambos países son cultivadores de talentos a nivel mundial.
A esa lista de figuras cubanas que marcaron el ritmo en el siglo XX en la música latina previo a la revolución cubana el musicólogo Richie Viera, director de la Catedral de la música latina añade a Machito, Miguelito Cuní y la orquesta Aragón, todos nutriendo e inculcando sus estilos musicales como referentes para músicos y cantantes puertorriqueños.
“Si hablamos de pilares cubanos tenemos que reconocer a Benny Moré, Miguelito Cuní, el sexteto Ignacio Piñeiro, la orquesta Aragón y una de las orquestas más importantes de todos los tiempos La Sonora Matancera. Tuvimos la dicha de ver el desarrollo de la carrera de la puertorriqueña Myrta Silva en La Sonora Matancera, Daniel Santos y Bobby Capó grabó con ellos y de los últimos exponentes grabó Ismael Miranda. Esto es algo genial. Otro que hay que destacar es el creador del ritmo pilón, Pacho Alonso que la gente cree que es cubano y nació en Puerto Rico pero se fue de pequeño a Cuba y allá creció. Todo el mundo se quita el sombrero en Cuba ante Pacho y decir que el señor Cheo Feliciano lo tenía como uno de sus referentes es mucho que decir”, menciona Viera quien ha trabajado con los proyectos Cubana All Star en Cuba y viajó con Olga Tañón a la antilla mayor para sus conciertos masivos en La Habana y en Santiago.
Otras figuras cubanas que comienzan a ser embajadores de su patria a mediados del siglo XX y que miraron a Puerto Rico como una plaza poderosa fueron Celia Cruz, La Lupe, Compay Segundo y Omara Portuondo, por mencionar algunos.
De aquí y de allá
En ese intercambio cultural y musical que se ha desarrollado a través del tiempo entre ambas islas figura la historia musical de Myrta Silva, quien encontró su espacio en la emblemática orquesta cubana la Sonora Matancera, agrupación que a su vez fue el pasaporte musical de la Guarachera de Oriente.
Aunque Myrta y Celia tienen historias muy diferentes, ambas compartieron similitudes personales y profesionales. Ambas profesaron un amor desprendido por la patria y por el nuevo país que las adoptaba.
Celia Cruz pudo salir de Cuba en medio de la revolución gracias a su permanencia en la orquesta. Su don de gente, responsabilidad y estilo la convirtieron en una de las querendonas de los salseros en el exilio cubano y en Puerto Rico.
Su álbum “Cuba y Puerto Rico son...” grabado en el 1966, junto al puertorriqueño Tito Puente consagra ese amor por ambos países a través de la canción popular.
Santiago, por su parte, destaca la prominencia y acogida que tuvieron los compositores y cantantes Daniel Santos y Rafael Hernández en el pueblo cubano. En el caso de Daniel Santos estuvo varios años grabando con La Sonora Matancera y trabajó en la radio cubana Radio Progreso. Por más de 15 años vivió entre Cuba y Nueva York. En ese tiempo creó grandes composiciones que se convirtieron en éxitos de su carrera como “Amnistía”, “El preso” y “El que canta”. De hecho, su relación con Cuba fue tan estrecha que fue el autor del tema “Sierra Maestra”, inspirado en el Movimiento 26 de Julio, con el que Fidel Castro inició la revolución cubana desde la Sierra Maestra. Santos hasta estuvo preso en Cuba.
Otro boricua amado y respetado en la antilla mayor fue Rafael Hernández que residió por cinco años en Cuba. En su amplio trabajo musical destaca cómo el compositor acogió el son cubano y la guajira y las difundió en el mundo. Igual creó éxitos que identifican a Cuba como lo son “El Cumbachero” y “Mi querer”.
En la lista de artistas puertorriqueños contemporáneos aclamados en Cuba, tanto Santiago como Viera coinciden en la popularidad de Olga Tañón, Danny Rivera y Marc Anthony.
“Olga Tañón en Cuba es algo que uno no puede imaginar si no lo vive. Es respetada y amada por los cubanos como una reina. Olga es una diosa en Cuba. Igual escuchan y quieren mucho a Marc Anthony. Danny Rivera y Andy Montañez son muy queridos en las calles”, afirma Viera.
Una canción, una protesta
Cabe destacar que al igual que en el bolero y la salsa el género de la nueva canción en Puerto Rico también fue influenciado por trovadores cubanos que levantaron su voz para narrar la parte social del país y la protesta. Basta mencnionar a Silvio Rodríguez, Amaury Pérez, Pablo Milanés y Sara González para reconocer el arraigo que tienen sus letras en la Isla.
“El tema ‘Crecimos’ es de Amaury Pérez popularizado por Lucecita Benítez, el famoso ‘Unicornio Azul’ de Silvio fue grabado por Nydia Caro. La nueva trova aquí entró en los círculos subterráneos porque no contaba con apoyo. Esto era el underground de los 70. La nueva canción fue reconocida desde un principio y nuestras voces nacionales la grabaron. Las voces jóvenes que se estaban levantado en Cuba en la década del 70 coinciden con la revolución en ese momento histórico de ahí escuchamos a Amaury, Pablo Milanés, Silvio, Sara González y tantas voces grandes. Al nosotros estar distante por la cuestión política entra la nueva trova cubana de manera underground. Penetró fuerte a través de la baladas”, repasa Santiago y señala composiciones cubanas como “Para vivir”, “Unicornio Azul” y “Ojalá”.
A la par con esas voces cubanas en la Isla otro grupo de artistas también se hacían eco de ese sentimiento de protesta atado también al romanticismo. Figuras como Haciendo Punto en Otro Son, Roy Brown, Lucecita Benítez y Antonio Cabán “El Topo” defendían ese género en la Isla que también ha sido difundido por exponentes más jóvenes como Fiel a la Vega.
Por último y ante el intercambio cultural que ambos países han impulsado, Viera vislumbra que luego de restablecer sus relaciones diplomáticas entre Cuba y Estado Unidos y abrir embajadas en sus respectivas capitales vendrá la apertura total para que nuestros cantantes y músicos recorran la isla en giras musicales.
“Estoy seguro que va a pasar. Vamos a ver como Cuba será el lugar de la giras, de que un cantante diga voy a estar allá dos meses. Los puertorriqueños serán recibidos y respetados. Somos la misma raíz. Quienes lleguen serán palos musicales”, acota Viera.
Asimismo señala vendrán a Puerto Rico, cubanos a continuar conquistando con su rumba y bailar el mismo son.
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