31 oct 2016 0 comentarios

Jimmie Morales pa'la China




Cuando Jimmie Morales comienza a demostrar lo que es capaz de hacer con las congas quien lo escucha podría empezar a preguntarse casi de inmediato: dónde aprendió, con quién, en qué universidad.

Pero Jimmie Morales es un talento natural. Un músico formado a cuenta propia cuando lo más parecido que existía a los cursos en línea era observar a la orquesta de turno en el "Show de las doce" o quitar y poner la aguja una y otra vez sobre el disco de pasta para escuchar más veces de lo tolerable la misma melodía.

Nacido en Bridgeport, Connecticut, el músico emigró junto a sus padres a Puerto Rico cuando tenía 9 años, huyendo del frío que era nocivo para su condición de asmático. En aquel momento sólo escuchaba la música que estaba de moda en Estados Unidos, es decir,  Los Beatles y los Beach Boys.

Los ritmos de la salsa los conoció a través de las emisoras de radio en la isla. Los sonidos de la conga, llegaron a sus oídos porque su vecino, en Bayamón, tocaba el instrumento.

“Ahí es que empiezo yo a enamorarme de la música latina. Escuchando a los Lebrón Brothers, Larry Harlow, Willie Colón y Héctor Lavoe".


La primera Navidad que pasó en la isla tocó la conga durante toda la noche. Al levantarse al otro día le dolían las manos, pero el resto de su cuerpo estaba muy satisfecho. Surgió la conexión con el instrumento que le acompaña hasta el día de hoy.

Las únicas clases que tomó “por un tiempito”  fueron de redoblante, a los 13 o 14 años, en la Plaza de Recreo de Bayamón. Otro amigo le ofreció unas demostraciones y así se atrevió a integrar el conjunto La Justicia durante tres años.

En un “party de marquesina” donde tocó le ofrecieron trabajo en otra agrupación dirigida por Beto Tirado, actual saxofonista de Willie Rosario. De ahí en adelante continuó tocando con las orquestas de Tito Allen, Rafy Leavitt, Willie Rosario y Gilberto Santa Rosa. Además, durante sus 40 años de carrera ha acompañado a las agrupaciones de Juan Luis Guerra, Tito Nieves, Ismael Miranda, Jerry Rivera, Roberto Roena, Oscar D' León, Lalo Rodríguez, Eddie Santiago y Frankie Ruiz. Su discografía incluye más de 80 títulos.   

“Aprendí en la práctica y tocando en la calle que es donde verdaderamente uno se pule”, destaca quien considera a Willie Rosario como su más grande escuela porque en aquel momento “estaba crudo”. Tenía 20 años y con él estuvo durante ocho, hasta que tomó la decisión de renunciar para unirse a Santa Rosa en el inicio de su carrera.  

“Yo creo que eso de Gilberto va a funcionar”, fue el consejo que le dio su madre y confidente cuando se lo pidió. Y así resolvió la encrucijada.

Con Santa Rosa tocó en los escenarios más importantes para  la carrera de cualquier músico y visitó una larga de países en América, Europa y Asia. Desde 2005, Morales se convirtió en representante de la línea de instrumentos Remo. El acuerdo le permitió alcanzar un deseo de todo gran artista: tener su propia línea de congas. 

“Es un regalo de Dios, diría yo. Porque jamás pensé tener un instrumento a mi nombre”, comentó el artista sobre el instrumento con un diseño de colores vivos y cuero sintético.

Esta semana, como parte de las actividades en las cuales participa para promocionar la marca, Morales será el único conguero invitado del China Drum Festival. Además de su presentación allí, llevará a cabo un taller sobre el instrumento, algo que disfruta casi tanto como tocar.

“Me llena mucho enseñarle a otras personas lo que sé. Especialmente a niños con problemas de conducta o disciplina que se interesan y les sacas una sonrisa”, señaló.

 Morales continúa tocando mientras persigue la meta de tocar con algunos artistas que no quiso mencionar y grabar su propio disco.

30 oct 2016 0 comentarios

Adiós y Gracias Rubén!


Así como ayer en Santiago de Chile, el pasado sábado 22 Rubén Blades cantó en Lima como parte de su gira de despedida “Caminando, Adiós y Gracias” en el marco del Festival All Access.

Fueron casi tres horas en el Estadio Nacional, recorriendo parte de su extenso y trascendental repertorio “de la mano” de Roberto Delgado y su Orquesta, cuya disposición en el escenario en forma de arco (la cual me sorprendió) sirvió para que Rubén pudiera moverse a plenitud.

Delgado no fue el único que acompañó a Rubén, quien presentó en la primera parte del show limeño a Editus de Costa Rica para una secuencia especial con temas de sus discos Mundo y (principalmente) Tiempos.

Sospecho que esta ha sido la última vez que veremos a Blades en Perú. Tal vez ya no sea en un show de Salsa pero presiento que sabrá “darse maña” para seguir en contacto con los peruanos.

Con Ustedes “Sicarios”… Adiós y Gracias Rubén!


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"Crónica de un goce anunciado" - Eddie Palmieri regresó a Perú


Eddie Palmieri baila durante su presentación en el Festival All Access - Lima, Perú


Por: Eduardo Livia Daza
Fotos: Norma Livia Daza

Camina lento, toma el micrófono al centro del escenario y dice: “Han pasado veintiseís años que no he tenido el honor de volver a su país”. Y acto seguido nos advierte: “pero esta noche me voy a desquitar”.

En sus recuerdos de esa primera vez en Perú, la imagen de Doña Iraida (su esposa fallecida el año 2014) está muy presente. Ella era su Manager en aquel 1990 y es por eso que para ella fueron dedicados, con toda justicia, los primeros minutos de su show, solo al piano.

El Maestro marca a la orquesta y Hermán Olivera, vestido de blanco, irrumpe: “Orecuami Obatacuami”. A su lado está Renzo Padilla, emocionado haciendo maracas y coros y representándonos a los peruanos en tarima. La cosa se va poniendo buena.




“Hace tiempo que vengo sonando el tambó” Sí. Hacía tiempo que esperábamos verlo en Perú, algo que parecía improbable y por lo cual nos fuimos a Colombia cinco años atrás y repetimos el viaje el año pasado para seguirlo de Cali a Medellín.

Ahora estaba en el Estadio Nacional, echando unos cortos pasos de baile y pidiendo a continuación “un cachito pa’huelé” para que “las cuerdas de oro” de Nelson González y su tres cubano autografiado por Cachao hagan de las suyas. Nelson es parte de ese “trío cómplice” de piano, tres y bajo que lo completa Luques Curtis, quien a sus 33 años no solo es un gran contrabajista de jazz sino también, al lado de su hermano Zaccai, productor musical con su Truth Revolution Records.




Luques es un discípulo aprovechado del gran Andy González (quien coincidentemente fue también bajista de esta gran orquesta a fines de los 60s) y es quien más comparte con el pianista esas sonrisas y guiños durante los shows. Es también un “guerrero de palo pa’rumba” ofreciendo un largo solo mientras su Jefe vuelve a pedir la clave a los salseros que ya estamos montados 100% en tremenda rumba.

El Maestro se está riendo muy seguido en tarima con sus músicos, lo vemos y pensamos que cualquier cosa puede pasar. Y si se anima nuevamente a bailar, podemos estar seguros de que está feliz y absolutamente entregado en su show. Sálvese quien pueda, “moforibale al Tambó”, El Pequeño Johnny aumenta aún más la excitación sonora y Joe Fiedler con su trombón completa el abuso musical.


"La banda que manda"


“Yo quiero que hablen con el empresario y díganle que no espere 26 años más.  Y como no vine por 26 años, quiero venir por los próximos 26, una vez cada año”,  dice el Maestro enseñando su medalla con las Palmas Musicales que en la víspera recibió.

En esa víspera, él se había emocionado con el homenaje de su escultura en el Callao y luego yo había compartido en su mesa, con Norma y Juan Fernando Trujillo, una de las charlas más interesantes de mi vida salsera.


Mi charla con Maestro Eddie Palmieri en Lima, Perú


Ya que hablamos de los vientos de la banda, ahí también están Louis Fouché en el saxofón, Jonathan Powell en la trompeta y Jimmy Bosch y sus moñas al trombón, esas que ya patentó desde sus tiempos con Barretto en los 80s.

Son precisamente Powell y Bosch quienes se trenzan en un momento en un feroz contrapunto de trompeta y trombón que provocan al mismísimo Rubén Blades (“el dueño de la fiesta” puesto que era su despedida de los escenarios salseros en Perú) a transmitir en vivo en su página de Facebook ese fragmento del show. “Perdóname mami” dice Olivera y el Maestro nos reta y dice “Así se toca”.


Jimmy Bosch y Jonathan Powell en fiero mano a mano de trombón y trompeta


Todos los músicos tienen la oportunidad de lucirse. Todos. Hay que disfrutar a Camilo Molina en el timbal cuando no hay malanga y también hay que oir a Nicky Marrero (que alterna en bongó y timbal) y a Louis Fouché y su saxofón. Nos conviene.


Nicky Marrero en solo de timbal


El saxofón de Louis Fouché


Se cumplieron casi hora con veinte minutos cuando el Maestro y su Orquesta se fueron pa’l monte, acabando con su comparsa en el Festival All Access. Esa noche fue feliz y nos hizo felices con su música. Nosotros salíamos a la mañana siguiente temprano para Cuba y yo casi no pude dormir por la “potencia concentrada” recibida.

Es debido a ese viaje que recién puedo escribir hoy (una semana después) acerca de esa sobredosis de Salsa dura que nos regaló con su sensacional Orquesta ese Maestro cuyo nombre es Eddie Palmieri. Se iba a desquitar, lo había advertido. Lo hizo.“Oyelo que te conviene”


29 oct 2016 0 comentarios

VIDEO: "Pa' Huelé" - Eddie Palmieri en Perú (2016)

Hace exactamente una semana...


28 oct 2016 0 comentarios

"El Almirante del Ritmo" Nelson Pinedo




Canta Nelson Pinedo (Nelson Pinedo Sings), ese es el nombre de uno de los doce LPs que "heredé" de mi padre en 1983 cuando me atacó el gusto por la Salsa. Incluso por la numeración del disco (Seeco SCLP 9062) es probable que haya sido el primero que mi viejo comprara de la Sonora Matancera.

"Momposina", "El Muñeco de la Ciudad", "Estás Delirando", "Bésame Morenita" y "Me Voy Pa'La Habana" eran parte de las doce canciones del LP en cuestión y precisamente, encontrándome en La Habana (y transitando diariamente entre Neptuno y Galiano como dice Pinedo en "La Esquina del Movimiento") me entero de la muerte (ocurrida a primera hora de ayer 27 de Octubre) del recordado "Almirante del Ritmo".

En las últimas semanas el nombre de Nelson Pinedo hizo noticia cuando se advirtió respecto a su precaria condición en Venezuela. Se advirtió que su salud estaba muy deteriorada, pero luego se comentó que ya estaba siendo tratado en un hospital y que se estaba procurando trasladarlo a su natal Colombia.

Las reacciones respecto a su partida han sido muchas y diversas. En Colombia, melómanos y admiradores lamentan que Don Nelson haya muerto en una condición poco acorde a la que su trayectoria merecía.


En Perú, el promotor, periodista y locutor Jorge Eduardo Bancayán cree más bien que su amigo barranquillero sufrió limitaciones económicas solo debido a la situación actual por la que atraviesa Venezuela y prefiere recordarlo como el cantante culto, de gran dicción y dicharachero que también gozó de la aceptación del público peruano.

"Difícil tomar partido entre el Nelson bolerista o el Nelson intérprete de música bailable. Destacó en todo" asegura Bancayán quien departió muchos momentos con Pinedo dentro y fuera de los escenarios.

Ricardo "Mocho Bustamante, quien lleva el estandarte del sondo matancero en la Lima del 2016 tiene también un recuerdo respetuoso respecto al colombiano. Cuando el percusionista nacional decide reducir el formato de su grupo (de dieciseís a nueve músicos, por efectos de la hiperinflación de fines de los 80s) para dejar la Salsa dura y adoptar el sonido de una sonora, aquella visita de Pinedo, Celio Gonzalez y Leo Marini sirvió para confirmar que la decisión había sido la correcta.

"Ellos me felicitaron porque sonaba como la Matancera de los 50s e incluso me pagaron seis mil dólares por grabarles pistas a los tres para que se presentaran en los shows de televisión de la época", rememora "Mocho" quien añade que cuando preparaban los shows por los 65 años de la Sonora en New York Don Rogelio Martínez (el fundador del "Decano de los Conjuntos") descubre que en Perú el "conguero que tenía Macedo ahora tenía su Sonora y sonaba igual (o mejor) que ellos.

"En su siguiente visita, Nelson me trajo una carta de felicitación del propio Rogelio. Es que yo aprendí sus secretos cuando los conocí en los 70s e incluso tomé los 'trucos' del timbalito viendo a Papaíto", agrega Bustamante.

Retrocedo ya no solo a 1983, cuando hice míos aquellos LPs salseros y de la Matancera, sino unos cuantos años más cuando papá o mamá (indistintamente y no recuerdo exactamente por cual motivo) me cantaban "Gavilán Pío Pío / Gavilán Tao Tao") para que yo repitiera ese coro en mi "media lengua" infantil.

¡Buen Viaje Almirante!












Nelson Pinedo se marchó de este mundo en la Clínica La Isabelica en Valencia (Venezuela) tras permanecer 17 días internado víctima de un accidente cerebrovascular. Tenía 88 años y fue más conocido como ‘El Almirante del ritmo o como el ‘Pollo’ barranquillero. El colombiano, quien hizo parte de la Sonora Matancera, 'el decano de los conjuntos de Cuba', nació en el barrio Rebolo y se hizo famoso por canciones como ‘La esquina del movimiento’, ‘Momposina’, ‘El Ermitaño’, ‘¿Quién será?’, ‘El muñeco de la ciudad’ y ‘Bésame Morenita’. Su último trabajo musical fue ‘Homenaje a Pacho Galán’, que contó con la participación del pianista Hugo Molinares y la producción de Farid Char.

1.
Su verdadero nombre fue: Napoleón Pinedo Fedullo, poseedor de una voz clara y nítida, por lo que tuvo la oportunidad de grabar con algunas de las mejores orquestas del pentagrama musical Suramericano: Luis Santi, Cortijo y su Combo, Tito Rodríguez, Pacho Galán, La Sonora Caracas, Chucho Sanoja, Memo Salamanca, Chucho Rodríguez, Nelson Henríquez, Ray Pérez, Nelson Alizo, Porfi Jiménez, Tommy Olivencia y, por supuesto, la legendaria Sonora Matancera. Para la presente biografía se tiene, principalmente, el apoyo del libro biográfico “Nelson Pinedo. El Almirante del Ritmo” del periodista y escritor barranquillero Fausto Pérez Villareal.

Nelson Pinedo nació el viernes 10 de febrero de 1928 (en vísperas del Carnaval), en el barrio Rebolo, de Barranquilla –“La Puerta de Oro de Colombia”–; exactamente en la carrera Bolívar (22), entre las calles Soledad (17) y Jerusalén (18), en la casa con el número 17-23. Su niñez transcurrió por las calles del más popular barrio de Barranquilla, en otra casa ubicada en la calle Santa Isabel (26), entre Bocas de Cenizas (28) y Vesubio (29), hasta los 18 años. Hijo de Alejandro Barranco, un músico empírico barranquillero, compositor y flautista que nunca convivió con la madre ni con el niño. Su madre Rosa Amelia Fedullo Murillo había tenido un hijo con otro señor, cuatro años mayor que Nelson, de nombre Marco Tulio, ya fallecido. Nelson fue reconocido por Julio Pinedo quien fue la persona que lo crió y lo educó, pero su madre no tuvo hijos con este señor.

Con su madre “La Mona” Fedullo, como era conocida, el joven Napoleón entonó sus primeras canciones haciéndole segunda voz y bajos en los bambucos y pasillos que cantaba. Por esta época, crecía en Barranquilla escuchando los boleros de Genaro Salinas, Luis Alcaráz y Pedro Vargas, los danzones de Antonio Machín, los sones de Ignacio Piñeiro y el trío Matamoros y los tangos de Carlos Gardel.

Los estudios de la educación primaria los inició en el colegio salesiano de San Roque, ubicado en la calle de Las Vacas (30), frente a la iglesia San Roque, pero debido a la precaria situación económica de la familia y después de cambiar de centro educativo, apenas alcanzó a cursar hasta el cuarto año de educación secundaria. Entonces realiza distintos trabajos eventuales para ayudar a su padre adoptivo, su mamá y hermano. No obstante, logra terminar sus estudios de la secundaria por las noches, para esto debió contratar los servicios de un profesor particular.

Después tomó un curso de inglés por correspondencia y gracias a su empeño y disposición se graduó como ‘Corresponsal Bilingüe’. El joven Napoleón comenzó a ejercer diversos oficios, fue vendedor en un almacén de telas, trabajó como contabilista en la empresa de aviación Lansa, empleado en la Oficina de Correos y asistente del inspector de caja del Banco de Colombia. Cuando tenía 17 años, falleció Julio Pinedo su padre de crianza de un fulminante infarto cardíaco quedándose solo con su madre, pues su hermano mayor se había independizado y desde ese momento no lo volvió a ver más.

Por este tiempo, el locutor antioqueño Miguel A. Ruiz, dirigía un concurso para cantantes aficionados llamado “El Palacio del Aire”, en la desaparecida emisora Variedades de su propiedad, ubicada en la calle Bolívar (41) con la carrera 20 de Julio (43). Al inscribirse en el concurso Miguel A. Ruiz le sugiere cambiarse el nombre, escogiéndole el de “Nelson” y desde ese momento se comenzó a conocer como Nelson Pinedo. Su actuación en el concurso le mereció el tercer puesto.

Cierto día de 1946, cuando Nelson tenía 18 años conoció al veterano locutor Oswaldo Villanigro quien dándose cuenta del potencial de la voz de Nelson, lo llevó a trabajar en la emisora La Voz de la Patria, ubicada en el edificio Cardona Hermanos, en la carrera Mercado (42) entre las calles Comercio (32) y Real (33), frente a la Plaza San Nicolás. Inició haciendo turnos de noche acompañando a Villanigro que dirigía y presentaba un programa de música norteamericana llamado “Bajo Los Techos de Manhattan”. Al poco tiempo, el director y propietario de la Voz de la Patria, el italiano Clemente Vasallo, le encarga a Nelson el trabajo de traducir las noticias en inglés provenientes del continente europeo y que daban cuenta de las consecuencias del final de la Segunda Guerra Mundial, con las bombas atómicas descargadas por Estados Unidos contra las poblaciones japonesas de Hiroshima y Nagasaki.

2.

En 1947, la agrupación Los Olímpicos del Jazz dirigida por el saxofonista costeño Julio Lastra haría una presentación sabatina en el radioteatro de la emisora donde trabajaba Nelson, La Voz de la Patria. Aconteció que el cantante de boleros no llegó a la cita de la presentación bailable, entonces el cantante de los temas rítmicos Manolo Pulido lo recomienda al maestro Lastra. Nelson se sabía el repertorio de boleros de la agrupación lo que le facilitó las cosas, la primera canción que interpretó con la orquesta del maestro Julio Lastra fue el bolero “Mi Cariño”, que había sido impuesta por Leo Marini con la orquesta de Américo Belloto Varoni. La actuación de Nelson fue tan impactante que el maestro Lastra le propuso que se dedicara definitivamente al canto y que hiciera parte de su agrupación como cantante de boleros y baladas. Nelson, sin pensarlo dos veces, aceptó la propuesta. El primer tema que le ensamblaron como vocalista de planta de Los Olímpicos del Jazz fue “Una Muchacha Bonita” una balada en inglés 
al estilo del trombonista norteamericano Glenn Miller.

Aún corría el año 1947 y, a los pocos meses, el maestro trompetista Francisco “Pacho” Galán, director desde 1945 de la orquesta Emisora Atlántico Jazz Band, solicitó los servicios de Nelson como cantante. La orquesta animaba las fiestas del Hotel El Prado denominadas “Empanadas Bailables”, además actuaba en Pradomar, un balneario del Hotel, cerca de Puerto Colombia. En la Atlántico Jazz Band, Nelson se encargaba de los temas románticos en inglés y en español, junto a los cantantes: el guarachero Gilberto Castilla “Castillita” y el bolerista Jaime García.

A mediados de 1949, Nelson pasó a formar parte de la orquesta del maestro saxofonista, clarinetista y compositor Luis Alberto Rodríguez Moreno (q.e.p.d.), –autor del vals “Tristezas Del Alma”–. Junto a los otros vocalistas de la agrupación Tomasito Rodríguez y el cartagenero Orlando Contreras –homónimo del cantante cubano–, Nelson hizo presentaciones en el radioteatro de Emisoras Unidas, en el programa “Noches Colombianas” del locutor Marcos Pérez Caicedo, además de actuar en otros importantes escenarios de Barranquilla.

Corría el año 1950, cuando Nelson viajó a Venezuela con la orquesta de Luis Alberto Rodríguez Moreno y sus hermanos: Pompilio, baterista; Efraín, conguero, y Tomasito, cantante que posteriormente sería el vocalista estrella de la orquesta de Pacho Galán. Allí en Venezuela, con esta agrupación realizó su primera grabación, en un disco de 78 r.pm., el bolero cubano “Mucho, Mucho, Mucho”, con el respaldo de una guaracha en la voz de Tomasito Rodríguez. El disco fue grabado en el sello Ondas del Lago, en Maracaibo, bajo la dirección de Nicolás Vale Quintero. Dos meses después, regresa a Colombia con la agrupación de los hermanos Rodríguez Moreno y a las pocas semanas inicia una gira por el Magdalena Grande con la orquesta del español Juan Bautista Fons y Sus Estrellas, que los llevó a presentarse en Ciénaga, Santa Marta, Gaira y Fundación.

De nuevo en Barranquilla, a mediados de 1950, entró a formar parte del conjunto del maestro Antonio María Peñaloza Cervantes –oriundo de Plato, Departamento del Magdalena, Colombia, y creador, con versos del cronista español Mariano San Ildefonso, de la música del alegre tema musical “Te Olvidé”, considerado el himno del Carnaval de Barranquilla–, para hacer actuaciones en bailes y centros nocturnos. Al siguiente año, la agrupación se transforma en una orquesta tipo jazz band, con tres trompetas, cuatro saxos, dos trombones, piano, bajo y percusión: batería, bongó y tumbadora, para presentarse con rotundo éxito en los Carnavales de Barranquilla de 1951, en el Country Club y en el Club Barranquilla con lleno a reventar. El repertorio lo componían temas bailables colombianos y música norteamericana interpretada por Nelson Pinedo.

El éxito de Antonio María Peñaloza trascendió en el ámbito nacional, entonces el empresario de origen alemán Juan Danielson viaja a Barranquilla para contratarlo como director de una agrupación que se debía presentar por una temporada en La Casbah en Bogotá. Ante esta pretensión el maestro Peñaloza le impuso llevarse al bajista José Ramón Herrera, el baterista Reyes Cervantes y el cantante Nelson Pinedo; así los cuatro músicos viajaron a Bogotá el 11 de abril de 1951. En el centro nocturno La Casbah, ubicado en la calle 23 entre la carrera séptima y quinta, la orquesta de Antonio María Peñaloza con Nelson Pinedo marcarían toda una época del auge de la música costa atlántica en el interior del país, posicionando al sitio como uno de los mejores en la época.

Transcurría 1952, cuando Don Américo Belloto Varoni (nació el 30 de abril de 1913, en Buenos Aires, Argentina) se encontraba ya radicado en la capital colombiana, y dirigía el programa radial “Qué es la cosa” en la emisora Nuevo Mundo, en el que su esposa la actriz colombiana Teresa Gutiérrez era la animadora. Nelson Pinedo hizo algunas presentaciones en el programa interpretando tangos y boleros. Era aún cantante de planta de la orquesta de Peñaloza, cuando bajo la dirección de Don Américo Belloto y con el respaldo de su agrupación, Don Américo y sus Caribes, conformada por músicos colombianos, Nelson grabó un disco de 78 r.p.m. en el sello Vergara de Bogotá, que por un lado incluía el tema “¿Qué es la cosa?” y en el respaldo “Cumbia del Caribe” ambas composiciones de Alex Tovar.

En diciembre de 1952, cuando se encontraba en los preparativos para viajar a Venezuela, recibe un telegrama del director de la orquesta española Casino de Sevilla, ahora con el nuevo nombre de Serenata Española en el que le ofrecían un contrato por una temporada para presentarse en La Habana, donde se encontraban actuando. Nelson había entablado amistad con los integrantes de la Casino de Sevilla durante se estadía en Bogotá. No obstante, antes de partir para Cuba, viaja a Venezuela, y en Caracas tiene la oportunidad de entrevistarse con el maestro y director de orquesta “Chucho” Sanoja, con quien desde tiempo atrás, había mantenido una regular comunicación por correo. Aquí en la capital venezolana, por intermedio de Sanoja, conoce al empresario de músicos español Ángel Pintado, quien le entrega una tarjeta de recomendación del promotor cubano Eugenio “Tito” Garrote.

En enero de 1953, arriba a La Habana, donde Luis Ayala el director de la orquesta Serenata Española estaba esperándolo. Las presentaciones las debía hacer con cuatro tipos de atuendo: cordobés, sevillano, gitano y andaluz, y además cantando con pronunciación de la “zeta”. El contrato con la orquesta tenía una duración de seis meses a partir de la primera presentación; durante este periodo debía competir en el terreno artístico con los Chavales de Madrid y su cantante Juanito Torregrosa, y con los Churumbeles de España, con su vocalista estelar Juan Legido “El Gitano Señorón”.

Los rivales eran orquestas de peso y Serenata Española no descolló, aún así Nelson Pinedo grabó cuatro temas con ellos en el sello Panart: las baladas “Yo Te Diré” y “Volverán, Volverán”, la romanza “Entre Tus Brazos” y el chotis “Monísima” (el chotis es la música de un baile de parejas muy popular de Madrid desde finales del s. XIX, de movimiento lento y moderado, de compás de cuatro tiempos, y que se ejecuta dando vueltas: tres pasos a la izquierda y tres a la derecha). Este último tema interpretado por Nelson en genuina voz de gallego, sonó por un buen tiempo en las emisoras Radio Progreso, Cadena Azul y el Circuito CMQ, pero en el disco de 78 r.p.m. su nombre no figuró en los créditos. Con ellos Nelson se presentó en el Teatro Payret, en el Casino Nacional, en el Montmartre y en el Canal 2 de la televisión cubana. Antes de que se cumplieran los seis meses de contrato los integrantes de la Serenata Española regresaron a su país de origen.

Después de esto, se puso en contacto con Eugenio “Tito” Garrote, quien era uno de los empresarios cubanos más experimentado y, en ese tiempo, era el representante de Olga Guillot. Nelson le presenta las cuatro canciones grabadas con la agrupación española, los discos grabados con los Hermanos Rodríguez Moreno y con el conjunto de Don Américo y sus Caribes. Su situación económica no era la mejor, pero Tito Garrote le ayuda y lo anima para que no se desespere, porque cree en sus capacidades. Así, gracias al relativo éxito de “Monísima”, el sello Panart lo invita a grabar un disco de 78 r.p.m. con el conjunto del cubano Luis Santi, los temas escogidos fueron el bolero “De Ti No Quiero Nada” de su propia autoría y el porro “Entre Palmeras” del compositor colombiano Rafael Campo Miranda. No obstante, la poca acogida que tuvieron los temas, el empresario “Tito” Garrote pensaba que lo mejor estaba por venir.

3.

Una calurosa tarde de abril de 1953, “Tito” Garrote presenta a Nelson Pinedo ante los propietarios de Radio Progreso, y ese mismo día tuvo la oportunidad de ser presentado, también, a Daniel Santos y a Rogelio Martínez, director de La Sonora Matancera, quienes se encontraban revisando los temas que iban a montar esa tarde en el radioteatro de la emisora, para la presentación de Daniel con la agrupación. Ovidio Fernández fue uno de los dueños que los atendió en su oficina, solicitándole a Garrote que dejara los discos para escucharlos. De acuerdo al periodista y escritor Umberto Valverde, en su libro “Memoria de La Sonora Matancera”, cuenta que después de una semana llaman a Garrote y le piden que “lleve al colombianito. Queremos que Nelson Pinedo le haga una suplencia a Daniel Santos, que se fue para México”.

A finales de abril de 1953, Daniel Santos había salido para una gira por México, sin solicitar permiso alguno a Rogelio, dejando al abandono una serie de presentaciones en vivo que estaban programadas en Radio Progreso con La Sonora. Entonces al responder al llamado, Ovidio Fernández le indica a Garrote que la suplencia es solo por quince días mientras regresaba Daniel, le pregunta por el costo de la licencia a lo que responde: “No te preocupes chico, en el camino se nivelan las cargas”, pues Garrote entendía que lo importante era que Nelson debía aprovechar la oportunidad al máximo.

Un fragmento del porro “Playa”: Playa, brisa y mar…, de Rafael Campo Miranda, fue escogido como jingle para el debut de Nelson de las presentaciones en vivo en Radio Progreso con La Sonora Matancera. Los primeros temas que Nelson le presenta al arreglista de la Sonora, Severino Ramos, fueron “El Ermitaño” de Rafael Escalona y “Mompoxina” de José Barros. Durante las dos semanas, las presentaciones se realizaron de lunes a viernes desde las 6:30 de la tarde, en las cuales Nelson cantó las dos canciones ya mencionadas, además “Me voy pa’ la Habana” de José María Peñaranda y un buen repertorio de boleros de diferentes compositores que hábilmente Rogelio Martínez le seleccionó. Su estilo pegó y rápidamente el cantante colombiano se ganó un puesto de preferencia.

4.

De acuerdo al doctor Héctor Ramírez Bedoya, en su libro “Historia de La Sonora Matancera y sus Estrellas”, los patrocinadores del programa que promocionaban la bebida “Iron Beer”, le solicitaron a Nelson que se quedara aunque regresara Daniel Santos, lo que no sucedió. Así las cosas favorecieron a Nelson Pinedo que con sus actuaciones, logró que el público no extrañara la ausencia del “Inquieto Anacobero”.

La Sonora Matancera con Nelson Pinedo fueron los artistas que tuvieron la fortuna de inaugurar los nuevos estudios de Radio Progreso en la calle Infanta y 25, en La Habana. Así, el 23 de junio de 1953, Nelson cantó con La Sonora en estos estudios el porro “Entre palmeras”, grabación en vivo que fue difundida en todo el continente suramericano. Otros temas grabados en los estudios de esta estación radial fueron el garabato “Te olvidé” de Antonio María Peñaloza y Mariano San Idelfonso; los boleros “Resígnate” de Sebastián Sánchez; “Quién será” de Pablo Beltrán Ruiz y “Caminando y besando” de autor desconocido.

La primera grabación oficial de Nelson Pinedo con La Sonora Matancera, realizada el 19 de octubre de 1953, fue el paseo “El ermitaño”, de Rafael Escalona, arreglado en tiempo de porro. Ese mismo día grabó el bolero “Quién será”, en este tema quedó registrada la voz de Bienvenido Granda en los coros. Por este tiempo, La Sonora Matancera estaba integrada por: Rogelio Martínez en la dirección, guitarra y coros; Carlos Manuel Díaz Alonso “Caíto”, en los coros y maracas; Pablo Vásquez “Bubú”, en el bajo; José Rosario “Manteca”, en los timbales; Ángel Alfonso Furias “Yiyo”, en la tumbadora; Calixto Leicea, en la 1ª trompeta; Pedro Knight, en la 2ª trompeta; Ezequiel Lino Frías, en el piano, y Bienvenido Granda y Celia Cruz como cantantes de planta.

Sydney Siegel, propietario del sello Seeco le ofrece a Nelson Pinedo un contrato de exclusividad por un año, prorrogable por otro más. El contrato era con el sello, más no con La Sonora Matancera con la que seguiría grabando como cantante invitado. Después de “El ermitaño”, en 1954, grabó con La Sonora otros exitosos temas: “Me voy pa’ la Habana” de José María Peñaranda, “Mompoxina” de José Barros, “Amor fenecido” de Santiago Terry Urrutia, “Indiferente” de Pablo Lango, “El pregón del enyuca’o” de Antonio Saladén Marrugo, “Buen amigo” de Salustino De La Gracia, “Desesperación” de Antonio Mata y “Bésame morenita” de Álvaro Dalmar. En 1954, Nelson se hizo merecedor del galardón que lo distingue como el artista extranjero más popular en La Habana.

En el mes de octubre de 1954, regresa a Colombia con la fama de artista de talla internacional para realizar apoteósicas presentaciones, sin La Sonora, en Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena y en su natal Barranquilla. De Colombia partió en gira para Lima, Perú, donde generó algún revuelo; luego siguió a Ciudad de Panamá, San Juan de Puerto Rico, y de ahí a Nueva York, EE.UU.

En 1955, tuvo la oportunidad de cantar con la Orquesta de los Hermanos Castro, una agrupación tipo jazz band conformada por quince músicos, aún cuando hacía parte de la lista de cantantes invitados de La Sonora. Recuerda Nelson que a los dueños de Radio Progreso se les ocurrió cambiarlo de programa, de “La Onda De La Alegría” lo pasaron al espacio estelar “Super Estelar De La Cerveza Cristal”, donde formó una trilogía con Olga Guillot y Fernando Albuerne, respaldados por los Hermanos Castro que en ese momento era la agrupación número uno en Cuba. Con ellos interpretó los boleros “Tú, mi delirio” del cubano César Portillo De La Luz y “Mientras me quieras tú” del colombiano Rafael Mejía Romani, las cuales quedaron registradas en grabaciones en vivo de la actuación en Radio Progreso; aunque Nelson no realizó grabaciones oficiales con los Hermanos Castro. Además de las presentaciones de Radio Progreso con Los Hermanos Castro, por ser una orquesta de blancos, actuó en los más selectos clubes de la alta sociedad cubana, donde La Sonora no tenía acceso por aquello del racismo.

A comienzos de 1955, La Sonora Matancera participa en la filmación de la película “Una Gallega en La Habana”. La película, en el género comedia, fue una producción México-cubana dirigida por René Cardona, con la producción de Carmelo Santiago, y las estelares actuaciones de la comediante Nini Marshall; la exreina de la belleza de México Ana Bertha Lepe; el talentoso actor y cantante Tony Aguilar, y el cómico Ramón Rivero “Diplo”. Con el respaldo de La Sonora, Nelson Pinedo interpreta “Me voy pa’ La Habana”, acompañado en los coros por Carlos M. Díaz “Caíto”, con las maracas; Estanislao Sureda “Laito”, con las claves –quien había ingresado en sustitución de Bienvenido–; y Rogelio Martínez, con la guitarra; Lino Frías, en el piano; Ángel Alfonso Furias “Yiyo”, en la tumbadora; José Rosario “Manteca”, en los timbales; Calixto Leicea, en la 1ª trompeta; Pedro Knight, en la 2ª trompeta; Raimundo Elpidio Vásquez, en el bajo –quien seis meses atrás había ingresado en reemplazo de su padre Pablo Vásquez “Bubú”–. En la película también participa Celia Cruz cantando la guaracha “Sandunguéate”, acompañada, también, por el cuarteto de bailarinas Las Mulatas de Fuego.

También en 1955, Nelson Pinedo continúa grabando algunos temas con La Sonora Matancera como: “Corazón sin puerto” de José González Givalt, “El muñeco de la ciudad” de Adrián Pérez, “Dímelo… pero dímelo” de Ramiro Aguilar, “Estás delirando” de José Barros, “¿Qué tienes?” de Antonio Castro, “Fuiste mala” de Nelson Navarro, “Sabrosito así” de José Reyna, “Recordando mi cuartito” de Margarita Lecuona, “El gavilán” de Cresencio Salcedo y “Mi chica y yo” de Luis Reyes y Severino Ramos. En el mes de enero del siguiente año, 1956, graba con La Sonora los temas “La reina del carnaval” y “El carnaval” ambos de la autoría de Federico Gaerste.

El 30 de junio de 1956, nació su primer hijo, Nelson Jr., fruto de un fugaz pero intenso romance la vedette cubana María Gudelia García. Aunque nunca convivió con “Leila”, como era conocida la vedette, ni con su primogénito. En julio de este año, en una sola sesión grabó con La Sonora Matancera los números “Una borracha de amor” de Nelson Navarro, “Nadie se muere” de Rogelio Martínez, “Conociendo el alma” de Eleuterio Olivera y “Hoy lo niegas” de Sergio González.

Dos meses después, viajó a Puerto Rico para realizar una serie de presentaciones artísticas, actuó en diferentes centros nocturnos y grabó varios especiales para la radio y televisión puertorriqueña. En el hotel Caribe Hilton de San Juan donde se encontraba hospedado, recibió un telegrama de Sydney Siegel, solicitándole que se pusiera en contacto con el maestro Rafael Cortijo con el propósito de grabar un disco de larga de duración con su Combo que era artista exclusivo del sello Seeco. Con Cortijo y su Combo, primero grabaron dos plenas: “Micaela” y “Zumbador”, ambas composiciones del músico folclorista boricua Rafael Cepeda. El primer tema pronto se convirtió en un tema continental. Más tarde grabaron la plena “Lola la coquetera” y el son jíbaro “El pilón de Tomasa” ambos de la autoría de Quique Santos y G. Rivera. En la misma sesión el cantante de planta del Combo el boricua Roy Rosario grabó la plena “Conoci a tu papá”, de Rogelio “Kito” Vélez, y el sonero Ismael Rivera vocaliza la plena “Lo dejé llorando” de Sammy Ayala. Al culminar las grabaciones de los cuatro temas acordaron terminar el ‘elepé’ en Nueva York, pero el tiempo pasó y Nelson terminó su contrato de exclusividad con el sello Seeco y el Combo de Cortijo se disolvió.

En enero de 1957, grabó de nuevo con La Sonora Matancera el pregón “Sixto el caramelero” de Humberto Jauma, el bolero “Te engañaron corazón” de Sally Newman, la plena “Conocí a tu papá” de Rogelio “Kito” Vélez y el bolero “Háblame claro” de Frank Simó Damirón.

De acuerdo con el investigador musical Cristóbal Díaz Ayala en su “Enciclopedia Discográfica de la Música Cubana 1925-1960”, Nelson Pinedo realizó sus últimas grabaciones en febrero de 1958, en la sesión del día 5 de febrero grabó los temas “La esquina del movimiento”, “El carioquero” y “Una equivocación” estos tres de Senén Suárez, “Ya es muy tarde” de Humberto Jauma, “Encanto de mujer” de Lino Frías y “Mujer celosa” de Pacho Galán. En la sesión del 12 de febrero los temas “Muñeca adorada” de Senén Suárez, “Mi barquito marinero” de Juan Bautista Galán, “El mochilón” de Efraín Orozco Araujo, “El muerto” de Ángel Del Pino, “Por qué pensar” de G. Mendoza, “Mi casita linda” de Juan Espino, “El vaquero” de José Benito Barros, “Trópico” de Luis Carlos Meyer, “Mi pollito” de Jesús Guerra, “Esas cositas” de Humberto Jauma, “Prieta y santa” de José Slater Badán y José Claro Fumero y el bolero “Eres el motivo” de Rogelio Martínez, que a la postre fue el último tema que grabó con La Sonora Matancera. A los pocos días viajó a Venezuela con la agrupación y los cantantes Carlos Argentino Torres y Celia Cruz para actuar en los Carnavales de Caracas, donde ganaron el codiciado “Momo De Oro” entre diez agrupaciones que animaron las festividades venezolanas.

Entre 1953 y 1958, Nelson Pinedo realizó el repertorio dorado de su carrera como cantante profesional con el acompañamiento del decano de los conjuntos cubanos, La Sonora Matancera, con la que grabó la no despreciable suma de 49 números. Siendo el primer colombiano en difundir y popularizar el género colombiano del porro en la isla de Cuba.

5.

En esos Carnavales de Caracas de 1958, se reencuentra con Pacho Galán y su orquesta a quienes el empresario que los contrató los había estafado. Sin dinero para regresar, reciben la ayuda de los cantantes venezolanos Víctor Pérez y Víctor Piñero para realizar la grabación de un larga duración con el objetivo de reunir algunos fondos para regresarse a Colombia. Así se grabó el disco “A Bailar Merecumbé Con Pacho Galán”, en el sello Discomoda, en cual Víctor Pérez cantó “Atlántico” de Víctor Vargas, Víctor Piñero interpretó los temas “El mochilón” de Efraín Orozco y “Mi barquito marinero” de Juan Bautista Galán; en la grabación también participaron los cantantes de planta de la agrupación Tomasito Rodríguez y Orlando “Cartagena” Contreras y en sus voces se grabaron los temas “Pajarillo caraqueño”, “Otra vez, Pacho”, “Voy a sufrir” y “Noches de Caracas”.

Después de terminar este larga duración, Nelson Pinedo grabó, allí en Caracas, seis números con el maestro Pacho Galán: “El hijo de Pedro Arrieta”, “Si volvieras” de César Costa, “A mi tierra” del propio Nelson, “¡Ay! Muñeca” de Orlando “Cartagena” Contreras, “Dame tu cariño” y “Ven mi vidita” ambos temas de la autoría de Pacho Galán. Estos aparecieron en el trabajo discográfico titulado “El Chipichipi”, el cual se completó con otros seis temas que Nelson Pinedo grabó con La Sonora Caracas, que incluía “El chipichipi” de Gabriel Rodríguez.

A finales de 1958, viajó a México donde había firmado por una temporada para actuar en el Teatro Esperanza Iris. Es cuando la compañía Filmes S. A., la misma empresa que tuvo a su cargo el rodaje de “Una Gallega En La Habana”, lo invita a realizar las pruebas de rigor para un papel protagónico en una nueva producción cinematográfica. Pero el día anterior, sufrió un aparatoso accidente de tránsito en el carro de la actriz Irma Dorantes (la tercera y última esposa del recién fallecido cantante y actor Pedro Infante) con la que mantenía una estrecha relación de amistad. La recuperación fue lenta; todo el periodo de convalecencia lo pasó en la Clínica de Actores de México, gracias a la diligencia de Irma Dorantes. Las cortaduras que sufrió Nelson en su rostro lo obligaron a un largo tratamiento de reconstrucción facial que lo mantuvo incapacitado por casi un año. Todos los gastos fueron costeados por el Sindicato de Actores de México.

En la segunda mitad de 1959, cuando Nelson Pinedo regresa a Cuba, después de su restablecimiento físico, se encuentra con los radicales cambios de la revolución que afectaron la escena musical. Ya por este tiempo no tenía ningún vínculo profesional con el sello Seeco. Entonces toma la decisión de trasladarse a Venezuela. Llega a Caracas donde conoció a Delia Gómez e iniciaron un corto romance que terminó en matrimonio, de esta unión no quedaron hijos, pues pronto se divorciaron. Después conoció a la que sería su actual esposa Alba Marina Blanco Galindo, una cucuteña de padres venezolanos.

En 1960, viaja a Ciudad de México para presentarse, por primera vez en su carrera, en el radioteatro de la emisora XEW (Voz de la América Latina), en el programa “Cancionero Picot”, en el cual el famoso locutor Ignacio Santibáñez lo presenta como ‘El Almirante del Ritmo’, esa noche Nelson fue acompañado por la orquesta del mexicano José Sabre Marroquín, eminente pianista, compositor y arreglista y autor del bolero “Nocturnal”. A los pocos meses, grabó un trabajo discográfico con el Conjunto Habana de Sosa, del pianista cubano Alex Sosa, para el sello Mussart, el que se tituló “El Almirante Del Ritmo, Nelson Pinedo”. Entre los doce números que incluyó el álbum sobresalieron “Mi barquito marinero”, “Mujer celosa”, “Una equivocación” y “El carioquero”, grabados años atrás con La Sonora Matancera; también contenía “Soy dichoso” un bolero de su autoría y una bien lograda versión de “El telegrama” de los Hermanos García Segura.

En 1961, de nuevo Nelson grabó con el Conjunto Habana de Alejandro Sosa, en el mismo sello discográfico; de estas producciones se convirtieron en éxitos los clásicos boleros: “Borrasca” escrito por mexicano Enrique Fabregat y musicalizado por su compatriota Mario Molina Montes, y “Telaraña” del doctor UrbanoMedina.

Aquí en México, además de actuar en el radioteatro de la emisora XEW, propiedad de Emilio Azcárraga padre, en el Teatro Esperanza Iris y en varios centros nocturnos, grabó algunos trabajos discográficos con el respaldo de los músicos de las reconocidas orquestas de Memo Salamanca y Chucho Rodríguez, para el sello Ansonia, cuyo productor era el dominicano Mario de Jesús Baez. Entre los 24 temas que grabó se incluyen el tango “Percal” del argentino Enrique Cadicamo; “Con una sola miradita” de Agustín Martínez y “Señora bonita” de Adolfo Salas. Para la RCA Víctor de México, cuyo director era Mariano Rivera, Nelson grabó un álbum con el acompañamiento de la orquesta del pianista y arreglista Luis González, el cual se tituló “El Mariscal Del Ritmo”, el que incluyó el bolero “Duda”.

En México, Nelson Pinedo vivó dos largos años con su esposa Alba Marina Blanco Galindo; allí nació su segundo hijo, una niña a la que bautizó con el nombre de Rosalía. Los años siguientes fueron de una intensa actividad musical en su carrera. El empresario argentino Mauricio Tajman, le ofreció un jugoso contrato, para presentaciones, que lo obligó irse a vivir a Buenos Aires, Argentina. Allí nació su tercer hijo, el segundo con esposa Alba Marina al que bautizaron con el nombre de Carlos Julio, en honor del gran cantante barítono Carlos Julio Ramírez, del que Nelson es un ferviente admirador.

Estando radicado en Argentina, Mauricio Tajman, le consiguió un favorable contrato con Ruperto Roberto, propietario del famoso salón de baile ‘El Cabo Rojeño’, de Nueva York, para que se presentara los fines de semana, durante una temporada de siete meses. Ubicado en la calle 145 y Broadway, al Cabo Rojeño llegaban a presentarse las agrupaciones afro-latinas de moda: El Gran Cobo de Puerto Rico, Joe Quijano, Richie Ray y Bobby Cruz, Joe Cuba, Frankie Dante, La Sonora Matancera, entre otras. Para su debut le asignaron a la orquesta de Tito Puente. Sería un duelo musical ‘peso pesado’: Nelson con la orquesta de Tito Puente, alternando con Tito Rodríguez y su Orquesta, como en los tiempos del Palladium. Al respecto le comentó a Fausto Pérez Villareal: “Actuar con Tito Puente ha sido una de las experiencias más maravillosas de mi carrera profesional. Pero fue, también, lo más tensionante. Con decirles que me dieron quince días para ensayar con él, a fin de montar las canciones y dejar listo el repertorio de la noche de la presentación, y solo vine a verlo a escasos veinte minutos antes de subir al escenario”.

El debut de Nelson con la Orquesta de Tito Puente fue en marzo de 1964. Ese día cuando en la tarima, se encontraban todos los músicos instalados con sus instrumentos y las partituras a la vista, y mientras el presentador los anunciaba el programa que seguía a continuación, Tito Puente le preguntó a Nelson, en voz baja: “¿Con cuál arrancamos?”, a lo que Nelson respondió, también en voz baja, “Con ‘Mompoxina’… y que Dios se apiade de nosotros”. “Listo” –dijo Tito– tan pronto en anunciador termine la presentación me das la señal con los pies. No te preocupes, chico. Todo va a salir bien.” La presentación duró una hora exacta, y desde el primer número se vio el acople entre cantante y orquesta; era como si hubieran trabado juntos por mucho tiempo. Por esto, el público presente aplaudió con entusiasmo al final de cada tema. Terminado el show, Tito y Nelson se unieron en un efusivo abrazo de felicitación mutua. “¿Viste que todo salió bien?”, le dijo Tito a Nelson, a lo que este respondió: “Usted es un verdadero maestro”.

Esa misma noche, Tito Rodríguez lo solicita para invitarlo a grabar un álbum con el respaldo de su exclusiva orquesta, no sin antes confesarle que para él existían dos cantantes ante los que se quitaba el sombrero por su dicción: su compatriota Vitín Avilés y él, Nelson Pinedo. Tito Rodríguez le manifestó que una de las canciones que más le gustaban era precisamente el bolero “Conociendo el alma” de Eleuterio Olivera, por la manera como lo había grabado con La Sonora Matancera y que con ese bolero se afinaba cada vez que debía interpretar canciones románticas. Dos semanas después, Nelson, Tito y los integrantes de la orquesta se reunieron, allí mismo en Nueva York, para concretar el proyecto. De los doce temas que se grabarían, Tito le exigió cantar el bolero de su predilección en la voz de Nelson: “Conociendo el alma”. Nelson escogió el porro “Kalamarí” de Lucho Bermúdez, y el bolero “Corazón” de su coterráneo Rafael Rocallo Vilar. Los otros nueve temas que completaron el álbum que tituló “A Latin In America / The Exciting Voice Of The Latin American Favorite Nelson Pinedo”, grabado en el sello WS Latino, fueron: “Nostalgia” de los argentinos Juan Carlos Cobián y Enrique Cadicamo; el bolero “Reflexión” del español Antonio Mata; el vals “Limeña” del peruano Augusto Polo Campos; las guarachas “Los toreros” y “Aquella noche”, y los boleros “Que te vaya bien”, “El tiempo pasó”, “Qué cosa es el amor” y “Secreto”. El propio Tito Rodríguez supervisó la grabación.

Una vez terminó su temporada en Nueva York, Nelson Pinedo regresó a Buenos Aires, donde actuó en centros nocturnos y grabó dos sencillos en 45 r.p.m., en la casa discográfica local Disjockey, con el respaldo de la orquesta de Manolo Albo. Los temas grabados fueron: “Señora bonita”, “Tristeza”, “Madrugada” y “Estás delirando”.

En junio de 1967, de Argentina arribó al Perú, donde estaba cotizado por sus canciones con La Sonora Matancera, para cumplir un contrato de varias semanas en Lima. Al día siguiente de su actuación fue contactado por Miguel A. Guerrero, presidente del sello discográfico MAG (que eran las iniciales de sus nombres y apellido), para grabar dos discos de larga duración. El primero de ellos tituló “Inolvidables Éxitos De Nelson Pinedo… Agüita De Colonia”, que contenía once números que años atrás Nelson había grabado con La Sonora Matancera, entre ellos “Mompoxina”, “El vaquero”, “El muerto” y “Me voy pa’ La Habana”. Con músicos de las Sonoras de Lucho Macedo y Ñico Estrada, Nelson conformó una Sonora la cual el señor Miguel A. Guerrero registró en los créditos de la carátula del disco con el nombre de Sonora MAGtancera; esto le originó un disgusto a Rogelio Martínez que llegó a pensar que esto era obra de Nelson Pinedo para confundir al público.

También en ese mismo año, 1967, con el respaldo de la misma agrupación se publicó el álbum: “Sale Caliente!... Y Coma Callao…”, en cual Nelson recicló la mayoría de los números que había grabado en México con Memo Salamanca y Chucho Rodríguez, entre ellos: “Me acusan de robar” de Mario de Jesús Baez, “Déjala que se vaya” de Pedro ‘Pituko’ Rigual, “El gato con zapatos” de José Dolores Quiñónez y “Señora bonita” de Adolfo Salas que fue un tremendo éxito. También grabó la balada “La enamorada de un amigo mío”, de los brasileros Roberto y Erasmo Carlos, arreglada como guaracha-rock por el pianista peruano Alfredo “Chino” Linares, actualmente radicado en Colombia; curiosamente el tema se puso de moda en Colombia y la comunidad hispana de Miami y Nueva York, en el año 2002, es decir 35 años después de haber sido grabada. Los títulos de los dos trabajos discográficos: “Agüita De Colonia” y “Sale Caliente!... Y Coma Callao…”, obedecieron a unas frases que Nelson Pinedo puso de moda en un show de Televisión que tuvo en Lima.
6.

A partir de 1968, Nelson Pinedo fijo el lugar de su residencia en Caracas, Venezuela; un aspecto que contribuyó en la decisión fueron los lazos que ataban a su esposa Alba Marina, cucuteña de nacimiento, pero hija de padres venezolanos.

A partir de 1972, cuando adquirió la nacionalidad venezolana, Nelson realizó una serie de trabajos discográficos con diferentes agrupaciones locales. Ese mismo año, grabó dos producciones una con el Combo de Nelson Henríquez, y otra con la orquesta del dominicano Porfi Jiménez, con quien grabó ocho temas que fueron incluidos en un long play del sello Discomoda; que fue completado con cuatro números que Nelson Pinedo grabó con la orquesta de Ray Pérez, los cuales fueron: los boleros “Toda la vida” y “No lo niegues”; el guaguancó “El náufrago” y el mapeyé “Por borracho”, este último muy escuchado en Barranquilla, Caracas y Centroamérica.

Radicado en Venezuela, además de realizar esporádicas grabaciones, como medio de ingreso alternó la actividad musical con la empresarial; promocionando a artistas para espectáculos que organizaba bajo su dirección. Uno de los contratados fue su colega el puertorriqueño Daniel Santos.

En los Carnavales de Barranquilla de 1974, Nelson actuó cuatro días en el Hotel El Prado como cantante invitado de la orquesta de Porfi Jiménez. Vino, también, acompañado del trío de Las Chicas de Fuego, bailarinas exclusivas del Canal televisivo Venevisión de Venezuela. En estos Carnavales, en la modalidad de Orquestas, Porfi Jiménez ocupó el tercer lugar, Lucho Bermúdez, el segundo, y el triunfador fue Pacho Galán. Nueve meses después, regresó a Barranquilla, haciendo parte del show denominado “Festival Imposible” que presentaba a La Sonora Matancera y sus cantantes Daniel Santos, Celio González, Carlos Argentino y, por supuesto, Nelson Pinedo. Se presentaron los días jueves 21 y viernes 22 de noviembre en el Coliseo Cubierto Humberto Perea y en el Hotel El Prado.

En 1980, otro de los grupos venezolanos que invitó a grabar a Nelson Pinedo en grabaciones en acetato fue La Super Orquesta de Venezuela, bajo la dirección y producción musical del cantante Nelson Alizo, compartiendo vocalización con el puertorriqueño Vitín Avilés en el álbum “La Super Orquesta de Venezuela / Nelson Alizo y Nelson Pinedo con el Show Especial de Vitín Avilés”, en el sello Velvet. Ese mismo año graban el álbum “La Super Orquesta de Venezuela / ¡Tradición… Estilo… Sabor!”.

A finales de 1982, en una presentación que hizo en un centro nocturno de Nueva York, Nelson Pinedo conoció al trompetista y director de orquesta Tommy Olivencia (Ángel Tomás Olivencia), con quien entabló una fuerte amistad. Por este tiempo, la orquesta de Olivencia tenía pegados los números “Y cómo lo hacen” y “Primero fui yo” en la voz de Frankie Ruiz. Gracias a la intermediación del empresario barranquillero Farid Char, entre Nelson y Tommy Olivencia, se pudo concretar la grabación del álbum titulado “Nelson Pinedo… Desde Puerto Rico”, en el primer semestre de 1983, en el sello Combo Records, en el que Nelson con el respaldo de la orquesta de Olivencia interpreta dos vallenatos con arreglos salseros: “Mi salvación” de Poncho Zuleta y “Déjenme quererla” de Marcos Díaz; la balada “Vamos a darnos tiempo” de Alejandro Jean, popularizada en los 70 por el mexicano José José y que con arreglos salsosos tuvo alguna aceptación en Puerto Rico, Venezuela y Centroamérica. El álbum también incluyó los temas: el joropo venezolano “Quince años” de Reinaldo Armas y una versión de “Yaré” de Raúl Marrero, popularizada, en 1990, por la Sonora Ponceña en la voz de Luisito Carrión.

El 12 de enero de 1989 La Sonora Matancera cumplía 65 años de fundada. Y ese año, Nelson Pinedo se encontraba entre los cantantes invitados para la estelar celebración de los 65 años de la Sonora Matancera, reunión organizada por la actriz y locutora puertorriqueña Gilda Mirós. Las presentaciones fueron: el concierto de gala en el Carnegie Hall, el jueves 1º de junio; el día 2 en una espléndida presentación en New Jersey, y en la gigantesca presentación popular al aire libre el 3 de junio, en la concha acústica del Central Park de la ciudad de Nueva York, en la que se hicieron presentes todas las colonias latinas que ondeaban orgullosas banderas de sus respectivos países. Los otros cantantes que estuvieron presentes fueron: Welfo Gutiérrez, Alberto Beltrán, Leo Marini, Alberto Pérez Sierra, Jorge Maldonado, Bobby Capó, Roberto Torres, Vicentico Valdés, Daniel Santos, Carlos Argentino Torres, Celia Cruz y Celio González. Esta sería a la postre la última presentación y grabación de Nelson Pinedo con La Sonora Matancera.

7.

Bajo la dirección artística de Joe Quijano, para la celebración de los 65 años, La Sonora Matancera estaba integrada por: Rogelio Martínez en la dirección, guitarra y coros; Carlos Manuel Díaz Alonso “Caíto”, en los coros, tambora y maracas; Gabriel Eladio Peguero “Yayo El Indio”, como cantante, coros y güiro; Javier Vásquez, en el piano, Elpidio Vásquez, en el bajo; Mario Muñoz “Papaito”, en los timbales; Alberto Valdés, en la conga y coros; Félix Vega Junior, en la 1ª trompeta; Calixto Leicea, en la 2ª trompeta; Ken Fradley, en la 3ª trompeta;

El jueves 31 de julio de 1997, para la celebración de los 50 años de carrera artística de Nelson Pinedo “El Almirante del Ritmo”, la empresa radial Olímpica organizó un espectáculo inédito en el Teatro Amira de la Rosa. De Venezuela, fue invitada Tania y, de Puerto Rico, Carmen Delia Dipiní, compañera de Nelson años atrás, en La Sonora, quien interpretó los boleros “Delirio”, “No te demores” y “Dímelo”. El grupo barranquillero Sonora Camagüey, con Hugo Molinares, al piano, acompañó al trío de cantantes, que para el cierre del evento unieron sus voces para interpretar “Me voy pa’ La Habana”. Esa Noche, el repertorio de Nelson fue compuesto por algunos de sus tradicionales éxitos con la Sonora Matancera: “Playa”, “Kalamarí”, “Yo soy el hombre” y “Borrasca”. Al día siguiente, el viernes 1º de agosto, se repitió el espectáculo en el mismo escenario; y el domingo 2, se efectuó en el estadio de baloncesto Elías Chegwin del Parque Saurí Salcedo.

El domingo 18 de diciembre de 2005, gracias al auspicio de la Alcaldía de Barranquilla, Nelson Pinedo cantó gratis a sus coterráneos, en el Estadio Moderno, ubicado en el centro del barrio Rebolo, pudo así cumplir uno de sus más anhelados sueños: cantarles gratis a sus coterráneos.
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Una cita con la historia en Radio Progreso de Cuba



Uno de los momentos musicales más significativos de mi primera visita a Cuba fue conocer los estudios de Radio Progreso en La Habana.

TODAS o casi TODAS las estrellas de la música cubana actuaron o grabaron ahí, en aquel mítico estudio ubicado en Infantas con la 25, en el Vedado, inaugurado coincidentemente en Junio 1953 por la Sonora Matancera y el recientemente fallecido Nelson Pinedo.

Fue un honor haber pisado el estrado de dicho auditorio, presidido por la imagen del Beny Moré y doble satisfaccción por la deferencia que tuvo hacia nosotros Jesús López Chong, el locutor del clásico programa Alegrías de Sobremesa durante la grabación del programa que justo hoy día saldrá al aire




Gracias a quienes nos atendieron en Radio Progreso. Fue una cita con la historia de la música cubana. Experiencia inolvidable!


23 oct 2016 0 comentarios

VIDEO: Eddie Palmieri regresó a Perú "Pa'la Ocha Tambo"


Así fue que Eddie Palmieri inició su show anoche en el Estadio Nacional en el Festival All Access, rompiendo su ausencia de 26 años en Perú...

"Pa'la Ocha Tambo"

21 oct 2016 0 comentarios

AUDIO: El primer Grammy de Celia Cruz




Hoy recordamos un año más del nacimiento de Celia Cruz, la eterna Reina de la Salsa.

Con ese motivo, compartimos con Ustedes un audio de nuestra colección. Tomado de onda corta y digitalizado gracias a Norma Livia, podemos escuchar a Celia declarando tras haber recibido su primer Grammy americano.

Esto ocurrió en 1990, cuando "La Gurachera de Cuba" recibió el premio por su disco Ritmo en el Corazón, grabado con Ray Barretto.

¡Nuestro homenaje de siempre a Celia de Cuba!


19 oct 2016 0 comentarios

Recordando al compositor Joe Torres


El pasado domingo 16 falleció en Puerto Rico el compositor Joe Torres. A continuación compartimos una reseña biográfica escrita el año 2012 por Lexie Marie Torres

Sencillo, humilde, servicial, jovial, espontáneo, certero y talentoso son algunos de los adjetivos calificativos que posee el gran ser humano, Joe Torres.  Compositor de temas como “La Clave”, “Remembranza”, “Estelita”, “Trago amargo”, “Guerrero de Bronce”, “La Ceiba y la Siguaraya”, “El día que yo me muera”,  “Ella tiene melao” y muchos más.   Digno defensor de nuestra música autóctona y tropical, este talento nacido en Ponce, Puerto Rico un 25 de abril de 1951, enaltece el legado que muchos como él han aportado a líricas relevantes que tanto jóvenes como adultos cantan a viva voz sin tan siquiera imaginar que son de su puño y letra.  Junto a su esposa de más de tres décadas, y en un hogar donde se respira paz y una profunda tranquilidad, accedió a revelar algunos secretos y a compartir el don que Dios le regaló para el deleite de la grey salsera en todo el universo.

Recuerda con jocosidad la primera vez que escribió algo… “Una noviecita que yo tenía me pidió ayuda con un himno para una fraternidad a la que ella pertenecía.  Nunca había escrito nada y escuchando a la Orquesta Harlow cantando Ismael Miranda “Rumba la vida”, le cambié la letra y fue del agrado de todos utilizando mi escrito como himno”.  Jamás imaginó que poseía ese talento y de ahí en adelante lo continuó ejerciendo.  Sus comienzos en la música los obtiene como cantante y músico de la Orquesta de Jorge Brown el cual le graba su primer tema titulado “Filosofía”.  Tras más de una década en dicha orquesta y muy agradecido por esa primera oportunidad en el mundo de la composición salsera, se va de la misma y perteneció la Orquesta  de Gliden Quintana en Guayanilla luego al Mini Combo y a los Guayacanes de San Antón de Cao Vélez.   El primer tema que la Sonora Ponceña graba de su autoría en la voz de Yolanda Rivera fue “Lo que el viento se llevó”.      
 
El tema “Remembranza” en la voz del fenecido Toñito Ledee de la Sonora Ponceña,  increíblemente no lo hizo para una ruptura en pareja, sino para desahogarse tras su salida de la Orquesta de Jorge Brown.  Y con beneplácito recuerda,  “A Toñito yo lo veía en Salinas cuando me paraba en un lugar a comer tacos y me decía,  Joe, dame otro número como “Remembranza”, que tanto gustó”.  Y es que nadie esperaba el éxito tan arrollador que dicha canción tomó al despuntar en la década de los 80, teniendo de arreglista al maestro Louis García, y  ganando  los primero lugares del oyente salsero.  “A mí me gusta escribir para que la gente capte y según la letra la gente viva el momento”, confiesa Torres mientras muy emocionado describe cuando Louis García hizo el arreglo de “Remembranza”.   “Una persona sentada en el balcón silbando y recordando el pasado,   ese pito de entrada fue genial”, asegura emocionado.  Sin embrago, su canción favorita es “La clave” porque “Es un son montuno sabroso.  Creo que el día que la compuse Arsenio Rodríguez, que en paz descanse, estaba sentado conmigo porque ese número salió más de lo que yo esperaba; el arreglista fue Papo Lucca y en los coros estuvieron Héctor Lavoe, Rubén Blades y Adalberto Santiago”.

También el tema “Un valentín” escrito en la víspera del día de los enamorados para Ismael Quintana, “Rumba sin invitados” y “Sabor añejo” grabado por la Orquesta La Masacre, “Asamblea Musical”, “Permíteme aplaudir” , “Llegué al salón”, para el Grupo Descarga Latina,  “Otra gran celebración” para la Sonora Ponceña en ocasión de su Aniversario 55,  “Tiempo Muerto”, para Bomplené y “Trago amargo” para Roberto Roena en la voz de Carlos Santos, son algunos de los números que le han dejado esta fama que hoy acepta a medias porque su sencillez lo hace verse como un ser humano de pueblo que sólo hace lo que le gusta sin condecoraciones ni falsos pedestales.  Además ha colaborado para varias emisoras con jingles muy pegajosos como “De la mata a la raíz” para Z-93, otro para Radio WLEO y el programa “Arranca en Salsa”, el programa “De aquí pa’lla en la madrugá” de Julio C. Ramos García, y  para Radio Voz entre otros.   Es un fiel admirador del compositor Catalino “Tite” Curet Alonso y considera su trabajo como excepcional.  “Recuerdo el tema “Bomba del Guayacán” que le dio a Cao Vélez para su grupo.  Este señor no presumía de nada y  considero que algunas personas no han sabido todavía aquilatar el gran valor de la obra de Tite Curet”.   Igual que Tite Curet, el compositor Joe Torres no es presumido “Cuando te dan un premio estás poniendo a tu patria en alto, estás haciendo algo bueno y positivo”, y así será el legado de este caballero de las letras el día que le toque abandonar físicamente su tierra.  Incluso, el tema “El día que yo me muera” interpretado por el Grupo Esencia es un preámbulo para cuando le llegue la hora.  “No quiero que nadie llore, porque el que llora a alguien que se va es porque su conciencia no está tranquila, yo quiero celebración como si estuviera en vida.” El tema “Pal bailador” y “Guerrero de Bronce” también son parte del repertorio del grupo ponceño y siente una gran satisfacción al recordar la nominación que tuvieron para los Grammy Latinos y la puerta que abrieron para el Festival de Toros y Salsa en Francia.



Tuvo el honor de conocer a la guarachera del mundo, Celia Cruz, “Ella tenía un sabor natural, cuando ella hablaba tú te alegrabas.  Cuando falleció luego del sepelio me senté y mi mano comenzó a escribir esto que dice: Amiga Celia, aquí llegamos, somos el fruto de la semilla que tú sembraste.  Eres baluarte llama encendida  que nunca se apagará.  Dios te concedió el  gran honor de unir los continentes con el ejemplo viviente de tu aporte musical.  A ti mujer especial, aquí estamos tus hermanos junto a ti cantamos de alma, vida y corazón, con firme expresión todos los aquí presentes.  Dios bendiga a Celia Cruz, la guarachera de Oriente”.  Teniendo la Orquesta Descarga la oportunidad de grabar la misma y de igual modo lamentó no poder entregarle a Celia otro tema que escribió en donde plasmaba el regreso de la rumbera a su Cuba natal.  De Héctor Juan Pérez Martínez, “Héctor Lavoe”, recuerda verlo caminar por el Bo.  Machuelito y otras veces por el Bo. Bélgica, pero enfatiza que su momento de fama no lo obtuvo en Puerto Rico, sino cuando cruzó el charco.  Lo consideró un bohemio como a La Lupe y a Sylvia Rexach.  Otro de los grandes inmortales del género fue Pete “Conde” Rodríguez, “Lo veía en San Antón y era todo un caballero.  No tuve la oportunidad de escribirle nada, pero el tema “Guerrero de Bronce” es mi homenaje póstumo y traté de recopilar varios de sus éxitos con una melodía muy parecida al estilo del Conde”.  

Y tras tantos éxitos radiales, Joe Torres está consciente y resentido del poco valor que posee un compositor en la Isla del Encanto.   Tanto esfuerzo y en muchas ocasiones los medios no le dan el crédito que tanto merecen, algo muy triste e injusto que en los pasados tiempos no ocurría.  A insistencia de quién era el que mejor cantaba sus musas contestó que el Sr. Luigi Texidor proyectaba bien la esencia de sus mensajes.  “Hay que tener clave en este género y aché, que cuando cante para ti un cantante, tú te proyectes y te pongas a bailar, te aprendas el coro, hagas algo, sin eso aunque tengas todos los estudios musicales universitarios necesarios, no vas a poder expresar nada”, argumentó.  Incluso, difiere de muchos que llaman salsa a lo que él define como guaguancó, y asegura que muchas veces la fusión de ritmos en una canción hace que pierda el contenido y la esencia por influencias externas.  Opina que el Día Nacional de la Salsa es una buena oportunidad para resaltar el talento boricua, pero añora los tiempos en donde figuras como Héctor Lavoe e Ismael Rivera vivían y eran parte del mismo.  De igual forma defiende el punto de lo que llaman  “salsa de salón”,  “La salsa es un ritmo callejero y nadie te dice cómo la tienes que bailar.  Sí la tienes que bailar en clave, pero el ritmo no lo inventaron los salones de baile para decir que es de salón, ese ritmo se inventó en la calle”, opina muy seguro. Recuerda una anécdota cuando participó junto a Los Guayacanes de San Antón en el Museo Rómulo Gallegos en Venezuela, “Había mexicanos y personas que hablaban un dialecto diferente, y cuando escucharon la plena todos comenzaron a bailar, era algo increíble”.  

Con más de 200 composiciones y sin descartar escribir un libro, se encuentra sumido en un nuevo trabajo.  “Estoy trabajando en un tema para una  persona que desea ser gobernador y él va a postular a Supermán para superintendente”.  Sin caer en alusiones políticas y sin nadie pedirle algún tema para campañas partidista, aunque confiesa extrañar a su amigo Rafael “Churumba” Cordero,  utiliza de forma jocosa y con mucho respeto su talento para así aportar a los problemas sociales que arropan a su país, porque definitivamente un “súper hombre” es el único que puede lidiar con esos problemas.  Sentado en el balcón de su humilde hogar pasa horas sumido con la musa que va y viene  mientras desde los vehículos lo saludan o algún transeúnte se detiene a charlar con él.  Luego en una antigua grabadora reproduce la melodía de los temas que seguramente calarán hondo en nuestro entorno. Dispuesto a ayudar a todo aquel que necesite o le pida ayuda, Joe Torres sólo sabe decir que sí y aunque dice que aún le falta mucho por escribir, de algo está muy seguro y es de nunca perder la clave.
17 oct 2016 1 comentarios

VIDEO ESTRENO: "Pastilla de Alegría" de Guasábara Combo


Compartimos con Ustedes el estreno del video de "Pastilla de Alegría", composición de Jorge Luis Piloto incluida en el disco Donde Están y vocalizado por José Ma Lugo

Exactamente a un mes de los Grammys Latinos, en los cuales el Guasábara compite en dos categorías y, como siempre, a la memoria del viejo José...
¡Que sea un buen augurio!


16 oct 2016 0 comentarios

Edin Solís de Editus: "Estamos muy ligados a la música peruana"


Editus, el reconocido grupo musical de Costa Rica, tendrá un segmento especial durante la presentación de Rubén Blades en el Festival All Access del próximo sábado 22 de Octubre. Conversamos desde San José con Edin Solís, el guitarrista del exquisito ensamble “tico” que tiene más de una conexión con la música peruana

Edin Solís, guitarrista de Editus que regresa a Perú para la despedida de Rubén Blades


El Salsero: El Festival All Access del próximo sábado 22 no será la primera experiencia peruana para Ustedes ¿cierto?

Edin Solís: Creo que hemos estado en tres ocasiones en Lima. Como trío estuvimos en La Estación de Barranco, luego en el Satchmo y después fuimos con Rubén Blades en el 2003. Como músicos siempre estamos emocionados de compartir con los peruanos que tienen un lenguaje musical muy rico que, sin duda, ha influido en nosotros; en especial lo afroperuano, porque lo andino no lo hemos explorado mucho. El percusionista nuestro, Carlos Vargas “Tapado”, toca también el cajón peruano.


ES: ¿Qué es Editus?

Edin Solís: Editus es una mezcla de géneros, fruto de nuestra formación musical. Somos un trío de guitarra, violín y percusión. Tenemos doce discos, y hemos hecho dos trabajos con Rubén (Tiempos y Mundo) con un ensamble de músicos costarricenses, con quienes hicimos un disco de latin jazz llamado Calle del Viento. Hemos grabado también un álbum con el cantautor mejicano Armando Manzanero y hemos tenido la dicha de viajar por más de treinta países, haciendo conocer la música de Costa Rica.


ES: En el video de Sessions at West 54th Street, Blades dice: “Editus es una excelente banda. Yo no los descubrí, fueron ellos los que me ayudaron… porque con ellos puedo hacer cualquier tipo de música” ¿Qué opinión tienes sobre Rubén?

Edin Solís: Yo no creo que se esté despidiendo de los escenarios artísticos. Solo se está retirando de los grandes shows de Salsa, porque él ya ha hecho su aporte. Es un artista de antología con una gran inquietud musical. Siempre está explorando nuevas maneras de expresarse y en esa búsqueda dio con nosotros. Eso le sirvió de marco para plantear música que se alejaba de la salsa, siempre con una visión afrocaribeña pero en un sentido más amplio. Un buen ejemplo de esto es el disco Mundo





ES: Cuando el público seguidor del Blades salsero escuchó Tiempos, se sorprendió. Él mismo escribió sobre ese disco: “Mi intención nunca fue la de crear un álbum ‘comercial’. Siempre he deseado producir buena música, punto.” ¿Cómo fue el proceso de grabación de Tiempos y Mundo?

Edin Solís: Nosotros habíamos hecho un disco con el Sexteto de Jazz Latino. Cuando Rubén escuchó nuestro trabajo, se dio cuenta que era exactamente el “tipo de colores” que quería lograr. No quería hacer música bailable, sino música “para sentarse y escuchar de principio a fin”. El momento personal por el que estaba pasando también influyó en la propuesta. Para nosotros fue sumamente enriquecedor pues Rubén es un tipo muy maduro, muy claro en lo que quiere. En Tiempos yo arreglé cuatro temas: “Tú y Mi Ciudad”, “Día a Día”, “Puente del Mundo” y “Encrucijada”. En Mundo hicimos un gran trabajo en equipo y el mérito mayor, a nivel de arreglos, estuvo a cargo de Walter Flores.


ES: ¿Te sorprendieron los Grammys en Latin Pop y en World Music?

Edin Solís: Los Grammys fueron inesperados para nosotros pero creo que no lo fueron para Rubén. El Grammy de Tiempos nos sorprendió porque en la misma categoría estaban artistas de gran peso en la industria como Maná, Juan Luis Guerra o Luis Miguel. Igual sucedió con los dos Grammys que recibió Mundo. Aunque al final uno concluye que lo que importa, más que los premios que son efímeros, es la honestidad con la cual haces la música. Si el disco está bien hecho, pues perdurará en el tiempo. Y eso ha pasado con esos dos discos, más allá de los premios.


Editus: Ricardo Ramírez (violín), Carlos Vargas "Tapado" (percusión) y Edin Solís (guitarra)


ES: ¿Alguna conexión de Editus con músicos peruanos?

Edin Solís: Recientemente nuestro violinista Ricardo Ramírez grabó con Rubén una versión de “La Flor de la Canela” y yo me encuentro en medio de una producción con Fahed Mitre, quien es compositor de “Enamorado de Mi País”. Me siento muy feliz de estar aprendiendo más de la música afroperuana mientras Fahed viene explorando otras sonoridades. Esta conexión se dio gracias al mismo Rubén Blades.


ES: En Costa Rica ¿alternaron también con la peruana Patricia Saravia?

Edin Solís: Claro, a Patricia la apreciamos muchísimo, juntos hemos tocado muchas veces y además  grabamos un par de discos con ella. Recuerdo que, cuando yo empezaba en la guitarra, conocí a otra cantante peruana llamada Rocío Estremadoyro, con quien aprendí acerca de valses, landó y festejo. Así que no es mentira, estamos muy ligados a la música peruana.


ES: ¿Me equivoco o hacía tiempo que no se juntaban con Blades para un concierto?

Edín Solís: Es cierto, hace tiempo que no compartimos escenario, excepto una presentación que hicimos aquí en Costa Rica cuando asumió el poder la expresidenta Laura Chinchilla en el 2010, así que nos sentimos muy felices de poder compartir nuevamente escenario en Perú. Con Rubén estábamos por producir un álbum de boleros que no se pudo concretar por diversas razones. Él andaba muy ocupado y para ese proyecto también estaba convocado Paco de Lucía, quien desafortunadamente ya nos dejó.



ES: ¿Ya definieron las canciones que tocarán en el segmento de Editus dentro del Festival All Access del próximo sábado en el Estadio Nacional?

Edin Solís: Sí. De hecho estamos viajando a Panamá para ensayar con la banda de Roberto Delgado y con Rubén. Prefiero que sea sorpresa y solo  les adelanto que es música de los discos Tiempos y Mundo.  Estamos felices de regresar a tierras peruanas con un artista que apreciamos tanto como Rubén Blades y de compartir escenario en el Festival All Access con grandes artistas como Sanz, Drexler y Palmieri, aunque más adelante quisiéramos pisar escenario peruano con Editus como trío.


Festival All Access: Rubén Blades - Eddie Palmieri - Alejandro Sanz - Jorge Drexler - Roberto Delgado y Orquesta - Editus
Sábado 22 de Octubre 2016 - Estadio Nacional, Lima-Perú
Entradas a la Venta: Tu Entrada