12 ago 2016

Un Expresso que calienta la Salsa Cubana


Fuente: Granma, Cuba. Por: Michel Hernández

Cuando Aisar Hernández se levantó una ma­ñana de marzo del 2002, no sabía que ese era su último día en la legendaria orquesta Maravillas de Florida. El músico camagüeyano había militado en las filas de esta legendaria agrupación hasta que escribió un tema para la Charanga Latina y  su di­rector, Enrique Álvarez, lo invitó a integrar su gru­po. En principio, comenta Aisar, le dije que no, que le tenía mucho respeto a La Habana y  no quería dejar las Maravillas de Florida, pero Enrique me insistió hasta que en el 2002 decidí dar el paso y trasladarme definitivamente  a la capital.

Ya en La Habana integró la Charanga La­tina y ganó un premio en el Concurso Adolfo Guz­­mán, que según dice, le “abrió las puertas”. “Yo soy ca­magüeyano y tuve el placer de tocar durante cuatro años en una de las orquestas más prestigiosas del país, Maravillas de Florida, Y después al venir para La Habana, trabajé con la Cha­ranga Latina y comencé a escribir canciones. Más tarde el maestro Moisés Valle me llamó para su orquesta, Yumury y sus Her­manos, luego estuve en Dan Den y en la Orquesta Revé, donde permanecí durante diez años”, dice Aisar en entrevista con Granma.

Tras varios años de internarse en las profundidades de los ritmos populares cubanos, Aisar decidió ar­mar su propio grupo, El Expresso de Cuba, con el que, asegura, “está comprometido a aportar  todo lo que pueda a la buena música popular cu­bana”.

—¿Por qué decidiste que era el momento de dirigir tu propia orquesta?

—Toda la experiencia que acumulé durante mi paso por grandes orquestas me impulsó a crear mi  grupo. Con el Expresso me propongo presentar mi mirada de cómo debería plantearse hoy el panorama popular bailable. No estamos creando nada nuevo, sino que estamos retomando con una vi­sión propia todo lo que se ha hecho en la música cubana. Lo auténtico, lo que tiene valor. Pero se trata de asumirlo desde un raigal compromiso con la contemporaneidad.

—El movimiento de la timba se caracterizó, entre otras cosas, por la velocidad de la sección de metales y el despliegue del virtuosismo de los instrumentistas. ¿Cómo recuerdas esa  escena?

—En los años 90 los músicos hacían muchas  frases de metales, y alcanzaban  altas cotas de virtuosismo, pero hay que saber si al bailador hoy le  interesa ese trabajo, que, sobra decirlo, estuvo muy bien elaborado. Yo pienso que la música del Expresso  está pensada para los bailadores, a partir de muchas influencias, desde la elegancia de la salsa puertorriqueña hasta la fuerza y energía de la música cubana y sus raíces africanas. También buscamos recuperar el público que sigue la salsa, porque en un momento algunas  orquestas fueron cambiando el camino y perdieron el vínculo con sus seguidores naturales.

—¿Por qué aseguras que las orquestas perdieron esa relación estrecha con el bailador?

—Muchos clichés llevaron a que se extraviara la relación más estrecha con el público, con el bailador. Considero que algunas orquestas hicieron  mal la música, las letras, y descuidaron los textos.

—En los últimos tiempos ha surgido una nueva generación de cantantes e instrumentistas que vienen renovando el discurso de la música popular cubana. ¿Te consideras parte de ese movimiento?

—Aisar y El Expresso de Cuba está comprometido a aportar todo lo que pueda a la buena música popular cubana. En general las orquestas estamos en buen camino porque estamos  pensando en el bailador. Eso sí, debemos cuidarnos del facilismo, del coro chabacano, de lo banal, del cliché que  algunos utilizan solo con la intención de pegar una canción.  Además, tenemos que tomar conciencia de que defendemos una cultura que también es muy importante para el mundo, porque hemos visto que en muchos países la música cubana levanta grandes expectativas, incluso a veces más que en nuestro propio país.

—¿Qué diferencias percibes entre los jóvenes salseros de hoy y la escena de los 90?

—En los 90 hubo un boom de la salsa importante debido, entre otras cosas, a que los medios de difusión  prestaron atención a este movimiento. Había muchos programas de televisión que permitían la difusión de este tipo de música. Pienso que lo que nos mantiene en sincronía con aquellos grandes músicos de los 90 es la intención, el deseo de llegar al pueblo cubano. Lo que nos diferencia es  que en ocasiones algunos fueron chabacanos,  descuidaron las orquestaciones, hicieron canciones un poco fuertes sobre las mujeres. Ahora lo vamos a pensar mejor y ese es un interés de los que hacemos música popular bailable hoy. Pero para eso tenemos que unirnos, porque en los 90 las orquestas eran más solidarias entre ellas y los músicos iban a los conciertos de sus colegas y se creaba así un movimiento muy hermoso cuya energía el público podía percibir.

—¿Cómo ves el futuro del Expresso?

—Somos muy serios en lo que hacemos y los 14 mú­sicos de la orquesta se exigen mucho. Son graduados de las escuelas de música y se sienten identificados con la agrupación. Y ahora lo que nos toca es trabajar para que el público conozca nuestra música y pasar sin problemas esa prueba de fuego que son las pistas de baile.

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