31 ago 2016

"Palmieri Vuelve a Perú": Reflexiones sobre "La Variante Palmeriana" por Luis Delgado Aparicio

En la tercera entrega de nuestra serie "Palmieri vuelve a Perú" presentamos el artículo titulado Reflexiones Sobre "La Variante Palmeriana" - El Permanente Sol de la Música Latina, de la pluma del Dr. Luis Delgado Aparicio Porta.

Se trata de un repaso detallado y exhaustivo, con el sello característico del recordado "Saravá" quien nos lleva de la mano a través de la carrera discográfica del Maestro Eddie Palmieri. Escrito alrededor del año 2004 (con algunos apuntes adicionales incluidos despúes) e inicialmente publicado en el portal Mambo-Inn, se nutre de importantísimas fuentes consultadas que fueron obtenidas, en su gran mayoría, de la biblioteca personal del Dr. Delgado Aparicio quien era muy escrupuloso citando las referencias.

Nuestra entrega incluye una nueva presentación gráfica, acompañada de videos (disponibles en Youtube) y fotos (algunas de nuestra colección y otras proveídas por el coleccionista David Cantrell).

Su publicación es posible gracias a la autorización de la Sra. Pilar Villarán, viuda del Dr. Delgado Aparicio.


Reflexiones sobre "La Variante Palmeriana"
El Permanente Sol de la Música Latina
Dr. Luis Delgado-Aparicio Porta


Exordio

Fue el año 1936 convulso, augurante y decisivo. Además, bisiesto. Empezaba la guerra civil en España; se llevaban a cabo los racistas Juegos Olímpicos en Berlín; está Europa a las puertas de un conflicto mundial; fallece en Bilbao, la figura señera de don Miguel de Unamuno; el insigne Eugene O’Neill gana el Premio Nóbel de Literatura; Federico García Lorca quien escribió su famosa oda: Un Poeta en Nueva York, es asesinado el 14 de agosto de 1936; Pablo Picasso conoció a su musa Dora Maar, en agosto de ese año; Frank Capra gana su segundo Oscar; Betty Davis gana el primero en su fulgurante carrera; don Alfred Hitchcok se hace conocido por su film El Agente Secreto; recién en este año registra Rafael Hernández su "Capullito de Alelí" y "Perfume de Gardenias" en Méjico; con gran pompa se lanza al mercado el vistoso Cadillac modelo 75, que asombra al mundo del automovilismo; la fitogeografía de Augusto Weberbauer le muestra al mundo lo que son las gimnospermas y las monocotiledóneas. En Arequipa, Perú, nace el ilustre escritor Mario Vargas Llosa y en la ciudad de Nueva York, un frío 15 de diciembre de 1936 viene al mundo Eddie Palmieri.

Eddie Palmieri en la carátula de la revista Wax Poetics (Número 49) "Latin Issue"


Todos los anteriores personajes podrían ser pasibles de figurar, metafóricamente, como una referencia metafísica, en el primer libro del monje tibetano Lobsang Rampa, El Tercer Ojo. En el mismo, se describen las extraordinarias facultades de visionario que poseen ellos debido a una astilla, que debidamente herborizada, les es incrustada en la frente permitiéndole ver y percibir el aura fluctuante de las personas y la suya, encontrando analógicamente, el hilo conductor del actor central del siguiente ensayo. Logra asimismo el seguidor del Dalai Lama, de acuerdo a los relatos, destapar, descubrir y desaparecer "esa técnica de azafrán" que le impedía interiorizarse y alcanzar momentos de extraordinaria lucidez, encontrando ese instante de referencia para escribir y componer, virtud que varios de los anteriormente mencionados tienen intuito personae.

Es a nuestro entender, ese don o facultad que tienen los seres humanos en mayor o menor grado, lo que les promueve a desarrollar libremente las bellas artes; "la quinta esencia de las cosas", como la denominaron los sabios en Grecia. Llegar a ese estado implica un esmerado refinamiento en el proceso evolutivo de la creatividad, que solo está al alcance de unos cuantos, sobre la base de un talento e ingenio extraordinario. Los privilegiados o señalados por el destino, las leyes del azar y lo que Dios manda, serán los encargados de hacernos vivir rodeados de cosas bellas, que alimentan el alma con la música, sosiegan el espíritu, componen el verso y dan sentido a la prosa. Son referencias, que como en la Física, componen los cuatro elementos del universo: sólido, líquido, gaseoso y plasma.


Genealogía y Principios

Las ciudades probablemente se originaron en el Asia, entre el sexto y el primer milenio antes de Cristo, siendo en Grecia, donde Aristóteles la llamó como el lugar "de una vida en común para un fin noble". Roma creció, convirtiéndose en un modelo de otras, hasta que Nerón la incendió y luego, como el ave fénix, volvió a resurgir. Siguiendo una línea antropológica y etnomusical, Rómulo y Remo, los fundadores, tenían patrones líricos, armónicos pero monocordes, los que eran un aliciente para sus vidas. Este hecho convirtió a Italia posteriormente, en un pueblo que canta y baila. De allí provienen los tatarabuelos Palmieri, que salieron unos de Florencia y otros, según diferente fuente, de una Isla del Mediterráneo, Córcega, en Italia, rumbo a conquistar América en el siglo XIX.



Debemos desenrollar la bobina de nuestra historia, para en el tiempo, volver al útil pasado, narrando simbólicamente desde allí, el presente. Pasear por esa doble avenida de vivencias para encontrar nuestro objetivo real maravilloso, al decir de Alejo Carpentier, es una sana costumbre que nos hace repasar lo vivido. Para tal efecto, todo empieza cuando dos hermanos, los Palmieri por la línea paterna, llegan a Puerto Rico y se instalan en Ponce, la Perla del Sur, ciudad que recibe su nombre del conquistador español Juan Ponce de León. Fundada el 17 de setiembre de 1692, recibe en 1848 el título de Villa y en 1877 el de Ciudad. Su ancestral árbol de la Ceiba es uno de sus tesoros, limitando con Peñuelas, Villaba, Guayanilla y Santa Isabel, frente al precioso Mar Caribe, donde la arena de sus playas, los vientos alisios, la Luna y el Sol, hacen que el movimiento de sus olas, sea isócrono.

Después de un interregno varios vuelven a Italia al morir el patriarca familiar. Permanece en la isla don Domingo Palmieri, quien contrae matrimonio dos veces. Dueño en 1873 de la Hacienda Amelia en Ponce, uno de sus hijos, Carlos Manuel Palmieri Villanueva, conoce a la señorita doña Isabel Maldonado, siendo ella la que primero viaja a Nueva York por barco en 1925. Al año siguiente, en 1926, su pretendiente, Carlos Manuel, un electricista y especialista en reparar radios, llega a la gran manzana, uniéndose posteriormente en feliz matrimonio. De ese vínculo nace en el Hospital Bellevue el 21 de noviembre en 1927 Carlos ‘Charlie’ Manuel Palmieri Jr., el hermano mayor, mentor, guía e inspiración de su hermano menor, Eddie, quien viene al mundo en el Beth David Hospital, en Manhattan el 15 de diciembre de 1936. Ellos vivían en esa época en la calle 60 Este y la calle 112, entre las avenidas Park y Madison. Cinco años después se mudan al South Bronx, en la calle Kelly, entre las avenidas Longwood con Intervale, lugar donde también residieron en algún momento, el Ex Secretario de Estado de los Estados Unidos de América, General Collin Powell y los músicos Ray Santos y Manny Oquendo. Mora allí hasta que en 1956 se casa con doña Iraida González, hija del señor Francisco y la señora Magdalena González.

Había llegado su señora madre, doña Isabel Maldonado desde Puerto Rico en la embarcación El Cuamo, que curiosamente fue hundido después durante la segunda guerra mundial. Vivió en casa de sus hermanos, siendo la que firmó los documentos para traer desde Ponce a su futuro marido. Ella hacía labores de costurera para colaborar en la manutención del hogar y fue la que motivó e influenció para que su segundo hijo se haga músico, visionando sus extraordinarias facultades. Tal como cuenta Al Santiago, el renombrado productor de discos, su amigo Carlos Manuel Palmieri Sr. tenía una tienda para reparar artefactos eléctricos en los años cuarentas, el Bronx Radio Lab, en la calle 163 de Kelly Street; luego tuvo una bodega y posteriormente una lonchería. Los padres escuchaban música típica y tangos; sus tíos maternos cantaban y tocaban guitarra los sábados y domingos, siendo el ambiente familiar muy musical, formando inclusive un conjunto con Frankie en las congas y Nicola en el bajo. Su hermano Charlie ya era pianista cuando a los cinco (5) años Eddie cuenta que cantaba boleros de Daniel Santos y tocaba maracas, ganando premios de amateur en los teatros Campoamor y El San José. A los ocho años aprendió a tocar el piano.

Eddie y Charlie - The Palmieri Brothers (Foto de Max Salazar)


Su primera maestra fue una señora, “La Boca Negra”, en la misma calle Kelly. (Latin Beat, Junio/Julio, 2002, Volumen 12, número 5, primera parte (I), páginas 20-27, del señor Louis Laffitte). Trabajaba Eddie vendiendo jugos y caramelos, recordando que escuchaba a Tito Puente, Machito y a Tito Rodríguez y a los doce años empiezan sus clases con la profesora señorita Margaret Bonds, trascendental escuela que lo educa y forma. Su estudio quedaba en el conocido edificio del prestigioso Carnegie Hall, donde dio su primer recital con música de Johan Sebatian Bach; cincuenta y cinco años después lo recrearía a su estilo. Hoy reconoce que el español Claudio Saavedra, gran profesor y director de coros en la Iglesia, fue quien le dio un enorme sustento técnico y estructural, habiéndolo conocido por intermedio de Abie Lima, que era el baterista de su hermano Charlie. También estudió con el señor Luis Varona.

Seguidamente decide trabajar en el conjunto de su tío, el Chino Gueits y su Alma Tropical (1949-1951) tocando timbales. "Lo hizo profesionalmente en el Club Mejicano de la Calle 25 en las montañas de Catskills y luego en un pequeñísimo hotel Las Villas, (www.descarga.com - Journal Archives, "Forma y Sustancia", entrevista de David Carp con Bruce Polin - 10/10/1998), lo que le sirvió enormemente, sobretodo en su trasfondo psicoanalítico. El primer dinero que recibió como pago fue de $1.25 por tocar toda la noche. Si revisamos detenidamente la producción Eddie Palmieri, grabada para el sello Música Latina Internacional, en 1981 (ML-B205), el bellísimo arreglo del tango "El Día Que me Quieras", fue escrito por el maestro René Hernández (me contó Eddie cuando estuvo en Lima para atender su compromiso en La Feria del Hogar {agosto de 1990} que tuvo la partitura guardada siete años en un closet y está dedicado a sus queridos tíos Gerson y Aurora Gueits y a Ramón y Carmen Gueits, quien fuera uno de ellos el primero en darle trabajo.

Quería ser el timbalero de su hermano Charlie, encuentro que nunca logró. Cuenta para el efecto en el libreto que se adjunta en el CD Palmas (sello Electra Nonesuch, año 1994, #961649-2), que su madre, doña Isabel, le regaló un porta equipaje para que pueda trasladar sus instrumentos, timbales (hembra y macho), cencerro, campana, redoblante, platillos y baquetas, diciéndole enfáticamente: "Mira qué bien se ve a tu hermano cuando sale a trabajar para tocar el piano sin tener que cargar ningún instrumento; y mírate tú". Unas semanas después le dijo ¡adiós! al instrumento y volvió a las blancas y las negras, estudiando, meditadamente de los libros de su hermano Charlie, tarea en la que está involucrado, como un hombre sabio, hasta el día de hoy. Tenía escasamente quince años. A esa edad forma su primer grupo con su gran amigo Orlando Marín en los timbales; tocaba bongós el gran difusor de la pachanga y futuro creador del sello Cesta, Joe Quijano, grupo que se llamó “Bananas Kelly Mambo”. Ensayaban en los salones de la Escuela Pública #52 de la calle Kelly y cuenta [Latin Beat, Ibidem I, página 21] que su primera grabación fue "Abaniquito" y "Sun Sun Babae" (una referencia dice que "El Cumbanchero").

Conoció a doña Iraida González (su maravillosa esposa durante casi 50 años), cuando actuaba en el Sunnyside Gardens de Quens, (NYC) para luego tocar con la orquesta de Eddie Forrester unos años, incorporándose en 1955 a la gran banda del notable bajista Johnny Seguí. Durante esos años se nutrió de escuchar y ver en sus compromisos a figuras del Jazz. Tiene por Noro Morales, autor de "Serenata Rítmica" (su mayor éxito), un enorme respeto, reconociendo que su formato y su estilo predominaban en esos años. Eran años de gloria con virtuosos como el flautista Alberto Socarrás, el violinista Xavier Cugat y los pianistas directores de orquesta Anselmo Sacasas, Joe Loco (José Estévez Jr.), y José Curbelo, Los Cabarets eran extravagantes como los salones del Waldorf Astoria, el Havana-Madrid, Zanzíbar, Latin Quarter, Chateau Madrid (en el Hotel Lexigton), Morocco y Copacabana. Me contaba hace unos meses el señor Guido Herrera-Yance, del programa Alma del Barrio, en Los Ángeles, California, que en una entrevista de Radio con Eddie Palmieri, éste enfatizó que en 1965, ya dirigiendo La Perfecta el italiano Bob Bianco le perfeccionó la forma de arreglar y la armonía. Había llegado donde él por intermedio de Barry Rogers, su queridísimo amigo, compañero y sin igual trombonista, a quien también le daba clases. Este es un hecho seminal que se nota en las grabaciones que siguen a ese año, al invadir sus notas sonidos nuevos que los demuestra palmariamente con sus grabaciones.

El primer gran paso que dio fue pertenecer a la orquesta de Vicentico Valdés. Allí se nutrió y estudió todo el folclore afro-cubano. Adquiere la necesaria referencia para moldear su estilo, diferenciando, por ejemplo en la rumba, los subtipos entre el guaguancó, la columbia y el yambú. Sostiene que el ChaChaChá es uno de los más bellos conceptos dentro de la estructura rítmica afro-cubana, reencontrándose con Manny Oquendo, quien luego integraría La Perfecta. Tenía 20 años y sabiéndose poseedor de un gran talento, redescubre cada día nuevas formas, variantes y variables, que a finales de la década de los cincuentas lo convertirían en el genial solista, arreglista y director musical. Antes pasó brevemente por la banda del intérprete del vibráfono, Pete Terrace y de allí llega a ser el pianista de esa gran estrella que fue Tito Rodríguez, (1958-1960) cantante y director de una maravillosa organización musical. Su estadía con él fue grata, armónica e innovadora, aprendiendo lo que es el duro ambiente musical y la forma en que se debe manejar una orquesta. Como recuerda Eddie: "era lo más cerca que teníamos los latinos de un Frank Sinatra" [Latin Beat, Ibidem I, página 22]. Debemos recordar dos grabaciones célebres a nuestro juicio en que interviene: Returns to the Palladium [United Artist-UAL "3141] y Back Home in Puerto Rico [UAL- #3224], las mismas que son un verdadero tesoro para los coleccionistas.



Había llegado entonces el momento de dar un paso más allá de allá. Se presenta en el hombre el contrapunto entre ser y deber ser. Esto es, seguir siendo un pianista o buscar, con los inevitables riesgos, hacerse independiente y liderar a un conglomerado de personas. Es la mutación que persigue la libertad, la que debe ir acompañada de la más absoluta honestidad y que en un futuro le diera la razón al maestro Palmieri, logrando hoy dejar una huella indeleble. Esto nos hace recordar al monje tibetano que aparece en el segundo párrafo de este ensayo. Decide ser solista y dirigir su propia orquesta. Tenía 24 años y deja la cómoda posición de figurar entre las estrellas al integrar la orquesta de Tito Rodríguez, para diseñar, armar y crear un sonido propio. Su hermano mayor Charlie, dijo que había formado una “Trombanda”. En una ciudad llena de talentos, con grupos y músicos de altísima calidad y una competencia feroz, logra un punto de inflexión al presentar un sonido inédito, sobre la base, inicialmente, de un trombón y una flauta, que variarían los patrones usuales y comunes para siempre.

Así estaba estableciendo unos patrones musicales que cambiarían la historia de la música popular, con armonías y disonancias, sonidos y montunos, que nos permitirían bailar y gozar a niveles nunca imaginados. Estoy seguro que Eddie Palmieri apuntaba a lo que hace muchos años, el filosofo Johan Friedrich von Schiller, en su claridad de pensamiento, dejaba para la posteridad: "cuanto más alto coloque el hombre su meta, tanto más crecerá". Esto lo demuestra nuestro homenajeado en el transcurrir del tiempo, el que actúa como el compulsivo modificador de lo que llamamos la "variante palmeriana", la misma, que por su calidad, ha logrado ubicarse en el pico más elevado de la popularidad.

Sus primeras grabaciones son para el sello Alegre, presentando el año de 1961 La Perfecta [Alegre Records - LPA #817]; sigue El Molestoso - Vol. II  [Alegre Records - LPA #824] y causa admiración y respeto Lo que Traigo es Sabroso [Alegre Records -LPA #832]. Sucintamente podemos afirmar, que el sabor del tema "La Perfecta", un danzón-chá, impacta, al igual que "Presente y Pasado"; el son montuno "Con un Amor se Borra otro Amor", arrulla y conmociona, junto con "En Cadenas" y "No Critiques"; para luego con "Muñeca", "Reparto de Hornos" y "No hay Mal que por Bien no Venga", apoderarse del oyente y hacer feliz al bailador, siendo nuestro Alfa y Omega. Podemos afirmar que en momentos así, es cuando se conoce la fibra y la templanza de un hombre que desafió lo que estaba vigente, con un norte musical y una perspectiva innovadora, además de saberse poseedor de una extraordinaria capacidad para crear, desarrollar y difundir lo propio. Estos hechos se reflejan en el avizor título de su cuarta producción para el sello Tico: Echando Pa’Lante [Tico Records - #1113, año 1964], donde el fulgor de su música no sólo se impone, sino destaca la variante “Palmeriana” que enriquece abiertamente al género. Temas como "Café", "Mi Corazón te Llama", "Tu Tu Ta Ta" y "Sin Sabor Nada", estarán siempre vigentes. Grabó no sólo temas propios sino de autores cubanos que le llegaron gracias a Manny Oquendo. Cuenta Eddie que fue una bendición para él asociarse con Barry Rogers, notable músico y gran persona.


Tenía cautivada a la audiencia cuando en el año de 1965 graba una verdadera maravilla con la producción Azúcar Pa’ Ti [Tico Records - #1122]. Aquí los críticos "pusieron las barbas en remojo" al destacar detenidamente sus inigualables cualidades. Nos han explicado, musicalmente hablando, como en este disco Eddie Palmieri hace el montuno con una mano mientras que con la otra inspira. Me imagino que el productor, señor Teddy Reig y los ingenieros de sonido en la sala, deben a través del vidrio que los separa, haber visto y sentido emociones de júbilo ante tal despliegue de sabiduría. El vocablo que lo identifica, "Azúcar", rompió el molde de duración de los temas, llevándolo a una duración inusual de ocho minutos treinta segundos, (¡¡¡830 era la dirección de su casa!!!). Podemos soñar y decir, sin exagerar, que el disco en lugar de vinilo era "pura melaza y guarapo", sea blanca o negra, en polvo, granulada o en terrones. Todos los temas se resumen, finalmente, en lo que espera el melómano: "Oye lo que te Conviene". Una verdadera meloja.

Nos podemos tomar la licencia de resumir en unas líneas un tema que siempre nos preguntamos e, ignorantes en la materia, teníamos que salir de la curiosidad. Para ello hemos consultado con el maestro Lucho Cueto dos incógnitas: las disonancias y la mano izquierda. Respecto a la primera, éstas se producen de varias formas: primero cuando las notas en el piano pueden ser de un tono y de medio tono (estar pegadas); también se producen cuando la nota y melodía están fuera del acorde; esto se llama "notas alteradas o tensiones", usadas por algunos en el Jazz. Con relación a la "mano izquierda" de Palmieri, éste la usa en acordes igualmente disonantes. Si el "solo" está en C7 (do sétima) él dibuja con la otra, la derecha, una linda melodía. Así la mano izquierda jugaría 9,5,1; y 1,4,b7, ejecutando percusivamente con la síncopa y el contratiempo (con la clave 2x3 y viceversa 3x2). Simultáneamente va creando la disonancia que tanto lo caracteriza. {nota: 1= tónica; 9=novena; 5=quinta; 4=cuarta; b7=b7 dominante; 7 bemol dominante}. Estimamos que es además un ejecutante elegante al pasar de la nota tónica a la dominante en la semicadencia, hecho que refleja estudio y oficio, pero con algo tan propio que son su salsa y sabor únicos.

Fueron años donde el furor y la admiración por el sexteto de Joe Cuba y la Orquesta de Eddie Palmieri realmente dominaban el sonido de la ciudad. Cuenta Max Salazar en su libro Mambo Kingdom [Schirmer Trade Books, New York, 2002, página 93] que "las puertas del Palladium, el bailódromo más famoso y conocido del mundo, cerró sus puertas el 1 de Mayo de 1966, cuando alternaban "La Orquesta Broadway, Ricardo Ray & Bobby Cruz y Eddie Palmieri y su Orquesta". Todos querían tenerlo y a pesar del mucho trabajo, continúa con su promedio de una grabación por año llevando al disco Mambo con Conga es Mozambique [Tico Records - #1126] transportando a su partitura lo que “Pello El Afrokan” había experimentado en Cuba. La fuerza de los trombones de Barry Rogers y el brasileño José Rodríguez en el contrapunto, parecían un tornado, donde la dulzura de la flauta de George Castro se matiza con el repiquetear del bongó y los timbales de Manny Oquendo. El genio tenía en sus manos a "La Gran Manzana" y el mundo se preguntaba: ¿De dónde viene esta fuerza arrolladora?

Sostiene el maestro Palmieri que si originalmente no le inspiraba nada el jazz, paulatinamente se le fue desarrollando el oído y la afición por el género. Empezó escuchando a Bud Powel y a Oscar Peterson sin procesarlo en sus mayúsculas proporciones. Con las explicaciones de teoría y estructura de su maestro Bob Bianco en 1965 y el riguroso estudio que se propone, ingresó a otras dimensiones, admirando las disonancias de Theolonius Monk, el dominio del piano de Bill Evans y la fuerza de McCoy Turner. Los primero pasos, que serían a su vez gigantes en el Latin-Jazz, los desarrolla exitosamente en las admirables grabaciones que comparte con el eximio intérprete del vibráfono Carl Tjader, quien lo invita a grabar, hecho que el acepta gustoso. Había hecho sólo seis grabaciones para los sellos Alegre y Tico, cuando tiene que hacer dupla con un reconocido músico. Primero en El Sonido Nuevo [Verve Records, año 1966, V-#8651] grabado en los estudios Van Gelder el 24, 25 y 26 de mayo de 1966 y luego con Bamboleate (ganador del "Momo de Oro" en Venezuela) [Tico Records -año 1967 #1150], con temas como "Guajira en Azul", "Ritmo Uni", "Poinciana" y "Resemblance", "Mi Montuno", "Guajira Candela", entre otros, que hoy son unos clásicos. Ese mismo año (1966) el 23 de mayo se presenta en el reconocido Village Gate, donde con los Tico All Stars, interviene en el tema "Major & Minor" de diez y nueve minutos de duración, con el desaparecido maestro Tito Puente en el vibráfono. Curiosamente, treinta y cuatro años después se juntarían nuevamente, en la que sería la última grabación de “El Rey”.

Debemos hacer un alto en el camino para referirnos al señor Ismael ‘Pat’ Quintana, importantísimo baluarte. Oriundo de Ponce, Puerto Rico, nació un 3 de julio de 1937, viajando con su familia a los 15 días para residir en "el barrio" de la ciudad de Nueva York. Cantaba desde sus días de colegio, siendo escuchado por Eddie Palmieri mientras ensayaba con el timbalero Orlando Marín. Se juntó con La Perfecta desde el inicio, siendo el coautor de muchas canciones, reconocido por su clarísimo tono de voz, su fresca interpretación, siendo un versátil sonero, que inspira poéticamente, pero con el sabor nato de la calle. Trabajaba de día en una fábrica de productos dentales y de noche se fajaba con el saoco y la sandunga.

Eddie Palmieri (parte superior de la foto) y su primer cantante Ismael Quintana (parte inferior)


Durante doce años estuvieron juntos hasta 1973, un año peculiar, cuando decide Ismael Quintana independizarse y pasar a ser solista del sello de discos Vaya, al igual que otros colegas suyos, como Ismael Miranda que dejaba la orquesta de Larry Harlow y en la otra esquina, Héctor Lavoe asumía la banda que exitosamente había formado Willie Colón. A mayor abundamiento a Ray Barretto se le fueron la mayoría de sus integrantes para formar La Típica 73. Ese año se forma Irakere con Chucho Valdés en Cuba, Ralphy Leavitt y La Selecta en Puerto Rico, El Conjunto Libre de Manny Oquendo en Nueva, todos vigentes, demostrando que enorme competencia existía en agrupaciones musicales de gran calidad.

Autor de muchos éxitos, "Mi Debilidad" es uno de sus discos más conocidos. Ismael Quintana luego formó parte de la delantera de cantantes de la Fania All Stars (es célebre su versión de "Piano Man") y en 1981 se reincorporó a grabar nuevamente con Palmieri los temas, también de su coautoría como "No me Hagas Sufrir" y "Ven Ven" para el sello Música Latina Internacional.

Los años que vienen son de transición; aparece el Boogaloo, llamado también ‘shing-a-ling’, donde el medio musical decae y eso produce diversos trastornos. Su hermano pasa muchas dificultades, hecho que le afecta por ser su mentor. En el interín había hecho Molases [Tico Records - #1148], cuando en 1968, trae a su orquesta a Cheo Feliciano por iniciativa de Pancho Cristal y lanza Champagne [Tico Records - #1165]. Sobre esa grabación he conversado mucho con Cheo, sabiendo todos sus amigos lo mucho que estaba sufriendo. En la revista Latin Beat [Ibidem I, página 25] hay una muy cruda descripción de cómo fue la grabación: "Cheo estaba literalmente en el suelo de los estudios tratando de dormir; lo despertaron, se refresca y en un casi espasmo quedó para la posteridad la preciosa canción "Busca lo Tuyo" escrita por Marcelino ‘Rapindey’ Guerra".

Doce años después, invitado por Cheo Feliciano al programa Noche de Gala, filmado en el restaurante Gran Segovia en San Juan de Puerto Rico, que éste me regaló, subió Eddie para acompañarlo en esta canción, tocando el piano y haciendo gestos faciales que conmovieron, inspirando magistralmente, tocando hasta con los coros y dirigiendo la orquesta de Pedro Conga desde su butaca. El tema fue para muchos de nosotros significativo, habiéndolo escuchado mil veces y donde cada vez sonaba siempre diferente y maravilloso. Todos sus amigos sabemos que Cheo de allí se fue directo a los Hogares CREA durante tres años, historia que el cuenta hace años en los colegios para prevenir a la juventud del vicio. Graficado por Edgardo Rodríguez Juliá, el autor del libro El Entierro de Cortijo, dice que Cheo Feliciano se fue literalmente "al infierno con pasaje de ida y vuelta".




Nuevamente la revista Latin Beat [Ibidem I, página 26] describe que en el año 1969, Eddie le declaró la guerra a la "pobreza y al racismo" con su disco Justicia  [Tico Records - 1188]. Cuentan "que el disco se grabó en un estudio que no tenía calefacción, razón por la que los músicos tocaban con guantes" [Ibidem I, página 26]. Se siente orgulloso contando que además de su banda, intervinieron Nicky Marrero, el maestro Francisco Aguabella y Chino Pozo, con los coros de Justo Betancourt, Elliot Romero y Jimmy Sabater (ese trío, cuyos integrantes tienen atravesada "una barra de chocolate" en la garganta, y donde solo dulzura brotaba a borbotones). Temas como "Justicia", "Amor Ciego" y "Lindo Yambú" (la referencia es a un subtipo de la Rumba en que "no se vacuna"; esto es, que el varón no embiste a la hembra), tienen plena vigencia, siendo ésta la producción con la cual ingresa al mundo anglo con el R&B’s. Son los años en que descubre el método de Joseph Schillenger, se acerca a la filosofía científica de Immanuel Velikovsky e ingresa al centro de Humanidades y Política, el Henry George School, al descubrir y estudiar su libro preferido: Progreso y Pobreza. Podemos afirmar que esa es la época en que el corazón de Palmieri se enternece y se enamora de la humanidad, rasgos que lo marcarían definitivamente en el futuro. Su seriedad y compromiso son sus mayores baluartes, demostrados a lo largo y ancho de su brillante carrera, al no aceptar nunca comercializar ni malbaratar sus encomiables producciones.

Los años setentas fueron de maduración, avances y simbiosis. En el gran libro La Marcha de los Jíbaros de Cristóbal Díaz Ayala, et al [Editorial Plaza Mayor, Río Piedras, Puerto Rico 00926, página 168] se sostiene: "En La Perfecta se reunieron el son cubano, la influencia del jazz afroamericano y la rudeza del ambiente callejero de los barrios marginales de las ciudades del Caribe. Su espíritu independiente no se parece a nadie y definitivamente es el sonido de la rebeldía". Sobre estos conceptos don César Miguel Rondón [El Libro de la Salsa - Caracas, Venezuela, 1980, página 83] reflexiona y explica que: "la expresión salsosa ya era presentada en una suerte de matrimonio indisoluble con el jazz. Se evidenció que Palmieri está demasiado adelantado; alguna gente no lo entiende".

La referencia anterior se suma a la que sería la siguiente producción que sorprende: Superimposition [Tico Records #1194] donde agrega la trompeta de Alfredo ‘Chocolate’ Armenteros disco que fue producido por Miguel Estival. En "Se Acabó la Malanga", "Pa’ Huele" y "Bilongo", nos impacta con un ventarrón rítmico que nos apabulla, cambiando sus patrones con "Chocolate Ice Cream" y el sofisticado e interplanetario "17. 1".  Continúa su catálogo con Vamonos Pa’l Monte [Tico Records #1225] donde alterna junto a su querido hermano Charlie tocando el órgano, en grabación única. Si examinamos cuidadosamente el mismo, dentro de la religión lucumí, el monte es donde residen los dioses, por lo que hay que fortalecer toda la percusión. Se abre el disco con "Revolt/La Libertad Lógico" que textualmente es un verdadero cañonazo, al extremo de ser considerado por muchos como un anatema, acariciando con el humor de "Viejo Socarrón" y el efusivo y carnavalesco de "La Comparsa de los Locos". Volvía el genial pianista a la línea afrocubana, pero siempre manteniendo su independencia de criterio y su sonido.



No es fácil entenderlo de un comienzo para las nuevas audiencias. Hay que conocerlo desde sus inicios, apreciar sus cambios, interpretar sus pensamientos y descifrar, en algunos casos, su creatividad. Es como querer saber trigonometría sin haber estudiado álgebra. Desde sus actuaciones iniciales, ahora nos encontramos en el año de 1971, habiendo perseverado en el camino para presentar adecuadamente su música. Nos da la impresión que es una especie de “volcán musical” en permanente erupción. Hay que estudiar el magma que solidifica sus canciones y las convierte en rocas, que a su vez, pueden señalarnos el camino, como también servir para levantar una fortaleza o curiosamente, calcinarnos con el contacto. Durante estos años el ejecutante se ha fortalecido en su proceso de depuración, conociendo e investigando otras armonías, estilos y técnicas, que lo hacen único. Mantiene siempre su patrón afrocubano que lo identifica, sabiendo él con toda prudencia que como hijo de padres boricuas pero nacido en la “gran manzana” sus costumbres necesariamente tenían que ser de acuerdo a su diaria realidad.

Paulatinamente hace modificaciones en los vientos y agrega al señor Ronie Cuber, excepcional ejecutante del barítono y al trompeta panameño Víctor Paz, aquel virtuoso a quien Tito Rodríguez definiera en su singular disco, Esta es mi Orquesta, explicando como su versatilidad y dominio lo hacen "un músico con la capacidad de hacer llegar a los oídos un estado de ansiedad que sobrepasa las facultades de la música en general"(sic) . Sigue una etapa en que explora los sonidos del rock, dirigido a audiencias diversas con apetitos que diferían exclusivamente de lo latino-caribeño. Influenciado por John Coltrane, decide, en razón de sus actividades, politizar sus canciones en "Harlem River Drive" (Área del ghetto) que lanza en octubre de 1971. Con sonidos de Aretha Franklin y la expresión afroamericana, había que desfogarse de la cruz que recordaban los horrores de Vietnam.

De allí siguen los Volúmenes I y II grabados en la cárcel de Sing Sing [Tico Records 1303 y 1321] lanzados al mercado en 1974. Aparece la guitarra de Harry Vigiano, los timbales de Charlie Santiago y un hecho inusual: quien declama y recita versos sobre el drama de los latinos en U.S.A., el poeta Felipe Luciano. Se cierra así una etapa con el disco Sentido [Musical Productions Records - MPCD #3103], aquel que contiene "Puerto Rico" ("isla linda y bonita con sus aguas benditas") su himno a la tierra de sus mayores y fuente de inspiración en el momento, ya que vivía allí, conjugándolo con "Adoración" (donde Ismael Quintana alarga las vocales con insuperable maestría). Se cierra el círculo con En Vivo en la Universidad de Puerto Rico para el sello Coco Records, que es un antecedente fundamental de cómo son los centros de estudios, lugares en que la música tiene una gran participación, en especial, la que expone las realidades de la vida diaria. Hacía más de una década que su música estaba prendada en los bailadores; esa indivisibilidad en que la pareja se solaza y disfrute del mecanismo motriz que produce el bailar y gozar, especialmente bajo su batuta. Como alguna vez diría la gran Isadora Duncan: "es una danza voluptuosa, suave como una larga caricia. Embriagadora como el amor bajo el sol del mediodía y peligrosa como la seducción de un bosque tropical".

En la Universidad de Puerto Rico


Durante estos años, mezcla de alegría y éxitos, algunos acompañados de intemperancias, transición y fusiones, un hecho es irrebatible. Con su música logró un equilibrio físico, espiritual y mental, haciendo que como en la química, la valencia, ese valor de combinación, se potenciara en su creatividad. Tiene que haber pasado por soliloquios que le sirvieron para ejercitar su vena creativa, la que con férreo trabajo en solitario y en noches de insomnio, le brotan claramente, como un manantial. Los seres humanos tenemos, en menores o mayores proporciones una duda de saber nuestro comportamiento en todas las áreas de la vida. Es necesario traspasar las fronteras y eso se logra con nuevas audiencias alrededor del mundo, sumados a la difusión no sólo de la música sino de la valía del intérprete. Así llegamos al paso inicial del reconocimiento mundial.

Hacía un tiempo que el maestro Larry Harlow venía trabajando como integrante, para que la Academia Norte Americana de Grabaciones, Artes y Ciencias, (NARAS en inglés) la que entrega el premio GRAMMY, tuviera una categoría exclusiva dedicada a lo latino. Desde que fue instituida a fines de los años cincuenta, ésta no consideraba al género, el que se encontraba refundido dentro de otras. Después de muchas consultas se creó la categoría.

Esto viene a colación a que desde Aristóteles, estudiamos con su Ética a Nicómano lo que es "el valor timático" [del griego thymos] - (la grandeza del alma); resumiéndose en que el ser humano siente que su buen proceder debe ser reconocido y servir de ejemplo. Ergo, una manifestación de la sociedad es resaltar las virtudes y logros, premiando el esfuerzo en cualquier espacio, con mayor razón si es en la música. En 1969 se dieron "en la selva de cemento" los primeros pasos para premiar a los suyos. Fue mediante unas balotas que el público enviaba señalando sus preferidos, principalmente en lo que alguna vez se denominó "el circuito cuchifrito".

Junto con Barry Rogers habían trabajado la canción "Un Día Bonito" que tiene antecedentes referidos a su isla y donde su curva emocional apuntaba hacia arriba. Cuenta Palmieri que delineó el tema cuando se encontraba en un bote a las 9 de la mañana, ambientándolo en California. Estaban en la búsqueda de un cantante (este hecho lo contó Lalo Rodríguez primero en 1988, durante su primera visita a Lima, en la Feria del Hogar y luego lo confirmó en la cabina de Radio Mar AM/FM en el 2003), cuando el matancero Justo Betancourt lo recomendó. Dice Lalo, que llegó con su guitarra a la casa del maestro René Hernández y le dijeron que cante algo. Tenía 16 años. Presentó a consideración su bolero "Deseo Salvaje", quedando todos textualmente impresionados con su voz, tono y armonía desplegados.

Se grabó El Sol de la Música Latina [Coco Records - IEMPSA ELD, 02.20.222 -1974] según la revista Latin Beat II  [segunda parte de la crónica contenida en el número de Agosto del 2002, Volumen 12, número 6, página 24] "en los salones de Electric Lady, en Greenwich Village (al sur de Manhattan), en el mismo estudio donde grabara Jimmy Hendrix". "Se llamó así¬ el disco ya que el Productor Harvey Averne habí¬a escrito que quizás Eddie serí¬a una gran estrella, algo así¬ como el sol de la música latina hoy y siempre". Todos los temas, entre ellos "Nada de Ti" y "Una Rosa Española" le pertenecen a Palmieri, excepto el bolero "Deseo Salvaje" de Lalo Rodrí¬guez, un tema realmente hermoso y emotivo. Han pasado treinta años y la canción se encuentra no solamente vigente, sino que sirve de influencia en las terapias que las escuelas que estudian el comportamiento humano, trasmitiéndola a sus pacientes como un aliciente para enfrentar la vida diaria de algunos. En febrero de 1975, sentado junto con su esposa en la ceremonia del GRAMMY escuchó sorprendido pero seguro, su nombre como ganador; sería el primero de una larga cadena de nominaciones y premios.

La noche en que Eddie Palmieri recibe el primer Grammy para la música latina


Es interesante a la vez que curioso lo que sucedió al año siguiente. Graba con su orquesta y tiene de invitados al gran músico dominicano Mario Rivera en el saxo barítono, Bobby Porcelli (italiano) en el saxo alto, Tony Price en la Tuba y Alfredo de la Fe en los violines, logrando un sonido casi atronador. La producción se llamó Obra Maestra no Terminada [Coco Records -CLP # 120] y abría el álbum "Un Puesto Vacante" nuevamente con Lalo Rodríguez en la parte vocal, poseedor de uno de los mejores registros vocales. Seguía "Kinkamache" una canción cuya traducción en vocabulario "Anagó", esto es de los Lucumís (Yorubas), de acuerdo con la notable antropóloga doña Lydia Cabrera, significa: ¡Salud!; ¡pedir salud! siguiendo además la interpretación que el sumo sacerdote (babalawo) hace de los caracoles, de acuerdo a su posición en la ceremonia de adivinación. La leyenda sobre la grabación, que es diferente a la historia, cuenta que Eddie Palmieri abandonó los estudios, por diversos motivos, y que en el tema "Resemblance" que cerraba la producción, fue hecha por el pianista Eddie Martínez. Así y todo, en 1976 su genialidad lo hizo merecedor al segundo GRAMMY.

Hay un hecho, quizás único en la industria del disco que es menester resaltar. A instancias del productor Frankie Gregory, con arreglos sublimes del maestro Jorge Millet, a fines de la década del setenta la Puerto Rico All Stars graba un disco en homenaje a Eddie Palmieri al que denominan: Tributo al Mesías. Es el reconocimiento a su genio, grabando sus grandes temas en las espléndidas voces de: Andy Montañez que canta "Adoración" y "Puerto Rico"; Papo Sánchez hace "Pa’ La Ocha"; Gilberto Santa Rosa interpreta "Busca lo Tuyo" (de Marcelino Guerra), Lalo Rodríguez graba "Oye lo que te Conviene" y Tito Allen demuestra su talento en "Justicia". Es a nuestro entender un premio, que siendo inusual, marca una diferencia con todo lo demás, con versiones que harán historia y que, en el tiempo, se escucharán siempre, como las obras clásicas de los grandes maestros. Los latinos no acostumbramos premiar y reconocer en vida los deslumbrantes méritos de nuestros semejantes. La grabación fue espectacular como una muestra de inmenso cariño y admiración al maestro, hecho que además, nunca se había dado.

Es el momento de hacer mención a un maravilloso y sobrio trabajo del profesor Noel Allende-Goitia del Julian Samora Research Institue de la Universidad del Estado de Michigan , poseedor de una Maestría en el Conservatorio de Puerto Rico y un Doctorado en la Universidad de Michigan. El ensayo Juntos pero no Revueltos: el Conflicto entre las Fronteras de lo "Popular" y lo "Clásico" en la música de Eddie Palmieri entre 1960 - 1979, explica, detalla y reflexiona en su obra, el mismo que se publicó en marzo de 1998. Señala, "que Palmieri es responsable en cambios dentro del formato del Son y en la forma del Son Montuno, desde su introducción hasta su estructura. Está en la periferia de lo que se conoce como "SALSA", siendo sus arreglos agresivos y su música recoge, principalmente, la pobreza de "el barrio", desde el sur-este del Harlem, el Bronx y el sur de Brooklin. Sus diversas producciones lo ubican fuera de la corriente usual, siendo el maestro que pasa limpiamente del son montuno al guaguancó, transformando toda la estructura en su estilo propio. Sostengo que hay poderosas razones sociales que hacen que un compositor estudia la música de Java o trabaje con los arreglos de Ravi Shankar, que estar parado en la esquina haciendo nada" (sic). Ocuparse en esta instancia a estudiar los linderos que separan a la música logogénica de la música patogénica, merece destacarse para saber, de una vez por todas, que estamos en el camino correcto. 

Cierra la década de los setentas con un trabajo sorprendente: Lucumí, Macumba y Voodoo [CBS- EPIC Records. JE #35523, -1978-1979-]. Los críticos dicen que no fue un suceso; puede ser verdad. Para nosotros es una pieza de arte, como una jarra de cristal de Bohemia, un jarrón de porcelana de sevres o un molde asiático en marfil. Como todos comprendemos, era la época de la música disco y definitivamente el maestro apela a rendir tributo a las religiones de Cuba, Brasil y Haití. Eddie Palmieri es un gran director de orquesta y escuchar la fidelidad de su música en quizás intrincados arreglos, es un lujo, debiendo respetarse la intuitiva creación del Maestro. Contiene ocho títulos, donde el primero que es el título de la producción, nos engancha y seduce, siendo además explicados filosófica y sincréticamente por el autor en un despliegue de sabiduría, que nos remonta no sólo a Thales de Mileto, sino con precisiones matemáticas, acústicas, electroacústicas y subjetivas de inmenso valor, aparte de señalar las grandes influencias en su subjetividad, como la lógica de Phil Grant.


Pasaron tres años para que desempolvara los arreglos de René Hernández. Como me lo dijo en Lima en 1990: "después de ser el pianista y arreglista de Machito y de Tito Rodríguez, le pedí a René que me hiciera una nueva versión de "El Día que me Quieras" y el medley de Bobby Collazo "Ritmo Alegre". Subraya que "tanto lo he querido que mi hija mayor se llama René por él". Estos temas se incluyeron en la producción para el sello Bárbaro [Bárbaro Records- B-205, año 1981] donde también intervino el maestro Francisco Zumaque. En ella Cheo Feliciano cantó tres (3) temas que lo internacionalizaron, otorgándole otra dimensión; Ismael Quintana se reunió nuevamente haciendo dos (2) de ellos. Me contó igualmente, que su suegra, doña Magdalena Gonzáles le inspiró las primeras líneas de "Páginas de Mujer". La producción que es una verdadera joya, fue nominada al GRAMMY, siendo testigo como en diversos lugares me han comentado que es uno de sus más logrados trabajos. Cuando Cheo canta de la mano con el maestro, no se hace extrañar a Carlos Gardel. Puede ser una exageración, pero nos permitimos transmitirla al sentir que eso es lo que realmente sucede.

Uno de los libros fundamentales es El Toque Latino de John Storm Roberts [Editores Asociados Mexicanos S.A. EDAMEX, año 1982, página 210] que describe objetivamente los alcances de La Perfecta y su influencia y trascendencia: "es una de la unidades primordiales en la historia musical. El sonido de Palmieri fue el progenitor de una serie de conjuntos a mediados de la década del sesenta. Insinuaciones de donde iba llegar fue la obertura modal que éste le imprimió, reminiscencia de McCoy Tyner, que se desarrolló de manera clásica en modelos cubanos, en especial con su sonido de metales de una ambigûedad extraña, al mismo tiempo que conducente y desesperante". Todo lo anterior es una síntesis que define y pone las cosas en su sitio respecto a lo que pasaba hasta esa época. Los años siguientes le depararían inusitados resultados, invadiendo de buena fe, audiencia remotas que se preguntan: ¿de dónde ha aparecido tanto talento?

Habían pasado dos años de reflexión y análisis cuando vuelve con un disco para el sello Fania, sustentado en un poderoso formato de seis vientos, con música compuesta en su Puerto Rico querido (el lo llama "Party" [fiesta] Rico). Curiosamente estaban ambos hermanos Charlie (grabaría Un Paso Gigante) y Eddie viviendo en la “Isla del Encanto”. En 1984 aparece Palo Pa’ Rumba [Fania - ML #56], que siendo muy típico y bailable, es notable la cadencia de sus siete temas. No debemos olvidar que el vocablo "palo" significa en "borinquen", tomarse un trago, como también hacer un éxito disquero. En Cuba, tiene connotaciones religiosas, pues la etnia conocida como Conga, tiene diversas ramas, una de ellas la Regla de Palo Monte conocidos como paleros y/o mayomberos. Incluyó en su disco al nuevo percusionista, Giovanni Hidalgo ‘Mañenguito’, un verdadero fenómeno artístico. La reacción del público fue muy buena y le mereció el tercer GRAMMY en su carrera.

El nuevo año, 1985, le traería una insospechada dicha. Había puesto todo su talento en Solito [Fania Records - ML 59], una preciosa grabación con una radiante portada, que incluía a una serie de jóvenes virtuosos, muchos de ellos integrantes de Batacumbele. Temas como "Yo no soy Guapo" (décadas atrás grabado por Vicentico Valdés con la Sonora Matancera), "Cada vez que te veo", "Pa’ los Congos" (nuestra referencia anterior) y el arreglo nuevo de "Justicia" hecho veinte años atrás, lo describen como un innovador. Afirmarán su gran prestigio y le harían merecedor a su cuarto premio GRAMMY que compartió, nada menos, que con el maestro Tito Puente por su Mambo Diablo. Una nueva coincidencia que los uniría quince años después, hecho que los marcaría, indeleblemente, en la posteridad.

Rompió las reglas en 1987 cuando lanzó La Verdad [Fania Records- FA #24], con tres cantantes: Luis Vergara, Jerry Medina y Tony Vega. Este último había tenido una exitosa carrera al lado de Willie Rosario. "El Cuarto”, “Congo Yambumba” y “Buscándote", junto con el que da título, ocuparon importantes lugares en la Radio. Presentó una espectacular sección de tambores Batás: "Iyá, Itotelé y Okonkoló" a cargo de Giovanni Hidalgo, Anthony Carrillo y José Ramírez. En la Revista Latin Beat (Ibidem II, página 26) dan cuenta que el tema "Noble Cruise" fue "dedicado al pionero del Jazz Thelonius Monk". Se hizo acreedor ante el aplauso de todos de su quinto premio GRAMMY.

En el maravilloso libro de Max Salazar: Mambo Kingdom: Latin Music in New York [Schirmer Trade Books, New York, año 2002, páginas 193 a 203] éste cuenta con lujo de detalles que la página de obituarios del New York Times comenta que el 12 de setiembre de 1988 falleció a los 60 años Charlie Palmieri. Hay una opinión generalizada que ha sido uno de los grandes pianistas aparte de una linda persona. Un privilegiado desde niño, tuvo una gran influencia en su hermano menor. Una semana después se le organizó un enorme homenaje, el mismo que se llevó a cabo el 6 de Noviembre. Todas las grandes personalidades asistieron para rendir su tributo al “Gigante del Teclado”. Para toda la familia fue una tragedia irreparable que enlutó además, a quienes seguimos de cerca la carrera de un verdadero gigante. Al año siguiente presenta Sueño [Capitol Records- CL #91353] con los eximios congueros Francisco Aguabella y Milton Cardona, sumándose el violín de Shiro Sadamura. El sonido de la grabación es un lujo, aparejada con una calidad instrumental que le mereció nuevamente estar nominado a los Grammys.

En agosto de 1990 tuvimos oportunidad de verlo en Lima, donde muchos correctos aficionados se asustaron. Me hizo recordar las muchas veces que en diversos clubs de la ciudad de Nueva York estuve presente como aficionado. Fácilmente pude regresionar a los años 1962 a 1967 donde había pasado cinco distintas pero muy graves operaciones en el Hospital Roosevelt en Nueva York. Escuchaba en mi pequeño radio, casi a escondidas para no hacer ruido, los programas de Joe Gaines, Dick "Ricardo" Sugar y Symphony Sid Torrin, maestros de la locución, que pasaban toda su música. Así¬ me hice un fanático de sus discos que año a año, iba comprando. En esa época estudiaba en Madrid, España y mis amigos latinoamericanos, sorprendidos me preguntaban: ¿De dónde ha salido esa música?.

Luis Delgado Aparicio, autor del presente artículo, y Eddie Palmieri


Tenerlo en nuestro país fue muy grato y durante los seis días que actuó, conversamos muchísimo, siendo cada día, para mi, como el alumno que escucha y aprende del Maestro. Mucha gente me preguntaba: Es un gran maestro y magnífico intérprete y director musical, pero ¿por qué hace introducciones y solos tan largos? Explicarlo me tomó varias sesiones, sin embargo, lo que nunca entendieron es por qué hacía gestos, abriendo la boca, cerrando los ojos y casi comprometiendo todo su organismo. Les respondí: "Ese es Palmieri".

Muchos hechos diversos y algunas circunstancias, determinaron que repensara sus casi 30 años de recorrido. Como los monjes de nuestra introducción, se dedicó a hacer un balance de sus actividades, en una especie de año sabático auto impuesto y unipersonal. Un día el empresario David Maldonado le preguntó si conocía al músico Little Louie Vega; este le respondió que no. [Descarga. Com: "Forma y Sustancia" Ibidem, sic]. El encuentro en los estudios con La India fue, inicialmente, inhóspito."Cuando la conocí ella desconocía mi música; le tuve que dar primero los discos de Merceditas Valdés y luego de Celia Cruz; trabajamos diariamente ensayando hasta la madrugada, especialmente para ayudarla con los soneos; mientras que Lalo Rodríguez sabía todo sobre el tema, ella, La India, no conocía nada de nada". Se complementan estos datos con los aparecidos en la revista Latin Beat [Ibidem II, página 27]: De esa unión apareció Llegó La India Vía Eddie Palmieri [RMM/SOHO Records, 1992, #80864]. La producción fue un éxito y la ubicó inmediatamente a La India en el mercado latino. Los temas impactaron, sin embargo su asociación fue muy corta. Ella desde ese momento, con la excepción hecha cuando grabó Jazzy con Tito Puente, no se ha preocupado por superarse. Se ha estancado, lamentablemente, en la balada en salsa, ese opaco híbrido que no la llevará a ningún lugar.



 Desde finales de los ochentas un virus tripanosómico había invadido el ambiente, que nunca infectó al maestro Palmieri. Transportar las baladas a un sonido que le era ajeno, ganó al recibir un nuevo público, sin embargo, se perdió la cadencia, el ritmo, la originalidad y el estilo de cada uno de los intérpretes. Todos sonaban iguales; maquillados y superficialmente adornados, fueron cantantes de estudio, varios de ellos con gestos andróginos; se les recordará, penosamente, como flor de un día. Hoy, como decía Héctor Lavoe, son "periódico de ayer". Fue una epidemia que recién en el nuevo siglo está desapareciendo. De sus diez y ocho años de vigencia podemos sacar una triste conclusión: "Ni uno sólo de sus temas, ni siquiera los más exitosos, será recordado ni pasarán a la historia; podemos afirmar que a nadie se le ocurrirá, ni siquiera a sus más encarnizados defensores, que estos podrían servir para amenizar ningún concurso de baile, pues las parejas, simplemente, se aburrirían. Todos irán a un anaquel de productos viejos y usados que se mostrarán como fueron: Desechos".

Había llegado el momento de hacer un giro de 180 grados, siendo Eddie Palmieri el que no acepta rotundamente prestarse, como siempre, a la moda imperante. Hace primero un sexteto y luego un octeto para presentar sus temas de Latin Jazz. Viaje por el mundo antiguo presentando su música, que ahora no tenía cantantes, con inmediata aceptación. Puede demostrar sus virtudes de eximio instrumentista dando rienda suelta a todo su inmenso talento. Graba para Electra Nonesuch Palmas [Electra 961649-2], con prestigiosos músicos, marco que sirve para seguir distinguiéndolos. Los siete temas nos embarcan en un grato viaje musical, donde podemos escucharlos como si fuera en la atención de un gran concierto a teatro lleno. Vuelve a ser nominado al premio GRAMMY.

En el siguiente CD: Arete [Tropijazz Sony CDZ #81657] debemos una explicación al significado del vocablo. La primera es un juego del barrio que consistía en pegarle con un palo a una pelotita; la otra es el adorno que cuelga del pallar de la oreja; la que sigue es la interpretación filosófica de los antiguos en mostrar las supremas habilidades individuales. Igualmente fue nominado para el GRAMMY. Siguió en la línea el trepidante Vortex [Tropijazz RMM Records -RMD #82043] donde se explica que "Oya es la dueña de los malos vientos, las tormentas y los tifones". Así, después de la tormenta aparece el arco iris, metáfora que se aplica muy bien a su fulgurante carrera. Esto tiene, a nuestro juicio, relación con los mitos cosmogónicos, teogónicos, antropogónicos y axiogónicos. Los mismos nos llevan en el génesis lucumí, desde el comienzo de las cosas, el nacimiento de las divinidades antropomórficas, las historias del desarrollo humano en sus legendarios “patakis” y finalmente, a los valores fundamentales de la ética religiosa, el bien y el mal en el desempeño mitológico. El tema "Doña Tere", dedicada a una señora que es una especie de Madre Teresa en el "barrio" es de una fuerza casi atómica y en los 10:35 minutos de duración, nos sobrecogemos ante el despliegue de habilidades; como le da la vuelta al mambo es sencillamente, magistral. Cuando interpretan "Minuet en G" de Ludwig Van Beethoven, nos quedamos perplejos por sus combinaciones sinfónicas y el arreglo genial.


Dice el Dr. Eddie Palmieri al presentar El Rumbero del Piano [RMM Records- 1998, RMD #82197] que: "Si la materia nueva, a medida que llega encaja siempre en la misma estructura, es la estructura lo que debemos tratar de comprender. (de Thales de Mileto a Aristóteles). Mis formas y variaciones musicales encajan en las estructuras de los ritmos africanos, que respeto y me esfuerzo por mantener. Esto es lo que llamo la música “afromundial”. Aquí presenta a dos cantantes, Wichy Camacho y a Hermán Olivera, a quien hoy llaman “El Sonero del Siglo Veintiuno”. Las diez piezas nos presentan a un Eddie Palmieri muy bien puesto, seguro de si mismo, enfrentando sones, guaguancós y mambos en su estilo, único y arrollador.. Un ejemplo del desastre por el que la música había pasado y todavía pasaba, es su gran composición, una especie de himno que hoy su pensamiento adquiere plena vigencia. En la pieza "Para que Escuchen", define, explica y reclama abierta y francamente: "si me preguntan que más se puede hacer, para extender nuestra música latina, pongan oído a lo que digo yo, antes de empezar, tienes que contar conmigo: ¿Qué le han hecho a mi canción; que le han hecho a la estructura?; un ejemplo muy dañino, que mi alma estoy sufriendo por lo que estoy oyendo, que le han hecho a mi canción, los tambores están callados; es la esencia de una orquesta respetar los fundamentos, ya escucharon mi lamento y saben que triste me encuentro, pero llego con mi orquesta a ponerlos a bailar, a ¡¡¡ponerlos a gozar!!!. Después de esta catilinaria inteligentísima a la salsa monga, la balada en salsa y la salsa rosa, sólo nos queda decir a los melómanos, en unísona comunión: AMÉN.

En su afán filantrópico, decide emprender un lindo proyecto ligado a una institución. En colaboración con el Directorio de Benefactores del Hospital Central del Bronx-Líbano, y el Fondo de Nuevas Direcciones del Bronx, presentaron un Concierto que se grabó en el Centro Hostos para las Artes y la Cultura en la ciudad de Nueva York. Se había realizado el 17 de octubre de 1996 teniendo como invitados a la charanga conocida como Jóvenes del Barrio, dirigida por Johnny Almendra. Fue tal el suceso que en 1999 discos RRM y Universal Music sacaron al mercado Eddie Palmieri y sus Amigos [RMD #82252], un producto novedoso e interesante, que además, trae las imágenes en video del concierto en vivo pudiéndolos apreciar en toda su excelencia y con un derroche de sabor.

El nuevo siglo nos trajo a Tito Puente/Eddie Palmieri reunidos en: Masterpiece/Obra Maestra [RMM Records-0282840332], que es exactamente lo que su nombre indica. Un sueño de ambos maestros, procesado en un laboratorio en conjunto, que alcanza ribetes de excelencia y es, persecula seculorum, mítica. Fue el último disco de “El Rey”, cuya vida se apagó el 31 de mayo de ese año, no pudiendo ver el producto terminado. Las doce canciones que contiene, cada una es mejor que la otra y en todas hay un despliegue de ingenio, donde las palabras sobran para calificarla. Oscar D’León hace de "Cielito Lindo" un poema; Pete ‘El Conde’ Rodrí¬guez inspira en "Marchando Bien"; Michael Stuart, Jerry Medina, Hermán Olivera, Frankie Morales y Milton Cardona, tienen un puesto en la historia, junto con los señores músicos por su poder evocador, modo de interpretar, talento e ingenio, haciendo que esta grabación siga vigente en los próximos cincuenta años. Técnicamente es impecable, habiendo tenido, de acuerdo a su ficha técnica, a profesionales lideres en sus especialidades, entregándonos una preciosa pieza, que podría figurar, si existiera en un museo del disco. Le mereció a ambos el premio GRAMMY, siendo el sexto para "el maestro del piano".


El genial Palmieri sigue dentro de sus patrones evolutivos en camino a un estado superior. Su música es radiante como el sol naciente. Sin embargo, desde el atardecer, como diría una linda canción, por esas cosas de la vida que la poesía puede crear, aparecerá también como "el sol de medianoche" que sigue, aunque sea en la imaginación, resplandeciente. En este mundo donde abundan las mediocridades, su creatividad sobresale nítidamente. No es un súbito haz; brilla permanentemente. No ha dudado la crítica universal en ponderar sus dominios y virtudes, siendo aclamado en el terreno que se encuentre. Encontrar músicos así, es muy difícil, debiendo parafrasear el título de un disco de la colección de los Alegre All Stars que nos cae como anillo al dedo: "simplemente ya no los hacen así en estos tiempos".

La vitalidad y el entusiasmo lo acompañan, como si fuera hace más de cuarenta años, cuando de la mano de su tío, el chino Gueits, diera sus primeros pasos. Nosotros pensamos que algo tan íntimo debe ser extraído de sus propias palabras. Relata con la honestidad que le caracteriza en la información que acompaña su penúltimo CD: La Perfecta II [Concord Records Inc. 2002, CCD #2136-2] que: " el desarrollo de La Perfecta II fue tan fortuito como cuando nació el conjunto original, a raíz de mi encuentro casual con Barry Rogers un martes en la noche en el club Triton’s. Nació porque Doug Beavers tuvo casualmente la oportunidad de recobrar con diligente esfuerzo la música que había permanecido tanto tiempo abandonada". Las composiciones "El Molestoso", "Cuídate Compay", "Tu Tu Ta Ta", "Tirándote Flores" y "Ay qué Rico", han sido ejecutadas con el mismo grado de sofisticación, pericia y comprensión de la compleja ingeniería estructural generada por el sonido original de ocho instrumentos" (sic). A estos se añaden seis temas nuevos de Jazz Latino. Las únicas diferencias es que aparte del maestro Palmieri, todos los músicos son nuevos, los adelantos tecnológicos son inmensos y aparece súbitamente la voz de un niño, su nieto Ignacio. Esta grabación es la número 33, que como los años de Cristo nos dejará marcados. Palmaria, para un Palmieri, demostración de cómo todo siempre vuelve a sus inicios, en la evolución circular que nosotros llamamos "la geometría de la sandunga".


Coda

Hace unos años lo entrevistamos para el programa de Radio Maestra Vida. Nos contaba que pronto aparecería su reciente grabación. Cuando el Sr. Guido Herrera-Yance, nos envió: Eddie Palmieri - Ritmo Caliente [Concord Records Inc. 2003, CCD- #2180-2] nuestra alegría fue tan grande, como la de un niño que recibe un preciado regalo. Lo examinamos como si estuviéramos en un laboratorio comprobando las proporciones de un compuesto. Su vocalista el señor Hermán Olivera, hace un gran trabajo. Al Maestro Palmieri lo han llamado "enfant terrible", "el dueño del montuno", "el último mohicano", "el gran Palmieri". Nosotros pensamos que es un químico, con grado de PHD, pues logra mezclar en proporciones idénticas, elementos tan disímiles, en patrones diversos y alternos, que hay que ser poseedor de una inteligencia y un talento, valga la comparación con el debido permiso, como el del Profesor Einstein, que logró resumir en su fórmula: E=MC2, la receta que hoy sigue revolucionando a la humanidad.


Nuevamente debemos recurrir al material adjunto al CD. El Doctor Robert Farris Thompson, Profesor de la Historia del Arte, del Timothy Dwight Collage en New Haven, U.S.A. nos explica con toda solvencia que: "La Voz del Caribe" es una demostración de lo que es la armonía del mambo en acción. Nosotros gozamos. El armoniza. Palmieri sacude nuestra conciencia con un acorde D7+9 en el bajo y después se va medio tono más alto. Al poco vuelve al D7+9. Quizá no podemos seguir todas las complejidades de esta música, pero sabemos que algo tiene que estar causando la exaltación que sentimos" (sic).

Semejante lujo descriptivo lo encontraremos a todo lo largo de su escrito. Cuatro de los temas vienen de sus legendarios trabajos iniciales, que el suavemente acaricia como si fueran unas criaturas. "Lázaro y su Micrófono", "Ritmo Caliente II", "Sujétate la Lengua" y "Lo que Traigo es Sabroso II" pertenecen a su antiguo repertorio, hoy recreado con mucho vigor. Acompañan la producción siete temas nuevos, donde en "Gigue" (Bach goes Bata), el Profesor Robert Farris Thompson nuevamente nos ilustra: "es ambicioso y alucinante. Palmieri enfrenta a Johan Sebastian Bach con cinco siglos de plasticidad temporal afro-atlántica. Sólo Eddie podía juntar a Bach con batás en 6/8, tocar con ese compás, transformarlo en 3/4, regresar al 6/8, y ejecutarlo todo con éxito".

Acaba de terminar una larga y muy exitosa gira por Europa. Basta revisar la página Web de su agencia: para conocer sus compromisos hasta abril del 2005. Finalmente debemos expresar que la humanidad tiene que alegrarse con un genio de esta magnitud, que constituye un verdadero tesoro. Que sigamos recibiendo caudales de alegría con su inspiración, nos permite a los seres vivos, recrearnos con sus melodías, como si viviéramos en un paraíso permanente, no de flores sino de corcheas y semicorcheas, aparejado de notas esculpidas en el alma con un martillo imaginario, que golpea las blancas y las negras, latido que hace que nuestro espíritu se regocije y que la vida sea mucho más llevadera. Muchas gracias, Maestro Palmieri por hacernos feliz nuestra existencia y que siga usted enriqueciendo la vida en el planeta con su música. 

Saravá ¡ Familia !

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