El regreso de Alfredo Falú
Fuente: Fundación Nacional para la Cultura Popular. Por: Jaime Torres Torres
Es una familia que ama la música y la música los ha unido en “Recrudescence”, un concepto de jazz latino y salsa que sella el regreso del saxofonista Alfredo Falú al ambiente artístico.
“Después de una ausencia de 20 años, en que estuve tocando con las bandas del Army, regreso con este nuevo proyecto. Estoy aquí otra vez”, dijo Alfredo a la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Alfredo, quien trabajó con la orquesta de Ángel Náter, con Jorge Millet y es recordado por dos etapas muy productivas con la banda de Bobby Valentín, entre otras agrupaciones, comparte los créditos de la producción con sus hijos Yamill y Kevin, además de su nieta Ninotchka Falú, quienes interactuaron en la grabación con músicos reconocidos como Charlie Sepúlveda, Angie Machado, Jan Duclerc, Julito Alvarado, Luis Marín, Eric Figueroa, Lenny Prieto, Junior Irizarry, Danny Thompson, Efraín Martínez y Benjamín Laboy.
“Son mis dos hijos y mi nieta. Todos han estudiado música. Ninotchka ha estudiado piano y también estudia canto. Yamill canta y toca bongó y Kevin toca saxofón barítono. Esto es motivo de felicidad completa. Esta grabación es algo que deseaba hacer con ellos y con amigos músicos que aceptaron grabar conmigo”.
La secuencia de “Recrudescence” inicia con el movimiento “Montuno” de la suite “Latin Jazz” del argentino Lalo Schifrin. Una interpretación que sugiere el sendero a recorrer en la grabación pues las influencias de Alfredo abarcan desde Machito y Tito Rodríguez hasta Frank Sinatra y Beny Moré.
Del disco “Sentido”, que en 1973 Eddie Palmieri e Ismael Quintana grabaron con Coco Records, Alfredo echó mano a “Condiciones que existen”, una composición adelantada a su época.
“Palmieri es uno de mis favoritos. Es el Thelonious Monk de la salsa, por sus disonancias y acordes en el piano. Ese tema lo hicimos porque cuando lo grabó fue ultra moderno, dejándose llevar por las situaciones raciales en Nueva York con los negros y los latinos, parecido a lo que vivimos en este tiempo. Por eso decidí hacerlo a mi estilo”, señaló Alfredo, quien también se acerca al repertorio de Tito Rodríguez con sus propuestas de “Modulando” y “El monito y la jirafa” de Rosendo Ruiz Jr.
Alfredo Falú comparte con familiares los créditos de su nueva producción. (Foto suministrada)
Otra versión que lo entusiasma es “Reflexión” de Roberto Ortiz. Una letra que entregó a la hija de su amigo Rafú, la joven Lisa Warner. “Todo quedó en familia”, reiteró.
“Recrudescence”, irónicamente, es su primer disco como líder. En 1983, al salir de la banda del Rey del Bajo, organizó la Orquesta La Nueva Salsa y comenzó a grabar con Borinquen Records un sencillo de 45 rpm, con “El añoñaito” de Tite Curet Alonso en el lado a y “Aprende a bailar” en la cara b.
“En ese tiempo Darío González movía su estudio a Santo Domingo. Era buen amigo de mi papá. Antes de mudarse, me entregó el 45”.
Mientras, son muchas las remembranzas que alberga Alfredo Falú durante su paso por la música. De Ángel Náter, quien presidió la Federación de Músicos de Puerto Rico, recuerda la primera oportunidad que le brindó, con solo 15 años, gracias a la recomendación del trombonista Fernando Arvelo.
“Grabé en sus primeros dos discos. En el segundo Jorge Millet estuvo en el piano, Bobby en el bajo y Elías Lopés en la trompeta. Así fue que me pude relacionar con los grandes. Náter fue quien me puso el saxofón barítono en las manos”.
Luego, durante tres años, trabajó con Jorge Millet, experiencia que describe como muy enriquecedora porque lo ayudó como copista musical y saxofonista de sus grabaciones a Flor de Loto, Marvin Santiago, Ismael Miranda y Chivirico Dávila, entre otros.
Alfredo considera que a Millet no se le ha reconocido como merece y que, tristemente, su nombre es olvidado por sectores de la industria.
“No se le ha dado el reconocimiento que merece como tremendo pianista, arreglista y compositor. Dicen que era un personaje, en el sentido de que llegaba al estudio y a última hora terminaba los arreglos. Era un genio. El disco ‘Fireworks’ de Machito lo arregló en un avión. Estuve tres o cuatro años con él y aprendí mucho. Una pena que no se mencione para nada cuando fue director musical de Cortijo e Ismael Miranda”, recordó Alfredo, quien grabó en el elepé “Magic Dream” de Millet.
De sus memorias con Bobby Valentín, no olvida la noche que lo visitó a su hogar para invitarlo a que sustituyera a Humberto Ramírez padre durante una gira de mes y medio por Panamá, Nueva York y Chicago, a la que el veterano saxofonista no pudo asistir por sus compromisos en el Servicio Postal.
“A los dos días de estar en Panamá, Bobby me ofreció el trabajo y me quedé 10 años con él”, recordó Alfredo, que grabó en elepés como “Va a la cárcel”, “Afuera”, “Musical Seduction” y otros.
“Grabé con Marvin Santiago, Frankie Hernández, Johnny Vázquez, Luigi Texidor, Cano Estremera y Rafú Warner”, dijo Alfredo al añadir, a preguntas de este periodista, que Marvin fue el cantante que más impactó al pueblo.
“Todo el mundo lo quería, no solo en Puerto Rico, sino en Panamá y Venezuela. El pueblo lo quiso mucho”, afirmó Alfredo, cuyo mayor aprendizaje de Bobby fue el rigor de su rol como arreglista.
“Aprendí mucho de armonía y de la combinación del barítono con bajo y piano, además de cómo administrar el grupo. Es tremendo ser humano y un gran amigo”.
Establecido como uno de los más respetados saxofonistas del ambiente, Alfredo hizo una pausa a mediados de la década de 1980 para enlistarse en las Fuerzas Armadas.

En gestiones para presentar el primer disco de su Latin Jazz Ensemble, por lo pronto Alfredo Falú concentra sus esfuerzos en la distribución digital y física del cedé, que dedica a su padre Basilio Falú y que se consigue en la tiendita de la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Para contrataciones, llame al 787-930-0275.
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