Exitoso conversatorio "La Vigencia de la Salsa en el Perú"
Fuente: Salserisimo Peru
Martín Gómez, personaje clave en el ambiente salsero del Primer Puerto, representó al equipo de Salserísimo-Perú, que cumplió un papel importante en este evento cultural.
La salsa en la FM y las redes sociales fueron algunos de los temas que se tocaron en el conversatorio del que participó Salserísimo-Perú y que fue organizado por Pueblo Latino, de Walter Renteria, el mismo que culminó con lleno total en el restaurante Marea Alta de La Perla en el Callao. La mayoría de invitados fueron personajes reconocidos del círculo salsero.
Los ponentes Angelina Medina, Eloy Jauregui, Nacho Leonarte y Jorge Urbina, el Primo Coco, tuvieron un gran desempeño en el evento cuyo cierre estuvo a cargo del Combo Espectáculo Creación que ,por cierto, tuvo un gran performance.
El fin de este conversatorio sin fines de lucro, es difundir la salsa a todos los rincones del Perú y hacer que este tipo de eventos se haga nuevamente una costumbre en nuestro país, especialmente en la Provincia Constitucional.
“Lo que esperamos es que este evento se haga al menos una vez todos los años, después del aniversario del Callao”, expresó Martín Gómez, en representación de Salserísimo-Perú.
La melómana peruana Angelina Medina fue clara al confesar que la falta de apoyo por parte de las emisoras radiales, hizo que ahora la Internet sea la mejor alternativa para difundir la música latina.
“Ya existen radios por Internet que tienen conceptos definidos de lo que quieren presentar. No salsa comercial, sino la música afroantillana en todas sus variantes”, indicó la reconocida salsera en el conversatorio ‘La vigencia de la salsa en el Perú’, organizado por Pueblo Latino y auspiciado por Salserísimo-Perú.
Asimismo, Medina resaltó el papel del Facebook, entre otras redes sociales, para ser la plataforma de difusión de eventos artísticos y culturales referidos a la salsa. De la misma forma mencionó a YouTube como una fuente para conocer música a la que en años anteriores era muy difícil tener acceso.
“Es tan fuerte el poder de las redes sociales que ahora los músicos se promocionan vía Facebook y Twitter. Los eventos y todo lo que ocurre con la música, va llegando al público cada vez más rápido”, indicó.
Sin embargo, Angelina aclaró que no todo es color de rosa, ya que así como es fácil utilizar esta “herramienta” para difundir la salsa, igual de fácil es encontrar contenidos que en muchas ocasiones son falsos.
“Estamos en un proceso y a lo largo de estos últimos dos años se han hecho avances importantes. La cultura salsera peruana no es como la de Colombia o Venezuela. Y eso se refleja en las redes sociales, pero lo que sí resalto es el interés porque haya páginas para difundir la historia de esta música. Estamos avanzando de a poco. Hay un largo trecho por recorrer. Lamentablemente, las radios locales nos han cerrado las puertas. Estamos poniendo una primera piedra para seguir avanzando”, añadió.
Angelina terminó su presentación respondiendo muy bien ante la inquietud del reconocido locutor Juan Carlos Espichán, quien aseveró, desde su óptica, que las radios por Internet estaban apenas gateando en el ambiente y que su desarrollo era más de largo plazo. Por lo tanto, no tenían influencia en el gusto popular.
“Probablemente, tenga razón”, respondió Angelina. Pero es un hecho que las radios por Internet le permiten a la gente conocer más, ampliar sus contactos y conocimientos acerca de lo que acontece con la salsa. No está muy desarrollado, pero por algo se empieza”, aseveró.
Nacho Leonarte manifestó que era muy curioso cómo radio La Kalle ahora se luce en un expectante cuarto lugar en sintonía y ha dejado a Radiomar en un noveno o décimo puesto. ”Ya desde el año 2000 se veía venir esto. Los experimentos que hizo Radiomar no le dieron resultados. Eso de poner a artistas de la televisión en la conducción de los programas de la radio no ha sido beneficioso. Lamentablemente, siento que Radiomar es hoy como una novia a la que se le ha maltratado mucho. Yo, la verdad, no sé si se van a levantar”.
Como anécdota, contó cómo programaba las canciones de Ángel Canales en Radiomar. “En realidad, yo era el conductor del espacio, pero no el programador. A la hora que el programador se iba a almorzar o desaparecía, me iba, sigilosamente, a la discoteca de Radio Mar Amplitud Modulada y tomaba un long play de Ángel Canales y lo llevaba a Radio Mar Plus.
Así programaba canciones como “La sombra” o “Sandra”. Yo pensaba que nadie se daría cuenta. Sin embargo, a los dos meses me llama Abraham Zavala, el dueño de la radio, y me dice: “ganaste Nacho. Vamos a traer a Angel Canales”. En ese momento, le dije, un tanto asustado, que no era para tanto. Pero me respondieron que ya ellos habían hecho un estudio de mercado y que sí les interesaba. Vino Angel Canales y llenó en sus presentaciones.
En otro momento de su ponencia, el locutor aprovechó en repasar, con nostalgia, los lugares de baile que marcaron época: desde las Máquinas del Sabor hasta el Palacio Latino, Bertolotto o el Corzo Latin Show. “Fueron años de muy buena salsa. Además de Radiomar estaban radio Excelsior, radio Unión, radio Uno”, recordó.
Su ponencia la cerró con la siguiente pregunta: ¿puede la salsa dura sonar en la Frecuencia Modulada? “A mí me tocó hacerlo y no tuve ningún problema. Yo programaba a Eddie Santiago, al Gran Combo y a Angel Canales. Hoy el primer paso lo está dando radio La Kalle”, finalizó.
Contundente y claro fue Eduardo Urbina, el ‘Primo Coco’, al referirse a la problemática de la difusión de la salsa en el país y al papel que cumple la radio en esta tarea. “La verdad no sé qué ha pasado. Estábamos en el primer lugar de sintonía y nadie nos pisaba los talones. Éramos líderes. ¿Buscar culpables? Yo no creo que sean los locutores. Aquí el problema empieza cuando los dueños de las radios le exigen al locutor que hable cada tres o cuatro canciones”.
En opinión del experimentado hombre de radio, esto alejó al locutor del oyente. Se perdió el contacto caluroso. ¿El resultado? Que ahora cada persona programe “su radio”. La gente hoy graba sus canciones en dispositivos USB y ya no sintonizan una emisora.
Hace dos años, prosiguió Urbina, vengo advirtiendo que si las radios no reaccionan, se van a morir. “Al mediano plazo, las radios en el ciberespacio lo van a copar todo. Ya hay autos que vienen con radio por Internet”.
El ‘Primo Coco’ aprovechó la oportunidad para reflexionar sobre ese orgullo tan particular de los salseros. “Siento que se creen que lo saben todo. Y muchas veces cuando uno se equivoca en algo, tienden a descalificar de inmediato. Eso está mal. Les falta humildad. Esto también ha permitido que muchas puertas se cierren”.
En otro momento dijo que deberíamos aprender de los empresarios y grupos que trabajan con la cumbia. “Ellos siempre han sido un buen ejemplo de trabajo, de comercialización y de marketing. Sus grupos cuentan con un bus que los transporta, tienen emisoras, manejan locales. Y todo es propio. ¿Qué pasó con las orquestas salseras?
Asimismo, recordó que en esta ciudad se hacían caravanas exitosas, los bailes con Saravá y Pilsen Callao congregaban a muchísima gente, recordó. “Eso generaba trabajo, muchas orquestas incluso salieron fuera del país. Eso, lamentablemente, se perdió”.
“En este ambiente, más nos hemos peleado que otra cosa. Aquí hay seguidores de Lucho Rospigliosi, de Carlos Loza, de Luis Delgado Aparicio. Y más discutimos y no hacemos nada por la salsa. ¿Qué estamos esperando? ¿Acaso un padrino o un inversionista para recién armar eventos?”, mencionó.
El ‘Primo Coco’, quien tiene su propia radio en el Sur del país, se refirió también a los programadores de radio que, en su momento, desprestigiaron este oficio. “Muchos les han robado a los músicos. Les pedían tres o cuatro mil dólares para sonar sus canciones. Eso le hizo un daño terrible a la salsa”, concluyó.
"La música ataca al sistema neurovegetativo del ser humano. Y lo ataca con la fiereza de un virus epidémico. La música se oye pero más que se oye, se siente. Es una suerte de orgasmo silencioso aunque la orquesta suene muy fuerte. En el caso de la salsa, el virus infecta el gozo del humano más inadvertido”, con esta hipótesis inició su participación el escritor y periodista Eloy Jáuregui.
Y prosiguió, “la salsa es una bacteria divina y su efecto celestial provoca pandemias, sobre todo en las personas que habitan frente al mar. Porque el mar es el límite del placer. La tierra, al encontrarse con el mar movido, se produce la fricción, como en el baile. La tierra baila con el mar y se penetran. Por eso en el Callao, la música no es sonido, sino quejido. Se trata del más hermoso y delicioso quejido que lanzan las parejas al hacer el amor, al llegar al clímax”, sentenció.
La reflexión arrancó los aplausos de los asistentes y la tarde se puso más caliente aún con el último de los expositores. Jáuregui, en la previa, se había preguntado sobre la vigencia de la salsa y expresó: “Si la salsa no tuviese vigencia, no estuviéramos aquí. Somos devotos de esta religión de las pasiones más recargadas que habitan en nuestros corazones”.
En otro momento, advirtió, con preocupación, que no existe una literatura profusa sobre el estudio de la salsa en el Perú. “Son pocos –los libros– en comparación con los discos. Sin embargo, la música latina –porque salsa es lo que se le echa al tallarín– existe como fondo musical en varios libros de Mario Vargas Llosa, de Alfreo Bryce Echenique y de Julio Ramón Ribeyro. El mambo, el chachachá, los boleros, dan soporte a las vivencias de los personajes sórdidos en las novelas de Vargas Llosa y en los antihéroes de Ribeyro. Existen también otras melodías en los relatos de Alonso Cueto y hasta de Fernando Ampuero. ¿Pero luego de eso?…
Este silencio al que aludió Jáuregui, efectivamente, es preocupante en un país que, a nivel de discografía, sí ha aportado a la música latina. Tomemos en cuenta el diverso e importante catálogo de sellos discográficos como MAG, Virrey, Sono Radio y Iempsa, por mencionar algunos. Y muy poco se ha escrito sobre esta época tan dinámica del ritmo tropical en el país.
“El primer libro como como tesis periodística e historia comparada de la música latina en el Perú es el de Victor Montero (“Ahí viene la Sonora Matancera”, editado en Lima en 1976). Luego amplió su trabajo en el 2005. También está el trabajo reciente del chalaco Mario Aragón, “Salsa y sabor en cada esquina” y “Un jibarito en el Callao, breve imagen de Héctor Lavoe”. Pero estas publicaciones son extrañas en un mercado que no existe: libros sobre salsa”, añadió el expositor.
Jáuregui, quien también es autor de los libros “Pa bravo yo. Historias de la salsa en el Perú” y “Sabor a mí”, entre otros, concluyó su participación evocando las fiestas con música cubana campesina en casa de su padrino Juan Rioja. “Se escuchaba a Celina y Reutilio, Los Compadres, pero sobre todo al Trío Matamoros”. Del mismo modo, reivindicó su origen surquillano, puntualizando, fiel a su estilo, que él no es chalaco, sino ‘choleco’.
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