"Saravá" Luis Delgado Aparicio (1940-2015)
Diciembre de 1986, salgo casi corriendo para el teléfono público que estaba en la esquina de Bayletti y Daniel Muñoz. Marco el número, la llamada entra, la voz ronca pregunta y yo respondo: “tercer lugar, ‘Salió de la Galera 3’; segundo lugar ‘Te Damos las Gracias’; primer lugar ‘Santificación’”.
Cuelgo, regreso (casi corriendo también) y Norma me confirma que la llamada salió al aire con mi voto para el disco del año en “Maestra Vida”, en vivo, desde “el rin de la Bayletti”.
A comienzos de los 80s no había internet, ni CDs ni MP3s y las fuentes para saciar mi curiosidad salsera eran pocas. No tenía quien me enviara revistas y a la prensa llegarían Enrique Sánchez Hernani (“Ramiro Da Silva” vía el VSD de La República) primero y el entrañable Carlos Loza Arellano en su “Caribe Soy” interdiario en Extra, después, y recién por el 88/89 descubriría La Colmena y el frontis de la Villareal con sus LPs importados y sus cassettes.
Era pues la radio la vía natural para aprender escuchando y para saber qué discos comprar en Héctor Roca de Galerías Boza. Sin dejar la pasión por el “fútbol radial”, el dial de mi viejo radio cassette quedaba diariamente fijo a la derecha del dial en FM por culpa de esa voz ronca que decía que “la música era la memoria de los sueños” (como el Gato Barbieri en su disco Caliente) y que me sugería “Oyeme, la última la traigo yo”.
Esa voz ronca tenía un nombre, Luis Delgado Aparicio, abogado (aunque al principio ingresó a la Facultad de Medicina de San Fernando), karateca y salsero y su grito de guerra era “Saravá”, término utilizado sobre todo en Brasil como una especie de arenga o saludo. El hombre y su grito se volvieron sinónimos en la radio, luego en la televisión y, más tarde, en la vida pública cuando entró a la política.
Entrevista de Román Palacios en el programa Fusión Latina a Luis Delgado Aparicio
Delgado Aparicio nació el 28 Setiembre 1940 (quince días antes que mi papá) con un tumor en el lado izquierdo de su rostro, por el cual tuvo que viajar constantemente desde niño a Estados Unidos para ser tratado. Si Pérez Prado fue su primer ídolo musical (descubriendo luego a Cortijo y su Combo, la Matancera y todos los nombres famosos de los 50s), fue Cabrera Infante y su novela “Tres Tristes Tigres” quien exacerbó su curiosidad no solo por escuchar sino también por investigar acerca de la música del Caribe. A diferencia de su hermano Jaime, gran músico de jazz fallecido en 1983, Lucho se enamoró de la música afro-latino-caribeño-americana.
El Notario Alfredo Aparicio Valdez fue, además de su tío, una suerte de mentor en el gusto musical del joven abogado que se hizo poco a poco conocido como coleccionista (gracias los discos que compraba durante sus viajes para operarse) y bailarín en la Lima de finales de los 60s y comienzos de los 70s, cuando la Salsa explotó en New York y surgieron los primeros salsódromos en nuestro medio, siendo “Los Mundialistas” el más recordado.
Delgado Aparicio gustaba de tocar cencerro cada vez que podía y colaboraba con diversos programas radiales de la época, principalmente los de Jorge Eduardo Bancayán y Lucho Ballesteros, llevando paralelamente su carrera profesional como asesor, consultor y especialista en Derecho Laboral y Empresarial, pero no fue hasta 1980 en que (alentado por sus amigos Guido Monteverde, Pablo de Madalengoitia y Ricardo Ghibellini) le propuso a Ricardo Palma, propietario de Radio Miraflores, hacer un programa de Salsa.
Impactado por el disco Maestra Vida de Rubén Blades con Willie Colón de ese año, decide bautizar su espacio radial (el primero en la historia de la Radio en el Perú y especializado en Salsa que se emitiera en Frecuencia Modulada) con el nombre de aquel músico-drama. Fue Ricardo Ghibellini el primer compañero que tuvo Delgado Aparicio en el "Maestra Vida original", que iba los viernes y sábados desde las 11:00 pm.
Yo no escuché esos primeros programas pero quienes sí lo hicieron recuerdan a un Delgado Aparicio aún no tan fluido para la locución y mencionando repetidamente la frase "LDA-RGH" (las iniciales de los conductores) en la presentación de los temas.
Ghibellini recuerda que el primer programa salió al aire el viernes 15 Febrero 1980, que la sugerencia para el nombre del programa fue de Luis Eduardo Cáceres Gutiérrez y que recién, poco tiempo después, Delgado Aparicio fue bautizado como "Saravá" por Bernardo Batiewsky.
Al poco tiempo "Maestra Vida" pasa a Radio América para luego “plantar bandera” en Radio Mar, hasta 1987 y luego tendría una estadía breve en Excelsior FM (1988). Yo "lo descubrí" en Radio Mar, cuando el co-productor del programa era Carlos Nieves Cornejo y cuando "Saravá" ya había ganado fluidez y frescura para la locución y donde su estilo de presentar las canciones de lunes a sábado (los lunes una hora de 7:00 a 8:00 pm y los sábados tres horas, de 7:00 a 10 pm, en lo que él mismo bautizó "el espectáculo musical del fin de semana") lo llevó “al pico más elevado de la popularidad”.
Mario Vargas Llosa lo invitó a su programa “La Torre de Babel” vía Panamericana Televisión para un especial titulado "La salsa de Puerto Rico, del África a Surquillo, pasando por Nueva York", señal de la imagen que Delgado Aparicio empieza a ganar como autoridad salsera en el Perú.
No exagero en decir que la combinación radial de “Maestra Vida”-“Sonido Latino”, con sus virtudes y omisiones en cada caso, fue el combustible que impulsó el amor que tengo por esta música. Pienso que la principal virtud de “Maestra Vida” fue presentar las primicias musicales, principalmente de Puerto Rico y New York, dentro de un contexto donde Delgado Aparicio hablaba del autor, del arreglista y del intérprete, aunque algunos cantantes quedaron al margen, por ser considerados “demasiado comerciales”. Lucho se esforzó también por alejar a la Salsa de esa imagen marginal que la encasillaba en “música populachera” o únicamente para bailar e intentó como nadie darle un status y un lugar en los medios de comunicación.
Creo, por otro lado, que la principal omisión del “Maestra Vida” de los 80s fue no incluir música cubana del momento ni tampoco música en vivo, ausencia que era cubierta en brillante forma, para beneplácito de sus oyentes, por Hugo Abele Maldonado y su espectacular “Sonido Latino”. A los dos se sumaría al poco tiempo Walter Rentería Zárate y su “Pueblo Latino” para completar mi “triángulo del Sabor” en la radio salsera limeña de los 80s.
Delgado Aparicio aprovechó el buen momento comercial de la Salsa y en 1983 Domingo Palermo le propone hacer televisión. Durante quince meses (Abril 83 a Julio 84) “Maestra Vida” sale al aire por Andina de Televisión (Canal 9) todos los sábados, compitiendo con el gigante Augusto Ferrando y su Trampolín a la Fama.
Ahí las voces y sonidos de nuestros héroes musicales se volvieron imágenes, gracias a sus viajes a Puerto Rico donde afianzó amistad con las principales figuras de la música, entrevistándolos y presentando videos propios y de los programas “Latino” y “Viva la Salsa”. Mención especial para el especial “Una Sola Casa, Latinoamerica Unida” con Willie Colon, Rubén Blades y la Filarmónica de Puerto Rico, la grabación a Tite Curet Alonso y la larga entrevista a Blades, que terminara con el video donde el panameño rumbea “Pedro Navaja” con Meñique, Santos Colón, José Nogueras y Cheo Feliciano en Toa Baja. Fue Cheo muy significativo en el impulso de “Maestra Vida”, primero en radio (Recuerden el disco Estampas, uno de los favoritos de “Saravá”) y luego para la aventura televisiva cuando el sonero “le abre las puertas de Puerto Rico”, facilitando el acceso para que Lucho nos trajera a los salseros peruanos ese material que gozábamos los sábados a las 6 de la tarde.
A partir de 1985 fue el presentador por excelencia de las noches salseras en la Feria del Hogar. Andy Montañez, Héctor Lavoe, Celia Cruz, Tito Puente, El Gran Combo, Eddie Palmieri, fueron presentados por el ya popular “Saravá”. Ese mismo año salió el disco “La Ultima la Traigo Yo” de Saravá All Stars que incluye el tema “Doctor Salsa” vocalizado por el difunto Julio Barreto.
En la segunda mitad de los 80s Pilsen Callao auspicia “Baila con Saravá”, caravanas dominicales gratuitas que recorrían los barrios de Lima y Callao presentando a las mejores orquestas peruanas. Tuve la chance de estar alguna vez en el “back stage” (no recuerdo como llegué ahí) y tengo indeleble en mi memoria la imagen de “Saravá” entusiasta y exigente, arengando a los músicos, cantantes y bailarinas antes que subieran a la tarima. Estos espectáculos ayudaron a mantener la popularidad de la Salsa en Lima, previo al embate de la cumbia, aunque algunos piensan que sirvieron también de plataforma para su lanzamiento a la política que se concretaría en 1990, cuando fue elegido Diputado por el Movimiento Libertad (de Vargas Llosa) y luego Congresista (de 1995 al 2000) por Nueva Mayoría-Cambio 90 (de Alberto Fujimori).
En 1989 pude conocerlo en persona, cuando se realizó un Conversatorio sobre Salsa en la Universidad de Lima. Me atendió muy amablemente cuando intercambiamos opiniones sobre los Long Plays (aún no se les llamba “vinilos”) y los discos compactos, que recién llegaban a Perú. Ahí conocí también a Roy Rivasplata y a Carlos Jiménez, otros dos salseros que también tienen un lugar en la historia de la difusión de la Salsa en el Perú.
La política lo distrajo de la música, aunque ya tenía un lugar ganado como referencia salsera indiscutible dentro y fuera de nuestras fronteras, manteniendo presencia periódica en distintos diaros y revistas locales. Cuando el año 2001 emprendí la corta aventura de “El Salsero” impreso tomamos contacto alentando mi efímera empresa. Personalmente iba cada quincena a dejar los respectivos números a su domicilio.
La tragedia familiar que significó la muerte de su hija Verónica en la discoteca “Utopía”, el año 2002, fue de gran impacto para el “Doctor Salsa” quien fue uno de los abanderados del grupo de padres que reclamaron por justicia, la cual no llegó a ver completa.
El año 2004 “Saravá” realizó una corta temporada televisiva en Uranio 15, coproducida por Enrique Vigil, director de la web Mambo-Inn, página que publicó varios artículos especiales de Delgado Aparicio y que también auspició años después (2009) la exposición de libros, conferencia y concierto “Del cimarrón al eco del tambor: Lo Afrolatinocaribeñoamericano en la Literatura” en la Biblioteca Nacional del Perú.
Paralelamente “Maestra Vida” regresó a Radio Mar (Noviembre 2002) y luego pasó brevemente a Radio Panamericana. En esa etapa propone, los últimos domingos de cada mes, la secuencia de coleccionistas invitados, dentro de la cual tuve la oportunidad de participar. Ocurrió en Setiembre 2005 en Radio Mar, cuando dirigí un programa completo de “Maestra Vida”, algo muy significativo para quien esto escribe.
Recuerdo dos requisitos que Lucho pedía para ese programa: que llevase CDs originales y que las canciones seleccionadas no excedieran los cinco minutos. Fueron tres horas de programa.
Sin ser fluida ni constante, mi relación con Luis Delgado Aparicio fue cordial y respetuosa y se limitó estrictamente a lo musical. Debo precisar que personalmente no comulgaba con su (muchas veces desproporcionada) prédica fujimorista, pero no abundaré en temas sobre política.
Es justo decir que se trató de un personaje, en el sentido amplio de la palabra, que con sus virtudes y excesos influyó decididamente en mi afición salsera.
Cuando el año pasado, coincidentemente también el Jueves Santo, falleció el gran Cheo Feliciano, pude entrevistarlo para “Fusión Latina” de Román Palacios en Radio Ovación. Al poco tiempo conversé de nuevo con él acerca de un proyecto musical que teníamos con Rafael Ponce, en el cual queríamos contar con su participación. Su disposición fue positiva pero mi agenda de trabajo y la evidencia de su enfermedad dilataron y truncaron el proyecto. En las últimas semanas, los rumores de su resquebrajada salud aumentaron hasta el fatal desenlace de ayer por la tarde.
Muchos personajes de la Salsa no tardaron en manifestarse por la partida de “Saravá”. Su amigo Rubén Blades escribió:
“Otro amigo se nos muda al otro barrio. Del Perú, me llega la noticia de la partida de Luis Delgado Aparicio. Nos conocimos durante mi primer viaje a Lima con Seis del Solar en 1985, si la memoria no me falla.
Su erudición, su afecto por la música del Caribe y su capacidad para entrevistar a reticentes como yo fueron características que me impresionaron desde ese primer encuentro. Lucho sabia de lo que hablaba y sabia como hablar de lo que conocía. Gente de esa categoría especial no desaparece. Por eso no le pongo mayor crédito a la idea de que lo hemos perdido. Me rehuso a creer que lo que nos enseñó, a través de tantos años, días y horas, hoy de pronto cesa de tener vigencia. Me parece que ocurrirá lo contrario. Mas bien creo que ahora comenzara a crecer, alimentado por nuestra memoria y por nuestro agradecimiento.
Descansa en paz, amigo Lucho. Cuanto me alegra haberte visto en mi pasado viaje al Perú, haberte dedicado la presentación, y el haber podido enviarte un saludo hace tan solo días atrás.
Como decíamos, "Maestra Vida camará; te da, te quita, te quita y te da".A tu familia, envío mi abrazo y mi afecto.
Un abrazo, Lucho. Saravá!”
El gran Willie Colón también expresó lo suyo:
“ QEPD Dr. Luis Delgado Aparicio. Acabo de enterarme de la muerte del gran Salsero peruano Luis Delgado Aparicio "Dr. de la Salsa". Luis y su hermano Jaime nos recibieron la primera vez que llegamos a Perú hace demasiados años. Gracias rumbero de mi parte y de mis colegas, por tu amistad y apoyo. Fuiste un Embajador cultural; un salsero de la mata que se entregó totalmente al género y sus intérpretes con amabilidad e inteligencia. Nos abriste las puertas grandes y nos enseñaste el gran corazón hospitalario del peruano. Estoy seguro que no tendrás problemas para entrar a la rumba celestial; si ya todos te conocen.
Que el Señor te ilumine Don Luis, y que tu alma se llene de luz y progreso.”
Esta mañana Luis “Perico” Ortiz me envió el siguiente mensaje:
“Mi condolencia por el fallecimiento de un excepcional ser humano. Servidor de la cultura del pueblo con un alto nivel intelectual. Mi respeto a toda la familia y los que como yo tuvimos su amistad.
Que en Paz descanse.”
Anoche, preparé y emití vía spreaker.com un pequeño homenaje musical en el cual participaron Rafael Ithier, leyenda viviente de la Salsa y director de El Gran Combo de Puerto Rico, Papo Lucca, el virtuoso pianista de Fania All Stars y director de la gran institución musical Sonora Ponceña, el Maestro Willie Rosario, uno de los músicos boricuas que más ha sentido la muerte de Delgado Aparicio, y el reconocido sonero Ismael Miranda, de los más representativos vocalistas de la Fania. Todos coincidieron en resaltar la imagen de “Saravá” como conocedor y difusor de la música, especialmente de la hecha en Puerto Rico.
Antes de terminar, debo decir que estos párrafos estarían incompletos sino mencionara la figura de Agustín Pérez Aldave, amigo personal y consejero gracias a quien Delgado Aparicio emprendió muchas de sus actividades en los últimos veinticinco años. Agustín fue ese “brazo derecho” que siempre estuvo con el Doctor en las buenas y en las menos buenas.
Finalizo insistiendo, repitiendo que “Saravá” fue todo un personaje. Y la Salsa en el Perú le debe mucho y lo extrañará. Hace un año, despertábamos tristes en Jueves Santo por Cheo. Anoche, nos fuimos a dormir tristes en Jueves Santo por Delgado Aparicio. Saravá Lucho, Descanse en Paz Doctor.
Comment (1)
28 de mayo de 2016, 22:28
Un gran difusor de la salsa en el Perú.
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