Eddie Palmieri y su latin jazz vuelven a España
Fuente: Agencia EFE
El pianista de "latin jazz" Eddie Palmieri regresa mañana a los escenarios madrileños con una actuación en los Teatros del Canal con la que pretende "dar mucha candela", según ha explicado hoy en una entrevista a Efe.
Lleva más de 50 años dedicado a la música y conoce bien los secretos de este oficio, que ha cambiado tanto en los últimos años. "Las discográficas de antaño ya no existen, esas sí que eran piratas pero, por lo menos, se trabajaba la promoción de los discos", ha comentado este mito de la música latina entre risas.
Neoyorquino de ascendencia puertorriqueña, Palmieri ha llevado sus bailables melodías por todos los rincones del mundo. Un sonido que mezcla la percusión latina y los ritmos caribeños con el timbre siempre melancólico de las trompetas y el piano, y con el que trata de excitar el cuerpo y calar en el alma.
Sin embargo, este "percusionista frustrado", es consciente de lo lejos que está su música del público más joven, del que lamenta que "haya olvidado el arte del baile y las orquestas excitantes" y solo escuche "música comercial", algo "muy dañino" para la cultura artística.
Palmieri cambió en la década de los 60 las trompetas por los violines, creando un estilo único que fusionaba el "jazz" con la música latina, influenciado por la música clásica.
Apasionado de las melodías de Bach, defiende su composición europea frente a la música latina contemporánea, de la que dice es "un desastre enigmático al que han quitado la esencia y la tensión del clímax".
Aunque si hay un ritmo que haya tenido una gran influencia ese ha sido el "jazz". "El rompeteclas", como le llaman algunos por su energía al percutir el piano, ha experimentado con melodías y tesituras de todo tipo, pero nunca ha cortado las raíces de este género estadounidense.
Pionero en un sonido nuevo, el "latin jazz", en el que "timbales, bongós y congas son protagonistas", Palmieri se empeña en diferenciarlo del "jazz latin" en el que el ritmo es secundario.
"Soy un revolucionario y eso gusta", ha comentado Palmieri. Nueve premios Grammy avalan su carrera como compositor siempre centrada en la creación y el descubrimiento de sonidos ocultos entre las que destacan canciones como "Azúcar pa ti" o "Vámonos p'al monte".
El recuerdo de su hermano Charlie ha estado presente en cada una de sus canciones pero fue de Manny Oquendo (1931-2009) del que captó la esencia de la música cubana, que hasta la década de los 60 "había puesto a bailar al mundo".
Fue en 1974 cuando el pianista ganó, por su trabajo "The Sun of Latin Music", su primer premio Grammy de su carrera, convirtiéndose en la primera producción latina en hacerse con este galardón.
"Este primer reconocimiento supuso el respeto universal hacia la música latina", en la que este músico, considerado por la crítica uno de los mejores pianistas de los últimos 50 años, ha conseguido grabar su firma.
La música de Palmieri siempre se ha inspirado en las escalas del "jazz" y sus armonías tienen el respeto de los músicos de este género, por lo que la Fundación Nacional Para las Artes Maestros del Jazz (NEA Jazz Master) de Nueva York le acaba de premiar por su carrera artística.
Palmieri tocará mañana en los Teatros del Canal junto a la Afro-Caribbean Jazz All Stars, una actuación de "potencia concentrada junto a compañeros muy talentosos" que abrirá la tercera edición del Clazz Continental Latin Jazz Festival.
Tras actuar en Madrid, Palmieri trasladará su ritmo dulzón a Suiza y Croacia para terminar con una gira por Estados Unidos que en noviembre silenciará el "latin jazz" en "el lugar más respetado para los jazzistas", el Blue Note de Nueva York.
Fuente: ABC (España)
Eddie Palmieri es una institución que cumple más de seis décadas de dedicación a la música. Un intérprete parlanchín, en escena y fuera de ella, que cuenta con uno de los reconocimientos más sólidos del jazz latino.
Prueba de ello la ofrece la evidente fidelidad que siempre le reserva el público español, acudiendo incondicionalmente a sus conciertos, se produzcan estos con asiduidad o con escasa frecuencia. La presente visita, en el marco del Clazz Continental Latin Jazz Festival, permite que Palmieri revalide la que considera su máxima expectativa: «Comprobar de nuevo el entusiasmo que esta música despierta entre los más jóvenes, sabiendo que, además, comprenden la complicación que entrañan sus entramados armónico y rítmico».
Pese a lo dilatado de su carrera, el reconocimiento internacional de Eddie Palmieri cuenta con poco más de veinte años de vida. Ni los esfuerzos de productores como Bobby Colomby o Kip Hanrahan dieron resultado en su afán de convertirle en ciudadano del circuito jazzístico estadounidense con La Perfecta, la orquesta que creó en 1961.
Así las cosas, durante más de treinta años, la actividad de Palmieri quedó reducida al ámbito local de Puerto Rico, donde fijó su residencia. Fueron los contenidos de su álbum «Palmas», publicado en 1993, los que consiguieron sacarle del anonimato popular y materializar un reto que siempre había estado pendiente: fidelizar a un público de varias generaciones.
Él músico tiene una explicación para esto: «La clave radica en innovar permanentemente. A pesar de saber preservar la esencia fundamental de nuestra música, siempre he sido un músico aventurero. He incorporado a mi música, retazos de música clásica, de jazz, también de folclore de Puerto Rico… Y, finalmente, he sido siempre muy exigente con los músicos que me acompañan».
Comparece ahora en nuestro país con una formación en la que el cuidado en la selección de los instrumentistas ha sido exquisito. Eddie Palmieri precisa: «Orlando Vega estará en bongos, Vicente “Pequeño” Johnny en las congas, José Clausell en timbales. Y, para redondear el sonido, tres jóvenes que están destacando hace tiempo en el latin jazz actual: Luques Curtis en el bajo, Louis Fouche en el saxo alto, y Jonathan Powell en trompeta».
Es preciso aclarar a estas alturas que Palmieri es un intérprete de grandes cualidades técnicas en el piano. Un técnico que se mueve dentro de la música latina con inflexiones y arreglos para los que él mismo encuentra una influencia muy importante en el quehacer de su hermano Charlie, fallecido hace 26 años, y también −como él mismo afirma− «en el trabajo de Chick Corea, Bill Evans, Thelonious Monk y, definitivamente, en el de muchos pianistas de Cuba; especialmente Jesús López, Lili Martínez, Lino Frías y René Hernández». Todo ello le acredita como una auténtica supernova del jazz latino.
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