EDDIE PALMIERI: 50 AÑOS DEL RUMBERO DEL PIANO (Orquesta Fiesta Latina de Juan Carlos Lecca 19 de abril 2013. 7 pm. ICPNA-Lima. Entrada General 15 soles. A la venta en plaza Vea y Vivanda)
Eddie Palmieri es un músico nacido en Nueva York, el 15 de diciembre de 1936 considerado por la crítica especializada como uno de los más grandes pianistas del mundo, en lo que le a Latin Jazz y Salsa se refiere.
Es poseedor de un estilo único, innovador y revolucionario, demostrándolo en 1962 cuando debuta en el mundo del disco con la producción "La Perfecta", donde cambia las agujas de reloj al sumar al común sonido de violines y flautas de las orquestas de charanga de aquellos tiempos, una sección de trombones bajo la dirección del virtuoso trombonista Barry Rodgers, y pone como cantante a un muchachito que responde al nombre de Ismael Quintana, formando algo simplemente sublime. Desde ese momento a la actualidad Palmieri nos ha ido sorprendiendo y haciéndonos gozar con su gran gama de creaciones que son merecedoras de nueve premios Grammy e incontables reconocimientos a nivel mundial.
Es por esta razón, que la Orquesta Fiesta Latina de Juan Carlos Lecca, le rinde un homenaje a este genio: Eddie Palmieri, haciendo un repaso significativo por casi todo su obra musical, tocando temas de su primer disco hasta el último con su cantante Herman Olivera. Escucharan sus mejores éxitos, como: Vamonos pal monte, La Malanga, Café, Busca lo tuyo y otras sorpresas.
Están cordialmente invitados todos los amantes de la buena música, que quieren unirse a esta celebración por el 50 aniversario de El Sol de la Música Latina. La cita es el viernes 19 de Abril a las 7:30 pm (Hora Exacta) en el Auditorio del ICPNA de Lima, sito en Jr. Cuzco 446, a media cuadra de la tienda Hiraoka de la Av. Abancay. Las entradas ya están a la venta a partir de hoy en los módulos de Tu entrada de Plaza Vea y Vivanda y en la boletaría del mismo ICPNA a sólo 15 Soles entrada general.
Juan Carlos Lecca y su Orquesta Fiesta Latina los espera para compartir este tributo peruano al revolucionario de la música latina: Eddie Palmieri. Óyelo que te conviene.
Aun cuando con su versión de los hechos India libró de toda culpa a su novio Javier Padilla sobre los incidentes en los que ella resultó con golpes en su rostro, no queda del todo claro qué ocurrió realmente la noche del domingo tanto en el restaurante Océano como en la residencia de Padilla. En una entrevista vía telefónica, India relató a Leo Fernández III, del programa Dando candela, su versión de los sucesos.
“Fui atacada por una americana y su novio, entrando en el baño, porque pensó que yo me colé. Me gritó palabras feas, racistas. En Océano pasó todo, como había música, la gente no se dio cuenta. Mi novio me defendió porque ella me tiró al piso, me aruñó la cara. Pasó tan rápido que no pude defenderme y mi novio se fue atrás de ellos y también lo atacaron. Me llevaron los anillos. No podíamos creer que nos había pasado esto. Ella lo aruñó y ellos se fueron corriendo y nosotros tratamos de ir detrás de ellos corriendo, pero no pudimos cogerlos”, relató la cantante, quien luego narró lo acontecido en la casa de su novio.
“Estábamos tan nerviosos que los vecinos llamaron a la Policía. Cuando la Policía llegó, les pedimos ayuda porque estábamos nerviosos. La Policía se portó bien conmigo, me dieron oxígeno. Yo estaba muy mal. La Policía se había llevado a Javier. Él es bueno conmigo. Él nunca me ha pegado. Yo quiero justicia, yo me acuerdo de la cara de esa americana y su novio”, concluyó India, quien aclaró que no sufrió fracturas de huesos, aunque alega que la mujer le hirió el rostro y sufrió una peladura en una pierna.
Sin embargo, unos vídeos de las cámaras de seguridad de Océano presentados en el programa Lo sé todo, de Wapa, muestran que Padilla y su novio salieron en un momento determinado del restaurante, aunque no se ve que estuvieran persiguiendo a nadie. Luego, ella regresó a pagar la cuenta y abandonó el local con dos mujeres con las que había arribado, aunque no con su novio.
India da su versión en fiscalía y no se radican cargos por Violencia de género Por Frances Tirado Medina
¿Se arrepintió y lo perdonó? ¡Esa es la pregunta!
Tras la cantante India ofrecer su versión de los hechos en la fiscalía del Tribunal de Primera Instancia de San Juan, la fiscal Vanessa Méndez no encontró causa ayer para radicar cargos por Ley 54 contra Javier Padilla González.
Con el rostro desencajado y las huellas de los moretones en el lado de su boca y mejilla, la cantante salió a toda prisa de fiscalía y solo se limitó a responderle a Primera Hora “estoy tranquila”.
Escoltada por amistades, India abandonó el lugar, mientras su abogado, Leonardo Rosario Santiago, comentó que “ella expresó su versión de los hechos. Y a base de esa versión la fiscal determinó que no iba a radicar cargos contra el muchacho que está detenido por entender que no están los elementos del delito. Por tanto, no hay caso”.
Según el licenciado Rosario, la versión de la artista es “que ese muchacho nunca la agredió, sino un tercero, un particular. Por eso es que no hay caso, porque ella dice que el muchacho no la agredió, entonces él va a ser egresado”.
El abogado, quien se mostró un tanto inexperto con la prensa, prefirió no dar detalles sobre los hechos y expresó que cualquier información adicional sobre el caso “está en el informe policiaco, búsquenlo”.
A pesar de que la intérprete lucía marcas en su cara, el representante legal aseguró que “no le vi laceraciones en el rostro”. Sin querer precisar detalles, se limitó a agregar: “Lo que pasó allí ustedes no lo saben ni yo tampoco. La versión que ella me dio es la misma que le dio a la fiscalía”.
Todo comenzó el domingo
De acuerdo con el teniente Carlos Cortés, del Precinto de la calle Loíza, en Santurce, la Policía intervino con Linda Viera Caballero, nombre de pila de la conocida intérprete, y su novio el domingo en la noche, en el exterior del restaurante bar Océano, en el Condado, tras presuntamente ocurrir una agresión en la que ambos resultaron heridos. En ese momento, ninguna de las partes se querelló.
Luego, la Policía recibió una llamada alertando sobre una pelea en la casa 74 de la calle Ojeda, en Santurce, adonde se personó el sargento Dentsey Molina. Allí encontraron a la cantante con “hematomas en diferentes partes de la cara y fue referida al hospital” a eso de las 12:15 de la madrugada del lunes.
Padilla González, de 34 años, de igual forma, presentaba “arañazos profundos” en el rostro, por lo que en la mañana de ayer fue trasladado a un dispensario, informó Cortés.
Mientras India era atendida en el hospital, Normita “la Gitana”, una amiga de la artista, aseguró a los medios que esta le comentó que su pareja “en ningún momento la agredió”.
“Ella está molesta por lo que está pasando. Ella pregunta por Javi (su novio) porque él no fue (quien la agredió), sino otras personas”, aseguró Normita “la Gitana”. En cuanto a la dinámica entre la exponente tropical y su novio, la mujer señaló que es una “buena relación y ella lo quiere. Yo nunca lo he visto agresivo con ella”.
Superenchulá
En una reciente entrevista con este diario, India expresó la felicidad que sentía por su relación con Javier Padilla González, quien es más joven que ella.
“Soy una cougar con orgullo y a mí me gusta. Nosotras, las mujeres, tenemos un alma teenager no importa la edad, y ayuda a levantarle la autoestima a las mujeres el que se consigan a un hombre 10 años más joven y yo estoy en ese rumbo. Yo tengo una energía muy grande, yo soy una negra muy alegre”, dijo a principios de este mes.
“Mi novio es muy lindo, muy guapo. A él lo conocía desde hace muchos años, era mi amigo. Por eso no quería tener algo más serio, y como el hombre puertorriqueño es conquistador, seguía hablándome. Y yo decía: ‘Este muchacho tiene que tener amor por mí porque siempre está pendiente a mí y ayudándome’. Él me quiere mucho porque tenía muchas novias y las dejó a todas por mí y se recogió”, añadió en la entrevista previa a su participación en la más reciente edición de Día Nacional de la Zalsa.
Más temprano... La India niega que su novio le diera Por Frances Tirado Medina
Mientras es atendida hoy, lunes, en el hospital Pavía en Santurce, la India negó que su novio Javier Padilla González la agrediera.
Un fuente de Primera Hora indicó que Linda Viera Caballero, nombre de pila de la conocida intérprete, tiene un “ojo hinchado y una laceración en la nariz”. Inicialmente la Policía había informado que la India tenía una fractura en la nariz y un hematoma con sangrado interno en la cabeza.
En un informe policiaco sobre el incidente se detalla que Padilla González fue detenido por un incidente de violencia de género en su residencia, donde presuntamente ocurrieron los hechos.
Por su parte, Normita "la Gitana", amiga de la artista, asegura que ella le comentó que su pareja "en ningún momento la agredió".
"Ella está molesta por lo que está pasando y sabe dónde está la persona (arrestado en el cuartel de la calle Loíza en Santurce por aparente violencia de género). Ella pregunta por Javi (su novio) porque él no fue (quien la agredió), sino otras personas", aseguró Normita "la Gitana".
La vocalista "se sorprendió que lo hubieran detenido. Y ella si tiene que declarar lo hará porque ella dice que él no la agredió", agregó la mujer que se encuentra acompañando a la artista en estos momentos.
En cuanto a la dinámica entre la exponente tropical y su novio, Normita señaló que es una "buena relación y ella lo quiere. Yo nunca lo he visto agresivo con ella".
Además, reveló en torno al incidente que la cantante le narró que "unos gringos le dieron y ahí empezó todo. Y en el apartamento es que ella se sentía mal y es que llega la policía y se llevan arrestado al novio".
A preguntas de Primera Hora, Normita indicó que la India está de buen ánimo “estable, tranquila y relajada".
Por otra parte, la sargento Vionette Carrión, quien investiga el caso por violencia doméstica, entrevistó a la salsera en el hospital y se dirigía a hacer lo propio con su enamorado en el cuartel.
Según la Policía en su informe, la salsera fue hallada en el interior de una residencia en la calle Ojeda, intersección con la calle Wilson, en Santurce.y posteriormente fue transportada al Hospital Pavía, donde quedó recluida a eso de las 12:15 de esta madrugada.
Otro incidente con la cantante
De acuerdo con el teniente Carlos Cortés, del Precinto de la calle Loíza, en Santurce, la Policía intervino con la pareja el domingo en la noche, en el exterior del restaurante bar Océano en el Condado, tras presuntamente ocurrir una agresión en la que la India y su novio resultaron heridos.
En ese momento, se alega, ninguna de las partes se querelló.
Luego, la Policía recibió una llamada alertando sobre una pelea en la casa #74 de la calle Ojeda en Santurce, adonde se personó el sargento Dentsey Molina. Allí encontraron a la cantante con “hematomas en diferentes partes de la cara y fue referida al hospital”.
Padilla González, de 34 años, de igual forma, presenta “arañazos profundos” en el rostro, por lo que esta mañana fue trasladado a un dispensario, informó Cortés.
La unidad de Violencia Doméstica asumió la jurisdicción del caso.
La primera noticia... Cantante La India sufre agresión grave esta madrugada en Santurce
La cantante Linda Viera Caballero, conocida como La India, sufrió una fractura en la nariz y un hematoma con sangrado interno en la cabeza en medio de un incidente de violencia de género en una residencia ubicada en la calle Ojeda, intersección con la calle Wilson, en Santurce.
El agente Roberto Alejandro Díaz informó que presuntamente la artista de 44 años fue agredida por su compañero, identificado como Javier Padilla González, de 32 años y propietario de la vivienda donde ocurrieron los hechos.
Según el informe policial, la salsera fue hallada en el interior de la residencia y transportada al Hospital Pavía, donde se encuentra recluida, a eso de las 12:15 de esta madrugada.
Mientras tanto, el hombre se mantiene detenido en el cuartel del precinto de la calle Loíza, en Santurce.
La División de Violencia Doméstica del Centro de Investigaciones Criminales (CIC) asumió jurisdicción del caso.
Ya se sabe que en la música cubana hay abundancia de genios y nombres imborrables. Sin duda, entre los que hay que escribir con mayúsculas esta el de Bebo Valdés, fallecido en Suecia a los 94 años de edad, después de pasar los últimos años de su vida residiendo en Benalmádena (Málaga) enfermo de Alzheimer.
Bebo fue protagonista de momentos de oro de la música cubana, además de ser precursor de las famosas descargas de jazz afrocubano y creador de un ritmo propio, la batanga, que arrasó en la isla en los años cincuenta. Era padre de otro pianista y compositor genial, Chucho Valdés, quien se traslado a Málaga a cuidarle en los últimos momentos de su vida. Hace aproximadamente dos semanas, los hijos de de su última esposa, la sueca Rose-Marie Perhson, que falleció el verano pasado, se llevaron a Bebo de Málaga a Estocolmo en contra de la voluntad de Chucho, pero esa es otra historia.
El verdadero nombre de Bebo era Ramón Emilio Valdés Amaro y nació el 9 de octubre de 1918 en Quivicán, un pequeño pueblo de guajiros y tierras rojas a 40 minutos de La Habana. Desde que nació Bebo llevaba la música en el ADN. Antes de salir de Quivicán fundó con un amigo de la infancia su primera banda, la Orquesta Valdés-Hernández, y desde entonces compaginó el piano con su vocación de arreglista y compositor.
En los años cuarenta, estando ya en la orquesta de Julio Cueva, compuso uno de sus primeros mambos, La rareza del siglo, en momentos en que la música popular cubana se modernizaba a toda velocidad.
A partir de 1948 y hasta 1957 trabajó en Tropicana, donde acompañó e hizo arreglos para la vedete Rita Montaner. Su orquesta, Sabor de Cuba, y la de Armando Romeu actuaban cada noche en el show del famoso cabaret y allí compartieron escenario con grandes artistas norteamericanos, incluido Nat King Cole, con quien llegó a grabar algún tema.
Por aquella época el jazz arrasaba en Estados Unidos y los músicos norteamericanos viajaban a la isla para descargar con sus colegas cubanos. Bebo participó en no pocas de aquellas legendarias jam session, que tenían como animador principal al percusionista Guillermo Barreto. En medio de aquel hervidero, el 8 de junio de 1952, con una banda de veinte músicos dio a conocer en los estudios de RHC Cadena Azul su nuevo ritmo, la batanga. Entre los tres cantantes que integraban aquella orquesta estaba el gran Benny Moré.
A finales de los cincuenta Bebo colaboró con Lucho Gatica, en México. En 1960, en medio de una gira decidió exiliarse en Estocolmo (Suecia), donde se caso con Perhson y rehízo su vida. Durante más tres décadas estuvo alejado de la música. Sólo amenizaba las veladas en el piano-bar de un hotel de la capital sueca cuando, en 1994, lo llamó Paquito D´Rivera y le invitó a grabar un nuevo disco, Bebo Rides Again, una colección de clásicos cubanos junto a temas originales de Valdés.
En el año 2000 fue el cineasta Fernando Trueba quien le redescubrió y le invitó a participar en su película ‘Calle 54’. Bebo se reencontró entonces en un escenario con su hijo Chucho y también con sus viejos amigos Israel López Cachao y Patato Valdés. Tras terminar el documental, Trueba grabó a los tres el disco ‘El arte del sabor’, que obtuvo el Grammy al Mejor Album Tropical Tradicional en 2001, primero de los nueve que obtuvo Bebo en los años siguientes gracias a su colaboración con el cineasta español.
Poco después triunfó nuevamente con Lágrimas negras, un álbum de temas cubanos con alma gitana realizado con el cantaor Diego el Cigala, con el cual obtiene otro Grammy y tres discos de platino en España. Con Trueba hizo ocho discos y se convirtió en el protagonista de su documental El milagro de Candeal, rodado en la favela del mismo nombre en Salvador de Bahía con Carlinhos Brown. También hizo la música y sirvió de inspiración para ‘Chico y Rita’, la película de animación dibujada por Javier Mariscal que fue nominada al Oscar en 2012.
Su último disco fue Bebo y Chucho Valdés, Juntos para siempre’, un homenaje en el que padre e hijo repasaron juntos el repertorio y los ritmos de la música cubana que siempre tocaron juntos y que Bebo interpretó como nadie.
Anoche, la muerte de Valdés fue recibida por Mariscal con dolor pero a la vez con el recuerdo azul de su alegría y sobre todo de su elegancia. “Bebo era la esencia de lo mejor de Cuba: todo en él era especial, su forma de tocar, su manera de caminar, su risa, su elegancia para todo”. El diseñador recordó las charlas y momentos musicales que pasaron juntos con Trueba durante la preparación de Chico y Rita y cómo, a través de los recuerdos de Bebo, él descubrió de nuevo Cuba. “Yo estaba enamorado de Cuba desde pequeño, y conocía el país y sus gentes, pero redescubrirla a través de los ojos y de la sensibilidad de Bebo fue algo especial”, afirma. “Bebo representaba la esencia de Cuba y de lo mejor de su música”.
El músico de Quivicán fue una de las inspiraciones del personaje protagonista de Chico y Rita, un pianista de la época de oro de la música cubana atrapado por el amor de una mulata y aquella Habana mágica. Mariscal, que piensa en imágenes, asegura que Bebo tocaba como “si de pequeño hubiera metido en una lavadora todas las partituras de Lecuona y de los mejores compositores de la música cubana”, atrapando fragmentos deshilachados y notas de cada uno e “incorporándolos a su espíritu”.
El contrabajista Javier Colina, que en 2007 ganó un Grammy con Valdés por Live in Vllage Vanguard, disco que grabaron a cuatro manos durante una semana en el mítico club de Nueva York, asegura que “aquella semana fue “la más feliz de su vida”. “Bebo no tenía igual”, aseguró. Chucho Valdés, que se mudo a Benalmádena a pasar junto a su padre los últimos años de su vida y se opuso a su reciente traslado a Suecia, se despidió de su padre como el “más grande” y con la felicidad de haber hecho antes de morir el disco Juntos para siempre.
CRONICAS DEL RECUERDO SOBRE BEBO VALDES
Bebo y Chucho Valdés en Enero 2013. Una de las últimas juntos de padre e hijo, genios del piano
Sobre una repisa encima del piano de Bebo Valdés (Quivicán, 1918) en la casa que el músico cubano tiene en Benalmádena (Málaga), un Premio Grammy muy especial destaca sobre los demás: es el que obtuvo con su hijo Chucho por el disco Juntos para siempre, un trabajo cargado de sentimiento y sabiduría producido en 2008 por su amigo Fernando Trueba, a quien Bebo sigue llamando cariñosamente "Jefe" cuando lo ve, pese a que desde hace algún tiempo su memoria de 94 años baila en una nube.
A pocos kilómetros del hogar de Bebo, en la casa donde Chucho se instaló hace un par de años para estar cerca de su padre, el mismo gramófono dorado de ese Grammy al mejor álbum de jazz latino ocupa un estante privilegiado del estudio, donde hay fotos de Chucho con Dizzy Gillespie, Michel Legrand, Santana, Tito Puente, Herbie Hancock, Chick Corea, Max Roach y una larga lista de artistas. Entre los dos Valdés suman 17 grammy —nueve Bebo y ocho su hijo—, el último de ellos logrado con Chucho's steps (2011), un disco de puro jazz afrocubano con homenajes al fundador del grupo Weather Report, Joe Zawinul, y a la familia Marsalis, además de a su hijo más pequeño, Juliancito, y su esposa, Lorena. Ambos viven ahora con él en Benalmádena, pero esa es otra historia.
Trueba está aquí para saludar a los Valdés en sus respectivos refugios malagueños y para escuchar el nuevo disco de Chucho, todavía en fase de mezcla, en el que explora influencias árabes, flamencas y hasta comanches, y que cuenta con la colaboración especial del saxofonista estadounidense Brandford Marsalis. El cineasta lleva una buena noticia: muy pronto se reeditarán en una sola caja los ocho discos que grabó con Bebo después de filmar Calle 54, empezando por El arte del sabor (2001), con Cachao y Patato Valdés, por el que ganó su primer premio de la academia de la música estadounidense, pasando por el éxito de Lágrimas negras (2003), con El Cigala, o el que grabó en el Village Vanguard con el contrabajista Javier Colina (2007), y por supuesto el doble Bebo de Cuba (2004) y el último de su carrera, Juntos para siempre.
“¡Joder…! Es que han sido ocho discos y cuatro películas con Bebo en diez años”, exclama el cineasta en el tren. “Y no sabes lo bien que nos lo hemos pasado juntos”, constata con placer y a la vez con cierto nervio.
El piano es un pie en la tierra para Bebo, le lleva de regreso a su vida
Trueba y Bebo no se ven desde el verano pasado, cuando murió la última esposa del pianista, Rose-Marie Perhson, con quien vivió 40 años en Estocolmo antes de instalarse juntos en Benalmádena. Desde hace algunos años Bebo dejó de actuar en público —“se me va la cabeza, puedo empezar tocando un mambo y acabar en un chachachá”, bromeaba él mismo—, pero ahora el alzhéimer ha avanzado y los momentos de lucidez son cada vez más fugaces.
Sin embargo, nada más abrirse la puerta y ver entrar a Chucho acompañado de su amigo, Bebo se ilumina: “¡Coñoooo, llegó el Jefe”. Como un muelle, abandona la partida de dominó y la taza de café sobre la mesa (como buen cubano, no podía estar haciendo otra cosa) y salta al piano: “¿Qué quieres que toque, Jefe?”. Trueba le responde: “Lo que tú prefieras, Bebo, lo que te apetezca”.
Empiezan a caer entonces El cumbanchero, Lágrimas negras y melodías de jazz como You belong to me, hasta desembocar, con ayuda de Chucho, en La comparsa, el fabuloso tema de Ernesto Lecuona, cubano como las palmas, que tocaron juntos en Calle 54. “Fue la historia de amor de la película”, recuerda el director de aquel encuentro tan especial en los estudios de Sony Music en Manhattan.
Lo de Bebo esta tarde también es increíble: lucha, bucea en sus recuerdos, vuelve, se va y retorna agarrado al ritmo hasta encontrar el camino de salida… En los rostros de Chucho y de Fernando hay alegría y también lágrimas contenidas; emoción nórdica en el de Rickard, hijo de Bebo y Rose-Marie, quien desde la muerte de su madre se ha instalado con él.
El piano es un poderoso pie en la tierra para Bebo. Lo conduce sin apenas darse cuenta a su pasado y de allí lo trae de regreso a sus seres queridos y a lo mejor de su vida a través de melodías de ayer y de siempre, el Son de la Loma, Sabor a mí, La gloria eres tú. Javier Colina, que lo visitó recientemente, cuenta que Bebo estuvo tocando dos horas para él sin parar un minuto, feliz.
La relación entre Chucho y Bebo es mágica: los dos nacieron en el mismo pueblito cubano de Quivicán el mismo día — un 9 de octubre—, uno en 1918 y el otro en 1941; y aunque sus vidas han estado siempre unidas por el piano y la música cubana, también han estado separadas demasiado tiempo por la política, pues Bebo se marchó de Cuba en 1960 y no quiso regresar más. Tuvieron que esperar casi dos décadas para el reencuentro, pero desde entonces padre e hijo se han visto en numerosas ocasiones y han trabajado juntos. Ahora Chucho se ha mudado definitivamente a Benalmádena para cuidarle.
“Aquí voy a grabar mis próximos discos”, asegura Chucho mientras muestra el estudio que acaba de construir en su casa, donde al entrar reciben dos grandes imágenes de la Caridad del Cobre y la Virgen de Regla, Ochún y Yemaya en la santería afrocubana. El pequeño estudio está equipado con la más moderna tecnología, y Valdés cuenta que acaba de ser inaugurado de un modo singular: “Cincuenta niños del colegio de Juliancito han pasado por aquí a grabar el himno de la escuela”.
Su último disco saldrá en primavera, distribuido por Armonía Mundi, aunque todavía no está la mezcla definitiva. En Abdel, de influencia oriental, el saxo soprano de Marsalis se convierte en un instrumento encantador de cobras; Afrocomanche es un viaje jazzístico a las raíces indígenas de EE UU en busca de un inquietante vínculo con el mundo afrocubano, que Valdés ha documentado con el Instituto Smithsonian de Washington.
La importancia que Chucho concede a la familia está presente en este álbum más que en ninguno: el tema Caridad Amaro, que lo interpretó a piano solo en Calle 54, esta dedicado a su abuela; Pilar es su madre, recientemente fallecida, y ya fue grabado como canción con Pablo Milanés, aunque ahora ambos temas adquieren una dimensión distinta. Y Bebo es la columna central del disco, un homenaje a su maestro en el que Chucho toca “al estilo” de los dos a la vez, más la fuerza de su quinteto detrás y la guinda del saxo de Marsalis. Si bien el propósito en adelante es trabajar en su estudio, este álbum fue grabado en La Habana en diciembre —se da la circunstancia de que Marsalis obtuvo licencia en EE UU para grabar en Cuba, pero no para actuar en público, por lo que no pudo presentarse en el Festival de Jazz de La Habana—.
De vuelta a casa de Bebo suenan otra vez las fichas de dominó. Oscurece. Sobre la mesa hay una taza de café (descafeinado) y en el equipo de sonido se escucha un danzón, pero interpretado moderno, al estilo de Frank Emilio.
Los Valdés se han refugiado en Benalmádena, donde todo el mundo los quiere. En las próximas semanas se pondrá el nombre de Bebo a una glorieta y recientemente la Diputación de Málaga declaró a Chucho “hijo adoptivo” de la provincia,
En el horizonte de Chucho hay viajes a Rusia y a Tokio —una fábrica de instrumentos japonesa acaba de sacar una línea de pianos Chucho Valdés— y también tiene previsto encontrarse con Lang Lang para tratar de una posible colaboración. Pero, dice, ya no se separará más de Bebo, que ahora ríe a carcajadas al lado de Trueba, su Jefe. Suena una rumba y Bebo regresa, querría seguir tocando el piano hasta el fin de los días.
Diego El Cigala, Bebo y Chucho Valdés
ENTREVISTA | BEBO VALDÉS "Yo quiero tocar hasta que me muera" Por: CARLOS GALILEA 5 OCT 2008
En el restaurante frente a su casa, al que Bebo Valdés acude a comer muchos días, cuelgan tres fotos suyas junto a varias de Camarón. Antonio, el propietario, le recibe como a un amigo. Hoy no tiene gazpacho -a Bebo le encanta- y le convence para probar el ajoblanco -Bebo admite que está bueno, pero añade bajando la voz que prefiere el gazpacho-. Y aunque el médico se lo tiene prohibido, pide un café; eso sí, descafeinado. En noviembre de 2005, él y su mujer, Rose Marie, se instalaron en Arroyo de la Miel, Benalmádena. "Fue por 44 años de casados. Le dije 'pide una cosa'. Quiso esto y, bueno, ya está", cuenta él. Que nadie se imagine una gran mansión: es un sencillo piso en la planta baja con un patio al lado de la piscina comunitaria.
Vive tranquilo. Quizá demasiado tranquilo. Porque a Bebo le sube la adrenalina cuando hay trabajo o cuando está rodeado de amigos. Por la mañana muy temprano, sobre las seis o las siete, sale al patio y se sienta a mirar la peña que se eleva sobre los edificios. "¿Qué voy a hacer yo? Mi mujer no se levanta antes de las diez", dice. Bebo parece echar de menos Suecia, adonde llegó en 1963 con los Lecuona Cuban Boys y donde pasó casi treinta años en el anonimato como pianista de hotel. "Me tocó los primeros años allá trabajar en el Círculo Polar Ártico. No sabes si es de día o de noche", cuenta. ¿Se siente un poco sueco? "Demasiado", apunta Rose Marie. "No es que me guste tanto el frío, pero conozco a los hijos, voy donde están las nietas", explica. Saca orgulloso sus fotografías de la cartera. Cuenta que Felicia va a cumplir 15 años, y Miranda, 13, y que son ya dos mujeres más altas que Rose Marie. También lleva encima un retrato de su mujer con 18 años.
Dionisio Ramón Emilio Valdés Amaro es un personaje popular y querido. Cinco chicos que están en otra mesa se acercan para hacerse una foto con él. Les atiende encantado. "El hombre tiene que ser agradecido. Y esto que tú ves aquí [señala la casa] es una cosa que me pagaron por el disco de Lágrimas negras", dice. Tiene carácter: algún promotor lo ha comprobado cuando Bebo, airado ante sus exigencias e imposiciones, le ha colgado el teléfono. Y le otorga más valor a la palabra dada que a un contrato.
Le preocupa estar perdiendo la memoria. "Aunque haya visto una noticia en televisión, se me olvida", dice riendo. A veces le cuesta encontrar un vocablo o se queda en blanco. Bebo de Cuba (RBA), la biografía escrita por Mats Lundahl, se publica este jueves, el día de su 90º cumpleaños (nació un 9 de octubre en Quivicán), y se sumará al premiado documental de Carlos Carcas Old man Bebo. También sale Juntos para siempre, el disco grabado a dos pianos -"en dos mañanas, sin ensayar apenas"- con su hijo Chucho (nacido también un 9 de octubre en Quivicán). Fernando Trueba escribe en la presentación de la biografía que, cuando fue a buscarle a Estocolmo para la película Calle 54, el extraordinario pianista, compositor y arreglista cubano vivía con una modesta pensión del Estado sueco, sin lamentarse de nada, sin nostalgia alguna y sin ningún rencor.
En 1994, recién jubilado, le llama Paquito D'Rivera desde Alemania para ir a grabar un disco. ¿Comienza entonces una nueva vida? Paquito tenía que grabar a finales de marzo. Me llama y me dice: "Tú y mi padre eran como hermanos". Le digo que sí. Y me dice: "Tengo un problema. Yo tenía que estar aquí con dos o tres arreglos, pero me pasé de tiempo y no tengo ni una nota escrita. ¿Qué tienes tú?". "Mira, Paco, yo no tengo arreglos, lo que tengo son ideas escritas, y eso no se puede montar ni en un día, ni en dos". Estaba tan desesperado que le dije: "Voy a ir y voy a hacer lo que yo pueda". Llegué por la tarde y me metí con él y la orquesta a ver qué había, ¡y no había nada! Por la noche y la mañana hice tres o cuatro arreglos, y así empezamos.
Paquito D'Rivera reclama que fue él quien le rescató del olvido... Bueno no hay que hacerle mucho caso. Paquito es muy celoso. Pero es buena gente, muy inteligente, y toca con cojones. Para mí el mejor clarinete que hay en el mundo hoy día es él. Benny Goodman tendría que fajarse con él. Además toca cualquier tipo de música. Y su madre, una cocinera del carajo, preparaba el mejor arroz con pollo que yo he comido nunca. Al final el director de la compañía le puso mi nombre al disco, Bebo rides again. Aunque a mí me daba igual.
Ocho discos y tres películas con Fernando Trueba. Y acaba de grabar música para 'Chico y Rita', su largometraje de animación con Mariscal. El número es mío. Un bolero que yo ya ni sabía que lo había escrito... Y cuando Fernando me lo enseña, me gustó. Le digo: "Coño, Fernando, es bonito". "¿Cómo que bonito?, si eso es tuyo". Tengo unos líos del carajo [se ríe]. Hay muchas cosas que las hice y no sé que las hice.
Con 'Lágrimas negras', cerca del millón de discos vendidos, ha ganado mucho dinero... A mí el dinero no me importa ni cojones. Nunca me ha importado. Yo quiero hacer mi trabajo, que me dé para comer y para ir aquí al lado, y ponerme un traje cuando yo quiera. Y aquí una casita o lo que sea. Pero ser esclavo, no. Yo tuve dos tíos, Rufino y Agustín, que fueron a la guerra con Maceo y cuando volvieron en 1898 nunca se habían puesto un par de zapatos ni se habían acostado en una cama. Dormían en el suelo. Eran esclavos y se fueron como cimarrones con un machete porque les echaban a los perros. Cuando vi que tumbaban caña todo el día, que no sabían ni leer ni escribir, y que los explotaban en la hacienda, yo le pedí a Dios una cosa: "Dame para dar y no me dejes pedir nunca jamás". Y todos los años mando dinero a Cuba. Lo he hecho toda mi vida. Yo no puedo dejar de ayudar a mi gente.
Dice que cuando triunfó la revolución le amenazaron con veinte años de cárcel. ¿Qué hizo? ¿Asesinar a alguien? Compré el terreno para la casa, lo marqué todo y puse los cimientos. Un día fui y me encontré allí a un tipo poniendo piedras y cosas, y le dije: "¡Eh!, ¿qué tú haces aquí?". "A mí me mandó fulano del Gobierno". Le digo que no puede ser porque eso es mío. Viene un policía y me dice: "Aquí nadie tiene nada, señor. Todo esto, y toda Cuba, es del Gobierno". Y cualquiera te lo decía. Luis Yáñez, que trabajó conmigo y era amigo mío, me apuntó con una ametralladora para que yo abriera una bolsa en la que llevaba un poco de pollo para mi hija Miriam. Todo era "patria o muerte, venceremos", y al que no le guste, que se vaya. Y cuando te ibas a ir, porque yo ya me quise ir en julio del año anterior, que él entró en enero, te pedían el pasaporte para ponerle la visa y no te lo devolvían. Me pude ir de milagro con un falso contrato de trabajo en México.
Se fue de Cuba el 26 de octubre de 1960 y no ha vuelto. Cuando Rolando Laserie y yo nos bajamos del avión en México, besamos la tierra y juramos que nunca íbamos a pisar nuestra tierra mientras existiera ese sistema. Un día llamé a mi mamá y me dice: "Quiero pedirte un favor y quiero que me digas que lo vas a cumplir. Yo te he cumplido siempre a ti, ahora cúmpleme tú a mí". Yo le dije: "Pídeme lo que quieras". Y dice: "Mientras este sistema esté en Cuba manejando el país no pongas un pie aquí. Si yo me muero, si se mueren tus hijos, tus nietos... ponte los pantalones como los tenía puestos tu padre".
Y le cumplió. Su madre, que le vio jugando con unas piedras con las que simulaba tocar el piano, fue la que más le apoyó para poder aprender. Eso es lo más grande del mundo, mamá, lo que más he querido yo en mi vida [se le humedecen los ojos]. Posiblemente sin ella no hubiera sido pianista. Era una costurera buenísima, y nosotros vendíamos churros y cualquier cosa por la calle para ayudar en casa. Cuando no había para comer me decía: "A ti que te gusta la calle...", y me daba un cuchillo sin punta para que fuese a coger caña o mangos. Y a veces íbamos a cazar pajaritos y comíamos con eso. Pero yo era feliz, y eso no me lo quita nadie, porque yo fui feliz del carajo. Por eso el dinero lo llevo mal. Yo creo que es la desgracia de la gente.
El hecho de trabajar en la Mil Diez, la emisora del Partido Socialista Popular, le valió ser tachado de comunista, ¿no? [Se ríe]. A todos los que trabajábamos allí. Había una plaza de arreglista y nos presentamos René Hernández, Pérez Prado y yo, que era el menos conocido. Pidieron que trajéramos un arreglo, y yo le había escrito uno a Celia [Cruz] que se llamaba Negra triste. El jurado me eligió a mí. Tenía que hacer tres arreglos a la semana y eran 60 pesos al mes. Para mí, un dineral.
¿Es cierto que por estar en la Mil Diez no pudo viajar en 1948 a Nueva York a tocar con Mario Bauzá y Chano Pozo? Verdad, no me daban el visado de trabajo...
Y paradójicamente abandonó Cuba por no gustarle lo que estaba ocurriendo... Es que yo nunca fui comunista.
Carlinhos Brown, Bebo y el cineasta español Fernando Trueba
Luego, ya en Suecia, desechó la idea de ir a Estados Unidos. Mi hermana me dijo: "Mira, Bebo, aquí estamos en guerra. Los negros tienen muchos problemas. En Nueva York y hasta en Boston el racismo es pasable, pero aquí en el Estado de Florida es terrible. Si tú te casas con esa mujer, de una manera u otra te van a joder. No quieren que Martin Luther King pueda subir". Obama, ese negrito que se postula en América, tiene derecho porque todos los hombres tienen derecho. Pero hubiese preferido a la mujer de Clinton, porque si a Kennedy lo mataron, ¿qué le van a hacer a éste? Los racistas son como los nazis.
¿En Cuba había racismo? En todos los lados hay racismo. De niño no sabía que existía porque, además, mis mejores amigos eran blancos. Me di cuenta cuando empecé a tocar de profesional. Me contrató para su orquesta Curbelo, que era blanco, y el representante le dijo que, habiendo tantos muchachos blancos y mulatos, para qué tenía que andar con el negro de mierda ése. Y Curbelo le dijo: "Ven acá, consígueme un pianista que toque como ése, que lea como ése y que haga arreglos como ése. Y que no fume, no tome y siempre esté a su hora. Óyelo bien, yo a ése no lo boto. Ahora bien, si quieres traerme un individuo de tu raza que sea la mitad que él, entonces lo voy a botar". Por poquito le cuesta el puesto.
Antes, en 1938, había estado en su primera orquesta profesional, la Happy Happy de Ulacia. Y tocaba en las academias de baile por un peso. Bueno, si ganabas eso te podías dar con la mano en el pecho [se ríe]. Tocabas toda la noche. Las mujeres, en un 90%, eran prostitutas, y había un tique para bailar dos piezas. El sindicato hizo una cosa bien hecha, ahí sí no se le puede negar, que fue que hubiera un mínimo de 3,60 al mes más un porcentaje. Porque si tocabas en un cabaré y hoy no ibas porque estabas enfermo, no te pagaban.
Con la orquesta del trompetista Julio Cueva tuvo su primer éxito, 'Rareza del siglo', que ha vuelto a grabar ahora con Chucho... Ese hombre estuvo en España peleando contra Franco. Acabó preso en Francia y lo mandaron para Cuba. Y al llegar al puerto, ¿sabes lo que hizo? En vez de tocar el himno cubano, tocó La Internacional. Y ahí se calló mucha gente en La Habana porque estaban los americanos.
Antes de recalar en Suecia pasó un tiempo en España. ¿Cómo le fue? Estuve aquí dos años con Lucho Gatica y con la cantante Monna Bell. Gané dinero y me trataron muy bien. Me trajo el gerente de Hispavox, no recuerdo el nombre, que era un hombre muy bueno. Laserie y yo debutamos con él en México. Hizo lo que nadie en el mundo ha hecho por mí: en el cuarto de hotel donde yo vivía me puso un piano [se emociona].
Al final no se quedó en España... Regresé para grabar un disco, pero hubo una huelga de músicos. Con Franco en el poder. En Madrid había lugares abiertos hasta las once o las doce. Y el de la Gran Vía, que era el mejor, hasta la una. A la una se acababa, y entonces, por donde está el aeropuerto, había uno abierto toda la noche. Yo fui un millón de veces. Y ahí había de todo. Y en la Gran Vía también había de todo [recalca la palabra]. Lo que pasa es que había que saber dónde estaba [se ríe].
En 1948 entró a trabajar en el cabaré Tropicana. ¿Quién le llamó? Rita Montaner. Rita y yo éramos uña y carne, igual que Bola de Nieve y Lecuona. Era una pianista del coño de su madre, además de cantante, bailarina y una mujer superculta. Una blanca grande de sociedad y una negra mala de solar, porque cogía un cuchillo y te caías atrás...
En Tropicana estuvo diez años. ¿Los mejores profesionalmente? Fue el verdadero camino de la vida mía. Entraba a las nueve todas las noches y empezábamos a tocar a las nueve y media o las diez. Luego descansábamos media hora, había otra orquesta, y volvíamos a tocar otra media hora. Así hasta las cuatro de la madrugada.
Allí conoció a Nat King Cole. Y tocó el piano en seis de los siete temas que el 'crooner' grabó en 1958 para su disco en español. Era una gran persona. Bebía vodka con jugo de naranja por la mañana. Me decía que me tomase un trago con él y nos metíamos una hora tocando. ¿Qué iba yo a hacer si tenía que tocar con él? Nunca necesitó una nota para cantar. A todos los cantantes tenía que darles la introducción para ellos coger el tono. A él, no, tenía oído absoluto. Había dos palabras que no podía decirlas [se ríe]. Una era cachito, que decía cachirou..., y de la otra ya no me acuerdo porque hace mucho tiempo.
Sus pianistas de jazz preferidos son Art Tatum y Bill Evans. Pero el pianista que más admira ¿sigue siendo Ernesto Lecuona? Ése es mi ídolo. Un pianista y un compositor divino. Ernesto Lecuona tiene una mano izquierda que ningún otro pianista en el mundo la tiene. Iba aún con pantalón corto y ya tocaba en el cine, porque entonces las películas eran mudas. Yo le conocí a él de verlo en la radio y de hacerle arreglos. Yo le decía siempre "maestro". Era maricón, pero no afeminado. Para mí, el mayor músico de Cuba.
Y Cachao estará ahora tocando el contrabajo y haciendo sus cuentos en el cielo... ¡Coño! Cachao era más que un hermano. Nació el 14 de septiembre de 1918 y yo el 9 de octubre. No llega al mes. ¿Tú sabes que era un bailarín de primera? Ganó en La Habana el premio Fred Astaire, pero se cayó un día jugando a la pelota y se le rompió la cadera. Y ya no podía bailar. Yo siempre me reía con él.
¿Alguna anécdota suya que recuerde? Hay millones, pero se me olvidan [se ríe]. Siempre estaba haciendo cuentos, ¿cuándo no? La última vez estábamos hablando de que a fulano hacía mucho tiempo que yo no le veía. "Yo lo vi", me dice, "salió para Honduras". Le pregunto en qué ciudad estaba y me dice: "Bebo, no comas mierda; está en Honduras, está bajo tierra". [se ríe]. Cuando Cachao estaba en Los Ángeles, todo el dinero que ganaba lo perdía en las máquinas. Ese vicio del juego ya le venía de La Habana. Era uno de los genios más grandes que conozco, aunque no se daba cuenta o no quería. Él lo que quería era tocar danzones y montunos. No música clásica, porque eso no le divertía.
Curioso que hasta 'Calle 54' nunca hubieran grabado juntos. Ni habíamos trabajado juntos en Cuba. Porque él se dedicó a la charanga y yo al jazz. Él creó el mambo y trabajaba en la Sinfónica. Y la dejó para estar con la orquesta de Arcaño, que tocaba lo que a él le gustaba.
Su gran creación, el ritmo batanga, en el año 1952, no trascendió. Dice que duró lo que un merengue a la puerta de un colegio. ¿Qué pasó? El problema es que el mambo estaba entonces en lo más alto, con Pérez Prado, y que el batanga no tuvo coreografía, no tenía baile. La orquesta era para decir "¡ay!" [estaban Benny Moré, Chocolate Armenteros, El Negro Vivar, Generoso Jiménez, Guillermo Barreto...].
La presentación del batanga el 8 de junio de 1952 en la Cadena Azul se grabó, y Chucho asegura que es una de las cosas más fantásticas que haya escuchado. La grabación la tenía guardada Guillermo Barreto, pero tras su muerte y la de su mujer, Merceditas Valdés, ha desaparecido... Yo no sé quién la tiene, pero ni me la prestan, ni me la dan. Ni los arreglos míos. Allí siempre tienen castigo para mí.
Cuando usted y Rose Marie Pehrson se casaron, usted tenía 44 años y ella 18. Pese a quejarse de la memoria, no olvida la fecha en que la conoció en Estocolmo... Sí, el 7 de abril de 1963. Yo tocaba con los Lecuona Cuban Boys en un restaurante del parque de atracciones. Era un concurso de belleza, y cuando pasó a mi lado le dije: "Yo creo que tú eres más linda que la que ganó" [se ríe]. Después ella me dijo que tocaba muy bonito y la invité a un refresco. Yo no era tan mujeriego como la gente cree; aunque de gira por el norte de Europa con los Lecuona, cualquier mujer a la que yo invitara se iba a la cama conmigo. Y óyelo bien, con las otras dos mujeres con las que tuve hijos, Pilar y Noemí, los hijos míos están reconocidos. Todos tienen mi nombre. Y nunca, estando yo ya fuera de Cuba, ellas dejaron de recibir dinero. Cuando no tenía, les mandaba una carta para decirles que se iba a demorar.
¿Piensa seguir tocando? Yo quiero tocar hasta que me muera. ¿Qué voy a hacer metido en mi casa? Me meto en casa por mi mujer; si no, me voy para la calle a caminar, a hacer lo que me dé la gana, pero la quiero cuidar porque no se siente bien. En los tiempos malos se portó muy bien. A veces yo estaba un día o dos sin comer. Le daba lo poquito que entraba y le decía que ya había comido con fulano. Ella estaba esperando un niño y yo no quería... ¿Quieres que te diga algo? A mí ella todavía me gusta.
ENTREVISTA:ALMUERZO CON... BEBO VALDÉS
"¡Que se vayan al carajo todos los dictadores!"
Por: CARLOS GALILEA 30 OCT 2007
En el hotel en el que se hospeda en Madrid, los empleados le tratan como a un familiar querido. Y en la calle una chica le dedica una gran sonrisa mientras dos hombres trajeados se paran a saludarle. "Bebo Valdés, a sus órdenes", les dice él. Antes de entrar en el restaurante se pone a charlar con un brasileño y con el encargado de una óptica. "Desde la primera vez que vine a España me tratan así. La sangre de gallego que llevo está bien hecha". Y aquí, con sus 89 años y una memoria que ya le trampea, da cuenta de unos callos, un plato que no se pierde ni en verano.
De Estocolmo a Benalmádena. Bebo Valdés ha cambiado los gélidos inviernos escandinavos por los suaves días de la Costa del Sol donde ha instalado su residencia. "Fue Rose Marie, mi mujer. Íbamos a cumplir 44 años de casados [Bebo se enamoró de una sueca de 18 años cuando él tenía 42] y mi luna de miel la pasé con ella en Madrid en diciembre de 1963. Ese invierno fue un poco duro, pero para ella era un verano y se enamoró de España", recuerda.
Acude puntual a la cita. En realidad, antes de la hora. Suele repetir que es mejor llegar un minuto antes que uno después. Y se lamenta de estar perdiendo la memoria. Acaba de cumplir 89 años.
Pero hay una fecha que no va a olvidar: el 26 de octubre de 1960. Es el día que se fue de Cuba. Le tuvieron que prestar una maleta que aún guarda. Está en el sótano de la casa que conserva en Suecia. "Habíamos salido de Batista, que era un dictador de derechas, y caímos en el de izquierdas, que también oprime al pueblo. ¡Que se vayan al carajo todos los dictadores!", exclama. "Le dije a mi padre que pensaba volver en enero y me contestó llorando 'nosotros no nos vemos más'. Me dolió en el alma. Toda mi vida he tenido ganas de regresar a Cuba, pero le juré a mamaíta, ella me lo pidió antes de morir, que nunca volvería mientras dure este sistema". Y al entrañable hombretón de 1,84 se le humedecen los ojos.
Bebo Valdés se había jubilado en Suecia -después de varios lustros en el anonimato como pianista de hoteles- cuando Fernando Trueba fue a buscarlo. Era diciembre de 1999. De la amistad entre ambos han nacido discos como Lágrimas negras, Bebo de Cuba o Bebo. Aunque Paquito D'Rivera anda reclamando que él fue quien le rescató del olvido en 1994. "Su padre y yo éramos como hermanos. Paquito, el mejor clarinetista que ha dado Cuba, es un alma de Dios, lo conozco desde niño, pero le entraron celos", explica. "Alguien me dijo una vez que cuando se nace, se nace a luchar y a sufrir, y que cuando se muere se descansa. El otro día Cachao me comentó que sólo quedamos cinco músicos de aquella generación. Y que vamos a formar la mejor orquesta. Dice que vamos a llegar al cielo y que hasta a Cristo le va a gustar", cuenta con una carcajada.
El documental de Carlos Carcas Old man Bebo, que ayer se presentó en Madrid, recoge ahora su singular historia. "Lloré al verme con 19 años y 115 kilos. Hay fotos que nunca había visto", afirma. Bebo Valdés ha superado una trombosis y problemas de vértebras con un diagnóstico muy desfavorable: "¡Chico!, aún disfruto tocando el piano".
Cuba deja de lado las diferencias y despide a Bebo
Las autoridades cubanas dejaron de lado las diferencias políticas que las enfrentaron por décadas con el pianista Bebo Valdés y lamentaron la pérdida de uno de los más grandes cultores de la música isleña.
"Luto en la música: Falleció Bebo Valdés", tituló el portal oficial Cubadebate el viernes tras confirmarse la noticia del deceso del también orquestador y compositor de 94 años.
Valdés murió el viernes en Suecia, donde vivió más de 40 años. Como toda su generación, sufrió el impacto de la revolución cubana que triunfó en 1959, y a diferencia de muchos que decidieron quedarse, salió de la isla hacia México a comienzo de los años 60. Jamás regresó a Cuba.
"No me gustaba el régimen... Por eso me fui y por eso no vuelvo", aseveró en una entrevista con la AP en el 2005.
En los años posteriores a su salida su nombre era impronunciable para la cultura cubana que rechazó políticamente a quienes se fueron, aunque en su caso la estigmatización del músico fue matizada por respeto a su hijo Chucho Valdés, otro genio del piano, internacionalmente reconocido y ganador de varios Grammy.
Chucho Valdés, a diferencia de su padre, jamás quiso emigrar.
Las redes sociales en Cuba se conmovieron con el deceso.
El bloguero Yohandry Fontana, cuyos comentarios suelen reflejar las posiciones oficiales, dio la noticia en Twitter y expresó sus "condolencias para sus familiares y amigos".
Su familia en la isla lamentó la pérdida.
"Todos estamos destrozados", dijo en entrevista telefónica a la AP la música Yosue Valdés Torres, nieta de Bebo.
En la comunidad artística la noticia cayó como una bomba.
"Se perdió un monumento a la música cubana, un ícono, el último de su generación...La generación de oro de la música cubana", dijo a la AP, el timbalero del proyecto Buena Vista Social Club, Amadito Valdés, quien no tenía parentesco con el fallecido músico.
El percusionista subrayó que no era hora de hablar de política, sino "de música".
"Bebo fue la avanzada de lo que se conoció como jazz latino", explicó Amadito. "Era un orquestador, compositor y pianista de alto rango".
La diva del Buena Vista Social Club Omara Portuondo también estuvo consternada.
"Con el corazón triste, doy adiós a un gran músico y amigo: Bebo Valdés. Mi cariño y respeto a toda la familia", escribió en un mensaje en Twiiter al que agregó un vínculo a una foto en blanco y negro de Valdés.
Por su parte, el trovador Pablo Milanés dijo a la AP: "Desde que yo era niño y cantaba como aficionado, Bebo tenía un programa en la radio cubana que ya estrenaba sus ritmos y que fue impresionante. Tenía un gran talento".
Mientras, el astro del flamenco Diego el Cigala, con quién Valdés grabó el multipremiado "Lágrimas Negras" de 2003, lamentó la muerte de su colega.
"Duelo para la música por Bebo Valdés, se nos fue el más grande...", escribió en Twitter el cantaor que junto a Valdés ganó, entre otros, un Latin Grammy, un Premio Ondas y certificación de triple platino en España por la producción. En el disco el piano de Valdés daba nueva vida a temas clásicos de la música latina como "Veinte años" e "Inolvidable".
Otro capítulo grande de la música cubana se cerró ayer con la muerte de Bebo Valdés.
El pianista que marcó época en el Tropicana de los 50s, quien acompañó a las mejores voces de su isla, el del ritmo Batanga, falleció en Estocolmo, Suecia, tras meses enfermo del Alzheimer.
El pianista gigante, el padre de Chucho, con quien se distanció por décadas cuando decidió abandonar la Cuba castrista en Octubre 1960 para rehacer su vida personal y profesional, y con quien la vida lo reconcilió, como debe ocurrir siempre entre padres e hijos, para saborear juntos algo de gloria merecida, dejó este mundo cumplidos 94 años de edad.
¿Alguna duda al respecto? Lean esta carta que el compositor de "Rareza del Siglo" le escribe al creador de Irakere, dedicada más al hijo que al músico
Si los veteranos del Buena Vista tuvieron a Juan de Marcos Gonzalez y Ry Cooder, si Cachao tuvo a Andy García y los Estefa, Bebo Valdés tuvo a Eladio Reinón (no nos olvidemos de él, por favor), a Paquito D'Rivera y, sobre todo, a Fernando Trueba como soporte para el reimpulso en su carrera, ya veterano, y para el reconocimiento, que nunca es tardío cuando es merecido.
Al Bebo Rides Again (inolvidable disco de Messidor en mi colección) de 1994, le siguieron el Calle 54 y la serie de discos apadrinados por Trueba, Diego El Cigala y otros más, hasta el Juntos para Siempre (Bebo y Chucho a cuatro manos) que curiosamente encontré en Buenos Aires, disco que ganó todos los Grammys posibles.
Hace un año (más o menos) vi "Chico y Rita", inspirado sin duda en la figura de ese joven pianista cubano que, en los 40s, como Valdés y muchos de sus contemporáneos se deslumbraron por el jazz americano, al mismo tiempo que pusieron de su talento para enriquecer esa fusión musical llamada Jazz Afrocubano. Si no la han visto aún, háganlo por favor. Tal vez no lloren como yo, pero sin duda se emocionarán y transportarán sus sentidos al son de la maravilla que es la música de Cuba y el Caribe entero.
Bebo Valdés ya tenía un lugar preferente entre los héroes de la música cubana. La noticia de ayer simplemente nos da la ocasión de refrendarlo y de confirmar, como dice el título de ese disco del 94, él "cabalga de nuevo", "rides again", para siempre.
"La Picante" Orquesta, se presentara mañana Viernes 22 en el Jazz Zone de Miraflores, en una noche que promete! Despues del Futbol , a las 11:30 Pm arranca la rumba del fin de semana.
"La Picante" es un Sexteto conformado por Juan Chumbiray en el bajo,Cris Gomez en el Piano,Alex Picon en la Conga, DAVID HADAD en el Timbal, Eduardo Telting en el Trombon y MAURICIO MESONES (cantante de Bareto) en la voz y su repertorio se basa en clasicos de la salsa de siempre, con especial enfasis en los temas mas bailables y un ritmo desenfadado. Si te quieres divertir, escuchando buena musica, bien tocada, te esperamos este Viernes en el Jazz Zone, a partir de las 11:30PM.
No sé si alguien lo ha reseñado, pero nos llega otra triste noticia ligada a la música latina, especialmente referido a la percusión.
El pasado jueves 14 de marzo falleció en Miami Beach el conguero Daniel Ponce.
Nacido el 21 Julio 1953 en La Habana Cuba, la vena musical y percusiva la heredó de su abuelo, quien le enseñó los secretos de los tambores batá.
Cumplidos apenas los once ya tocaba la campana en el grupo Los Brillantes.
Ponce llegó a los Estados Unidos en 1980 y pronto se ganó un lugar en el mundo del jazz, lo americano y lo latino.
En la contratapa de su primer disco New York Now!, Ponce escribió: "Antes de todo quiero aclarar que yo he llegado a esta tierra el día primero de mayo de 1980 5 pm por el puerto de Key West. Es decir que yo también vine vía Mariel, o sea yo también soy Marielito".
De la mano de Andy y Jerry Gonzalez llegó al Village Gate donde encontró a su compatriota Paquito D'Rivera, llegando a grabar también con McCoy Tyner, Dizzy Gillespie, Herbie Hancock, Yoko Ono, Orlando "Puntilla" Rios, Hilton Ruiz, Yomo Toro, Mick Jagger, Bill Laswell y Justo Betancourt.
En 1982 formó parte de la grabación The Young Lions y un año después grabó su primer disco como solista titulado New York Now!, tremendo trabajo musical, del mismo nivel cualitativo que sus otros dos discos como líder titulados Arawé (1987) y Changó Te Llama (1991).
Otro de los grandes del tambor se ha ido.
"Somos los cubanos que venimos invadiendo"
"Ibayé bayé tonu, Daniel"
El día empieza triste para los Salseros: tras largar una dura batalla con una penosa enfermedad esta mañana ha fallecido en Texas Edgardo Morales, quien fue timbalero de El Gran Combo de Puerto Rico y Sonora Ponceña
Edgardo había cumplido el viernes 15 su cumpleaños 58. Fue quien grabó la versión original de "Timbalero" con EGC, grupo que integró desde 1979 hasta 1988.
Aparte del Gran Combo y la Ponceña, Morales tocó con Tommy Olivencia, Gunda Merced y Salsa Fever, Andy Montañez, Bobby Valentín, José Alberto El Canario y Anthony Cruz.
"Más timbal pide la rumba, descansa en Paz Timbalero"
Fuente: Primera Hora, Puerto Rico. Por: Rosalina Marrero-Rodríguez
No eran una ni dos, sino múltiples las motivaciones para asistir a la trigésima edición del Día Nacional de la Zalsa y así lo entendió el público que en el día de ayer, domingo, abarrotó el estadio Hiram Bithorn, en Hato Rey, en fidelidad a su género.
El público salsero tenía ante sí la celebración de tres décadas de su máximo encuentro con sus figuras favoritas; una oferta musical que destiló sabor desde el arranque y la oportunidad de rendirle tributo a quien por años entregó su vida a la salsa, el fenecido locutor y productor Pedro Arroyo.
Pero, si le pregunta al cantante Cano Estremera, seguramente conteste que, de las más de 30,000 personas que se estima que asistieron, 15,000 fueron a verlo a él en lo que bautizó como “el Día Nacional de Cano Estremera”.
Desde temprano en la mañana, hombres y mujeres de todas las edades y con mucha hambre de fiesta llegaron al estadio, iniciando así la masiva rumba. Unos la montaron desde la arena o las gradas, y otros prefirieron quedarse en las inmediaciones con cerveza en mano. También sonaban sus cencerros, congas y maracas.
El banquete musical, irónicamente, no se sirvió con salsa, sino con la plena de Barreto y su Plena. La clave la marcó José Lugo y el Guasábara Combo, que desde su entrada a la tarima comenzó a sorprender con sus invitados. Con el conjunto cantaron el cubano Isaac Delgado y el intérprete urbano Tego Calderón, quien, apoyado de muletas, gritó: “Los quiero Puerto Rico, pu...”.
“El Abayarde” confesó ser un “salsero frustrao”. Tan natural es su atracción por el género tropical que dijo sentirse más cómodo entre los salseros que con los reguetoneros. Para Calderón, fue la segunda participación en el evento de la emisora Z-93, de SBS. Ya con el sol en su nivel más intenso, comenzó el mazacote de uno de los tres homenajeados, Pedro Conga y la Orquesta Internacional. El mar y yo, Juaco muerte, Parece y Rey el chin fueron la antesala a la participación de Maelo Ruiz. La fuerza interpretativa del cantante se impuso en eróticos temas como Atrévete y Ladrona de amor. Mientras, desde la primera fila, Betsy Santos, de Cayey, destacó la seguridad y organización de la producción que, a nivel ejecutivo, estuvo a cargo de Carlos Vigoreaux. Asimismo lo disfrutaban los colombianos Sandra Alzate y Diego Escobar, quienes, movidos por la promoción del concierto en la Internet, viajaron a la Isla. “Ha sido espectacular y la gente muy amable”, comentó Alzate.
El segundo reconocimiento de la jornada fue para la orquesta La Mulenze, que se lució con Pedro Brull cantando Buscando aventura, Te amo en silencio y No te vayas todavía. El cantante reconoció la importancia de realizar este tipo de encuentros masivos, que inviten a la camaradería. Alex López, Wichi Camacho y Rafy Andino también acompañaron a La Mulenze.
Dentro de la oferta artística, el sonero Cano Estremera era uno de los grandes atractivos, lo que, sin duda, alimentaba el ego del artista, que no dejó escapar momento para proclamarse el mejor. La trayectoria de cerca de cuadro décadas del cantante fue reconocida en su regreso al Día Nacional de la Zalsa después de 15 años ausente.
“El homenaje lo recibo con humildad, que es algo con lo que yo me identifico muy poco”, dijo el Cano, que para no dejar de llamar la atención vistió camisa y tenis turquesa y pantalón amarillo.
“¡Bienvenidos al Día Nacional de Cano Estremera!”, prosiguió para, seguido, llamar a la histeria boricua, logrando poner de pie hasta a quienes preferían calentar las sillas. Avísale al contrario fue el primero de los 10 temas que cantó, al tiempo que lanzaba sus “puyitas”, entre ellas, “En este pueblo se necesita más gente como yo, que diga lo que siente y lo que piensa”.
La boda de ella, Mi gente y su más reciente éxito, La profecía, fueron los más celebrados por los fanáticos. Cano Estremera, no obstante, dio muestra de genuina humildad al reconocer que la emoción y la presión que le generó su retorno al evento, a su juicio, no le permitió dar su máximo en tarima.
“Me sentía tan emocionado que todavía me está faltando el aire”, manifestó en un encuentro con la prensa al bajar de la tarima. “Creo que pude haber cantado mejor, creo que pude haber hecho mejor presentación, (pero) creo que el propósito se cumplió”, afirmó Estremera, quien en varios momentos reconoció la necesidad de nuevas figuras en la salsa.
La orquesta del “Míster Afinque”, Willie Rosario, se lució con la interpretación de sus ex vocalistas Primi Cruz y Tony Vega. Ambos cantantes complacieron a la fanaticada salsera con éxitos como Anuncio clasificado, Busca el ritmo y Lluvia.
La nostalgia afloró con el reconocimiento al creador del Día Nacional de la Zalsa, Pedro Arroyo, fallecido en abril de 2012. El cantante Cheo Feliciano, amigo, vecino y compadre de Pedro Arroyo, presentó al único hijo del locutor, Juan Salvador, quien recibió la placa de reconocimiento al legado del gestor del evento.
Con distintas imágenes de su padre proyectadas en el fondo de la tarima, Juan Salvador Arroyo destacó la importancia que tenía la música nacional para su progenitor.
“Viejo, escucha mi voz que representa la voz de un pueblo que eleva una oración para ti”, expresó Arroyo.
Así, el nuevo director de programación de Z-93, Néstor Galán “el Búho”, junto a su colega Marcos Rodríguez “el Cacique”, dio paso a otra etapa del espectáculo con la Orquesta del Día Nacional de la Zalsa y las voces de India, José Alberto “el Canario”, Tito Nieves y Cheo Feliciano.
El Día Nacional de la Zalsa cerraría con un gran junte de artistas para cantar Gracias, Pedro, compuesta por Ramón Rodríguez. Participarían Pedro Brull, Cheo Feliciano, Camilo Azuquita, Jerry Medina, Luisito Carrión, Maelo Ruiz y Lalo Rodríguez. En los coros estarían Primi Cruz, Jerry Medina, Pedro Brull y Luisito Carrión.
Fuente: El Nuevo Día, Puerto Rico. Por: Carmen Graciela Díaz
La salsa tiene color, cuerpo y sabor a sal, porque en el estadio Hiram Bithorn de Hato Rey, ayer desde temprano el baile se resolvió entre hombros, caderas y sudor. El Día Nacional de la Zalsa que presenta la emisora Z-93 cumplió tres décadas de celebrarse con esos rituales que t no pueden faltar como la fría en mano, los pantalones cortos y los sombreros de todas formas, como una caja de cerveza que a uno le funcionó de gorra para pasar esa jornada de puro sabor.
Durante el día, el vaivén de las personas era constante y los bailadores aprovechaban espacios grandes o minúsculos, pero lo que no pasaba desapercibido era el olor a ron, bloqueador solar, cigarrillos, frituras y pinchos.
La dedicatoria de la peregrinación anual fue para el fundador de este evento, Pedro Arroyo, como un homenaje póstumo agregándole al festejo un cariz sentimental no solo desde la tarima, sino entre la audiencia. Un bailador tenía plasmado a Pedro Arroyo en su camiseta en clave de arte urbano con el rostro del locutor acompañado de la frase: “Arroyo Vive, 30 años”. Una vuelta con mucho swing reveló que la cara de Cano Estremera estaba en su espalda.
El Cano era uno de los artistas más esperados entre el público, a juzgar por los comentarios de muchos cocolos que se amontonaban cerca de los quioscos de las esquinas. Uno de los que vino a ver a Estremera fue Andrés Báez, que con gafas y gorra sabía que el día le daría para gastarse los pies. “¡Wao! Yo llevo viniendo como 14 o 15 años corridos”, contó quien se lamentaba de que esta fuera la última vez que el evento se celebrará en Hato Rey luego de que la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, determinara que el Hiram Bithorn será solo para actividades deportivas.
Pero antes que el Día Nacional de la Zalsa retornara al espacio de sus primeras ediciones -el estadio José “Pepito” Bonano de Guaynabo- el Hiram se colmó una vez más de sillas de playa y sombrillas para aplacar el sol, porque la intención era clara: pasar el día como cuando se va a la playa.
Si la música es la expectativa, para los que van por primera vez a esta fiesta debe ser tan fascinante vivir la idiosincrasia del salsero que le gana al calor más implacable.
“Eso no se oye”, le dijo un hombre a otro en referencia a sus maracas, que aún estaban silenciosas.
“Pero deja que empiece la rumba”, le respondió con una sonrisa cínica que, con la cervecita, quizás ignoró más rápido tras la presentación de Barreto y su Plena, que sirvió de antesala al programa del evento.
José Lugo y Guasábara abrieron oficialmente el espectáculo cerca de las 12:40 p.m., pero fue la llegada de Isaac Delgado el momento que agregó sabor a la presentación que tenía a unos sumidos en un baile solitario, mientras otros mostraban su maestría o primeros pasos en pareja. Poco después, el público celebró la llegada de Tego Calderón, quien interpretó junto a Guasábara Como los pobres soy.
La bandera de Puerto Rico ondeaba en cada esquinas, pero también estaba en ropa y sombrillas que hacían de sombreros. Era patriotismo, pero también una metáfora del evento que aglutinó a 31 mil personas -según informó Perfect Partners, publicistas de la actividad-, que habían llegado al filo de las 3:00 p.m. Medios de Venezuela, Nueva York, Colombia, Panamá y colegas de Nueva York reseñaron el evento que continuó con el reconocimiento y la presentación de Pedro Conga junto a la Orquesta Internacional y el tributo e intervención de Edwin Morales y Mulenze.
Pero el que quizás fue el momento de verdadero delirio entre los presentes fue el arribo de Cano Estremera, quien luego de su homenaje, dijo: “Una aclaración: yo no soy uno de los mejores soneros, sino que soy el mejor de Puerto Rico y el mundo”.
Cano continuó en alarde de su controversial discurso y su personalidad de esas que dan electricidad cuando antes de entonar La boda dio la bienvenida al “Día Nacional Cano Estremera”. La gente lo aclamaba histérica, manos arriba, baile desenfadado y sonrisas por tan solo escuchar su soneo y verlo con su atuendo de camisa azul y pantalón amarillo. Nos acordó que la salsa es todo color, como quedaría evidenciado en el junte en el que un grupo de salseros cantó el temaGracias, Pedro.
Por encima de las tendencias rítmicas que esporádicamente dominan las modas que impone el mercado musical, Puerto Rico es un territorio salsero.
Como muestra está el Día Nacional de la Salsa que hoy, domingo, celebró su trigésima edición en los terrenos del estadio Hiram Bithorn, en San Juan, ante la presencia de sobre 30,000 fanáticos que, rozados por el candente sol caribeño, se rindieron ante la fuerza y cadencia de este género antillano.
La fiesta salsera, considerada el espectáculo masivo más importante celebrado en la Isla cada año, comenzó al filo de la 1:00 de la tarde con la actuación de Guasábara Combo, una agrupación comandada por José Lugo, un versado pianista que está cotizado como uno de los músicos, arreglistas y productores más relevantes de nuestro tiempo.
Guasábara encendió la emoción de la tarde con “Hoy se cumplen seis semanas”, seguida por “Alguien que me quiera” y “Sola regresa”, temas que brillaron en la espectacular voz de José “Pepito” Gómez, quien figuró en escena junto Pablo Padín (timbal), Raúl Rodríguez (timba), Frankie Pérez (saxofón), Jorge Rodríguez (bajo), y Rolando Alejandro y Jan Duclerc (trompetas).
Para marcar su poderío, la orquesta trajo consigo dos sorpresas de primera línea: el cubano Isaac Delgado y el rapero Tego Calderón.
El primero cantó “Me voy de aquí” y “Parece que uno se va a morir”, mientras Tego retumbó con “Con los pobres estoy”, actuación que se convirtió en una de las más aplaudidas en la primera parte del espectáculo.
Guasábara concluyó con una plena, en antesala a la presentación del primer homenajeado del Día Nacional de la Salsa, evento que produce la emisora Z-93 con el equipo de Spanish Broadcasting System y que este año sirvió para honrar la memoria de su fundador Pedro Arroyo.
Ante la emoción de miles de salseros, Pedro Conga fue el primer artista en ser ensalzado en este festival caribeño por los éxitos alcanzados en sus cuatro décadas de trabajo musical al frente de la Orquesta Internacional.
En reciprocidad, el veterano percusionista ofreció su arte con la interpretación de “Juaco Muerte”, seguido por “El mal y yo”, “Parece”, “Rey del chin”, “Me niegas tanto amor” y “Atrévete”.
Luego tocó “Ladrona de amor”, “Si supieras”, “Me niegas tanto amor” y “No te quites la ropa”, temas que estremecieron en voz de Maelo Ruiz y que corresponden a la cosecha musical labrada por la orquesta entre 1986 y 1993.
Al tiempo que el calor y la pasión impregnaba los fanáticos que atestaron el amplio terreno del estadio de béisbol, subió a la tarima la orquesta La Mulenze, que no perdió oportunidad en validar su poderío como una de las mejores agrupaciones de salsa de todos los tiempos, razón por la que recibió el segundo homenaje de la tarde.
En voz de Wichie Camacho y Alex López la orquesta que dirige Edwin Morales enloqueció a los fanáticos salseros con los éxitos “Aquí estoy”, “Fuiste tú”, “Yo puedo ser” y “Tu pausa”.
Con Pedro Brull en el montículo musical, La Mulenze tocó “Buscando aventura”, “Te amo en silencio”, “No te vayas todavía” y “Yo te prometí”.
La agenda salsera continuó con la orquesta de Cano Estremera, otro de los homenajeados del Día Nacional de la Salsa y quien complació a su fanaticada con “La boda”, “Mi gente”, “El muñeco”, “Bello amanecer”, “Después de todo”, “La profecía”, “El toro”, “Avísale a mi contrario”, “Callejero” y “Vaso en colores”.
Al filo de las 5:00 de la tarde subió al proscenio el veterano Willie Rosario para hacer sonar un puñado de los éxitos que ha curtido en sus más de 50 años de historia musical.
Para esta ocasión, el aclamado “Mr. Afinque” contó con las vocalizaciones de Primi Cruz y Tony Vega, dos cantantes que trazaron su camino a la fama cobijados a la sombra de esta orquesta y quienes cantarían, entre otros temas, “Anuncio clasificado”, “Caramelito del campo” y “Busca el ritmo”.
El venerado festival de la salsa habría de continuar hasta entrada la noche con las actuaciones estelares de Lalo Rodríguez, José Alberto “El Canario”, India, Tito Nieves y Cheo Feliciano, todos al mando de la portentosa Orquesta del Día Nacional dirigida por el maestro Louis García.
Tego Calderón se reconoce como un "salsero frustrao'".
El intérprete urbano tuvo una participación junto con Guasábara Combo en la tarima del Día Nacional de la Zalsa y, al concluir, confesó que se siente más cómodo entre salseros que reguetoneros.
Espera grabar pronto un disco completamente salsero.
"En las tarimas siempre me da un poco de nervio, pero en el Día Nacional me siento más cómodo, (inclusive) más que en el reguetón", declaró Tego Calderón, quien camina apoyándose de muletas.
Actualmente recibe terapias para tratar un lesión en su pierna izquierda, donde le colocaron una placa de metal y siete tornillos.
Su próxima producción discográfica, "El que sabe, sabe", estará listo para mayo o junio.
Lo califica como un proyecto "mucho más maduro", con un mensaje propio para que lo escuchen sus hijos.
La trigésima edición del Día Nacional de la Zalsa cuenta con una asistencia de cerca de 30,000 personas (según la cifra brindada por los organizadores), que bajo el candente sol bailan, cantan y gozan de su género favorito.
Gente disfruta en el estacionamiento
Por diez años , Evelyn Arroyo y Julie Colón de Orocovis han convocado a sus familiares y amigos más cercanos al Día Nacional de la Zalsa para disfrutar de la oferta salsera que ofrece la cadena Z-93 (SBS-PR) a través de su evento cumbre.
Pero este grupo no entra de inmediato al estadio Hiram Bithorn cuando llegan. Primero se reúnen en el estacionamiento de este recinto, se dan par de cervecitas frías, almuerzan lo que llevan (que por lo general es arroz con pollo) y luego entran al estadio.
Junto con ellos casi siempre anda un invitado muy especial: Ramón Rodriguez, quien precisamente fue el responsable de componer la canción dedicada a Pedro Arroyo, creador del Día Nacional y quien falleció el año pasado.
“Casi siempre llegamos cerca de las 10:30 de la mañana y siempre nos reunimos aquí. Este es nuestro punto de encuentro, es una tradición. Todos somos de Orocovis”, explicó Evelyn Arroyo al ser abordada por Primera Hora.
Otro grupo que llegó tempranito al evento fue de Trujillo Alto, pero a diferencia de sus compatriotas de Comerio ellos se quedan en el estacionamiento durante todo el festival.
Jose Díaz, Wanda Torres, Ernesto Marín y Barbará Resto de Trujillo Alto ciertamente estaban disfrutando del ambiente, aunque se encontraban disgustados con la policía de Puerto Rico.
“Da vergüenza como son las cosas aquí. Había un viejito con carnet de impedido y la policía le dijo que no podía pasar. En cambio dejaban entrar a personas que eran público general.” argumentó , evidentemente molesta, Bárbara Resto.
Por cierto, la policía ha sido bastante estricta con los accesos buscando mantener el orden ante el panorama de que alrededor de las inmediaciones del Bithorn hay múltiples kioscos del Clásico Mundial de Béisbol. Es decir que el flujo de gente es mucho mayor en el área en relación a años anteriores.
Fuente: Primera Hora, Puerto Rico. Por: Mariela Fullana Acosta
Hace casi 30 años la orquesta La Mulenze formó parte de la historia salsera sin saberlo.
En 1984, la agrupación, dirigida por Edwin Morales, fue invitada a participar en el estadio “Pepito” Bonano, en Guaynabo, de la primera edición oficial del Día Nacional de la Zalsa, que fue dedicado al “Sonero Mayor”, Ismael Rivera. Casi tres décadas después, este conjunto regresará a participar de este evento musical que se llevará a cabo el domingo, 17 de marzo, en el estadio Hiram Bithorn, en San Juan. Esta será la tercera vez del grupo en este festejo.
“Hace días me sorprendieron en la Z (93) con una grabación de esa participación de nosotros en ese primer Día Nacional de la Zalsa y, cuando me escuché, me imaginé con pelo y finito, porque yo era finito, aunque ahora soy barrigón”, bromeó Edwin Morales “Mulenze”, bajista y director del grupo.
El artista rememoró que en aquella primera edición la tarima eran dos plataformas de metal que estaban hirviendo, pero que nada impidió la participación del grupo.
“La Mulenze no había tenido tantas oportunidades de tocar hasta que la emisora nos ayudó”, señaló el fundador de la orquesta, quien dijo estar agradecido del fenecido programador Pedro Arroyo por haberlo ayudado.
“Siempre me llamaba y me daba ideas. Conmigo siempre bregó”, comunicó Edwin Morales.
Este agregó que en el Día Nacional de la Zalsa estará feliz por el reconocimiento que recibirá la agrupación, pero a la vez triste por la pérdida de Arroyo, así como de su madre, quien falleció el pasado mes de diciembre.
“Ese día estaré tristón y alegre porque hace poco falleció mi mamá, y si estuviese viva, hubiese estado conmigo en la tarima, como lo hubiese estado mi amigo Pedro Arroyo, quien estará con nosotros desde el cielo... Ese día verás muchos ojos aguaos”, lamentó.
En torno a la presentación del grupo en este evento salsero, dijo que la orquesta contará con la presencia de Pedro Brull, quien fue cantante del grupo. Adelantó que se encuentra en el proceso de escoger los temas, pero que no faltarán clásicos como Buscando aventura, Te amo en silencio, Yo prometo y Fuiste tú.
“Me siento dichoso de que Papá Dios me ha dado la oportunidad de seguir llevando música y de tener un grupo de muchachos que son todos unos profesionales”, concluyó Edwin “Mulenze”.
Fuente: Primer Hora, Puerto Rico. Por: Frances Tirado Medina
El género de la salsa contará con su primer museo en la Isla, que llevará por nombre Rafael Ithier, fundador y director de la renombrada orquesta tropical El Gran Combo de Puerto Rico.
Esta sede de la salsa se construirá en la antigua escuela pública Román Baldorioty de Castro, en Guaynabo, donde precisamente Ithier estudió hasta octavo grado, y según el alcalde novoprogresista de ese municipio, Héctor O’Neill, el mismo estará listo en dos años.
“Habrá cuatro salas con 20 butacas para pasar en vídeo la historia de la salsa”, adelantó el primer ejecutivo municipal en un aparte con Primera Hora durante la conferencia de prensa del Día Nacional de la Zalsa, en el estadio Hiram Bithorn, en San Juan, donde se realizará este domingo el tradicional evento producido por SBS Entertainment.
O’Neill, quien reiteró en la actividad que su presencia era como salsero y no como político, exhortó a los exponentes de la música tropical presentes como Cheo Feliciano, Cano Estremera, Willie Rosario, Pedro Brull, Jerry Medina, Maelo Ruiz, Pedro Conga, Edwin Morales –de La Mulenze–, José Lugo –de Guasábara Combo– y Luis García a que “entreguen toda la información posible de las orquestas y músicos para que los jóvenes conozcan de la historia de la salsa”.
En tanto, O’Neill entregó a Néstor Galán “el Búho Loco”, quien ha tomado el batón de Pedro Arroyo como productor del Día Nacional de la Zalsa y como director de programación de Z-93, una ordenanza para nombrar la calle Frances –donde está ubicada la emisora Z-93 en el Centro de Distribución del barrio Amelia, en Guaynabo– Pedro Arroyo, en honor al fundador del Día Nacional de Zalsa, que falleció en abril del año pasado.
Dedican emotivo tema a Pedro Arroyo
En la actividad, se estrenó la canción Gracias, Pedro, en homenaje al productor Pedro Arroyo y cuya emotiva composición estuvo a cargo del destacado músico Ramón Rodríguez, del Conjunto Clásico.
El tema participaron Cheo Feliciano, Lalo Rodríguez, Marlo Ruiz, Luisito Carrión, Jerry Medina, Camilo Azuquita, Primi Cruz y Darvel García.
Parte de la letra dice: “Gracias Pedro, Pedro gracias... Cuando necesitábamos el condimento para la salsa con fundamento ahí estaba él, cuando buscábamos algún apoyo, pensábamos en Pedro Arroyo y ahí estaba él...”
“Se me hizo difícil (componerla) por el sentimiento y hasta llorando lo hice. Fue muy poco para lo que Pedro hizo por nosotros y se lo merecía tanto que había que hacerlo obligao. Perdimos una gloria y la ausencia de él es inmensa y nos duele”, dijo el músico, que tardó aproximadamente tres semanas en crear la canción.
Cheo Feliciano, por su parte, compartió con este diario que Pedro Arroyo fue muy especial en su vida porque, aparte del respaldo que le dio, fue su vecino por 40 años.
El vocalista de salsa y boleros que se ha destacado por su enérgico “¡Familia!” agregó que “Pedro fue vertical en su puertorriqueñidad y en sus sentimientos. Él era serio cuando tenía que serlo y fue muy sensible. Gracias a él, se estableció el Día Nacional de la Zalsa a nivel gubernamental y nacional. Estamos celebrando a Pedro que yo lo quiero mucho”.
Contó con la voz entrecortada que cuando grabó la canción “fue difícil porque me pegó en el alma”.
Fuente: Primera Hora, Puerto Rico. Por: Mariela Fullana Acosta
Durante cinco años, el cantante Primi Cruz fue una de las voces principales de la orquesta de Willie Rosario.
A principios de los 90, sin embargo, decidió hacer su carrera como solista y se despidió de sus compañeros.
Luego de décadas de aquella separación, el vocalista volverá a subir al escenario con la orquesta que lo dio a conocer a nivel internacional durante la celebración de la trigésima edición del Día Nacional de la Zalsa. Este evento se llevará a cabo el domingo, 17 de marzo, en el Hiram Bithorn, en San Juan. Primi Cruz informó que estará con “Mr. Afinque”, Willie Rosario, para interpretar el éxito Anuncio clasificado, así como otros temas.
“Si fuera por mí, los interpretaba todos, pero creo que ese es el tema que cantaré porque en 1990 fue todo un éxito en Puerto Rico y a nivel internacional”, expresó el vocalista en entrevista telefónica.
El salsero señaló que será emocionante tocar nuevamente con sus compañeros y más en el Día Nacional de la Zalsa, que este año se le dedica al fenecido programador Pedro Arroyo.
“Hay cierto motivo de nerviosismo porque quiero dar tanto y tanto al público... Espero que ese día esté en óptimas condiciones”, agregó el vocalista, quien sigue tocando con su grupo, mayormente fuera de Puerto Rico.
Fuente: El Nuevo Día, Puerto Rico. Por María Ivette Vega Calles
Veinte producciones discográficas concebidas en la Isla y editadas el año pasado fueron reconocidas por la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
La entidad sin fines de lucro premió ayer, por decimosexto año consecutivo, la labor de artistas populares e independientes en géneros como música clásica, campesina, salsa, reggae y rock.
El primer lugar fue para 15 aniversario en el Luna Park, disco en vivo de Cultura Profética.
“Mientras más crisis hay más se nota el espíritu creativo de un pueblo. Esto es el esfuerzo sin apoyo de multinacionales, con una o dos excepciones. Se nota aquí las ganas de hacer buen trabajo, exportar, dejar la huella. Lo de Cultura Profética es histórico, porque trasciende el tiempo y muestra evolución en otras plazas. Los trabajos artísticos y clásicos muestran una calidad sorprendente que se está logrando en Puerto Rico”, afirmó Javier Santiago, director de la Fundación.
Sobre el triunfo, Willy Rodríguez, cantante de Cultura Profética, dijo: “Para mí es un súper honor y me ha hecho más humilde estar en este bote. No tomo si somos los primeros, los segundos o los terceros, creo que somos un conjunto de gente que estamos trabajando por algo bueno, que es la música de Puerto Rico, sin un límite específico de género”.
El segundo lugar fue para la música autóctona con Guitarra campesina de Billy Colón Zayas. Otras producciones que recibieron reconocimiento en dicho género fueron El Jíbaro: 40 años después en vivo de Andrés Jiménez, Boleros II de Victoria Sanabria, Esta es mi promesa de Jovino González y Café Colao Orchestra: Vólumen 1 producido por Walter Morciglio y Pedro Juan Rivera, quienes fusionaron la trova con la música campesina.
En términos de fusión hubo varios discos, Del lienzo...a la poesía musical del artista plástico Pablo Marcano García, que obtuvo el tercer lugar y Homenaje a Salvio Ravell-Fernández de Salvio y Aida.
Morciglio volvió a ser reconocido en el lugar 19, esta vez junto a José Jorge Medina, por A dónde voy, disco fusión que hicieron como el grupo +Que2.
La salsa contó con mucha representación. Furito Ríos obtuvo el octavo lugar con La maestría, La Sonora Ponceña fue reconocida por 10 para los 100, Giberto Santa Rosa obtuvo el decimocuarto lugar por su disco homónimo y Marlow Rosado con Retro, disco que recientemente obtuvo un premio Grammy, en la categoría de Mejor álbum tropical. Cheo Feliciano y Rubén Blades obtuvieron el decimotercer lugar por Eba say ajá.
“Este trabajo fue una cuestión personal, más que otra cosa, porque fue la realización de un sueño que teníamos Rubén y yo por tantas razones; por el cariño, por la admiración, el respeto mutuo. No pensamos nunca hacer un trabajo comercial; fue algo más, como dije, personal que queríamos que quedara para la historia”, dijo Feliciano al recoger el premio.
El jazz estuvo representado por Brenda Hopkins, cuya producción Simple fue reconocida en el noveno lugar, mientras que Historias, cuentos y canciones de SM Quinteto del bajista Sammy Morales ocupó el decimoquinto lugar.
Vivanativa sacó la cara por el rock, pues su disco más reciente, Q, ocupó el decimoctavo puesto.
“Para nosotros este premio es un orgullo, porque la Fundación es de las pocas que escucha los discos y está pendiente. Si hay un premio importante para nosotros en Puerto Rico es este. Por años, desde nuestro primer disco, la Fundación está pendiente a cada cosa que sacamos y reconocen el esfuerzo que nosotros le metemos a cada disco, porque eso es como parir un hijo”, afirmó el cantante Javier Gómez.
La música clásica estuvo presente por medio del violinista de la Orquesta Sinfónica, Francisco Cabán e Ivonne Figueroa, cuyo disco Ola nocturna recibió el premio en el cuarto lugar.
Nydia Caro fue galardonada en el sexto lugar con el disco que le dedicó a la cantante chilena Violeta Parra, al que llamó Claroscuro. Mientras, Andy Montañez fue destacado en el quinto por Sueño.
En la entrega de premios fungieron como maestros de ceremonia los actores Laura Alemán y Oscar Guerrero, y la modelo Juliana Rodríguez, exconcursante de Nuestra Belleza Latina.