Richie Ray: "Ahora tengo los pies sobre la tierra"
Fuente: La República, Perú. Por: Estefany Barrientos
Ricardo Maldonado, más conocido como Richie Ray, es hoy más que un ícono de la salsa. En esta entrevista responde con voz segura sobre aquellos años de bohemia que pudieron acabar con su brillante carrera. Este 23 compartirá escenario con la Fania All Stars.
¿Por qué en algunas de sus canciones se escuchan piezas de música clásica? En ‘Sonido bestial’ hay una parte de Chopin...
Sucede que yo estudié para ser concertista, pero viví una vida protegida, no hice deportes, no sabía de la vida, tal vez por eso busqué lo popular (la salsa), pero quería ser versátil y recurrí a Chopin. La salsa es como la comida, hay secretos de chef. Los condimentos dan sabor y cuando se mezclan las culturas se crea lo rico.
Si usted fuera solo un melómano, ¿con quién se quedaría: Eddie Palmieri, Larry Harlow, Papo Lucca o Richie Ray?
(Ríe). Cuando comenzábamos, los Palmieri ya estaban establecidos. Me fascinó Eddie porque hacía cosas raras, diferentes, fue un mentor musical, me encantó su curiosidad. En mi caso, yo creo que soy un eterno estudiante, me falta mucho, pero sí, seguro que me encantaría Richie.
¿Qué significa para usted Bobby Cruz?
Muchos puertorriqueños como mis padres fueron a New York en busca de algo mejor. Pero Bobby tuvo una vida aún más difícil, tuvo una madre soltera. Nuestras mamás trabajaban juntas como costureras... Él tuvo más exposición a la vida que yo, andaba con muchas mujeres, era el líder de una pandilla. Pero era un talento. Sin haber estudiado, terminaba dictándome las melodías. ¿Te imaginas eso? Como músicos también tuvimos que luchar contra el sistema. Él traía al proyecto cosas que yo no tenía, era una combinación fundamental...
Un tiempo se dijo que había algo más que amistad entre ustedes…
(Ríe). Sí, dijeron que éramos homosexuales porque todos (los grupos) se peleaban y nosotros estábamos felices haciendo música. Como digo: lo que funciona no se cambia. Bobby es un hermano, un amigo, un mentor o un padre. Yo no me hubiera desarrollado como artista sin él.
¿Nunca les afectaron esos rumores?
No, estábamos muy ocupados con todas las mujeres del mundo (ríe). Fuera de eso, me crié conservador. Claro, ahora todo el mundo hace lo que quiere y no tengo problemas con ese tema (homosexualidad). Nosotros trabajamos duro y Richie es nuestro producto.
Entonces ¿qué buscaron en la religión?
Es complejo. Mi papá era ateo, machista. Mi mamá era calladita y tenía que aguantarlo. Mientras escribía mis memorias, todo fue cayendo en su lugar. Comencé a sentir que faltaba algo. Como que trataba de llenar un vacío con la música, haciendo y vendiendo discos. Entonces pensé: “Mejor me caso y tengo hijos”. En ese momento tenía ‘amiguitas’ y entre ellas vi a una con la que podía tener algo más. Al principio todo fue muy bien pero ella era más joven que yo y talentosa. Ella no quería casarse, tenía que seguir su camino y hacer una carrera profesional… y evidentemente no sentía lo mismo que yo.
Usted no estaba preparado para esa respuesta...
¡Por supuesto que no lo estaba! Tenía 30 mil mujeres que eran como juguetes, pero esa vez no fue así. Me sentía como la ópera ‘Payaso’, que en la noche se va al camerino a llorar, así me sentí de mal. Bebí mucho ron, empecé a ‘jugar’ con las drogas…
¿Lo llama ‘jugar’ porque considera que no tocó fondo?
Lo digo porque no creo que haya sido un borracho y drogadicto arrastrado, pero sí tuve momentos muy oscuros. ¿Cuáles? Llegué al extremo de decir que la iba a matar y que yo me iba a meter un tiro. No solo lo dije, lo tenía planeado.
Y fue, como muchos dicen, que sintió el ‘llamado de Dios’.
Pensé que era producto de haber fumado tanta marihuana, pero pasó así. Aunque digamos que el proceso también empezó cuando conocí a una novicia –que estaba en la iglesia buscando refugio–; ella hacía música y me llevó en 1974. Bobby también siguió el camino.
¿Qué tanto ha cambiado como músico y como hombre?
Cuando nos establecimos, nos fanatizamos, pero ahora en los conciertos tocamos primero los éxitos y cuando el público está abierto buscamos la forma de llegar. En lo personal, no soy un ángel ni un demonio. Si pasa una muchacha con pantalones cortos, claro que la miro, pero recapacito y sé que tengo mi mujer. Ahora tengo los pies sobre la tierra. No canto música cristiana pero no voy a ir en contra de lo que creo. La santería ya se eliminó.
Ahora tiene más de 30 años con su esposa...
¡Y nunca le he sido infiel! María de los Ángeles y yo somos felices, pero los hijos nunca llegaron. Recuerdo que la mandé al médico, muy machista, pero el problema no era ella sino yo. Mi esposa quería tener cinco hijos y enterarse de eso fue un golpe muy duro para ella. Pero bueno, el no tener hijos nos ha permitido trabajar más en la Iglesia.
Comments (0)
Publicar un comentario