6 may 2012

El último son de Ismael Rivera



Fuente: El Nuevo Día, Puerto Rico. Por: Jorge L. Pérez

Según narra en un escrito el coleccionista y DJ Gary Domínguez, a principios de 1987, cuando tenía 55 años, Ismael Rivera, reconocido como uno de los grandes cantantes de la música de salsa, se daba cuenta de que la vida se le estaba cayendo en pedazos.

Así, el hombre que prácticamente había perdido la voz unos tres años antes -se dice que debido del 'shock' que le ocasionara la muerte de su entrañable amigo, Rafael Cortijo- y que había vivido marcado por las drogas, el cigarrillo y la bebida, trató de enderezar el barco antes de que se le hiciera demasiado tarde.

Dejó los vicios, empezó a 'yoguear' y a hacer ejercicios en la playa, se operó de las cuerdas vocales...

En fin, se ponía en forma para el homenaje que amigos y conocidos suyos le preparaban con un concierto que se celebraría pronto en el Coliseo Roberto Clemente, el cual esperaba que fuera la chispa que reavivara una carrera que le había llevado a ganar unos $3 millones, aunque ya no le quedara casi nada.

Pero ya era demasiado tarde para el eterno santurcino conocido como Maelo, y también como El Sonero Mayor: el 13 de mayo de 1987, a las 5:15 p.m., cuando se encontraba viendo televisión en la casa de su madre Margarita Rivera en la calle Calma de Villa Palmeras, sufrió un ataque del corazón.

Fue un final calmado para un hombre que había vivido la vida a toda velocidad, y que, a todas luces, había disfrutado al máximo la experiencia... ni le temía a la muerte.

En 1971, en el disco 'Lo último en la avenida', que grabó con el timbalero Kako y su orquesta, cantó, en 'Entierro a la moda':

“Mi entierro va a ser el acabóse.
ahora verán cómo lo quiero.
Lucecitas, coronas, cero flores.
pues yo lo que quiero es que lo gocen.

Sus fanáticos, que resultaron ser muchísimos, a pesar de que ya para entonces se le consideraba una estrella del pasado, siguieron su sugerencia:

“Aunque nadie gozó el día de su muerte, sí hubo mucha música el día de su entierro, tal como Ismael lo quería”, escribió Domínguez en 2005. “Sus seguidores bebieron durante dos días y lo recordaron como 'El Sonero Mayor de Puerto Rico'.”

De hecho, aunque muchos de sus biógrafos aseguran que fue el gran cantante cubano Beny Moré quien le puso ese mote, el periodista puertorriqueño radicado en Nueva York, Juan Moreno Velázquez, quien publicó en 2011 la biografía 'Maelo… Hijo de Borikén, rey de los soneros', afirmó en su libro que el verdadero autor del nombre lo fue el productor cubano Ángel Maceda.

“Eso lo dijo el propio Maelo en una entrevista de la época”, dijo Moreno recientemente, “pero en realidad es irrelevante: el mismo público acogió ese apelativo del Sonero Mayor porque Maelo se lo ganó con su grandeza, con su trayectoria”.

Nacido en la misma calle Calma -ahora llamada calle Ismael Rivera- el 5 de octubre de 1931, el futuro cantante conoció de muy joven a Cortijo, cuando ambos trabajaban de albañiles.

Junto al talentoso percusionista, Ismael comenzó a desarrollar su vocación musical, adobada por los ritmos de la bomba y la plena y por el arte de improvisar que su madre, doña Margarita le había legado.

Luego de una corta estadía en el Ejército -de donde fue licenciado, según se dice, por no dominar el inglés-, Ismael regresó a la Isla y en 1952 debutó como cantante con la Orquesta Panamericana de Lito Peña, con la cual cosechó numerosos éxitos comenzando por 'El Charlatán', antes de desligarse y formar en 1954 junto a su viejo amigo la legendaria agrupación Cortijo y su Combo.

Se dice que el gran acierto de la nueva agrupación fue agregarle piano y metales a los percusivos ritmos tradicionales de la bomba y la plena, conjurando una nueva variante que la convirtió en un éxito internacional.

El incontenible ramillete de éxitos incluyó canciones como 'El bombón de Elena', 'Juan José', 'Besitos de coco', 'Palo que tú me das', 'El negro bembón' y muchos más.

Sin embargo, en 1963, cuando la orquesta regresó de una exitosa presentación en Panamá, Maelo fue arrestado por llevar drogas en su maleta y a la larga cumplió 43 meses de cárcel en los Estados Unidos.

Irónicamente, Maelo después se volvería devoto del Cristo Negro de Portobelo, en Panamá, y asistió a numerosas procesiones entre 1975-85, lo cual dio también pie a una de sus composiciones más famosas, 'El Nazareno'.

Pero, según se cuenta, al regresar a la Isla después de cumplir su condena, se sintió como si el pueblo todavía lo estuviera condenando.

“La gente le decía 'negro tecato' y cosas así”, comenta Moreno. “Por eso él se fue frustrado de la Isla”.

Pero en la Gran Urbe entró en la vorágine salsera que empezaba a azotar esa ciudad desde finales de los sesenta y, con su nueva banda, los Cachimbos, produjo lo que muchos consideran algunos de los mejores discos de su carrera.

La muerte de Cortijo en 1983, sin embargo, representó un golpe del que nunca se pudo recuperar, aunque su imagen poco a poco ha ido reinstalándose en el pedestal de los inmortales.

“Es como dice Gilberto Santa Rosa”, comenta Moreno: “Será cada uno a su estilo, pero todo el mundo canta como él”.

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por qué será que Ismael nunca llegó al Perú, será que nadie lo quiso traer, o él no quiso venir, ¿se habrá enterado que en el Perú lo querían mucho?, ojalá alguien me pueda contestar esta incógnita

por qué será que Ismael nunca llegó al Perú, será que nadie lo quiso traer, o él no quiso venir, ¿se habrá enterado que en el Perú lo querían mucho?, ojalá alguien me pueda contestar esta incógnita