30 may 2012

El Gran Combo de Puerto Rico: sin fecha de expiración




Fuente: El Nuevo Dïa, Puerto Rico. Por: Dámaris Hernández Mercado

“Rafael Ithier ha demostrado que si usted tiene organización, disciplina y voluntad, su talento no tiene fecha de expiración”. Así resume Rubén Blades el medio siglo de vida de El Gran Combo de Puerto Rico.

Blades no se equivoca en su argumento, ya que hasta el propio director de la orquesta afirma que su disciplina “militar” ha sido la clave de éxito para sustentar la vigencia de la proclamada “Universidad de la Salsa”.

Para el artista panameño, la fórmula de Ithier debe ser emulada no solo en la industria musical, sino por “cualquier institución política o social”.

Con altas y bajas, El Gran Combo ha logrado el sueño dorado de cualquier artista: tener presencia en la memoria colectiva de un pueblo y, en su caso, del mundo. Y es que la trascendencia internacional de esta institución salsera ha roto fronteras. Tanto así que el sábado 19 de mayo dieron inicio a una gira mundial por varios continentes en conmemoración de sus 50 años.

“Con esta gira de 50 años espero que nos contraten de muchos sitios. Quiero llegar hasta Rusia. Es un sueño mío, porque no quiero ir a Rusia como customer, sino con El Gran Combo, porque en Rusia no hay negros (ríe a carcajadas). Bueno han llegado unos cuantos cubanos y en Cuba hay niche…”, sostuvo entre risas Ithier.

Desde sus inicios en 1962, El Gran Combo de Puerto Rico aprovechó cada oportunidad para establecer su identidad y marcar distancia rítmica con las agrupaciones de esa época, sobre todo a la de Cortijo y su Combo, la que Ithier abandonó por los problemas de indisciplina entre los integrantes.

Para el sociólogo Hiram Guadalupe, autor del libro la “Historia de la Salsa”, además de crear una identidad musical, los “Mulatos del Sabor” fueron muy ágiles en acaparar el vacío que dejaba Cortijo y su Combo.

“El Gran Combo se funda en la época de esplendor de la televisión y comienza a ocupar los espacios más significativos ante la debacle del Combo de Cortijo. El Gran Combo, más allá de establecer una diferencia en la pauta armónica y rítmica, buscaba una espacio que le permitiera visibilidad. Y el Combo de Ithier, como viene de aprender del Combo de Cortijo, va a incluir ese elemento vistoso para ser ese grupo de espectáculo”, explicó Guadalupe, quien como periodista trabajó por años en la cobertura del grupo.

Con su entrada a la televisión, El Gran Combo mantuvo cautivo a una audiencia por casi una década. Con su primer disco, “Menéame los mangos”, seguido por los álbumes “El Gran Combo... de siempre” y “Acángana”, la agrupación se dio a conocer con éxito en Estados Unidos, en especial en Nueva York y en países de América del Sur.


Primer traspié

Sin embargo, esa ruta se quebró cuando a fines de 1969 el grupo sufrió su primera crisis ante su salida de la televisión, la suspensión del programa radial y la cancelación de su contrato con Gema Records. Además, se enfrentaban a la competencia directa del Apollo Sound, creada y liderada por Roberto Roena y Elías Lopés luego de que ambos dimitieran de El Gran Combo.

“A nosotros nos botaron de todas partes, de la radio, de la televisión... Fue una crisis grande y claro había otros grupos que nos hacían competencia, como fue el Apollo Sound”, reveló Ithier a El Nuevo Día.

La crisis que vivían fue tan grave que Andy Montañez hipotecó su casa para ayudar económicamente. Gesto loable y noble que Ithier aún le agradece al “Niño de Trastalleres”. Ithier reveló que “por unas cuestiones de papeles y crédito” no le aprobarían una hipoteca, por lo que Montañez fue quien solicitó el préstamo y lanzaron el disco “De punta a punta” (1971).

Pero no todo fue una pesadilla, pues en medio de esa crisis se integró el trombón de Fanny Ceballos a la orquesta, ingrediente que dio un nuevo sabor a la salsa de El Gran Combo. Para Ithier, la inclusión del trombón fue crucial para definir la sonoridad musical de la “Universidad de la Salsa”. Esto, unido a los dos saxofones altos, son la clave para crear arreglos musicales dirigidos al bailador, según explicó el maestro y director Elías Lopés, quien estuvo de 1964 al 1969 en El Gran Combo.

Tras sobrellevar esa crisis, la orquesta comienza a recuperar terreno, tanto en la industria discográfica como en los escenarios locales e internacionales. Sin embargo, en 1973 fueron estremecidos con la salida de una de sus voces principales, Pellín Rodríguez. Marcos, hermano de Andy, ocupó ese espacio por seis meses, cuando llegó Charlie Aponte.

Una vez acoplados con el nuevo sonero, la agrupación continúo cosechando éxitos en y fuera de la Isla. En esos años hubo otras salidas, como la de Miguel Cruz en 1975, pero la que estremeció a la orquesta fue la de Andy Montañez en 1977, quien pasó con un colosal contrato a la orquesta Dimensión Latina.

En ese momento hubo dudas de si la orquesta podría continuar con la ausencia del “Niño de Trastalleres”, quien era una de las figuras claves del éxito. El propio Ithier reveló que no concebía a El Gran Combo sin la voz de Andy Montañez.

Sin embargo, la orquesta sobrevivió. El espacio lo ocupó Jerry Rivas, que este año celebró 35 años en el Combo. La orquesta lanza el disco “Aquí no se sienta nadie” y retoman con fuerza el género.



Renacen con Jerry

“Ese álbum, que es el primero de Jerry, fue transcendental porque El Gran Combo tomó fuerzas y partir de ese momento nace otra vez”, aseguró Ithier.

Las décadas del 80 y 90 son de consistencia musical en cada proyecto discográfico, a pesar de que la salsa romántica, el merengue y la balada se apoderaban del mercado. Buscando cautivar a esa audiencia, renovaron sus letras y arreglos con un estilo más romántico que en algunos casos funcionó y otros no. Uno de estos fue el disco “Romántico y sabroso” (1989).

“La verdad es que esa época fue mala para las orquestas de salsa tradicional, porque la demanda fue para los salseros de esa onda romántica. También lanzamos discos con ese estilo y otros arreglos musicales, pero la verdad es que no nos fue muy bien”, reveló Ithier.

En 2002, El Gran Combo celebró su aniversario 40 con dos conciertos en el coliseo Rubén Rodríguez en Bayamón. Desde entonces han lanzado varios proyectos que se han convertido en clásicos inmediatos, como “Arroz con habichuela” (2006) y “Sin salsa no hay paraíso” (2010).

En diciembre de 2010, el especial navideño del Banco Popular de Puerto Rico fue dedicado a los “Mulatos del Sabor”. El éxito volvió a sonreírles cuando el álbum “Salsa: un homenaje a El Gran Combo” que acompañó el proyecto superó las 50 mil unidades vendidas y fue certificado Disco de Oro por la distribuidora Select-O-Hits.

En junio pasado participaron por primera vez en el Desfile Puertorriqueño de Nueva York con el distintivo de “Reyes de la Parada”. Dos meses después hicieron un llamado a la sociedad con una versión de su éxito ‘No hago más na’, titulada ‘Echar pa’lante’, en la que instan a trabajar con optimismo.

Hoy celebran 50 años de perseverancia con una gira que los lleva por varios continentes.


Nunca con Tite Curet

Resulta increíble que la más importante institución salsera del país, El Gran Combo de Puerto Rico, nunca grabara un tema de quien fue la pluma maestra de mayor calibre internacional del género: Catalino “Tite” Curet Alonso.

El prominente compositor puertorriqueño escribió más de dos mil canciones que forman parte de nuestro pentagrama popular. Con la sinceridad que lo distingue, el director de El Gran Combo, Rafael Ithier, admite que la respuesta es simple.

“Tite tenía sus intérpretes. Entendí que nosotros no éramos sus elegidos”, confesó. “Siempre fui fanático de él y tuvimos una amistad. Pero él era un compositor de todo el mundo, pero era exclusivo de Fania y sus intérpretes prácticamente eran todos los de Fania”.




PIEZAS CLAVES DEL ÉXITO

Muchas personas han pasado por las filas de El Gran Combo de Puerto Rico y ninguna debe pasar desapercibida pues de una u otra forma aportaron a que la orquesta sea lo que es hoy día, cuando celebra 50 años de trayectoria.

Pero lo cierto es que hay unos que sobresalen y entre ellos Andy Montañez, Pellín Rodríguez, Roberto Roena y el maestro de la trompeta Elías Lopés, que una vez fuera se convirtieron en competencia para los “Mulatos del Sabor”.

Roena, distinto al resto, se curtió artísticamente en el mismo nido de Rafael Ithier: bajo la genialidad de Rafael Cortijo. Ithier y Roena fueron parte del Combo de Cortijo, agrupación que tomó por asalto la escena musical a mediados del 1950 con una propuesta basada en bomba y plena.

Cuando Ithier creó El Gran Combo en 1962, Roena permaneció por fidelidad cerca de seis meses junto a Cortijo antes de convertirse en uno de los “mulatos del sabor”. En el combo de Ithier, el proclamado “Señor Bongó” tocó el instrumento que le apoda y estuvo a cargo de las coreografías, elemento distintivo de la orquesta. Roena integró la orquesta hasta el 1969, cuando junto a Elías Lopés abandonó el grupo para crear el Apollo Sound.

El maestro de la trompeta había ingresado a El Gran Combo en abril de 1964 y la abandonó para abrirse paso como director musical con el grupo de Roena. A partir de ese momento, Lopés y Roena se convirtieron en la competencia directa de El Gran Combo, tanto así que Ithier reconoce que la primera crisis que enfrentó la orquesta se debió a la aceptación del Apollo Sound entre el público.

“Con el Apollo Sound hubo una debacle en El Gran Combo, porque muchos de los programas donde salían ellos nos los dieron a nosotros. Nos convertimos en competencia directa. Recuerdo que Andy hizo un gesto admirable al hipotecar su casa para que El Gran Combo siguiera a flote”, indica Lopés.

A su llegada a la orquesta de Ithier, Lopés tuvo el gran reto de sustituir a Rogelio “Quito” Vélez como director.

“Quería probar que a los 19 años podía ocupar la silla de este caballero, que fue una leyenda musical en todo lo que hacía. Cuando ingresé el grupo comienza a ser internacional y eso representaba un mayor peso”, aseguró Lopés, ex primera trompeta de El Gran Combo.

De esa época de consolidación internacional recordó que en febrero de 1965, los “Mulatos del Sabor” viajaron a Panamá y descubrieron que en el “hit parade” de ese país ocho temas eran de ellos. Asimismo recordó que se realizaban cinco giras internacionales al año, además de las múltiples presentaciones locales.

“A nivel institucional no creo que existe nada parecido al Combo. Fue una experiencia increíble haber sido parte de la riqueza musical que es El Gran Combo de Puerto Rico. Hoy se debe celebrar por todo lo alto sus 50 años”, concluyó.

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