El cumpleaños 75 de Palmieri

Fuente: El Comercio, Perú. Por: Iván Gonzales Geldres
A los 11 años, el pianista Eduardo Palmieri tuvo una audición en el célebre Carnegie Hall de Nueva York. Era el principio de una carrera musical que hasta hoy solo sabe de éxitos, al mando de su orquesta La Perfecta II.
Proveniente de una familia de ascendencia puertorriqueña, nació el 15 de diciembre de 1936 en el Spanish Harlem, uno de los barrios latinos de Nueva York. A pesar de iniciarse como timbalero en la orquesta de su tío, decidió dedicarse por completo al piano desde los 15 años.
Luego de pasar por algunos grupos, como el de Tito Rodríguez, forma su propia orquesta llamada La Perfecta, nombre con el que también lanzó su primer disco en 1961. La novedad en su agrupación fue la inclusión de trombones en vez de trompetas, como se estilaba en aquellos años. Se trata del nacimiento de la salsa.
EL SONIDO DE LA CALLE
Para el periodista y escritor Eloy Jáuregui, Eddie Palmieri fue quien revolucionó la música latina de la época: “Es el Martin Scorsese de la música, pues incluyó el sonido de la calle al usar el trombón. Luego, otros músicos como Larry Harlow y Willie Colón adoptarían el estilo en sus grabaciones”.
Además del trombón, incluyó la flauta, el bajo y la percusión a su peculiar estilo. Años más tarde, encontraría en Ismael Quintana la voz que consagraría el éxito de la agrupación. “En los años 70 se volvió popular que cada músico tuviese un cantante en particular. Palmieri tenía a Ismael Quintana y Larry Harlow a Ismael Miranda. La diferencia es que, mientras la orquesta Harlow acompañaba a la voz de Miranda, Quintana era quien se acoplaba al sonido de La Perfecta”, subraya Jáuregui.
Eddie Palmieri siempre marcó la pauta en cuanto a la fusión de géneros. En muchos de sus discos podemos apreciar elementos del funk, el soul y el latin jazz en armonía con la salsa. Una producción recordada por los amantes de la salsa es “Vámonos pa’l monte” (1971), en que su hermano Charlie toca el piano como invitado especial. Entre otros éxitos del LP, encontramos la canción “La libertad, lógico”.
NUEVOS AIRES
Tras el alejamiento de Ismael Quintana, quien inició su carrera como solista en el sello Fania, el músico convoca a Lalo Rodríguez, de 16 años, como cantante para el disco “The Sun of Latin Music” (1974). El vinilo no solo fue aclamado por la crítica, sino que también le valió su primer Grammy: fue el primer título latino en recibir dicho galardón.
Luego de haber ganado otros dos Grammy por “Palo pa rumba” (1984) y “Solito” (1985), Palmieri y su orquesta visitaron Lima para participar en la Feria del Hogar. El 1 de agosto de 1990 marca el inicio de las tres presentaciones que disfrutó el público peruano. “Los salseros estaban emocionados con su llegada, pude asistir al evento y fue grandioso. Además, tuve la oportunidad de entrevistarlo, es un tipo sencillo, tiene mucha llegada con el público”, señala Jáuregui.
La rumba de Eddie Palmieri no se ha detenido. En el 2000 presentó el disco “Masterpiece/Obra maestra” junto con el recordado timbalero Tito Puente. Con la incorporación de nuevos valores, como el trombonista Jimmy Bosch, presentó la orquesta La Perfecta II en el 2003.
Si bien su música ha evolucionado con el paso de los años, siempre lleva el sonido del Harlem hispano en cada composición. Mientras, en el Perú, los salseros de corazón reclaman su regreso. Lógico, caballero.
Eddie Palmieri’s 75th Birthday at the Copacabana
Fuente: www.feastofmusic.com Por: Carlos Cataño
After more than 50 years of contributions to the world of Latin Music, pianist, percussionist, and composer Eddie Palmieri continues to dedicate his life to putting smiles, happiness and rhythm into people's hearts. From the popular salsa, to the complex rhythms of Charanga, Latin Jazz, Mambo, Son, Montuno, Latin Soul, Boogaloo, and Cha-Cha, this Latin master knows no boundaries.
On Tuesday night (12/13), Eddie Palmieri and his Orchestra graced the historic Copacabana stage to celebrate his 75th birthday. The orchestra consisted of Eddie on piano, two trumpets, two trombones, timbalero (timbales), congero (conga), cowbell, tres (a Caribbean string instrument), bass, and Herman Olivera as lead vocalist.
They embraced the dancing audience with “Yo No Soy Guapo (I’m not tough).” Allowing no time for break, they medleyed through “Yo No Soy Guapo” and “La Muñeca (The Doll)”. The echoing chorus of “Ay Mi Muñeca Perdoname” (Please forgive me, Baby Doll)” had the crowd joyously singing along while Palmieri graced the stage with his smile and his signature banging of the keys.
After a brief intermission, the bassist ripped through “La Ocha Tambo”, most likely leaving his fingers full of sores and blisters. The crowd was unable to stay still, as we moved with every strum. The rhythm of the timbales, conga and cowbell penetrated and then jumped to the brass, which blew energy straight to the crowd past the bar and out onto the streets of New York City.
Palmieri ended the evening with a trio of hits: “Lindo Yambu”, “Oye Que Te Conviene” and “Vamonos Pa’l Monte”, delighting both dancers and listeners. Everyone knew they were in the presence of a true star; all of those present won't soon forget these moments in musical utopia.
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