24 ago 2011

Maretazo en el Callao


La gran asistencia del sábado pasado al Festival Chimpun Callao provoca el siguiente comentario


"Reflexiones en Clave" por Manuel Paredes - Conductor de El Rincon Caliente

No escribimos con frecuencia de un tiempo atrás pues, por diversos motivos, últimamente se nos hace un poco difícil hacerlo (hay muchos temas pendientes sobre acontecimientos de este 2011 que “continúan en el tintero”) pero creo que si se trata del tema que abordamos en los siguientes párrafos, la oportunidad es ahora.

Diré (y en adelante usaré principalmente la primera persona del singular) que las siguientes son opiniones particulares de su autor y que en nada comprometen a www.radioelsalsero.com, por lo que agradezco especialmente la tribuna que me da para expresarlas.

El tema es excluyente. El Festival Chim Pum Callao en su versión número 15. Y lo primero que tenemos que decir es sin duda expresar nuestra felicitación al Gobierno Regional del Callao porque logró el que no tengo duda era el principal objetivo del Festival, agasajar al pueblo porteño con una gran fiesta popular por su aniversario. Y vaya que lo logró, apostando por la preferencia que tradicionalmente ha demostrado tener el pueblo porteña por la SALSA. Y ello pese a la desconfianza que en los corrillos, diz que salseros, se comentaba existía por la presencia de artistas de los llamados “comerciales”. Como si lo comercial estuviese reñido con el gusto popular.

Veníamos en las semanas precedentes escuchando y leyendo, en los círculos salseros que frecuentamos, opiniones apasionadamente algunas y sensatas otras, pero mayormente pesimistas sobre el éxito del festival, debido a la “sensible baja de nivel musical con relación a ediciones precedentes”, y llegándose a decir incluso que era una falta de respeto a los salseros chalacos y a la majestad e importancia que ha adquirido el evento. En muchos casos se alentaba a no ir.

Es que los llamados “salseros de la mata” (término este que es un ejemplo más de las tantas huachaferías que solemos copiar), estaban, estábamos, acostumbrados últimamente a ver a los dinosaurios del género desfilar por el Yahuar Huaca (antiguo escenario del festival), lo cual si bien no nos cansamos de agradecer a quienes nos dieron la oportunidad de ver a tamañas figuras, por otro lado como que nos hizo perder, a los autodenominados “entendidos en la materia”, sentido de ubicación de quienes son salseros, descalificando en muchos casos a esa, ahora si, inmensa mayoría que concurre a estos eventos y consume los productos que se le ofrece (música y bebida, baile y amistad) y para lo cual le basta y, porque no, le es necesario, que sus artistas favoritos les interpreten en vivo aquellos temas de contagiosos coros y cadencioso ritmo, cuya letra la encuentran representativa de su cotidiano vivir. Y ese es el salsero que mantendrá vivo el género.

Sucede que mientras más exquisitos nos poníamos en cuanto a la presencia de intérpretes de salsa dura que venían al festival, el nivel de concurrencia a este no era mayor, sino lo contrario. Tuvieron los organizadores la feliz idea de recurrir para la producción del evento a un profesional en estos menesteres.

No en vano el señor Alejandro Mejía ha desarrollado una trayectoria importante, con la imagen de empresario serio en un campo en que estos no abundan, y cuyos exitosos eventos nos dicen claramente que no son obra de la casualidad sino más bien de un profundo conocimiento de los gustos musicales populares, en la salsa en particular. Precisamente “Jano” –como lo conocen sus allegados- ha sabido con mucho “olfato artístico” percibir el gusto musical callejero y ha traído a nuestro patio artistas que sin sonar en la radio estaban o están muy pegados en los barrios, como es el caso de los hermanos Lebrón, el Grupo Galé o últimamente “Maelo” Ruiz.

El resultado está a la vista. “Hablan las imágenes” como diría aquel locutor deportivo. Una multitud nunca antes vista en el festival Porteño colmó las instalaciones del primer escenario deportivo del Callao al punto que el “mar humano” en el momento cumbre del evento cubrió totalmente la superficie que compone el campo de fútbol, mas la pista de atletismo en aquellas partes que dan a las tribunas de occidente, sur y oriente, sumándose a ello que las respectivas tribunas en los mismos sectores estaban en un 80% aproximadamente llenas. Póngales ustedes la cifra, 40 mil, 45 mil, 50 mil personas.

Por si aquello de la masiva concurrencia fuera poco, esta demostró que estaba ahí no solo porque no había otro sitio para celebrar el día del Callao, su día, sino que con los generalizados coros a las canciones que se interpretaban demostraban que disfrutaban de un espectáculo al que habían concurrido especial y deliberadamente. De otro lado, los cronistas “especializados” nos veíamos en problemas cuando para nuestros medios pretendíamos conocer los nombres de los temas que eran interpretados, sobre todo los de “Maelo” Ruiz, paradójicamente los más coreados y, consecuentemente, conocidos por el público.

Aquí quiero hacer un comentario al margen. Asuntos de orden particular no me permitieron acreditarme a tiempo para cubrir el evento para Rincón Caliente y www.radioelsalsero.com; no obstante, a la hora que nos hicimos presente en el recinto chalaco (cuando Domingo Quiñones estaba por finalizar su participación) la organización muy gentilmente nos pudo ubicar solo en una tribuna adyacente al escenario. Esa debilidad supimos convertirla en fortaleza, o como se dice en términos coloquiales “No hay mal que por bien no venga”; pues desde esa ubicación tuvimos un panorama privilegiado de cómo el respetable apreciaba y respondía al espectáculo que se le ofrecía.

Comentar el espectáculo puramente artístico solo podría hacerlo parcialmente pues, como repito, llegué cuando estaba Domingo Quiñones por terminar su presentación, “el más buscado” lució pleno de todas sus facultades y con el carisma y las mismas ganas de agradar de siempre. Como por asuntos particulares tuve que recogerme temprano, no alcancé a ver a Van Van, pero conociendo la calidad del “Tren” y por los comentarios leídos en foros y redes sociales, gustó mucho. Nos centraremos pues en “Maelo” Ruiz y Gilberto Santa Rosa.

Sorpresivamente (para mí) el voluminoso cantante se constituyó en la revelación de la noche. Para quienes creyeron que solo estaba para completar el cartel se dieron con otra realidad. Como ya lo ha venido haciendo en sus últimamente frecuentes visitas a Perú, OTRA VEZ MAELO RUIZ volvió a sonar y fuerte, esta vez en el más importante evento salsero peruano. Aunque sus románticas canciones muy “pegadas” entre la juventud fueron el deleite de la mayoría, a nosotros nos gustó cuando interpretó un viejo éxito de su paso por la orquesta de Pedro Conga: “Tu forma de amar”.

Finalmente, el turno para comentar “lo” de Gilberto Santa Rosa. Tuvimos la suerte de apreciar sus dos shows de esta visita, el del viernes en la discoteca Vocé y el del festival al día siguiente, y aunque quisiéramos ver al gran sonero mas entregado para con el público, no dejamos de reconocer su gran calidad y profesionalidad, con una impecable interpretación de sus temas. Para el Festival y como ya se nos había informado, incorporó a su ahora tradicional repertorio romántico un par de intervenciones recordando su paso por la banda de Willie Rosario: La Mitad y el medley Lluvia-Botaron la pelota. De alta calidad. Mención especial a la orquesta colombiana de damas “D’Caché” muy bien dirigida por el bajista Boricua Johnny Torres. Particularmente el tema que más me gustó, en ambas presentaciones, fue la versión en salsa del clásico “Caballo Viejo” que permitió además el lucimiento de la orquesta en sendos solos de varias de sus instrumentistas.

A estas alturas, ustedes se preguntarán, ¿si este hombre nos dice que no le gusta escribir, cómo sería si le gustara? La verdad nos hemos extendido más de lo normal, por lo que agradezco especialmente a aquellos que han llegado hasta este punto de la lectura. Por ello y para despedirme, solo unas cuantas reflexiones, una de ellas que me agrada y comparto es aquella que propone que en futuros festivales se haga una mixtura de salsa popular y la que gusta a los exigentes. Ojalá llegue a concretarse.

Pero la más importante reflexión que nos deja el XV festival es que quienes amamos el género debemos tratar de difundirla más entre quienes no la conocen. Hay mucha gente ávida o predispuesta a educar sus oídos en la salsa; es decir, hay un campo fértil. Hay que tratar de llevar la salsa que creemos buena a sus oídos. ¿cómo? He ahí la cuestión. Creo que puede ser motivo para más de un conversatorio. Por el momento debemos tener conciencia que no somos, los “duros”, mayoría entre los salseros, ni siquiera en el Callao; y que un cartel integrado por Eddie Palmieri y la Perfecta, la banda de Bobby Valentín y SHO, solo lo veremos en sueños; consecuentemente, no pretendamos imponer nuestros gustos musicales y tal vez tengamos que aceptar que es hora de aprender a compartir espacios con aquellos que gustan de lo simple y fácil de escuchar, y con cuyo arte también podemos pasar ratos agradables.

Comment (1)

Maestro creo que su artículo tiene mucha ecuanimidad, algo que debe haber sido difícil de lograr teniendo en cuenta ese volcán que uno lleva dentro cuando se trata del tema que tanto nos apasiona como es, la salsa. Sin embargo; hay un punto en el cual discrepo,cualquier tipo de arte sofisticado, es tema de pocos, es decir, hay arte que solo puede ser apreciada tras la agudización de los sentidos y esto solo sucede tras periodos largos de ejercitación; que es lo que ocurre con un melómano o un cinéfilo por dar algún ejemplo ,conclusión, esto jamás sera un producto masivo, tengo experiencias que respaldan mi tesis,solo es cuestion de analizar lo que pasa con cualquier actividad que requiera gran intensidad. Esta es mi modesta opinion sobre su artículo. Un abrazo y le pido tener en cuenta q cada uno de nosotros ve las cosas desde un ángulo diferente,eso es lo maravilloso de
ser humano. Daniel Lagos "el nene" de breña