13 jul 2011

Y Rubén Blades también estuvo en Madrid



Fuente: Agencia EFE

El cantautor panameño Rubén Blades, considerado uno de los maestros de la salsa, puso anoche a bailar a las cerca de tres mil personas que acudieron a su recital, incluido en los Veranos de la Villa madrileños, al ritmo de algunos de sus clásicos, como "Pedro Navaja" o "Decisiones".

Arropado por los trece componentes de la Orquesta de Roberto Delgado, Blades hizo su aparición a la 21:30 horas ante un público entre el que se encontraban muchos compatriotas, que ondeaban banderas de distintas regiones latinoamericanas.

Rompiendo todos los esquemas, el artista comenzó su actuación como muchos la acaban: presentando a los instrumentistas que lo acompañaban, para después poder, según él, dedicarse por completo a la música.

Y vaya si lo hizo, ofreció más de dos horas de espectáculo en las que los asistentes pudieron comprobar que, a pesar de su edad, el panameño se mantiene en buena forma, tanto cantando y bailando, como contando chistes.

Risueño y con ganas de divertirse, supo ganarse al público con varias bromas que introdujo entre temas como "Las calles" o "Caína". Tras recordar la caída del trofeo en las celebraciones de la Copa del Rey, saludó enérgicamente a uno de los asistentes ilustres: Diego el Cigala.

"Esta canción estuvo prohibida durante la dictadura de Panamá", dijo antes de tocar "Decisiones", que provocó bailes tanto dentro del recinto como entre los numerosas personas que, sin entrada, agitaban sus cuerpos al otro lado de la valla.

Recordando que sigue viviendo en su barrio natal, Rubén Blades interpretó orgulloso "Plaza Herrera" porque, como cantó a todo pulmón, "no hay riqueza en este mundo" para comprar "lo que se vive, lo que se aprende en un barrio de Panamá".

La sorpresa de la noche llegó de la mano del trompetista Jerry González que, tras aparecer en el escenario y fundirse en un abrazo con el cantante de salsa, colaboró en "Plantación adentro", protagonizando un fabuloso mano a mano junto a uno de los trombones.

"Tengo ropa más vieja que tú, pero no tan bonita", dijo a una de las espectadoras el cantante en su faceta más seductora antes de lanzarse a temas como "Todos vuelven" y "El cazanguero".

Cabe destacar la actuación de los músicos en estos temas. Varios solos de piano, percusión o trombón sirvieron para demostrar el virtuosismo de unos artistas que no perdieron el ritmo en un solo momento.

Aunque la noche era más fresca de lo habitual, nadie se movió del recinto de Puerta del Ángel sin que sonase el éxito más internacional de Rubén Blades. Alegre, aunque con un punto de resignación, el cantante presentó la canción "que siempre tenemos que tocar": "Pedro Navaja".

Con todos los presentes entregados, la banda arrancó acentuando el parecido inicial del tema con "Thriller", de Michael Jackson, sonidos que pronto fueron sustituidos por los pegadizos ritmos que Blades imprime a todas y cada una de sus composiciones.

Animado por los gritos de los espectadores, el vocalista decidió junto a la orquesta alargar el show dos temas más: "Patria" y "El padre Antonio y el monaguillo Andrés", que fueron recibidos por una grada que, en pie, despidió la noche más latinoamericana de los Veranos de la Villa.


Fuente: ABC, España

Con una audiencia repleta de banderas latinoamericanas, el cantautor panameño y la orquesta de Roberto Delgado, calentaron la fresca noche madrileña

“¿No iba a hacer calor en Madrid? ¿Qué pasó con el clima?” Esto fue lo primero que dijo Rubén Blades al entrar en el escenario de la puerta del Ángel en la fría noche de ayer. Eso sí, advirtió al público que se calentaría con toda seguridad, en un concierto lleno de “salsa dura”.

Después de un par de temas de su más reciente disco, Cantares del Subdesarollo, el público por fin estalló cuando sonó "Decisiones", tema que, por cierto, estuvo prohibido en Panamá “por atentar contra la moral y las buenas costumbres”. Con la mente siempre puesta Facundo Cabral –a quien dedicó un par de canciones-, el panameño intercaló sus temas más nuevos –cuentas del alma, las calles- con clásicos como "Juan Pachanga", "Maestra vida", "Pedro Navaja", "Buscando guayaba", y "Amor y Control".

Diego El Cigala estaba en el público, al igual que el mítico trompetista neoyorquino Jerry González, asentado en Madrid, y quien subió a la tarima para acompañarle en uno de los temas.

La Orquesta de Roberto Delgado estuvo a la altura, sobretodo la fila de los metales, dominada por el gran trombonista Jimmy Bosch, una estrella de la música afrocubana en Nueva York, y quien fue invitado especialmente para esta ocasión.

El regreso triunfal
Hace siete años Rubén Blades se bajó de la tarima para entrar en un territorio incierto y desconocido: la política. Su licenciatura en la escuela de leyes de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, le valió para asumir durante cinco años el cargo como Ministro de turismo de Panamá. Durante ese tiempo el rey de la “salsa intelectual” hizo un receso de su intensa actividad musical y asumió, también, el riesgo de la retirada.

“Cualquier artista que decida mantenerse siete años sin discos corre el peligro de que el público lo olvide, o que su trabajo se considere viejo”, declaró hace unos meses a un diario panameño. Pero Blades superó esta prueba. Después de una exitosa gira en 2009 junto a la orquesta Seis del Solar que lo llevó a recorrer el continente americano, fue galardonado en 2010 con otro grammy –ya tiene nueve en versión latina y anglosajona- por su disco Cantares del Subdesarrollo y trajo su gira “Todos Vuelven”, a Europa. Desde 2008, cuando pasó por España en un permiso de trabajo no remunerado, Blades no visitaba estas latitudes.

El polifacético panameño aseguró que el próximo año tiene planes de hacer un doctorado en la Universidad de Columbia en Nueva York. “La vida es educación. Nunca dejamos de aprender”, dijo. Pero entre sus planes de este año también figura grabar cuatro álbumes con la orquesta de Roberto Delgado, publicar un libro de poesías y actuar en una película musical. Y es que, en su faceta de actor, Blades ha compartido papeles con Denzel Washington, Harrison Ford, Bruce Willis y Anthony Hopkins.

Y al ritmo de “suenan las campanas, un dos tres, del Padre Antonio y su Monaguillo Andrés”, Rubén Blades cumplió, en dos horas y media, con su promesa de llenar de calor al público en Madrid.

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