1 may 2011

100 Años de Mario Bauzá: Su Tiempo es Ahora... y Siempre



El reciente jueves 28 de abril fue una fecha especial, ya que recordamos el centenario del nacimiento del músico cubano Mario Prudencio Bauzá, director por más de tres décadas de la orquesta que liderara Francisco Raúl Grillo Gutiérrez "Machito" y compositor de (entre otras) dos de las piezas fundamentales en la historia del llamada Latin Jazz: “Tanga” y “Mambo Inn”.

Nacido en La Habana fueron sus padres Dolores, quien falleció cuando Mario era muy joven, e Hilario, beisbolista. Mario toma sus primeras clases de música a los cinco años de edad, demostrando desde entonces gran talento y llegando a ser, a los nueve años de edad, clarinetista de la Orquesta Filarmónica de La Habana.

Fue una especie de "pionero" latino en New York. Había viajado a aquella ciudad por primera vez en 1926 como integrante de la orquesta de Antonio María Romeu (participando incluso en una grabación para la RCA Victor). Es ahí que se “enamora” del jazz y la música estadounidense y decide estudiar saxofón de regeso a Cuba.

En 1928 toca en la orquesta de José Antonio Curbelo y el septeto Jóvenes de Redención, donde alterna por primera vez con Machito, su amigo de infancia, pero ya lo había decidido: regresaría a New York a hacerse carrera en el mundo del jazz

En 1930, cumplidos apenas los 19 años de edad, se embarca de nuevo a “la Gran Manzana” junto a Don Aspiazú (famoso bandleader cubano de la época) y, ya en suelo estadounidense, recibe el apoyo de compatriotas suyos como Antonio Machín y Alberto Socarrás.

Trabaja con Noble Sissle, Hy Clark y sus Missourians y en 1933 ingresa como trompetista a la orquesta de Chick Webb “El Rey del Savoy”, con quien permaneció durante cuatro años. Es en ese periodo en el que conoce al también trompetista John Birks Gillespie y a Ella Fitzgerald (dice la leyenda que Mario la descubrió y recomendó su ingreso a la orquesta de Webb).

Orquesta Filarmónica de La Habana. Mario Bauzá es el niño que está segundo en la primera fila


En 1936 viaja a La Habana para casarse con Estella, hermana de Machito, y de regreso a New York trabaja con Don Redman y Fletcher Henderson. En 1938 tiene dos opciones de trabajo: Duke Ellington y Cab Calloway, optando por ingresar a la orquesta de éste último, Durante su estadía con Calloway, Bauzá recomienda el ingreso de su amigo Gillespie, quien con el tiempo sería el gran “Dizzy”, uno de los genios del jazz de todos los tiempos.

Bauzá apoya a su cuñado “Machito” cuando éste llega también a radicarse en New York y en Diciembre 1940 da inicio a una de las eras gloriosas de la música cubana, al ingresar como director musical de Machito y los Afrocubanos, una gran orquesta (a manera de las big bands de la época) que marcó historia en ambos predios: el jazz y la música cubana.

La big band tuvo su debut en el Park Plaza Ballroom y la idea del formato del grupo (un reto personal por demostrar que la música cubana podía tener el mismo tratamiento del jazz americano) y de la mezcla o combinación de ambos géneros, fue precisamente de Mario, quien reclutó, entre los primeros integrantes de aquel grupo al pianista Gilberto Ayala, el timbalero Tony Escoiles, el trompetista Bobby Woodlen y los saxofonistas Johnny Nieto, Gene Johnson y Freddie Skerritt.

Sus primeras grabaciones son para Decca y, en 1941, contratan al joven timbalero Tito Puente, quien sale de la banda para cumplir el Servicio Miltar durante la Segunda Guerra Mundial.

Cuando Machito también se retira por el mismo motivo de la orquesta, Bauzá convoca a su otra cuñada, Graciela Pérez, para que sea vocalista de la orquesta, dando inicio al trío Machito-Graciela-Bauzá.



En Mayo 1943 la orquesta estrena “Tanga” una composición de Mario que causaría gran impacto y que, con el paso de los años, es catalogada como la primera composición en la historia del Latin Jazz.

Como todos sabemos, desde la segunda mitad de los 40s, Machito, Tito Rodríguez y Tito Puente (con quien participa como invitado en la grabación de “Abaniquito”, su primer hit discográfico), se convierten en los Reyes del Palladium, el mítico local de música latina en New York en la llamada “época dorada del Mambo”.

Si bien Machito es la cabeza visible del grupo, Mario Bauzá es el líder “invisible”, sobre quien reposa el peso musical de la excepcional big-band. Entre sus compañeros goza ya de una reputación y respeto bien ganados, tal es así que recomienda a su gran amigo “Dizzy” Gillespie la contratación del gran conguero y showman cubano Luciano “Chano” Pozo.

En la misma línea, se cuenta que Bauzá apoyó a Puente a ser considerado en 1957 entre los artistas que el gobierno cubano homenajeó por su contribución a la difusión de la cultura cubana fuera de la isla y que también recomendó al trompetista panameño Víctor Paz para que se integrara a la orquesta de Tito Rodríguez y relanzara su carrera musical en los Estados Unidos.

En las décadas siguientes la gran orquesta de Machito, siempre con la dirección musical de Bauzá, graban una serie de discos para las disqueras GNP, Mercury, CBS, Seeco, Tico, Mericana, Pablo y Roulette, alternado con figuras del jazz como Charlie Parker, Cannonball Adderley, Joe Newman y el propio Gillespie.

Puntos importantes de esa extensa discografía son títulos como “Afrocuban Jazz Suite” (con Chico O’Farrill) y “Kenya”.

La Botánica, el primer disco de Bauzá y Graciela, reciñen separados de Machito


La dupla Machito-Bauzá se disuelve en 1975, ya que el primero quería explorar nuevos horizontes en Europa, idea que no era compartida del todo por el segundo. Mario y Graciela deciden separarse y formar una nueva orquesta con la que graban en 1977 el disco La Botánica.

En 1981 es reconocido por la Alcaldía de Nueva York y en 1986 graba el disco Afrocuban Jazz, para Caiman Records.

El 27 de abril de 1991 Bauzá celebra sus 80 años en un concierto en el New York’s Symphony Space, al mando de su Afrocuban Jazz Orchestra. Uno de los asistentes a esa velada es el alemán Götz Wörner quien le ofrece un contrato para grabar en la disquera Messidor. Es una nueva oportunidad para el ya veterano director musical, fruto del cual son tres discos: Tanga (1991), My Time is Now (1992) y 944 Columbus (1993) y una exitosa gira musical europea que incluyó Perugia, Montreux, Viena, Berlìn y Frankfurt.

En 1992 apareció en un capítulo de la popular serie de televisión “El Show de Bill Cosby”, donde el protagonista muestra su admiración por el maestro.




El título de su último disco, grabado el 27 y 28 de mayo de 1993, cuando ya el cáncer de colon lo había minado bastante, hace referencia a la dirección del que fuera su hogar durante cincuenta años en New York.

Mario Bauzá murió el domingo 11 de Julio de 1993. La dirección de su gran banda fue tomada por el vocalista Rudy Calzado, quien años después grabó A Tribute to Mario Bauzá.

Estas líneas, a los cien años de su nacimiento, intentan expresar gratitud por el gran trabajo que realizó, muchas veces en un segundo plano, y cuyo fruto es esta combinación excepcional que hoy en día suele llamarse Latin Jazz. Gracias Maestro.

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