Willie Colon estuvo en Quito
Fuente: El Telégrafo, Ecuador.
Aunque la distancia fue larga para observar el concierto de Willie Colón, el recital del salsero emblemático fue un éxito.
A miles de personas no les importó viajar apretujados en el transporte público o esperar una hora en medio tráfico para ver al carismático músico. Su presencia, más delgada que en la anterior presentación que se realizó en Quito, le dio más movilidad en la tarima. No ha cambiado su bigote, ni su mirada caribeña o su trombón de bronce que lo hicieran famoso en la década del 70.
El escenario, que por cierto ha sido uno de los más grandes montados en el país, tuvo cuatro pantallas líquidas de alta definición, seis torres de sonido aéreo y luces robóticas. Era,
definitivamente, la mejor instalación de sonido y luces que se ha colocado en la ciudad en los últimos años por sus fiestas.
El timbal y la conga se mezclaron con los vientos, y la gente no esperó para ponerse a bailar en medio de la aglomeración. Colón dijo que tiene más de 40 años en la música y que no puede dejar las tarimas. Canciones como Gitana, Amor verdadero e Idilio sonaron por lo más alto de Quitumbe. El gran varón fue una de las más coreadas. Esta canción, que fue un éxito en los 80, recordó el problema del sida muy latente aún en nuestro continente.
En una noche cómplice de fiesta, ya que no hubo ni una gota de lluvia, se encendió más la celebración cuando Colón habló del célebre Héctor Lavoe. Contó que fueron grandes amigos y
que juntos hicieron de la salsa un género muy popular en el mundo. Siguió un set con las canciones más representativas de su etapa con Lavoe. Entre ellas, El cantante, que recordó a los asistentes el espíritu de su música. Lavoe fue cantante de la banda de Willie Colón a principios de su carrera, pero por su problema de adicción a las drogas fue separado. Sin embargo, sus canciones y particular estilo lo colocaron como uno de los más altos representantes del género. Periódico de ayer también fue interpretada por Colón. Una canción que habla del amor que, como una hoja de periódico del día anterior, ya no significa nada.
En la rueda de prensa del pasado viernes, este compositor y arreglista no ocultó su satisfacción por ver los cambios en la infraestructura de Quito, aunque admitió que no la conoce del todo bien. Agregó que debido a su exceso de peso pensó en dejar la música, pero que ahora ya está mejor de salud y se siente más fuerte, “sobre todo porque hay gente de las nuevas generaciones interesadas en escuchar mis temas”. El Malo del Bronx luce más delgado.

La actualidad de la salsa, en que el género se ha vuelto más comercial, también fuecomentada por Colón. Opinó que ahora, con la computadora y la grabación digital, se permite hacer más visible el trabajo de los músicos que están comenzando. Recalcó el hecho de que América Latina debe ser un solo continente y no producirse peleas: “Podemos unirnos con nuestra música”, dijo el salsero. Habló de los conflictos ya superados con su compañero Rubén Blades, a quien dijo haberle quitado la demanda que le puso por problemas de recaudación de una presentación. Finalmente, fue inducido a probar un vaso de canelazo, bebida típica de la ciudad en estas fiestas. “Está bueno, pero no se qué tiene”, expresó el músico, bromeando.
Poca seguridad y control
El alcalde de la ciudad, Augusto Barrera, destacó el hecho de haber organizado un concierto en el sur de la ciudad, ya que este sector “siempre ha estado relegado”. “Si antes la gente del sur hacía el esfuerzo para ir al norte a un evento, ahora puede suceder al revés”, dijo el funcionario. Pese a que el transporte debía funcionar muy bien, además de la seguridad de la Policía, el trole bus estuvo repleto y no alcanzó a satisfacer la demanda. También los estacionamientos fueron insuficientes, por lo que la gente tuvo que parquear los autos en las avenidas aledañas provocando tráfico en todas las calles alrededor del recinto. Tampoco estuvieron policías cuidando los autos ni policías metropolitanos, dejando a la delincuencia libre para cometer robos en el sector. Se espera que estos inconvenientes sean resueltos en los próximos días.
A Dieta
Nueva York/EDLP - Para el maestro de la música Willie Colón esta será una feliz navidad…pero no precisamente por los manjares que degustará.
Según confesó el legendario salsero a través de Twitter, su comida favorita era el arroz con gandules, con habichuelitas rojas y chuletas fritas, “pisado” con una ensalada de aguacates y cebollas. Ah, y para coronar el menú, culminaba con un café expreso o un pocillito. Pero esos días se agotaron.
En letras mayúsculas, para enfatizar, el maestro del trombón confesó que hace seis meses cambió su forma de comer… y alegó que ya perdió más de 20 kilos.
Cuando una de sus fanáticas le recordó lo rico que saben los mofongos de Luquillo, en Puerto Rico, Colón replicó con “No más mofongo para mi…”.
Si es por su salud, Maestro, siga portándose bien para que alegre esta y muchas más navidades. Colón se encuentra de gira internacional y el pasado jueves realizó un concierto en Quito, por las festividades de fundación de la capital ecuatoriana.
Para el artista de 60 años, la altura de la capital todavía le asusta. “Yo pensé que venía como Superman, pero todavía la siento un poquito”. Mientras bromeó sobre este tema, Colón también se refirió sobre cómo la música ya no tiene ese mensaje de denuncia sino que ahora es más artificial.
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