Televisora PBS presenta el lunes: "Cachao, Uno Más"
Cachao & Andy García, dos para la música
Fuente: El Nuevo Herald, Miami. Por: Sarah Moreno
En una de sus escapadas como delivery boy del negocio de su padre, Andy García --entonces de 16 años y obsesionado por la música cubana-- dio con un disco que le cambió la vida, Cachao y su ritmo caliente (Descarga, 1957). ``Contiene la mejor sección de ritmo que ha existido en la historia de Cuba, es una biblia para todos los percusionistas'', afirma el actor cubanoamericano en entrevista desde Los Angeles con motivo de su rol como productor del documental Cachao, uno más, que el canal PBS presenta el lunes a las 9 p.m, en la serie American Masters.
García cuenta que después de ese descubrimiento detuvo muchas veces el van Dodge verde, que entonces conducía, en alguna de las tiendas de la Calle Ocho para volver por más discos de Israel López ``Cachao'' (La Habana, 1918-Miami, 2008).
``Cachao fue mi padre musical, antes de conocerlo ya llevaba mucho tiempo estudiando su música'', señala García, que a principios de los años 90 rescató del olvido en su exilio de Miami al compositor y virtuoso del contrabajo, con un histórico concierto en el James L. Knight Center.
Con el documental Cachao... como su ritmo no hay dos (1992), dirigido por García, comenzaron varias colaboraciones con las que el actor se propuso ``documentar la vida'' del músico cubano y las sesiones de grabación de producciones como Master Sessions I y II, Cuba Linda y ¡Ahora así!, que le valieron a Cachao varios Grammy y una estrella en el paseo de Hollywood.
Tomando como eje un concierto en el club Bimbo 365 de San Francisco en el 2004, Cachao, uno más --dirigido por Dikayl Rimmasch-- se remonta a los orígenes de la carrera de Cachao, quien a los ocho años de edad se integró a un septeto infantil y un poco después acompañaba con su instrumento películas silentes. Con imágenes de archivo se sigue su trayectoria en los años 30, cuando junto a su hermano Orestes, revolucionó la música cubana al crear un nuevo ritmo, el mambo. Continúa con la época de ``las descargas'' en los años 40, y también se contempla su presencia en la música clásica como miembro de la Orquesta Filarmónica de La Habana.
Cumbre del documental es el momento en que García sitúa a Cachao como ``un maestro de la música americana a la altura de Louis Armstrong, Dizzy Gillespie, Charles Mingus y Charlie Parker''. ``Su influencia es muy fuerte. Los grandes de la música lo reconocen. Pregúntale a otro genio como Bebo Valdés quién es su héroe'', reafirma García, que añadió material a la primera versión del documental, que se estrenó en el pasado Festival Internacional de cine de Miami.
Los testimonios de músicos como Orestes Vilató, Federico Britos, Arturo Sandoval, John Santos, Gloria y Emilio Estefan, y Hansel y Raúl confirman el talento y disciplina de Cachao. Una de las escenas fundamentales para recordar la generosidad de Cachao se da en el Cigar Bar and Grill de San Francisco. En una esquina bañada por una luz mágica, Cachao le dice a García y al músico neoyorican Ray Santos que no reclamaría derechos de autor porque sus composiciones se integren a la música de otros.
``Para mí Cachao era la fuente de la juventud de la música. Mucha gente vino a tomar agua de esa fuente, pero él nunca se preocupó por eso, porque la fuente es eterna'', señala García, contando que Cachao podía escribir un tema ``en una noche, en un caja de cartón de comida china'', como el que compuso para Rolando Laserie, el último que grabó el legendario cantante antes de morir.
García también habló de sus próximos roles, uno como el coronel mexicano Enrique Gorostieta en el filme Cristero, sobre el conflicto entre el Gobierno y los católicos (1926-1929). ``Era un gun for hire; no era religioso, sino masón. Había peleado con [Victoriano] Huerta contra Zapata y lo vinieron a contratar para que organizara el ejército cristero'', adelanta García.
Un proyecto independiente en el que alternaría como director y actor sigue en marcha. Hemingway and Fuentes abarcaría los años en que el escritor norteamericano vivió en Cuba, y recogería la amistad con el patrón de su yate Pilar, Gregorio Fuentes. García escribía el guión cuando conoció a una sobrina del escritor, Hilary Hemingway. ``Empezamos a trabajar la historia original de la pesca para añadirle el lado metafórico de que Hemingway tuvo que probarse como escritor una última vez'', cuenta el actor, que interpreta a Fuentes y ha sumado a Anthony Hopkins para el rol de Hemingway y a Annette Bening, como la esposa de éste, Mary Welsh.
Cuestionado sobre esa escena del cine clásico en la que hubiera querido estar presente, responde. ``Me hubiera gustado ser una mosca en la pared cuando filmaban Godfather II; estar allí junto a Marlon Brando y sus hijos'', concluye. •
El documental `Cachao, uno más', se presenta el lunes 20 de septiembre, 9 p.m., en la serie American Masters, de PBS.
Fuente: El Nuevo Herald, Miami. Por: Sarah Moreno
En una de sus escapadas como delivery boy del negocio de su padre, Andy García --entonces de 16 años y obsesionado por la música cubana-- dio con un disco que le cambió la vida, Cachao y su ritmo caliente (Descarga, 1957). ``Contiene la mejor sección de ritmo que ha existido en la historia de Cuba, es una biblia para todos los percusionistas'', afirma el actor cubanoamericano en entrevista desde Los Angeles con motivo de su rol como productor del documental Cachao, uno más, que el canal PBS presenta el lunes a las 9 p.m, en la serie American Masters.
García cuenta que después de ese descubrimiento detuvo muchas veces el van Dodge verde, que entonces conducía, en alguna de las tiendas de la Calle Ocho para volver por más discos de Israel López ``Cachao'' (La Habana, 1918-Miami, 2008).
``Cachao fue mi padre musical, antes de conocerlo ya llevaba mucho tiempo estudiando su música'', señala García, que a principios de los años 90 rescató del olvido en su exilio de Miami al compositor y virtuoso del contrabajo, con un histórico concierto en el James L. Knight Center.
Con el documental Cachao... como su ritmo no hay dos (1992), dirigido por García, comenzaron varias colaboraciones con las que el actor se propuso ``documentar la vida'' del músico cubano y las sesiones de grabación de producciones como Master Sessions I y II, Cuba Linda y ¡Ahora así!, que le valieron a Cachao varios Grammy y una estrella en el paseo de Hollywood.
Tomando como eje un concierto en el club Bimbo 365 de San Francisco en el 2004, Cachao, uno más --dirigido por Dikayl Rimmasch-- se remonta a los orígenes de la carrera de Cachao, quien a los ocho años de edad se integró a un septeto infantil y un poco después acompañaba con su instrumento películas silentes. Con imágenes de archivo se sigue su trayectoria en los años 30, cuando junto a su hermano Orestes, revolucionó la música cubana al crear un nuevo ritmo, el mambo. Continúa con la época de ``las descargas'' en los años 40, y también se contempla su presencia en la música clásica como miembro de la Orquesta Filarmónica de La Habana.
Cumbre del documental es el momento en que García sitúa a Cachao como ``un maestro de la música americana a la altura de Louis Armstrong, Dizzy Gillespie, Charles Mingus y Charlie Parker''. ``Su influencia es muy fuerte. Los grandes de la música lo reconocen. Pregúntale a otro genio como Bebo Valdés quién es su héroe'', reafirma García, que añadió material a la primera versión del documental, que se estrenó en el pasado Festival Internacional de cine de Miami.
Los testimonios de músicos como Orestes Vilató, Federico Britos, Arturo Sandoval, John Santos, Gloria y Emilio Estefan, y Hansel y Raúl confirman el talento y disciplina de Cachao. Una de las escenas fundamentales para recordar la generosidad de Cachao se da en el Cigar Bar and Grill de San Francisco. En una esquina bañada por una luz mágica, Cachao le dice a García y al músico neoyorican Ray Santos que no reclamaría derechos de autor porque sus composiciones se integren a la música de otros.
``Para mí Cachao era la fuente de la juventud de la música. Mucha gente vino a tomar agua de esa fuente, pero él nunca se preocupó por eso, porque la fuente es eterna'', señala García, contando que Cachao podía escribir un tema ``en una noche, en un caja de cartón de comida china'', como el que compuso para Rolando Laserie, el último que grabó el legendario cantante antes de morir.
García también habló de sus próximos roles, uno como el coronel mexicano Enrique Gorostieta en el filme Cristero, sobre el conflicto entre el Gobierno y los católicos (1926-1929). ``Era un gun for hire; no era religioso, sino masón. Había peleado con [Victoriano] Huerta contra Zapata y lo vinieron a contratar para que organizara el ejército cristero'', adelanta García.
Un proyecto independiente en el que alternaría como director y actor sigue en marcha. Hemingway and Fuentes abarcaría los años en que el escritor norteamericano vivió en Cuba, y recogería la amistad con el patrón de su yate Pilar, Gregorio Fuentes. García escribía el guión cuando conoció a una sobrina del escritor, Hilary Hemingway. ``Empezamos a trabajar la historia original de la pesca para añadirle el lado metafórico de que Hemingway tuvo que probarse como escritor una última vez'', cuenta el actor, que interpreta a Fuentes y ha sumado a Anthony Hopkins para el rol de Hemingway y a Annette Bening, como la esposa de éste, Mary Welsh.
Cuestionado sobre esa escena del cine clásico en la que hubiera querido estar presente, responde. ``Me hubiera gustado ser una mosca en la pared cuando filmaban Godfather II; estar allí junto a Marlon Brando y sus hijos'', concluye. •
El documental `Cachao, uno más', se presenta el lunes 20 de septiembre, 9 p.m., en la serie American Masters, de PBS.
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