Paquito D'Rivera en (casi) 30 minutos

Horas antes de que la Universidad de New York lo honrara con un doctorado “honoris causa” por su extraordinaria carrera musical, Paquito D' Rivera me concedió una entrevista de 15 minutos.
Eran las 8:30 de la mañana del pasado miércoles. Yo estaba en Puerto Rico y él en New York. Para la entrevista dependía del teléfono celular y de mis habilidades para obtener, en tan poco tiempo, información valiosa y diversa.
La soprano puertorriqueña Brenda Feliciano, esposa y representante de Paquito D'Rivera, me advirtió que el artista tenía una apretada agenda porque al finalizar mi entrevista sería entrevistado desde Alemania.
Después irían a la ceremonia y luego cumplirían con otros compromisos antes de salir hacia Puerto Rico, donde participaría del 2010 Puerto Rico Heineken JazzFest, que finalizó ayer en el anfiteatro Tito Puente en San Juan.
“¡Hey, hola¡ ¿Cómo estas?”, dijo D' Rivera segundos después en un tono de voz amable y dicharachero. Luego, en tono apasionado, el artista dijo sentirse “honrado” con el reconocimiento que la Universidad de New York hacía a su carrera de más de 50 años. Y no es para menos: seis premios Grammy, 20 nominaciones al codiciado galardón, más de 40 álbumes en la categoría de jazz, numerosas composiciones y destacadas actuaciones como solista con orquestas sinfónicas y filarmónicas de todas partes del mundo.
“Ya me habían dando dos doctorados honoris causa. Uno en la Universidad de Pennsylvania (2008) y otro en el Berklee College of Music de Boston (2003). Pero este premio es para mi muy valioso porque de la Universidad de New York se ha graduado mucha gente importante”, dijo D' Rivera.
El artista nació el 4 de junio de 1948 en La Habana, Cuba. Ahora tiene 62 años y de acuerdo con las fotos que he podido ver, se conserva muy bien.
De inmediato indagué sobre sus primeros pasos en la música, que se remontan al 1952, y tuvieron lugar en su primera presentación en público como todo un niño prodigio de la música. Su respuesta fue rápida y en tono libre de nostalgia.
“Fue a los cinco años. Mi papá me llevó a tocar al teatro de un colegio privado en La Habana, que alquilaban para otras actividades. Allí fui con mi saxofón soprano, un instrumento muy pequeño que él me había regalado. Mi padre fue un saxofonista retirado y me enseñó a tocarlo. Aún conservo ese saxofón. En La Habana mi papá tenía una pequeña oficina de importación de instrumentos musicales, cuerdas y hojas de música”, recordó con evidente satisfacción.
Ya habían pasado cerca de ocho minutos y sin tomar aire le pregunté cuándo había decidido que el jazz marcaría el rumbo de su carrera musical. “Casi desde del principio. Siempre me gustó el jazz. Mi papá era músico y yo me pasaba con él visitando teatros, bares y cabarets. En esos lugares tuve contacto con músicos y con el jazz cubano”, señaló el artista.
Recordé que Brenda Feliciano me había indicado que entre los numerosos proyectos creativos de su esposo figura una ópera. Aproveché la oportunidad para conocer detalles de ese trabajo. “Terminé una ópera que se titula Cecilio Valdés: El Rey de La Habana. Todavía no sé cuándo se presentará porque es una producción muy costosa”, dijo D'Rivera.
Según información publicada, la ópera es una historia de amor que narra los percances y glorias de Cecilio, un negro cubano cantante de rock que se ha enamorado de una bella mujer blanca llamada Patricia, quien es la hija del temido general Gamboa. El general prefiere para su hija tenga otro pretendiente y de hay parten los sinsabores de Cecilio.
Cuando apenas faltaban cinco de minutos de entrevista cambié de curso y le pregunté a D'Rivera sobre lo que representó en su carrera artística el afamado grupo de jazz cubano Irakere, que contó con la participación de músicos como el trompetista Arturo Sandoval y el pianista Cucho Valdés. “Fue muy importante porque mezclamos el jazz con ritmos afrocubanos. Es algo que no se había hecho y que salió muy bien”, respondió.
“Es algo (mezclar géneros musicales) que usted ha hecho en toda su carrera artística. Lo hizo con el tango y con la música brasileña”, agregué atropellando las palabras para no perder tiempo.
“Si. Sigo mezclando. Ya salió mi disco Funk Tango, en el que mezclo el jazz con el tango. También he mezclado con la música brasileña y la venezolana”, sostuvo D'Rivera. Recordé que Funk Tango fue premiado con un Grammy en el 2008
Sin perder segundos le pregunté sobre sus trabajos literarios. “Voy a publicar este año el libro Paisajes y Retratos. Un libro sobre los viajes que he hecho en mi carrera artística. Desde Tahilandia hasta Brasil, de Bulgaria a Ecuador. Es un libro de viajes”, acotó.
Consumidos los 15 minutos de la entrevista me tomé la iniciativa de preguntarle sobre su salida de Cuba cuando tenía 32 años. “Tenía que hacerlo porque a los artistas en Cuba nos tienen muy limitados. La educación es gratis pero la represión no deja otra opción”, sostuvo.
Adelanté otra pregunta antes de que decidiera finalizar. “¿Cree que hay posibilidad de una apertura en Cuba, luego del concierto de Juanes?”.
El artista adquirió un nuevo brío y rápido respondió: “Me parece que el concierto pasó sin pena ni gloria. No va a pasar nada. Más arrestos. Mire lo que está pasando con las Damas de Blanco. Yo no sé cómo se puede pensar en acabar la dictadura de los Castro con besitos. ¡Fue con un embargo que se acabó el apartheid en Sudáfrica, los Duvalier salieron de Haití y Pinochet no pudo ir a la reelección! ¡No habrá apertura en Cuba. Eso es falso!”.
Dado el ánimo que invadió a mi entrevistado se me ocurrió añadir más preguntas aunque esto implicara que rebasáramos los 20 minutos. “¿Alguna vez conoció a Fidel?”, pregunté.
“A Fidel no le gusta la música. El jazz lo prohibieron. Ese es el socialismo del siglo 21. Es lo mismo que hay en Cuba”, replicó.
Luego despotricó sin contemplaciones contra los que considera amigos de régimen cubano: “Yo no sé como Danny Rivera puede ir a cantar a favor del gobierno cubano. Yo no pude ver a mi hijo por 10 años y perdí mi matrimonio por culpa de ese gobierno. Danny participó en un concierto a favor de los cinco espías cubanos presos en Estados Unidos y no dice nada a favor de los presos políticos en Cuba. Yo se lo dije pero él no me respondió nada”.
“¿Qué piensa del planteamiento de Silvio Rodríguez a favor de la “evolución” de la “revolución”?, añadí sin pestañear. “Bien le vale (ríe a carcajadas). Pero allí no se va mover nada. Mira me están llamando desde Alemania”, disparó D'Rivera.
Así finalizaron casi 30 minutos con Paquito D'Rivera, que me han permitido comprender mejor el valor del tiempo. Se los juro.
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