Cheo Linares y la Salsa en Venezuela

Musicalmente, nuestro país se divide en dos aguas: el folclore y lo caribeño. Cuando se habla del 1×1 sólo se piensa en lo llanero; las radios olvidan que hay un Sexteto Juventud, una Dimensión Latina, unos Satélites, Grupo Madera o Grupo Mango, por nombrar sólo algunos. Venezuela es, por antonomasia, plural en sus gustos, pero la mayoría de las radios comerciales pecan a la hora de la difusión, por ello la dermis es tan delicada cuando se intenta poner cierto orden. Allí sí que sale entonces a la palestra la manida “libertad de expresión” y la famosa y ridícula consigna de “con mi radio no te metas”.
Por otro lado, existe un ente destinado a ayudar al artista nacional, pero surgen ramalazos nepotistas y cogollitos que se forman a la luz del día sin que nadie diga nada, a no ser los propios afectados. José Gregorio Linares Carrasco o simplemente “Cheo”, es uno de ellos y como sonero, cantautor caraqueño, ex integrante de afamadas orquestas como: La Salsa Mayor, Salsa Mágica, Monumental, Gran Sonora, Son Marín, Trabuco Venezolano, Saxomanía, se hace eco del clamor de sus pares al señalar que “se trata de un calvario, porque allí parece que no funciona nada”.
Habla Cheo del Centro Nacional del Disco, presidido por gente que pareciera no conocer la realidad del medio. “Eso no ha arrancado todavía. Entiendo que el Cendis tiene capacidad para editar 100 millones de discos anuales. Cuando lo anunciaron muchos acudimos al llamado. Yo metí mi proyecto apenas supe de la existencia, de eso harán unos dos o tres años. Allí lo que hay es burocracia, nepotismo e incompetencia en pasta. Lo triste es que hay demasiado talento que merece ser grabado”.
— ¿Y salseros?
— Imagínate, casi 100 por ciento de nosotros andamos a la deriva, esperando ser tomados en cuenta en este proyecto. En el Cendis ha habido ciertos movimientos, pero es posible que esos cambios hayan perjudicado. Espero que en algún momento el ministro Farruco ponga las correcciones, porque hacen falta.
LA PROMOCION Y LA PAYOLA
Asegura Cheo Linares que la otra fase difícil es la de la promoción, porque allí se presenta un fenómeno “que todo el mundo conoce, pero del cual nadie habla. La payola, un mecanismo perverso utilizado por determinadas personas para lucrarse a costa del sudor de los músicos. Hay uno o dos sujetos por allí haciéndose millonarios a costa de la payola. Todo el mundo los conoce. La tarifa anda por los 30 millones, aunque no lo creas. La consigna de ellos es “si quieres sonar tienes que pagar”, así de simple.
— ¿Y las radios comunitarias?
— Eso es otra cosa. Muchos amigos, gente que piensa que ayuda con eso, tienen en la parrilla bastante salsa, pero colocan cuatro números de venezolanos y ocho extranjeros. No hay equidad.
Algunos intentos se hacen en torno a este hecho. Orlando Watussi, en Alba Ciudad, conduce con Gregorio Acero y Oliver Ruiz un espacio donde sólo se coloca salsa venezolana, con el fin de demostrar que con nuestra producción es suficiente.
UNA PROPUESTA
Cheo dice tener una fórmula para combatir la payola, y la expone: “La perversión consiste en colocar o sonar un tema muchas veces durante 24 horas para que el oído humano se acostumbre y termine cantándola, lo que va a indicar que se pegó. El beneficio es venta de discos, fama a distintos niveles y, como es lógico, mucho trabajo con presentaciones. Yo planteo que se obligue a las emisoras, a través de un decreto o algo por el estilo, a que los discos de los artistas nacionales sean colocados seis veces durante el día y los extranjeros en cuatro oportunidades. Como el sistema en la parrilla radial es rotativo, habrá posibilidad de que sonemos más veces. Sin desmeritar el trabajo de nuestros hermanos de afuera, detente a escuchar cuántas veces suena Marc Anthony en la radio y podrás calcular cuánto suelta la disquera.
Uno piensa que llegará el momento en que estas alimañas sean execradas de la radio. Será la única posibilidad de que nuestros cantantes puedan entrar en ese espectro promocional sin que deban erogar determinada cantidad de dinero.
— ¿Tú pagas payola?
— Por razones económicas y de principios, nunca lo haré. No tengo plata para pagar y espero que la calidad se imponga. Ya llevo dos producciones independientes que he promocionado yo mismo. La primera de ellas alcanzó las 3 mil copias y pude distribuirla en Estados Unidos, donde logré dos nominaciones a los premios JPF Award, el premio más importante en el mundo de las producciones independientes.
— Hay una nueva producción…
— Así es. Se llama Underground, Sonero poeta. Son 11 temas, todos compuestos por mí, donde destaco al barrio en sus distintos aspectos.
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