6 dic 2009

Más apertura en Estados Unidos hacia los músicos cubanos

Fuente: Agencia Reuters. Por: Esteban Israel

Los músicos cubanos están regresando a Estados Unidos después de una larga ausencia, aprovechando la melodía política más amigable del presidente Barack Obama.
La atmósfera más relajada entre los enemigos de la Guerra Fría es evidente sobre todo en las artes, que en el pasado ofrecieron un puente entre ambos vecinos sin relaciones diplomáticas formales durante casi medio siglo.

Reconocidos músicos cubanos están obteniendo visas para actuar en Estados Unidos, en una señal de que la administración de Obama está promoviendo silenciosamente los intercambios culturales.

Omara Portuondo, la diva de 79 años del legendario grupo Buena Vista Social Club, fue invitada a presentar el mes pasado los premios Grammy Latino en el Mandalay Hotel de Las Vegas, una ceremonia inaccesible para los artistas cubanos durante los años del Gobierno del ex presidente George W. Bush.

Pero tras asumir la presidencia este año, Obama prometió "relanzar" las relaciones con la isla de Gobierno comunista y suavizó ligeramente las sanciones, aunque mantiene el embargo comercial de 47 años y Cuba sigue en la lista de países que "patrocinan el terrorismo".

La flexibilizació n incluyó eliminar las restricciones para las visitas familiares de cubano estadounidenses a la isla y ahora más visas para intercambios culturales.

La visita de Portuondo fue seguida por una del Septeto Nacional, otra leyenda de la música tradicional cubana que acaba de regresar de una gira por Nueva York, Los Angeles, Chicago y Miami, bastión de los exiliados cubanos de línea dura.
"Todos los lugares donde tocamos estaban abarrotados. Los principales periódicos de Estados Unidos hicieron artículos sobre nuestro trabajo.El ambiente era muy favorable, incluso en Miami", dijo a Reuters el manager del grupo, Ricardo Oropesa.

Aunque la distancia ideológica entre ambos países es todavía abismal, el ambiente es suficientemente bueno para que Los Van Van, la banda de salsa más famosa de todos los tiempos en Cuba, esté planeando una ambiciosa gira de 70 conciertos en Estados Unidos el próximo año.

David Calzado y su Charanga Habanera, otro nombre importante de la música tropical cubana, está preparando un concierto de fin de año en Miami.

Y aunque los estadounidenses no pueden viajar a Cuba a menos que tengan licencias especiales, hay bandas preparándose para desembarcar en la isla. El grupo de funk Kool & The Gang anunció en su sitio web un concierto en La Habana en diciembre.

"SILENCIOSA APERTURA"

Dan Erikson, un experto en Cuba del Inter-American Dialogue en
Washington, llama a esto una "silenciosa apertura" cultural.
"Aunque todavía es demasiado temprano para decir si esto representa un cambio significativo de política, indica que Estados Unidos y Cuba continúan reduciendo sus tensiones bilaterales de formas sutiles pero importantes" , dijo.

Con más de 44 millones de hispanos, Estados Unidos es un importante mercado para la música latina. El apetito por los ritmos cubanos fue evidente con el éxito de Buena Vista Social Club, que vendió más de 1,5 millones de discos allí.

Los planes para llevar a Estados Unidos a músicos como Portuondo o los cantantes Silvio Rodríguez o Pablo Milanés fueron esbozados tan pronto como Obama emergió como candidato a la presidencia. El Departamento de Estado comenzó a aprobar visas en septiembre pasado.

Aún así, organizar un concierto de un músico cubano en Estados Unidos continúa siendo difícil, sostiene Bill Martínez, un promotor de espectáculos con base en San Francisco, que montó la reciente gira del Septeto Nacional.

"Es difícil traer grupos cubanos porque la falta de confianza de los lugares de espectáculos, centros culturales y potenciales colaboradores. No creen que las visas serán emitidas y eso hace muy difícil obtener compromisos o confirmar la logística", explicó.

Los organizadores dicen que a menudo deben suplicar por las visas al Departamento de Estado. Además, según las regulaciones en Estados Unidos, los artistas cubanos sólo pueden recibir dinero por los gastos de transporte, alojamiento y viáticos, pero no honorarios como en cualquier otro país.

"La política estadounidense continúa haciendo de este fugaz 'avance' una especie de victoria más bien efímera", dijo Martínez.

"MIAMI HA CAMBIADO MUCHO"

Los músicos cubanos solían ir de gira por Estados Unidos durante tiempos de distensión como la administració n de Bill Clinton en la década de 1990, pero dejaron de hacerlo después que Bush llegó al poder en el 2001.

Tras ganar un Grammy en 1999, Los Van Van tuvieron que mirar por televisión las siguientes cuatro veces que fueron nominados, porque Washington no les concedió visas. Los cinco nominados en la categoría Mejor Album Tropical Tradicional en el 2004 eran cubanos y ninguno pudo asistir a la premiación en Los Angeles.

El productor estadounidense Ry Cooder, el hombre detrás del éxito mundial de Buena Vista Social Club, fue incluso multado por el Departamento del Tesoro por viajar a Cuba sin una licencia.

La prueba de fuego para la nueva ola de diplomacia cultural será Miami, centro de la comunidad de exiliados cubanos de 1,5 millones de personas que no siempre recibió cálidamente a los músicos de la isla.

Un concierto de Los Van Van en Miami en 1999 requirió protección de comandos SWAT.

Pero recientes encuestas de opinión sugieren que muchos exiliados apoyan los contactos persona a persona más estrechos a través del Estrecho de Florida.

Tras el rechazo inicial, muchos exiliados terminaron aplaudiendo el concierto "Paz Sin Fronteras" organizado en septiembre por el cantante colombiano Juanes en la Plaza de la Revolución de La Habana.

"Miami ha cambiado mucho de hace 10 años para aquí", dijo Juan Formell, el líder de Los Van Van, al anunciar recientemente su gira por Estados Unidos.

(Editado en español por Marion Giraldo)


El sueño de los artistas de la isla

Fuente: El Nuevo Herald, Miami. Por: Arturo Arias-Polo

Minutos antes de iniciar estas líneas un promotor de Miami me comentó que planea traer desde La Habana a la excéntrica musical Juana Bacallao para presentarla aquí. No reveló fecha ni lugar. ``Sólo estoy estudiando esa posibilidad' ', aseguró. Si la artista realizara ``su gran sueño'', tal como afirmara el agente sin nombre, su presencia no causaría el mismo impacto que en otra época.

A estas alturas, ya nadie duda que la nueva hornada de cubanos está hambrienta de música ``de allá'' tanto como cuando perseguían los grupos ``de afuera'' en la isla. Y no hay que recurrir a las encuestas para comprobar que a la gran mayoría de este público de nuevo tipo poco le importa el grado de compromiso que tengan sus artistas favoritos, ésos que alborotan sus nostalgias, con el régimen de la isla. ¿No acudieron en masa al llamado salsero de Paulito FG en medio de las protestas?

Para las fiestas navideñas, la capital del exilio recibirá a David Calzado con la Charanga Habanera y al dúo Buena Fe, dos conjuntos con sonido ``de primera mano'' que servirá de aperitivo al esperado regreso de Los Van Van el próximo año. El día del fiestón vanvanero pocos recordarán que Juan Formell, su director, menospreció públicamente a los presos políticos en su país y la prensa que lo recibió en su reciente visita a Miami. A esa hora, su música embrujará a los más reacios y mañana será otro día.

La demanda existe, la oferta es variada, y mientras la oficina de intereses en La Habana no ponga reparos a otorgar visas para que los artistas residentes en la isla se presenten en Miami, y éstos obtengan un permiso de salida a cambio de evadir cualquier comentario desfavorable a la situación del país, harán lo imposible por probar sus armas en este lado a cualquier precio.

Y es que Miami los legitima ante las dos Cuba por innumerables razones que a veces rayan con el absurdo. Ahí esta el caso del cantautor Amaury Pérez, cuando aprovechó un viaje personal para llamar al programa de la periodista María Elvira Salazar y luego concederle una entrevista al periodista Jorge Ramos. ¿Qué lo impulsó a hacerlo, si no venía a promover sus conciertos? ``El pobre, es que él no puede sustraerse a las cámaras de televisión'', me confidenció uno de sus amigos cercanos.

La semana pasada, la vedette Rosita Fornés y el Septeto Nacional de Ignacio Piñeiro, dos íconos de la cultura nacional que aún viven en Cuba, sobrepasaron las expectativas de sus públicos con su entrega. Pese a que la función de la Fornés tuvo un bonus track antes de comenzar, la protesta de una veintena de manifestantes que le gritó improperios desde la mismísima acera del sitio donde se presentaba, llama a la atención que la perreta no pasó a mayores. ¿Quién hubiera imaginado que la misma artista que padeció los ataques de un influyente sector del exilio en 1996 pudiera ofrecer su espectáculo sin tropiezos, ante una audiencia donde no faltaron sus colegas exiliados? ``Siento que Miami ha cambiado. Las nuevas generaciones han ido apaciguando las cosas'', me dijo la vedette en la entrevista publicada por El Nuevo Herald. Tal vez por esa razón ya se esté ``cocinando' ' su regreso a la escena miamense en un futuro cercano.

Semanas atrás, Omara Portuondo, otra artista residente en la isla, recibía en Las Vegas el premio Grammy por su disco Gracias, a despecho de algunos detractores que recordaron sus interpretaciones de canciones políticas que popularizó en Cuba hace cuatro décadas. Por eso no debería asombrar que mañana la cantante se presente en Miami. No sería la última. Si sólo viene a cantar y se comporta tan parca como lo hizo durante una entrevista con esta publicación, tal vez la turba no saldría a la calle ni trituraría sus discos ante las cámaras de los noticieros.

La que sí me intriga es Juana Bacallao. Ella es famosa por despistada, y si se concretara ``su gran sueño'' de actuar ante sus paisanos del exilio, sus asesores tendrían que prepararla muy bien para sus encuentros con la prensa. Según cuentan, en una ocasión la excéntrica fue invitada a una recepción en la embajada de China comunista en La Habana. Y cual sería la sorpresa del embajador cuando Juana, en su afán de comportarse políticamente correcta y proferir loas al líder Mao Tse Tung, le espetó un efusivo ``¡Viva Chiang Kai-Shek!'' que estremeció a la concurrencia. ¿Qué ocurriría si viniera con un discurso ofensivo para algún bando? ¡Absolutamente nada! Sus imprecisiones se tomarían como un chiste más y hasta ``los apaciguados' ' gozarían con ella. Miami cambió. •


ADEMÁS:
Robert Kraft: "Amo a Cuba" y su música que "es la mejor del mundo"

Fuente: AFP

LA HABANA — El famoso músico y productor estadounidense Robert Kraft, supervisor musical de filmes como "Titanic" y "Moulin Rouge", afirmó este sábado en La Habana que ama a Cuba y "en particular" la música de la isla que consideró "la mejor del mundo".

"Amo a Cuba y en particular amo su música. En Cuba la música fluye como el agua y estar aquí no es para mí una cuestión de negocios, sino de sentimientos", dijo Kraft, presidente de la compañía Fox Music Inc., tras impartir una clase magistral sobre la música en el cine, en el marco del Festival de Cine de La Habana.

"Es la invitación más emocionante que podría tener, porque me da la oportunidad de escuchar música en La Habana", añadió Kraft, tras subrayar que "la música cubana es la mejor del mundo". "He escuchado más buena música en tres días aquí, que en todo un mes en Los Ángeles", apuntó.

Durante hora y media, Kraft, ganador de un Oscar en 1989 por el tema "Under the Sea" del filme animado de Disney "La Sirenita", reveló los secretos de su profesión a un auditorio formado fundamentalmente por cineastas, compositores y musicalizadores, que colmaron uno de los salones del Hotel Nacional de La Habana.

"La música en el cine es sobre todo narrativa y los compositores que son grandiosos, son buenos narradores", comentó el productor norteamericano, que ha colaborado en diversos proyectos con artistas como Linda Ronstadt, Bette Midler, Celia Cruz, Tito Puente, Johnny Mathis, Bruce Willis, Ozzy Osbourne, entre otros.

Kraft también se refirió al impacto en Hollywood de la crisis económica internacional que obliga a los cineastas a "gastar menos" y reduce los ingresos de quienes componen para cine.

"A los compositores que antes se les pagaba un millón de dólares, ahora se les paga menos" y "las canciones que antes se compraban por 100.000 dólares están bajando", explicó Kraft, aunque subrayó que "ha tenido mucho éxito" con "bandas jóvenes" que cobran "solo 500 dólares por estar en un filme".

Respecto a sus más recientes proyectos, comentó que el 18 de diciembre saldrá la película "Avatar", del cineasta James Cameron y "el filme más caro en el que ha trabajado", y que seis días después vera la luz "la segunda parte de 'Alvin y las ardillas'".

El el Festival, que comenzó el jueves, participan, además de Kraft, los norteamericanos Curtis Hanson, director de la famosa película "Los Angeles Confidencial" y el famoso compositor y guitarrista Gary Lucas.

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