Juanes vistió de blanco a La Habana
Fuente: BBC. Por: Fernando Ravsberg
Más de un millón de personas se reunieron en la Plaza de la Revolución de La Habana para presenciar el concierto de un grupo de artistas internacionales y cubanos, encabezados por el colombiano Juanes, promotor de la idea.
Desde muy temprano en la mañana miles de personas vestidas de blanco se movilizaban por la ciudad tratando de lograr una ubicación cercana al escenario. Algunos de ellos llegaron desde provincias distantes cientos de kilómetros de la capital.
El calor fue verdaderamente insoportable, ni siquiera las sombrillas, que adornaban por miles la Plaza, pudieron evitar que muchas personas tuvieran que ser atendidas en los puestos médicos a causa de la deshidratación y la insolación.
Los cantantes que participaron se veían radiantes a pesar del intenso calor que sufrieron, teniendo en cuenta que el escenario se montó de cara al sol. Llegar a Cuba significó para todos ellos un reto, dadas las presiones a que fueron sometidos.
La primera en salir al escenario fue Olga Tañón y el público la recibió como a un ídolo, la puertorriqueña se encontró con cientos de miles de personas coreando sus canciones. Evidentemente emocionada gritó en medio del escenario: "¡Cuba no te voy a olvidar!".
"No puedo creer lo que ven mis ojos", expresó Juanes mientras el público seguía el ritmo con las palmas en alto. "Es el sueño más hermoso de paz y amor que he podido experimentar después de mis hijos", les dijo a los cubanos allí reunidos y subió al escenario a un joven negro que portaba una bandera de Cuba.
Solo el cubano Silvio Rodríguez logró un mayor acompañamiento del publico cuando la Plaza en pleno cantó la canción "Ojala". También él mantuvo la promesa de no politizar el evento, al retirarse solo dijo "Gracias Cuba, ¡viva el pueblo cubano!".
"Hay un antes y un después de este concierto", aseguró a BBC Mundo el cantautor cubano Amaury Pérez. Agregó que "todos podrán ver lo que es Cuba y la gente cubana. Este es un ejemplo de cómo se puede llegara a la paz sin condiciones".
Libre y apolítico pero sofocante
Los organizadores cumplieron su palabra, durante el concierto no hubo consignas ni pancartas políticas en la Plaza. Ni siquiera admitieron presentadores, los mismos cantantes, al finalizar su actuación, anunciaban al próximo artista.
La entrada fue completamente gratuita y libre, no se vieron filtros policiales. El control de la multitud fue tan laxo que los artistas tuvieron que hacer llamados al orden, dado que la gente, apretándose al escenario rompió una de las cámaras de TV.
Finalmente los espectadores sobrepasaron todas las barreras hasta rodear completamente la pasarela por la que se movían los artistas. Ni siquiera soportaron la presión las vallas que impedían el acceso a los jardines por donde se entra al Comité Central del Partido.
Cientos de personas fueron trasladadas a los puestos médicos móviles totalmente exhaustas a causa de los estragos ocasionados por calor y el sol. Sin embargo, a mitad del concierto el cielo se nubló y la temperatura se tornó un poco más tolerable.
En guaguas y sillas de ruedas
Según el propio Juanes, a las 17 hrs había en la Plaza 1 150 000 personas, superando ampliamente el medio millón previsto. Además de la Plaza de la Revolución, se llenaron varias cuadras de Paseo, una avenida de 8 carriles y amplio separador intermedio.
Los asistentes al concierto llegaron de todas partes de la isla y con sus propios medios.
Cuatro veces más asistentes de los que acudieron a la misa del Papa Juan Pablo II en 1998. Solamente comparable a los actos políticos más concurridos, con la diferencia de que en esta ocasión cada uno ha tenido que venir por sus propios medios.
"Vine en guagua (bus) desde Santi Spiritu (a 300km), y yo misma hice el cartel", explicó a BBC Mundo Islemis. Mientras María Antonia acudió en su silla de ruedas desde La Habana Vieja, "a pesar de lo súper complicado que fue llegar, no me lo podía perder", nos dijo.
El concierto terminó por todo lo alto y muy a lo cubano con el grupo "Los Van Van" tocando salsa, varios de los artistas visitantes llorando en el escenario y un millón de personas bailando en la Plaza de la Revolución. Fue, sin lugar a dudas, la mayor fiesta que se ha hecho en Cuba.
Recién llegados de Lima, Perú, Juan Formall y Los Van Van fueron los encargados de cerrar el concierto. Si no lo vieron, aquí presentamos su actuación.
Y este es otro informe sobre lo acontecido ayer en la Plaza de la Revolución en La Habana
Más de medio millón de personas vestidas de blanco inundaron el domingo la Plaza de la Revolución de La Habana para un concierto por la paz con el que el rockero colombiano Juanes pretende acercar a los cubanos de ambas orillas del Estrecho de Florida.
"!It is time to change! (Es hora de cambiar)", gritó la merenguera portorriqueña Olga Tañón, una de los 14 invitados de Juanes, al abrir el concierto "Paz Sin Fronteras".
El espectáculo fue transmitido en vivo por varias emisoras de televisión de Miami, el bastión de los exiliados cubanos a 370 kilómetros de allí pero hasta ahora a años luz de distancia ideológica.
Pero el presidente estadounidense, Barack Obama, consultado por la cadena Univisión sobre si apoyaba el recital, dijo: "El Gobierno estadounidense no es promotor de conciertos".
El show organizado por Juanes con el apoyo de las autoridades comunistas de Cuba enfureció a los exiliados de línea más dura en Miami, donde algunos planean destruir el domingo sus discos con una aplanadora.

Vista de la multitudiaria asistencia al Concierto por la Paz en La Haban, Cuba
"Queremos que, de alguna forma, con el tiempo, las cosas puedan cambiar y la familia cubana sea una sola. Y qué mejor lenguaje que el de la música y la paz para hacer ese llamado de atención", dijo Juan Esteban "Juanes" Aristizábal a periodistas durante un ensayo en la tarde del sábado.
El músico de 37 años dijo al diario estatal Juventud Rebelde que la polémica en Miami, donde vive y ha recibido amenazas, era parte de un proceso. "Lo que ha sucedido es necesario", dijo.
En Cuba el espectáculo unió por primera vez al Gobierno y los disidentes, incluso un grupo de 30 presos políticos que enviaron su apoyo desde sus calabozos.
Pero el ruido político parecía traer sin cuidado a muchos cubanos, atraídos por el mayor evento no oficial desde la misa que el papa Juan Pablo II celebró hace una década en el mismo lugar ante unas 800.000 personas.
"Esto no tiene nada que ver con el comunismo ni capitalismo. Quien está contra de este concierto, está contra de que los cubanos pasemos un buen rato", dijo José Antonio Suárez, un pintor de 49 años que durmió en un aparcamiento para asegurarse un buen lugar en la Plaza de la Revolución.
Juanes reclutó para su concierto de cinco horas de duración al cantante español Miguel Bosé, el italiano Jovanotti, al cubano Silvio Rodríguez, los raperos Orishas y la banda de salsa Los Van Van, entre otros.
Diplomacia del Pop
No está claro qué impacto tendrá su diplomacia del pop sobre Cuba y Estados Unidos, peleados desde la revolución que llevó a Fidel Castro al poder en 1959.
El concierto "Paz Sin Fronteras" llega en momentos de cierta distensión bajo Obama, que eliminó este año restricciones para que los estadounidenses visiten y manden dinero a sus familiares en Cuba.
Pero el acercamiento de los dos viejos enemigos de la Guerra Fría parece trabado por las demandas recíprocas: Estados Unidos exige mejoras en derechos humanos y Cuba el levantamiento del embargo comercial de casi medio siglo.
Obama mantuvo muy bajas las expectativas en una entrevista transmitida el domingo por Univisión.
"No creo que perjudique las relaciones estadounidenses y cubanas este tipo de intercambios culturales", dijo.
"Lo que yo quisiera ver es una Cuba que comience a demostrar que quiere alejarse de algunas de las prácticas antidemocráticas del pasado", añadió.
Juanes, ganador de 17 premios Grammy Latinos, apuesta sin embargo al poder de la música, una pasión compartida por los cubanos de ambas orillas.
Música bajo el sol
Juanes y sus amigos pagaron de su bolsillo la factura de unos 300.000 dólares del concierto, que se realiza a plena luz del día por falta de presupuesto para importar luces.
Los cubanos tendrán que desafiar el tórrido sol del Caribe. Antes de que arrancara el concierto varias personas se desmayaron y tuvieron que recibir atención médica.
El concierto de Juanes transcurrirá bajo la austera mirada del guerrillero Ernesto "Che" Guevara, cuyo mural ilustra la fachada de un ministerio a un costado del explanada.
Pero en lugar de las banderas rojas de los desfiles del Día de los Trabajadores, la Plaza de la Revolución fue adornada esta vez con telas blancas, el color de la paz.
"Este concierto es ese granito de arena que se suma a las cosas que vendrán en un futuro. Eso espero yo", dijo Juanes a Juventud Rebelde.
Desarrollo del concierto en la Plaza de la Revolución
Más de un millón de personas y un calor asfixiante. Mucha humedad y más de 30 grados de temperatura. Nada de eso impidió que a las 14.05 hora de La Habana, la puertorriqueña Olga Tañón se subiera al escenario en la Plaza de la Revolución. Fue la primera de los 14 artistas que acompañaron a Juanes en su concierto 'Paz sin fronteras' o 'El concierto de la discordia', según Telemundo y Univisión, las dos cadenas hispanas más importantes de Estados Unidos.
"He tenido los huevos como para estar aquí a pesar de las críticas de una parte del exilio de Miami", dijo la artista en un mensaje enviado hacia los espectadores que seguían el concierto 90 millas de la plaza de la revolución. Había estado cuidándose la voz los últimos días pero la recuperó para cantar a los cubanos y enfadar a la cantante Olga Guillot y a la periodista Ninotcka Pérez Castellón, que la calificaron de vulgar desde un plató de televisión en Miami.
El sexto artista en intervenir fue Víctor Manuel. Los locutores televisivos se apresuraron a explicar que el español no tiene nada que ver con un salsero puertorriqueño de igual nombre. El asturiano no tuvo la mejor actuación de su vida. Enrojecido y sudoroso por el calor —y con la poca ayuda del sistema de sonido— tuvo problemas para no desafinar con sus clásicos "Soy un corazón tendido al sol" o "Sólo pienso en ti".
"La situación de la isla la veo muy mal como cualquiera que tenga ojos. Cada minuto que siga Fidel en el poder será un minuto más de deterioro. Ese modelo se agotó hace mucho tiempo", analizó.
"Esto era lo que pensaba Víctor Manuel en 2001", dijo como respuesta a un internauta en un encuentro digital de elmundo.es. O ya no piensa lo mismo o el concierto no era el mejor momento para recordarlo aunque en una de sus intervenciones antes de cantar el tema "Como voy a olvidarme", aseguró que "la memoria es el arma más poderosa que tenemos".
Y llegó el turno de Miguel Bosé. Vestido de blanco y haciendo gala de su faceta más seductora se ganó a los asistentes con 'Te amaré'. "Hoy y siempre" les juró a los cubanos. Después vinieron "Amante bandido", "Si tu no vuelves" y "Partisano".
"Sueño con la paz, la concordia… La guerra es una mierda. Los conflictos también". Más ambigüedad 'made in Spain' que iba enervando los ánimos de los tertulianos de los programas en Miami. Además de Telemundo y Univisión, América TV, Mega y Telefutura retransmitieron el concierto. El rockero cubano Gorki Aguilar encarcelado en la Isla en varias ocasiones discrepaba de sus colegas de profesión.
Antes de las 17:30, ya había pasado por el escenario Bosé, quien con sus composociones melódicas arengó por la paz. Casi al fina de su presentación invitó a compartir un tema con él a Carlos Varela, quien al ser introducido fue ovacinado. Bosé y el trovador cubano hicieron cantar a los miles de presentes en el atardecer de hoy domingo en La Habana.
Después subió al escenario Jovannotti, quien despertó nuevamente el ritmo en la zona del show. Cerca de las 17:15, hora argentina, hizo saltar a la concurrencia con su "Yo pienso en positivo...".
Jvannotti fue el presentador de otro de los platos fuertes de la tarde en Cuba: Cucú Diamantes y Yerbabuena, quienes se encargaron de enceder la llama del ritual rítimco que reavivió luego de Bosé.
A las 17:40, hora argentina, subió Orishas, con su rapeo sintetizado en el que no faltaron las palabras "sabroso" y "Cuba".
Luego de hacerse esperar unos minutos, cuando el público comenzó a corear "Juanes, Juanes" salió al escenario el organizador el mega suceso musical por la paz. A las 17:54 arrancó con su hit "A Dios le pido", haciéndose cargo del estado de euforia de la concurrencia.
Con sus acostumbrados solos de guitarra distorsionada, Juanes, roqueó unos instantes logrando la atención completa del público.
Pasadas las 18, Juanes se puso serio y reflexionó sobre unas "imágenes que vi recientemente de los secuestrados en Colombia por las FARC", dijo. Entonces les dedicó una canción, expresando el deseo "de un sueño, en el que la guerra no existe", entatizó.
Cerca de las 18:30, cantaron su última canción Miguel Bosé y Juanes. Antes de que vinalizara un fanático debió ser pacíficamente bajado luego de se trepara al esceneario blandiendo la bandera de Cuba con su mano derecha.
Antes de las 18:40 se acomodó sobre "las tablas" que enfrentan a casi un millón ciento cincuenta mil personas, Silvio Rodríguez, quien lanzó: "Viva el pueblo cubano".
A las 19:30 ya había bajado, junto al sol en la histórica plaza en La Habana, Carlos Varela. Esta segunda aparición la hizo sin la camisa blanca que utilizó cuando acompañó sobre el escenario el cierre de Miguel Bosé.
Esta segunda vez para el trovador Varela que de impecable negro, con gorra y lentes negros. Bregó por "la verdad" de la que dijo que es muy necesaria para acabar con la violencia a la que alude el recital.
Pasadas las 19:45, la explosión en e lugar donde se realiza el recital se produjo por la puesta en escena de los salseros "Los Van Van". Luego de unos quince minutos de salsa ininterrumpida, a las 20, subió al escenario un grupo de cantantes encabezados por el mismo Juanes, quien repasó uno a uno los países repesentados por la audiencia millonaria. Entre ellos grito el nombre de "Argentina", entre otros.
A las 20:06, el show entraba en su recta final, y hasta los raperos presentes tomaron el micrófono para seguir cantando sobre pegadiza base de salsa que no paraba.
Cerca de las 20:15, Juanes, tomó el micrófono y mientras cantaba y tarareaba y no dejaba de agitar los brazos, con un animadísimo Jovannetti detrás suyo, agradeció a todos los países representados mediante banderas entre el público.
A las 20:16, el show llegó a su fin, mientras ni un alma había abandonado el lugar. Al grito de "Bosé, Bosé" y "Olga, Olga", el concierto cerró en La Habana, Cuba.