5 ago 2009

Tite Curet: El Compositor Número Uno de la Salsa (1)





“Para mí el guaguancó es una alborada
es la tristeza que me hace sonreír cada mañana
es lo que llega desde el barrio al alma adentro
lo que se filtra por el mismo corazón
lo que en las venas se hacen locos sentimientos
lo que me hace palpitante de emoción
para mí todo eso es guaguancó
para mí todo eso es guaguancó”.

Así empieza una de mis letras favoritas de la Salsa. La grabó José Cheo Feliciano a comienzos de los 70s, recién liberado del flagelo de las drogas, y apareció en el disco Cheo (Vaya 5) de 1971. Catalino Tite Curet Alonso fue el responsable de su creación, el compositor que reflejó con simpleza y maestría los muchos significados o sensaciones que puede transmitir el guaguancó, una de las variantes del género musical caribeño. Género del cual, puede decirse sin exageración alguna, Curet fue uno de los creadores más prolíficos y geniales.

Sería difícil que el ‘boom’ de la Salsa se hubiese dado sin las canciones de Tite, responsable de muchas páginas estelares del cancionero latino en el último tercio del siglo XX. Al amparo de su inspiración, las principales figuras salseras lograron éxitos a nivel internacional por lo que, hoy que se cumplen seis años de su partida física (ocurrida en Baltimore, Estados Unidos), haremos un recuerdo de su vida.

Tite Curet, admirador confeso de su compatriota Pedro Flores y del brasileño Jorge Amado, nació el 12 de febrero de 1926 en el barrio del Hoyo Inglés, en Guayama Puerto Rico. Su madre Juana era costurera y su padre Eduardo, además de profesor de español, era integrante de la orquesta de Simón Madera.

Tras la separación de sus padres, se mudó con su madre al Barrio Obrero en Santurce y es criado por sus abuelos maternos, Estéfana Amaura y Nicolás Alonso. Sus primeros contactos con la música son estudiando teoría y solfeo con el profesor colombiano Jorge Rubián. Además de su padre, se dice que hereda el don artístico de su tío Amado Alonso, destacado político, periodista y poeta quien escribió el libro Motivos en Azul. De esos años, Tite recuerda que, cuando le solicitaba dinero a su padre, éste le devolvía la carta, marcada con la debida corrección de acentos, y con el pedido cumplido.

Cursó estudios universitarios en sociología, farmacia y periodismo, siendo ésta última su vocación principal, laborando como periodista deportivo en el diario La Prensa de Nueva York. En 1949 ingresa a trabajar al Servicio Postal de los Estados Unidos, donde permanecería hasta 1985. El correo fue su verdadero medio de vida, ya que, como comentó alguna vez: “la música daba para comer, pero no para repetir”.

El 14 Febrero de 1953 se casa con Hilda Velásquez Cotto teniendo dos hijos: Eduardo e Hilda de los Ángeles. Con el tiempo cambia el periodismo deportivo por el de espectáculos, colaborando en diversos medios de su isla, pero descuida su vida personal y familiar, abusando del alcohol. Emprende un programa de rehabilitación, tras el cual decide dar espacio a la musa de la composición que ya lo rondaba.

En 1965, su compatriota Joe Quijano le graba su primer tema, el son “Efectivamente”: "Efectivamente, esa mulata me provoca. Me dice la gente: esa negrona te sofoca. Cuando baila un guaguancó, que sabor en su cintura...". En 1967, mientras trabajaba en la oficina postal de Hato Rey “descubre” al novato Marvin Santiago y lo recomienda con su amigo Rafael Cortijo. Poco tiempo después, es contratado por la disquera Tico y la afamada vocalista cubana La Lupe le graba tres boleros: “Carcajada Final”, “Puro Teatro” y, el primer hit de Curet, “La Tirana”, que originalmente había sido compuesta para que lo cantara el también cubano Roberto Ledesma, pero con el título de “El Gran Tirano”.

En 1969 el trío Los Andinos le grabó “Detuve el reloj”, el trío Los Condes se anotó un gran éxito con “Brujería” y Tito Rodríguez le convirtió en clásico los temas “Tiemblas” y “Don Fulano”.

Si bien sus primeras composiciones son grabadas por baladistas y boleristas, Tite Curet Alonso se convirtió en uno de los compositores de mayor demanda, cuando surge el movimiento salsero en New York.

Tite Curet Alonso, José "Cheo" Feliciano y Orvill Miller en una foto de la década del 70
A fines de los 60’s la Fania lo incluye como Director Artístico y le empieza a dar cabida como uno de sus principales compositores. Así colabora y escribe la contracarátula del primer disco de los Apollo Sound de Roberto Roena, aunque el mayor y mejor recuerdo que se tiene de esos años es la producción para el re-entre en la Salsa de José ‘Cheo’ Feliciano. Cheo había pasado un período en los Hogares Crea, buscando liberarse del vicio de las drogas y Curet, al igual que otros tantos como Tommy Olivencia, había estado a su lado apoyándolo.

Una vez listo para reinsertarse a la sociedad, Tite le da otra mano, esta vez de carácter musical, con el contrato para Vaya (división de Fania), algunas composiciones y la producción del recordado LP Cheo de 1971, donde está “Anacaona”, “Esto es el Guaguancó”, entre otros hits.

La relación Tite-Cheo se fortalece con el paso de los años, al igual que una mutua admiración. Tite le sigue componiendo temas y produce algunos de sus discos. Incluso, ambos aparecen dándose un apretón de manos en la carátula del LP With a Little Help from my Friend Curet Alonso, del año 73 en Vaya y su voz se oye en la introducción de su composición “Estampa Marina”, incluida en el disco Estampas de Feliciano (Vaya, 1979), una de las escasas oportunidades en que el compositor participa con su voz en disco alguno (también aparece en los créditos del disco Aquí Se Puede de 1986, del brasileño Airto Moreira).

En el caso de Roena, Curet siempre recuerda que recomendó a su Apollo Sound ante Masucci, sin siquiera haberlos escuchado alguna vez. Su “intuición musical” no estuvo errada pues el primer disco de los Apollo fue exitoso comercialmente, logrando el bongocero iniciar auspiciosamente su carrera en la Fania. (CONTINUA MAÑANA)

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