Beny Moré sigue dando la hora
Fuente: Prensa Latina, Cuba. Por Francisco G. Navarro
Cienfuegos, Cuba, 5 ago (PL) A pocos días de cumplirse 90 años de su nacimiento, Benny Moré, icono por excelencia de la música popular cubana, da la hora hoy en esta ciudad y lo hace más allá de la metáfora.
Es que boleros, guarachas y sones del bien apodado Bárbaro del Ritmo, además de continuar "pegando" en el gusto musical de varias generaciones de cubanos, aquí anuncian las horas exactas a todo lo largo del día.
Cada 60 minutos una pieza del cantante nacido el 24 de agosto de 1919 invita a comprobar los relojes en la calle peatonal de San Fernando, la más céntrica de esta ciudad, 250 kilómetros al sudeste de La Habana, y la preferida del artista según su testamento sonoro.
Cienfuegos es la ciudad que más me gusta a mí, cantó Moré, fallecido el 19 de febrero de 1963, al hacer constar en el pentagrama su predilección entre las ciudades y pueblos de la mayor de las Antillas.
El artista, descendiente de esclavos africanos, nació en una cuna muy humilde en la villa de Santa Isabel de las Lajas, cabecera municipal localizada 40 kilómetros al noreste de Cienfuegos.
Conocida como El Boulevard, la antigua calle de San Fernando constituye un corredor turístico que enlaza el Paseo del Prado, el más largo de la isla con 1,6 kilómetros de extensión, y el parque Martí, centro de la vida política, cultural y religiosa de esta capital provincial.
Forastero o vecino que transite a través de la calle comercial por antonomasia de la única ciudad cubana fundada por colonos franceses (1819), deleita el oído o mueve los pies con las genialidades del cantor.
"Cuando a Cienfuegos llegué/ esa ciudad quise verla/ ya que le llaman La Perla/ahora les diré porqué", brota la voz melodiosa y el ritmo pegajoso por el sistema de altavoces situado a lo largo de los 400 metros de la avenida peatonal.
Muy cerca del entronque de la calle con el Paseo del Prado se erige otro homenaje de la ciudad al juglar que la privilegió entre sus congéneres de la Isla: una estatua de bronce al tamaño natural, obra del laureado escultor cubano José Villa.
Se trata del mismo artista que hace unos años sentara a John Lennon en un parque de la capital cubana y pusiera a caminar al Caballero de París (personaje popular por excelencia) a lo largo de la calle de los Oficios, en La Habana Vieja.
Su sempiterno sombrero alón y el bastón que solía hacer las veces de batuta, cuando se ponía al frente de su Banda Gigante, identifican a la legua al también llamado Sonero Mayor.
Al recuerdo moldeado en bronce por las manos de Villa, Cienfuegos suma también una antología musical de la puntualidad para que Benny Moré continúe explicando al mundo porque llaman Perla del Sur a la ciudad de cuna francesa.
"Una cienfueguera me dijo Moré/ en una tarde de mayo/ allá por Pasacaballos/ y en Cienfuegos me quedé/ ya tú lo ves
Cienfuegos, Cuba, 5 ago (PL) A pocos días de cumplirse 90 años de su nacimiento, Benny Moré, icono por excelencia de la música popular cubana, da la hora hoy en esta ciudad y lo hace más allá de la metáfora.
Es que boleros, guarachas y sones del bien apodado Bárbaro del Ritmo, además de continuar "pegando" en el gusto musical de varias generaciones de cubanos, aquí anuncian las horas exactas a todo lo largo del día.
Cada 60 minutos una pieza del cantante nacido el 24 de agosto de 1919 invita a comprobar los relojes en la calle peatonal de San Fernando, la más céntrica de esta ciudad, 250 kilómetros al sudeste de La Habana, y la preferida del artista según su testamento sonoro.
Cienfuegos es la ciudad que más me gusta a mí, cantó Moré, fallecido el 19 de febrero de 1963, al hacer constar en el pentagrama su predilección entre las ciudades y pueblos de la mayor de las Antillas.
El artista, descendiente de esclavos africanos, nació en una cuna muy humilde en la villa de Santa Isabel de las Lajas, cabecera municipal localizada 40 kilómetros al noreste de Cienfuegos.
Conocida como El Boulevard, la antigua calle de San Fernando constituye un corredor turístico que enlaza el Paseo del Prado, el más largo de la isla con 1,6 kilómetros de extensión, y el parque Martí, centro de la vida política, cultural y religiosa de esta capital provincial.
Forastero o vecino que transite a través de la calle comercial por antonomasia de la única ciudad cubana fundada por colonos franceses (1819), deleita el oído o mueve los pies con las genialidades del cantor.
"Cuando a Cienfuegos llegué/ esa ciudad quise verla/ ya que le llaman La Perla/ahora les diré porqué", brota la voz melodiosa y el ritmo pegajoso por el sistema de altavoces situado a lo largo de los 400 metros de la avenida peatonal.
Muy cerca del entronque de la calle con el Paseo del Prado se erige otro homenaje de la ciudad al juglar que la privilegió entre sus congéneres de la Isla: una estatua de bronce al tamaño natural, obra del laureado escultor cubano José Villa.
Se trata del mismo artista que hace unos años sentara a John Lennon en un parque de la capital cubana y pusiera a caminar al Caballero de París (personaje popular por excelencia) a lo largo de la calle de los Oficios, en La Habana Vieja.
Su sempiterno sombrero alón y el bastón que solía hacer las veces de batuta, cuando se ponía al frente de su Banda Gigante, identifican a la legua al también llamado Sonero Mayor.
Al recuerdo moldeado en bronce por las manos de Villa, Cienfuegos suma también una antología musical de la puntualidad para que Benny Moré continúe explicando al mundo porque llaman Perla del Sur a la ciudad de cuna francesa.
"Una cienfueguera me dijo Moré/ en una tarde de mayo/ allá por Pasacaballos/ y en Cienfuegos me quedé/ ya tú lo ves
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