Jesús Alemany: "Lo mejor de la música en la última década es la transculturación"

Por Marta Hurtado - EFE
El trompetista cubano Jesús Alemany, uno de los iconos de la salsa clásica que se presenta este año en el Festival de Montreux, es también un entusiasta del encuentro de estilos y tendencias ya que cree que ese intercambio enriquece a la música en su conjunto.
"El intercambio de estilos es buenísimo, no se pierden las raíces por conocer y explorar otros estilos, lo mejor de la música en los últimos diez años es la transculturación", afirmó Alemany en una entrevista con Efe.
El saxofonista cubano será una de las estrellas de la constelación musical cubana que abrirá la primera de quince noches de conciertos de la cuadragésima tercera edición del Festival de Montreux.
Alemany entrará en el escenario a media noche con su banda Cubanismo, tras las actuaciones de otros grandes de la salsa como Giovanni Hidalgo, Horacio "el Negro" Hernández, y la New York Salsa All Stars.
"En los años 80 y principios de los 90 en estos festivales sólo se escuchaba jazz, y poco a poco se fueron abriendo a las otras tendencias, algo que es extraordinario", explicó el músico.
Alemany señaló que él ya pasó "por Montreux a finales del siglo pasado", y lo recuerda como una experiencia magnífica.
"Lo bueno es que la gente (suizos) ya ha viajado a Cuba, ya ha escuchado nuestra música, ya no es algo exótico, sino algo que les gusta, que sienten y que también les provoca bailar", señaló descartando el mito de que los helvéticos no se dejan embriagar por los ritmos del Caribe.
En el concierto del 3 de julio, la mayoría de las piezas formarán parte del disco "Greetings from Havana" del 2007, "aunque también presentaremos algunos de los últimos trabajos del nuevo disco", especificó sin querer dar más detalles de su próximo proyecto.
"Mi música ha ido evolucionando sin perder mi propia visión, mi propia raíz, sin perder lo autóctono se puede estar abierto", aseveró, y agregó:
"Yo estoy abierto a nuevas influencias", dejando claro que cómo éstas se plasmen en su trabajo, es otra cosa.
"Yo siempre estuve a favor de la fusión, de incluir a mi música novedades, nuevos toques, aunque siempre manteniendo el sonido acústico", especifica este trompetista educado en el Conservatorio de Cuba, y curtido con el conguero Daniel Ponce y con el conjunto Sierra Maestra.
Uno de los hechos que más enorgullece a este músico caribeño residente en Londres es la amplia presencia de músicos cubanos en todos los rincones del planeta sea tocando salsa o aportando su son a otro tipo de estilos.
"Hay una nueva generación ahí fuera, con mucho talento, mucha preparación académica y mucha información de lo que pasa en el mundo y que están aportando muchísimo a la música en general".
Él por ahora sigue con su banda que, con matices, sigue siendo muy similar a la que fundó hace 14 años, y con la que ha cosechado enormes éxitos.
A pesar de residir permanente en el extranjero, de haber grabado en lugares como Nueva Orleans, y de haberse presentado en decenas de lugares en el mundo, Alemany reivindica la necesidad de volver sistemáticamente a la Isla.
"Imposible perder el contacto con Cuba, porque es la razón de ser de la música cubana, todo sale de aquí, hay que mantener el contacto con los compañeros, con la esencia", explicó.
Es por ello, por su intensa relación con el lugar donde nació, que Alemany eligió que su banda se llamase Cubanismo, como su disco de 1995.
"Cubanismo es el conjunto de hechos, de cosas, que conforma la cultura cubana, la forma de hablar, los modismos, la música, lo que sentimos y que creamos, es lo que nos define".
El trompetista cubano Jesús Alemany, uno de los iconos de la salsa clásica que se presenta este año en el Festival de Montreux, es también un entusiasta del encuentro de estilos y tendencias ya que cree que ese intercambio enriquece a la música en su conjunto.
"El intercambio de estilos es buenísimo, no se pierden las raíces por conocer y explorar otros estilos, lo mejor de la música en los últimos diez años es la transculturación", afirmó Alemany en una entrevista con Efe.
El saxofonista cubano será una de las estrellas de la constelación musical cubana que abrirá la primera de quince noches de conciertos de la cuadragésima tercera edición del Festival de Montreux.
Alemany entrará en el escenario a media noche con su banda Cubanismo, tras las actuaciones de otros grandes de la salsa como Giovanni Hidalgo, Horacio "el Negro" Hernández, y la New York Salsa All Stars.
"En los años 80 y principios de los 90 en estos festivales sólo se escuchaba jazz, y poco a poco se fueron abriendo a las otras tendencias, algo que es extraordinario", explicó el músico.
Alemany señaló que él ya pasó "por Montreux a finales del siglo pasado", y lo recuerda como una experiencia magnífica.
"Lo bueno es que la gente (suizos) ya ha viajado a Cuba, ya ha escuchado nuestra música, ya no es algo exótico, sino algo que les gusta, que sienten y que también les provoca bailar", señaló descartando el mito de que los helvéticos no se dejan embriagar por los ritmos del Caribe.
En el concierto del 3 de julio, la mayoría de las piezas formarán parte del disco "Greetings from Havana" del 2007, "aunque también presentaremos algunos de los últimos trabajos del nuevo disco", especificó sin querer dar más detalles de su próximo proyecto.
"Mi música ha ido evolucionando sin perder mi propia visión, mi propia raíz, sin perder lo autóctono se puede estar abierto", aseveró, y agregó:
"Yo estoy abierto a nuevas influencias", dejando claro que cómo éstas se plasmen en su trabajo, es otra cosa.
"Yo siempre estuve a favor de la fusión, de incluir a mi música novedades, nuevos toques, aunque siempre manteniendo el sonido acústico", especifica este trompetista educado en el Conservatorio de Cuba, y curtido con el conguero Daniel Ponce y con el conjunto Sierra Maestra.
Uno de los hechos que más enorgullece a este músico caribeño residente en Londres es la amplia presencia de músicos cubanos en todos los rincones del planeta sea tocando salsa o aportando su son a otro tipo de estilos.
"Hay una nueva generación ahí fuera, con mucho talento, mucha preparación académica y mucha información de lo que pasa en el mundo y que están aportando muchísimo a la música en general".
Él por ahora sigue con su banda que, con matices, sigue siendo muy similar a la que fundó hace 14 años, y con la que ha cosechado enormes éxitos.
A pesar de residir permanente en el extranjero, de haber grabado en lugares como Nueva Orleans, y de haberse presentado en decenas de lugares en el mundo, Alemany reivindica la necesidad de volver sistemáticamente a la Isla.
"Imposible perder el contacto con Cuba, porque es la razón de ser de la música cubana, todo sale de aquí, hay que mantener el contacto con los compañeros, con la esencia", explicó.
Es por ello, por su intensa relación con el lugar donde nació, que Alemany eligió que su banda se llamase Cubanismo, como su disco de 1995.
"Cubanismo es el conjunto de hechos, de cosas, que conforma la cultura cubana, la forma de hablar, los modismos, la música, lo que sentimos y que creamos, es lo que nos define".
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